Youkoso Jitsuryoku Shijou... Segundo Año Volumen 8 - Capítulo 5

 DÍA 4 DEL VIAJE ESCOLAR

 

La mañana del cuarto día del viaje escolar. Mañana volvemos a la escuela.

Como éste iba a ser nuestro segundo día completamente libre, queríamos asegurarnos de que fuera un día que aprovecháramos al máximo. Los resultados de la excursión de ayer fueron que 10 grupos, es decir, la mitad del total de 20 grupos, obtuvieron más de 20 puntos, y todos ellos ganaron 30.000 puntos privados.

Por otro lado, los miembros del grupo 15, al que pertenecían tanto Mii-chan como Miyamoto, fueron descalificados por no cumplir el límite de tiempo, así que tuvieron que asistir a una sesión de estudio en la posada. Me dieron un poco de pena, pero no se puede evitar. En cuanto termine la sesión de estudio, espero que tengan la oportunidad de remojarse en las aguas termales y disfrutar al máximo de su último día.

Era la hora de la limpieza en los baños principales, así que me cambié rápidamente de ropa. Pensé que vería la televisión como ayer, pero Kitou fue el primero en volver hoy, y se quedó mirando la pantalla como si la devorara. No conocía los detalles, pero parecía ser un reportaje sobre moda que le interesaba.

―Oye, Ayanokouji. Van a tener una pelea de bolas de nieve afuera.

―¿Pelea de bolas de nieve?

Watanabe, que también había terminado de vestirse, me enseñó su celular. Por lo visto, había mucha gente que quería tener una pelea de bolas de nieve sin limitaciones.

―Suena divertido, vamos a comprobarlo.

―¿Y Ryuuen y Kitou?

Kitou estaba demasiado absorto en la televisión como para contestar, y Ryuuen no dudó en dirigirse al asiento reservado de la sala para hacer explícita su negativa.

―Entonces vamos nosotros dos solos.

―De acuerdo.

Dejamos a Kitou y Ryuuen, que se mezclaban como el agua y el aceite, en la habitación, pero aquí confiaré en su madurez. Cuando salí del ryokan con Watanabe, ya se había reunido un nutrido grupo de estudiantes.

―Buenos días, Kiyotaka-kun, Watanabe-kun.

Yousuke, de pie cerca de la entrada y con el celular en la mano, nos llamó.

―Hay bastante gente aquí. ¿Tan interesados están todos en una pelea de bolas de nieve?

―No creo que sea simplemente eso. Es como una pelea de bolas de nieve por puntos privados. El único requisito para participar es pagar 1.000 puntos. El equipo ganador se lleva los puntos del equipo perdedor.

Ya veo. Así que si pierdes, sacrificas poco, y si ganas, consigues dinero para comprar un recuerdo extra o dos. No es de extrañar que fuera un evento muy casual pero razonablemente emocionante.

―¿Esto está bien? Aunque tenemos mucho espacio, está en la propiedad de la posada.

―Sí. Les pregunté al respecto y dijeron que está bien ya que es temprano en el día. Creo que el hecho de que sea un lugar privado en el que no se aloja nadie más que nosotros, los estudiantes de la escuela, también es un factor importante.

Las reglas siguen siendo las mismas, sencillas y claras: no atrapar, sólo esquivar. Los alumnos golpeados por una bola de nieve deben abandonar el campo. Sin embargo, la bola de nieve debe ser de cierto tamaño, y si, por ejemplo, está en forma de polvo y se lanza como una bala de escopeta, o si la bola se dispersa en el aire, no será válida aunque impacte. En cuanto a ser golpeado por una bola de nieve, parece que se tendrán en cuenta tanto los informes propios como el juicio oficial del árbitro.

Bueno, no mucha gente hará trampas a propósito por unos pocos puntos privados.

―¿Cuántos planean competir?

―Alrededor de 30 personas hasta ahora. ¿Te unirás, Ayanokouji-kun?

―No, yo...

Estaba a punto de negarme, pero entonces pensé que si no participaba esta vez, quizá no volvería a tener otra oportunidad de tener una pelea de bolas de nieve en mi vida.

―Me gustaría intentarlo, pero no tengo equipo.

―No pasa nada. Asignaré gente a los equipos que no tengan suficientes personas.

Yousuke se encargaría de todos los detalles molestos, por lo que le estaba muy agradecido.

O quizá por eso se quedó cerca de la entrada. Resultaba muy problemático ocuparse de las cosas uno mismo, pero quizá Yōsuke se sentía más cómodo teniéndolo todo bajo control.

Mientras esperaba a que se cumpliera el plazo, para el que solo faltaban unos diez minutos, vi a Horikita, que debía de haberse enterado de la pelea de bolas de nieve en el ryokan.

―Me enteré, pero hay una gran reunión aquí.

―¿Tú también vas a unirte?

―Bueno, es una excursión escolar muy especial. Me gustaría unirme si hay espacio.

Al principio ella no tenía intención de hacerlo, pero cambió de opinión al ver que el evento tenía más éxito del que había imaginado.

―¡Entonces juguemos, Horikita!

Ibuki salió de entre la multitud y retó a Horikita a un juego, como si la hubiera estado esperando.

―Tú también estás aquí, Ibuki. Realmente sales de todas partes, ¿verdad? Pero no pasa nada. Al fin y al cabo es sólo un juego, y puedo jugar contigo si quieres.

En cuanto contestó, Ibuki apretó los puños.

―Perder es perder, no importa si es sólo un juego o no. No vengas luego con excusas como una niña pequeña, ¿de acuerdo?

―Te voy a responder con esa frase.

Yousuke las observaba atentamente, y cuando miraron sus celulares, vieron que habían sido asignadas a equipos diferentes. No sería muy emocionante que estuvieran en el mismo equipo.

Mientras comprobaba los equipos, susurré al oído de Yōsuke y le pedí un pequeño favor.

―¡Buenos días a todos!

Kushida apareció con Yamamura, Nishino y Amikura.

―Eso es genial, Kushida. Invitaste a Yamamura y a las demás.

―¿Eh? Bueno, sí.

Pensé que me iba a dedicar su habitual sonrisa, pero desvió la mirada y me dio una respuesta confusa. Sin embargo, inmediatamente después sonrió.

―Dije que no saldría de mi habitación hasta que Nishino-san y Yamamura-san salieran, así que es una buena oportunidad.

―Esa es la respuesta correcta.

Habíamos pasado tiempo como grupo hasta ahora, y nuestra relación estaba mejorando, aunque gradualmente. Tanto si participabas como si mirabas, era más significativo pasar el tiempo juntos.

―¿Quieres unirte a nosotros?

Ibuki preguntó a Kushida.

―¿Hmm? ¿Una pelea de bolas de nieve?

―Sí. Se decidió que Horikita y yo lucharemos.

―Ya veo. Pero no creo que pueda. No quiero golpear a alguien con una bola de nieve. No puedo lanzar ese tipo de cosas porque sentiría pena por ellos.

―¿Eh?

Ibuki hizo un gesto de disgusto, como si se sintiera profundamente ofendida por la actitud de Kushida.

Al ver esto, Horikita golpeó inmediatamente el costado de Ibuki con un tajo.

―¡Qué demonios! ¿Qué estás haciendo?

―Soy tu oponente, ¿verdad? Si sigues pensando en algo innecesario, vas a perder fácilmente.

―Por supuesto que no voy a perder. ¡Seguro que te haré llorar!

Ya veo. Pensé que la distancia entre Horikita y Kushida había disminuido recientemente, pero parece que Ibuki también estaba involucrada. Las tres tienen una relación distorsionada, pero por extraño que parezca, puede que esté teniendo un buen efecto purificador en ellas.

El número de estudiantes participantes siguió aumentando lentamente hasta que finalmente hubo 42 estudiantes divididos en seis equipos. Cada equipo contaba con siete estudiantes, y cuatro equipos fueron creados por ellos mismos.

Dos equipos estaban formados por rezagados como yo. No jugamos en formato de torneo, sino que nos limitamos a jugar un partido cada uno. Puede que Yōsuke estuviera pensando en la emoción del evento, así que asignó a Ibuki y Horikita el tercer y último partido del día.

En primer lugar se enfrentaba un equipo masculino de siete miembros liderado por Ishizaki.

En el otro lado había un equipo de siete chicos liderado por Sudou. Fue verdaderamente un choque de hombres.

Tan pronto como empezaron, las bolas de nieve volaron poderosamente de un lado a otro. Con 14 bolas de nieve siendo lanzadas a la vez, era difícil para todos evitarlas. En unos 10 segundos, un total de seis chicos de ambos equipos fueron eliminados. Por cierto, Ishizaki, que había estado tan emocionado todo el tiempo, también fue golpeado en 10 segundos.

Por otro lado, Sudou parecía haber volcado su frustración por haber sido rechazado por Horikita en las bolas de nieve, lanzándolas una tras otra. Sin embargo, el equipo de Ishizaki tenía a Albert, que era lo suficientemente ágil como para evitar las bolas de nieve, y había estado trabajando duro para derrotar al otro equipo.

Yamamura observaba en silencio la emocionante batalla, así que me acerqué un poco más.

―Se están emocionando, ¿verdad?

Su expresión era la misma de siempre, con muy pocos cambios, pero parecía estar disfrutando.

―Ah, eso parece ―Yamamura lo dijo mientras exhalaba en las palmas de las manos.

Sus manos no tenían puestos los guantes que supuestamente compró en la estación de esquí.

―¿Quizás olvidaste tus guantes otra vez?

―Sí, los olvidé.

Intenté quitarme los guantes, pero Yamamura me detuvo.

―Lo siento, sólo bromeaba. Traje mis guantes.

Y se sacó los guantes del bolsillo. Sonreía, pero sólo un poco.

―No sabía que fueras graciosa.

―Supongo que no encaja con nuestra relación, ¿verdad?



Al instante se le borró la sonrisa y concluyó que era un comentario innecesario.

―No, está bien. Siento que hemos formado un pequeño vínculo como grupo.

Era un cambio impensable, al menos a partir del primer día.

―Yo también lo siento así. Siempre he estado en la sombra, así que era menos probable que la gente prestara atención a cualquier cosa que hiciera... Kushida-san, Nishino-san, Amikura-san. Todas se fijaron en mí y me incluyeron en su grupo. Les estoy muy agradecida.

Sin el viaje escolar, su impresión de Yamamura habría seguido siendo débil hasta que se graduara.

Fue un viaje escolar bueno y memorable, tanto para Yamamura como para las demás chicas. Debía de haber muchos estudiantes en otros grupos que acortaran distancias de forma similar.

Cuando Yamamura terminó de ponerse los guantes en ambas manos, se volteó y los extendió en mi dirección.

―No sólo las chicas, también los chicos. Es un poco diferente de la imagen que esperaba.

A diferencia del primer día que estuvimos en el grupo, el comportamiento de Yamamura era más amable. Por supuesto, este cambio era ligeramente menor que el de los otros estudiantes, pero era un cambio evidente.

―¿Así que el viaje escolar, que al principio me pareció largo, termina hoy?

―Sí.

Durante un viaje escolar pasado con gente que te cae mal, el tiempo definitivamente se habría sentido terriblemente largo y lento. Sin embargo, el mero hecho de reconocerlos como miembros con los que no resulta incómodo estar, te invade un cambio que hace difícil creer que el tiempo transcurría con normalidad.

―Seguro que no eres la única que ha cambiado. Kitou, Watanabe, Amikura y Nishino también deben haber cambiado en cierta medida después de esta experiencia.

El grupo tenía su cuota de problemas, pero en cierto modo eso había condimentado las cosas.

―Poco a poco, creo que las maldiciones de Kitou-kun hacia Ryuuen-kun están disminuyendo.

―Hmm.

―Desde que formamos el grupo, él ha estado diciendo cosas como 'Voy a matarte' y 'Voy a enviarte al infierno'.

Eran cosas muy perturbadoras. Bueno, no era tanto que los dos se hubieran hecho amigos, sino que se habían chocado tanto que sus sentidos se habían entumecido.

Sin embargo, la imagen que tenía de Kito cambió mucho. Al principio pensaba que no era de los que hablaban, pero cuando me acerqué a él, descubrí que hablaba mucho más de lo que esperaba.

Puede que hubiera muchos problemas con lo que decía, pero era comprensible por qué. Los alumnos de las clases de Sakayanagi y Ryuuen eran especialmente recelosos entre sí.

Casi no había oportunidades de ver al otro bajo una luz positiva.

―Kitou también es muy cercano a Sakayanagi.

―Hablando de eso, parecías hablar con él a menudo mientras estaban juntos en el grupo.

De repente, miré el perfil de Yamamura y vi que la mirada alegre que tenía antes se había desvanecido.

La palabra más precisa que podía usar para describir su expresión era "desinteresada". O le tenía cariño a Kitou, o tenía algo en mente con respecto a Sakayanagi.

Cualquiera de las dos podía aplicarse a ella.

―¿Qué piensas de Sakayanagi?

Hice esta pregunta no porque quisiera indagar, sino porque sentía verdadera curiosidad por su relación.

―¿Eh?

Yamamura, cuya atención estaba en otra parte cuando pregunté, volvió a preguntar sorprendida.

―Me preguntaba qué se siente al ver a un líder competente de la Clase A desde la perspectiva de sus compañeros.

―Bueno, la verdad es que no lo sé. Para empezar, no soy amiga de nadie en particular y, además, apenas he hablado con Sakayanagi.

Se rio para sus adentros. Quería decir que no tenía amigos debido a su propia naturaleza sombría.

En otras palabras, ¿era simplemente un sentimiento causado por la admiración, como envidiar a Kitou, a quien Sakayanagi hablaba muy informalmente?

―Entonces, ¿por qué no aprovechas esta oportunidad para invitar a Kitou a salir? Puede que acepte tu oferta.

―Según lo esperado, no tengo tanto coraje.

―¿Y si él te lo pidiera?

―¿No es esta una conversación para chicos?

Pretendía ser una broma ligera, pero Yamamura se echó atrás más de lo que esperaba.

―Lo siento. Quizá me lo tomé demasiado a la ligera.

Aunque no pensaran nada el uno del otro, era natural ser sensible cuando se trataba de asuntos entre hombres y mujeres.

―No me importa. Lo dijiste por mi bien. Gracias.

Miré a Yamamura y luego alrededor a los estudiantes presentes.

Gente nueva, nuevos amigos. Verdades y mentiras, los que entendían y los que eran entendidos. Los estudiantes se estaban explorando las entrañas a través del intercambio de pesos y contrapesos.

¿Qué clase sería la ganadora en el futuro?

―Ahora mismo no puedo, pero... lo pensaré un rato.

Contestó Yamamura mientras añadía al final.

―Eso está bien.

En ese momento dejamos de intercambiar palabras y centramos nuestra atención en el partido. Albert estaba exhibiendo sus poderosos brazos, pero su precisión no era tan buena, por lo que el ganador se decidió en última instancia por la agilidad y los ataques precisos de Sudou.

Sudou era un atleta de primera clase por excelencia en cualquier situación. Horikita también le dedicó un generoso aplauso. A lo lejos, Onodera también le animaba de forma inocente.

Siguió el segundo partido. El segundo encuentro fue una batalla de géneros mixtos, pero no había estudiantes con un atletismo sobresaliente como Sudou y Albert, por lo que el partido se pareció más a un juego amistoso que a una competición seria.

La ronda terminó con los dos bandos elogiándose mutuamente por un buen combate y diciendo que se lo habían pasado bien.

―Es el momento de que vayas, ¿no? Buena suerte.

Finalmente, el tercer combate. La batalla entre Ibuki, Horikita y yo comenzó.

―Hagámoslo lo mejor posible juntos, Yamamura.

―¿Qué?

Le grité, y ella me miró con una expresión vacía en su rostro.

―Le pedí a Yousuke que introdujera también tu nombre.

―¡Eh, eh! Vaya, no puedo hacer eso. No soy una ventaja, sólo soy un lastre.

―Si pierdes, recuperaré los puntos, así que no te preocupes.

―Ese no es el punto. No ganaremos.

―Eso no me preocupa; recuperaré los puntos si perdemos. Vamos.

―Oh, no...

Cuando empecé a alejarme, Yamamura me siguió, aunque mostró algunas dudas.

―Oh, realmente no sé cómo jugar...

―No te preocupes. Ya viste el juego antes; éste es sólo un juego sencillo.

―Pero... parece difícil.

―¡Voy a ganar!

Ibuki, rebosante de espíritu de combate, agarró una bola de nieve, la empuñó y comenzó la secuencia de acciones para lanzarla.

Di instrucciones a Yamamura para que retrocediera hasta la retaguardia. Los alumnos de delante nos apuntarían, así que los evitaríamos.

Quería que se centrara en disfrutar el mayor tiempo posible en lugar de intentar golpear a alguien con una bola de nieve y eliminarlo.

Cuando empezó el juego, al igual que en las dos rondas anteriores, muchas bolas de nieve se acumularon sobre los alumnos que luchaban en primera línea.

Por otro lado, las bolas de nieve que fallaban o apuntaban a la retaguardia también volaban, pero si tenías cuidado, no te golpeaban.

―¡Wah, wah!

Yamamura no tenía tiempo para recoger y lanzar bolas de nieve y las esquivaba desesperadamente. Sin embargo, una de las varias bolas de nieve voló en ángulo acercándose a la cadera izquierda de Yamamura.

―¡Es-Espera...!

Para salvar a Yamamura, tiré de su brazo derecho para evitar que fuese golpeada, aunque no tenía permiso para hacerlo.

―Lo siento, gracias por salvarme.

―El número de personas está disminuyendo y la batalla entre las líneas del frente se está intensificando. Hagamos bolas de nieve mientras podamos.

―Sí, sí, sí...

Las bolas de nieve que recogió apresuradamente resultaron ser más grandes de lo que esperaba.

No parecía que fueran a volar muy lejos, pero no dije nada porque pensé que sería interesante.

―Eeeeee...

Con un ruido que no sonaba nada animoso, una gran bola de nieve voló por el aire.

Luego aterrizó con un ruido sordo en nuestra zona aliada.

―Ah...

―No te preocupes. Esta vez deberías lanzar una más pequeña.

―Sí, de acuerdo.

Yamamura se apresuró a volver a recoger nieve. Mientras tanto, el juego seguía su curso, y los estudiantes iban siendo derribados y eliminados.

Ojalá pudiera dejarla vencer al menos a uno de ellos, pero... Cuando Yamamura completó su segunda bola de nieve, estaba tan concentrada en lanzarla que la lanzó casi directamente hacia abajo.

―¡Ah, ugh!

Tres de los jugadores de vanguardia de nuestro equipo murieron, y los rivales empezaron a centrarse en Yamamura. Me aparté de ella para atraer su atención y di un paso adelante.

Rápidamente recogí nieve y golpeé a Nakashini, de la clase D, que intentaba apuntarme con una bola de nieve. Pero el tiro le salió por la culata. Yamamura, que había olvidado cómo esquivar y miraba desesperada la nieve a sus pies, fue alcanzada en la cabeza por una bola de nieve lanzada por Yano, de la clase A.

―¡Oh...!

La bola de nieve que aferraba con tanta fuerza se le cayó de las manos, y Yamamura se apresuró a salir de la zona con las manos en alto. Estaba deprimida y frustrada, y se le notaba en la cara.

Me pregunto si pudo experimentar al menos un poco de la tensión y la diversión de la pelea de bolas de nieve.

Después de eso, al golpearnos repetidamente, fuimos eliminados uno tras otro, y la única que quedaba en el otro equipo era Horikita.

Por otro lado, quedaban dos de nuestro lado. La situación estaba naturalmente a nuestro favor.

Ibuki se colocó detrás de mí y se cruzó de brazos.

―Estás en mi camino.

―Lo sé.

Horikita disparó una bola de nieve, y yo la atrapé con la mano en lugar de esquivarla.

La atrapada, por supuesto, era ilegal.

―¿Qué intentas hacer?

―Ibuki quiere un uno contra uno. Nuestro líder dice que vamos a ganar, así que creo que deberíamos ir con ello.

Fue sólo por un rato, pero realmente disfruté de la pelea de bolas de nieve y no quería nada más.

Ayudarla a vencer a Horikita no sería divertido. Por otro lado, estaba realmente interesado en un enfrentamiento entre estas dos, que no eran muy diferentes en habilidad.

―Esto no me gusta nada, pero bueno. Puedo concentrarme sólo en Ibuki.

―Ya lo tienes, Ibuki. Eres responsable de conseguir el dinero para los recuerdos.

―Cállate y vete de aquí. No hay forma de que pierda contra Horikita.

Con mucha gente mirando, la batalla entre Horikita e Ibuki estaba a punto de comenzar. En esta batalla, no había ninguna regla para un empate. Si el árbitro decidía que las dos habían sido golpeadas al mismo tiempo, significaría la continuación de la lucha hasta la prórroga. Era sólo una pelea de bolas de nieve, pero para ambas partes, era una pelea que no podían perder.

―No hay nada como una pelea que sea claramente en blanco y negro.

Ibuki, que había estado usando guantes para la pelea de bolas de nieve, se los quitó y agarró la bola con su mano derecha.

Se trataba de una estrategia para abandonar la resistencia al frío y mejorar la precisión de sus lanzamientos.

Horikita prefirió luchar sin quitarse los guantes, por miedo a perder el control de los dedos debido al frío.

Para una batalla a corto plazo, Ibuki tenía la ventaja, y para una batalla a largo plazo, Horikita la tenía.

―Lo siento, no pude ayudarte en nada.

murmuró Yamamura, con los hombros todavía moviéndose arriba y abajo, quizá todavía un poco sin aliento.

―No pasa nada. ¿Lo disfrutaste, aunque sólo fuera un poco?

―Sí. Ojalá me hubiera esforzado más.

Al decir esto, la boca de Yamamura se torció en una sonrisa, aunque sólo ligeramente. Aunque fuera imposible tener una pelea de bolas de nieve con los mismos participantes, ya habrá ocasión de competir en algún tipo de competición en el futuro.

Espero que guarde sus remordimientos hasta entonces y se tome la revancha. Volviendo a la tribuna, centramos nuestra atención en las dos chicas que se enfrentaban cara a cara.

―Esto es una competición seria, ¿verdad?

―Sí.

Ibuki quería resolver el combate rápidamente, pero Horikita se dio cuenta y dio prioridad a la evasión sobre el ataque.

―Te estás moviendo mucho!

La irritación de Ibuki y el frío que sentía en la punta de los dedos eran cada vez más insoportables. Empezó a mostrar síntomas de impaciencia. Como la batalla empezaba a alargarse, Ibuki apuntó su octava bola de nieve a Horikita, y le rozó la mejilla.



―¡Vas a tener que darme la victoria!

―Eso no va a suceder ―A pesar de mostrar fatiga, la bola rápida agarrada de Ibuki se dirigió de nuevo hacia Horikita.

Mientras la esquivaba simultáneamente, soltó una bola de nieve que había estado sosteniendo durante un rato, como si fuera un contraataque.

Pero como era de esperar de Ibuki, fue muy cuidadosa y no bajó la guardia a pesar de estar cansada. A pesar de su agotamiento, se mantuvo en guardia y esquivó la bola de nieve, a pesar de que la hizo perder su postura.

―Tu cansancio parece estar en su punto álgido, así que acabemos con esto aquí.

Horikita, por su parte, no mostraba ganas de seguir luchando, y cambió su enfoque hacia el ataque.

En otras palabras, ambos bandos estaban dispuestos a darlo todo. La batalla se alargó. La bola de nieve de Horikita, que se dirigía hacia Ibuki, se dispersó en el aire.

Tal vez porque su agarre no era lo suficientemente firme, perdió impulso. Como resultado, sólo los fragmentos fugaces de la bola de nieve golpearon a Ibuki. Horikita, por su parte, trató de esquivar a duras penas la bola de nieve que salió volando de Ibuki, pero no pudo evitarla por completo y le alcanzó el brazo izquierdo, cubriéndole la ropa.

Fue un golpe sólido.

Una maniobra tan delicada. Sin embargo, Yōsuke, no queriendo prolongar más la situación, emitió su juicio.

―¡Horikita-san golpeada! Ibuki-san gana!

―¡Sí, demonios!

Ibuki hizo una fuerte pose de victoria y esbozó una gran sonrisa.

Horikita trató de actuar con calma, como si fuera simplemente una pelea de bolas de nieve, pero su frustración parecía rezumar.

―¡Mira, perdedora! Dame 1.000 puntos, ¡ahora!

Ibuki, sin preocuparse por sus manos, temblorosas por el frío, sacó su celular y se dirigió furiosamente hacia Horikita.

―Qué fastidio. No tienes que regodearte tanto; te los daré.

―¡Perdiste! ¡Perdiste, perdiste, perdiste! ¡Perdedora!

¿Eran buenas amigas o no? Durante un rato, Ibuki siguió retozando alrededor de Horikita.

 

PARTE 1

Ese día disfrutamos esquiando por última vez. Esta vez, los ocho esquiamos juntos el suave recorrido para principiantes, en lugar de hacerlo por separado. Ryuuen se vio aburrido de principio a fin, pero fue una suerte que no actuara egoístamente él solo.

También compré recuerdos para los alumnos de primer año durante el tiempo libre que quedaba. Sólo restaba la tarde del cuarto día del viaje escolar.

Cuando terminé de bañarme en el baño público, recibí un mensaje de Sakayanagi. En respuesta a su petición de reunirnos, fui al vestíbulo designado.

Eran poco más de las ocho de la tarde, pero hoy había muy pocos estudiantes. Era la última noche, y se hablaría mucho en la sala del buffet y en las habitaciones.

Quizá ya había previsto esa situación desde el principio, pero casi no había estudiantes en el vestíbulo. Con una situación favorable, Sakayanagi estaba sentada en una silla, esperando tranquilamente.

―¿Te hice esperar?

―No, en absoluto. Gracias por venir hasta aquí.

Aunque había poca gente alrededor, la combinación de Sakayanagi y yo llamaba un poco la atención.

En ese sentido, prefería acabar rápido con la reunión.

―Fue corto, pero ¿disfrutaste del viaje escolar?

―Sí, lo hice. Experimenté muchas cosas que nunca antes había hecho. Sobre todo, poder relacionarme con alumnos de otras clases fue sinceramente una buena experiencia. Creo que aprendí un poco más sobre Yamamura y Kitou.

Mencioné ambos nombres aquí, pero Sakayanagi se veía igual que siempre.

―Ya veo. No me sorprende especialmente, ya que eres Ayanokouji-kun. Tienes un apetito voraz por absorber conocimientos.

―¿Eres cercana a esos dos?

Pregunté un poco más en profundidad.

―No veo a ninguno de mis compañeros como especial. Los veo a todos como iguales. Si digo que nos llevamos bien, nos llevamos bien; si digo que no, no.

Tanto si mentía como si decía la verdad, Sakayanagi respondió vagamente.

Si señalara a alguien, sería fácil que ese alumno en particular sintiera celos u otros sentimientos.

Como líder, Sakayanagi quizás los vea realmente como iguales.

―Déjame preguntarte por qué me llamaste aquí.

―¿Terminaste con la charla trivial? ¿Por casualidad tienes prisa? Si Karuizawa-san te ve así, sospechará de nuestra relación.

Se rio como un diablillo.

―No me gustaría que me vieran reuniéndome cara a cara con la líder de la Clase A.

―Fufu, estoy bromeando. Entiendo.

Después de suprimir su boca divertida, Sakayanagi comenzó a hablar.

―Aprendí muchas cosas durante este viaje escolar. Antes de volver a la escuela, pensé en hablarte de la persona que contactó contigo en el festival deportivo.

Cuando Sakayanagi y yo nos perdimos el festival deportivo y estábamos hablando en mi habitación, un hombre contactó conmigo desde fuera de la puerta.

―Ya veo. Es una historia que me interesa.

―Bien. Parece que también te interesaba la identidad de esa voz.

―Tengo más que unas cuantas ideas.

Incluyendo lo que sentía de Nanase, seguía sin estar muy claro si el que llamaba era o no un enemigo.

―Ahora, por el contrario, déjame preguntarte, ¿qué clase de persona consideras que es, Ayanokouji-kun? ¿Es posible que él tenga los mismos orígenes que tú, como Amasawa-san o Yagami-kun?

―No, no lo creo. Si la otra persona sólo te reconociera a ti, esa idea no podría descartarse, pero él llamó a mi padre 'Ayanokouji-sensei'. Eso marca una gran diferencia.

―¿Qué quieres decir?

―Si te hubieras criado en la habitación blanca, no lo llamarías 'Ayanokouji-sensei'.

Esto era obvio entre aquellos que crecieron en la Habitación Blanca.

―¿Pero es eso realmente una garantía absoluta? Si él es de una generación diferente a Ayanokouji-kun, las reglas pueden ser un poco diferentes, ¿verdad?

―No puedo decir que esté 100% seguro. Es sólo mi impresión subjetiva. Uno de los factores principales es que me llamó el año pasado cuando mi padre visitó esta escuela, así que puedo adivinar que es alguien que está a su lado. Y el hecho de que tú misma dijeras que te sonaba podría significar que está estrechamente relacionado con la política y los negocios, ¿no?

También tendría sentido por qué se esforzó en llamarlo maestro.

Un poco sorprendida, pero aún así complacida, Sakayanagi cerró los ojos y asintió con la cabeza.

―Así es. Puede que no fuera necesario que te diera consejos. Ya tengo una idea de quién era la voz, pero todavía tengo que confirmarlo. Quería aclararlo aquí hoy. Por eso te llamé.

Miré el celular que Sakayanagi había colocado sobre su regazo.

―Pero antes de aclararlo todo, voy a llamar a alguien de aquí que quizá lo conozca. Creo que llegará en unos minutos.

―¿Quieres decir que hay algún alumno de segundo año que tiene relación con esa persona?

―No creo que haya ningún candidato en tu mente, ¿cierto?

Correcto. No tenía ni idea de a quién se refería. Por supuesto, el dueño de la voz estaba en su primer año de escuela, y no sería sorprendente que algunos de los estudiantes de segundo año llegaran a conocerlo, pero no creo que se refiriera a eso. Al menos alguien tendría que saber más de la situación que nosotros para que ella tuviera una razón para llamarlo a este lugar. ¿Había alguien, aparte de Sakayanagi, que supiera de la Habitación Blanca o de la identidad de mi padre, o de ambas cosas?

―Continuemos con nuestra plática trivial hasta que llegue.

―Me parece una buena idea.

Dejar pasar el tiempo en silencio no era una buena manera de pasar un viaje escolar.

―¿Qué te pareció esta agrupación?

―Estoy seguro de que la tabla que los estudiantes llenaron de forma individual sin duda tuvo un impacto importante. Por lo que puedo ver, parece que se hicieron ajustes para incorporar no sólo a mi grupo, sino también a los estudiantes con evaluaciones extremas.

―Estoy de acuerdo. Los estudiantes con las evaluaciones más altas y los estudiantes con las evaluaciones más bajas. Y el grupo intermedio que no estaba en ninguno de esos grupos. Puede que no sea aplicable a todos los grupos, pero creo que el sesgo estaba claramente en juego. Creo que dispusieron una combinación que tendría un impacto en el futuro de este proyecto.

―En ese sentido, también me gustaría preguntarte algo.

―Me alegra oírlo. Si tienes alguna pregunta que quieras hacerme, adelante.

―¿Qué opinas de los exámenes finales?

La composición de cada grupo para este viaje escolar seguramente tendrá un impacto más adelante. Sakayanagi cerró los ojos feliz y asintió con la cabeza dos o tres veces, satisfecha.

―Me gusta mucho hablar contigo. Siempre albergamos los mismos pensamientos. Estoy segura de que los exámenes de fin de curso serán todavía más duros que el año pasado.

Uno o dos expulsados no serían sorprendentes. Así parecía anticiparlo Sakayanagi.

―Estarás a salvo con tu punto de protección, pero los puntos de clase perdidos por las batallas pueden ser grandes. ¿No te preocupa que tu anterior reinado en solitario se vea interrumpido?

―¿Crees que perdería en una confrontación directa con Ryuuen-kun? Es una conclusión inevitable que lo venceré.

Sakayanagi, al igual que Ryuuen, ni siquiera podía imaginarse perdiendo.

―Él ciertamente tiene algunas ideas interesantes. Hay un término llamado matagigantes, y él parece tener el poder de abatir grandes presas a veces. Sin embargo, eso no ocurrirá en un enfrentamiento conmigo. Al menos, el año que viene, seré yo quien compita con tu clase.

Una confianza inquebrantable. En algunos casos, el resultado final es un empate, pero eso puede considerarse una excepción.

Era difícil creer que la escuela estableciera una norma que permitiera un empate fácil en el examen de fin de curso. Eso fue lo que entendimos de la batalla del año pasado contra la clase A.

―¿O crees que voy a perder?

―No lo sé.

Era difícil de decir en este momento cuando ni siquiera sabíamos el contenido del examen.

Pero si se lo decía, se resistiría aún más. No era más que una indicación de que Sakayanagi podría perder, dependiendo del contenido del examen especial.

No importa quién gane o pierda...

―Para ti, no importa cómo se desarrollen las cosas entre Ryuuen-kun y yo, no habrá ninguna obstrucción a tu plan ¿verdad?

Debido a que nuestros pensamientos eran concordantes, Sakayanagi también entendió bien mis pensamientos.

―Pero Ayanokouji-kun, el futuro no siempre resulta como uno quiere.

―¿Qué quieres decir?

Justo cuando le respondí, Sakayanagi se llevó el dedo índice a la boca.

Parecía que su esperado visitante había llegado.

―Gracias por esperar.

Me pregunté si no le habían avisado de mi presencia. Kanzaki estaba de pie a mi lado, su expresión transmitía que estaba ligeramente sorprendido.

Pero, ¿por qué Kanzaki? Nunca había tenido la impresión de que estuviera relacionado con mi pasado.

―Lo primero que hay que hacer es reunir a la gente que necesitamos para arrancar. Voy a empezar ahora mismo, así que ¿puedes venir por aquí, Kanzaki-kun?

―¿Qué demonios, Sakayanagi?

Sakayanagi, sonriendo y haciendo señas, hizo que Kanzaki, que no entendía, se pusiera a su lado.

Kanzaki, que tenía los brazos cruzados en señal de duda, seguía sin entender la situación.

Me preguntaba si tenía algún sentido este acuerdo.

―En primer lugar, Ayanokouji-kun. ¿Qué opinas de la combinación de Kanzaki-kun y yo?

―¿Qué me parece?

―Por favor, dime tu sincera impresión.

―No siento más que incomodidad. Nunca los había visto juntos a Kanzaki y a ti.

Cuando estaban alineados así, realmente se notaba.



―Estoy segura de que tienes razón. Para los alumnos de esta escuela, no hay ningún contacto entre Kanzaki-kun y yo. No estamos en posición de ser compañeros líderes, y no creo que nadie haya visto nada que sugiera amistad entre nosotros. De hecho, apenas he hablado con Kanzaki-kun desde que entré en esta escuela.

En otras palabras, estaba intentando decir que había conversado con él hasta cierto punto antes de entrar en la escuela.

―¿Cuántos años han pasado desde que hablé contigo de esta manera?

―No lo sé. Si hablar a través de otra persona no cuenta, deben haber pasado al menos tres o cuatro años.

Ninguno de los dos podía recordar la fecha y la hora exactas.

―¿Puedo preguntar cómo se conocen?

―Es una conexión paterna, pero no hay conexión directa entre las familias Sakayanagi y Kanzaki. Cuando tienes padres que son conocidos por méritos propios, a menudo te invitan a fiestas y demás.

El padre de Sakayanagi es el presidente de esta escuela y es de una familia razonablemente bien establecida, dado su conocimiento de la Habitación Blanca.

―El padre de Kanzaki-kun es el jefe de una empresa llamada Ingenieros Kanzaki.

¿Significa esto que estos dos tienen lo mismo en común, la misma base de estar involucrados en negocios?

Si ese es el caso, tiene sentido que no tuviera ninguna sospecha sobre Kanzaki.

―¿De qué demonios estás hablando? ¿Qué sentido tiene que Ayanokouji escuche esto? No, antes de eso, escuchemos la razón por la que me llamaste aquí.

―Esta historia es exactamente relevante a la razón por la que te llamé.

―No entiendo lo que quieres decir.

―Esperaba que pudieras contarme algo más sobre Ishigami-kun, que está matriculado en nuestra escuela.

La expresión de Kanzaki se endureció todavía más en ese momento.

―Dijiste... ¿Sobre Ishigami?

¿Ishigami? No había ningún nombre que viniera a la mente entre los estudiantes de segundo año, y el único estudiante cuyo apellido correspondía era uno de primer año.

―Eso es lo que quieres decir. ¿Estás diciendo que también te interesa Ishigami?

―Puedes tomártelo así.

―¿Pero cuál es la razón de Ayanokouji? Él no tiene nada que ver con Ishigami. No creo que se involucre con otros años sin ninguna razón. Si lo hiciera, sólo sería en caso de problemas. Es difícil creer que hasta Ryuuen haría algo tan aleatorio, y mucho menos Ayanokouji.

Intentó explicar la situación a su manera.

―Es con respecto a un evento del pasado, no del presente.

―¿Qué...?

―¿Todavía no lo entiendes? Debes tener profundos sentimientos por el nombre Ayanokouji.

―¿Qué... No... No es posible...?

Como si se diera cuenta de algo, Kanzaki nos miró repetidamente a Sakayanagi y a mí.

―Has tardado mucho en darte cuenta. Por supuesto, es comprensible.

―Así que así son las cosas.

Kanzaki pareció llegar a un entendimiento con las palabras de Sakayanagi.

Luego, tras mirar al techo y levantar la cabeza, volvió a mirarme.

―¿Ayanokouji...? No puedo creer que seas su hijo.

Sólo había una cosa que se podía entender de esas palabras.

Kanzaki también debía conocer o haber conocido a alguien llamado Ayanokouji.

Y ya no era necesario adivinar que se trataba de mi padre.

Aquel hombre tenía fuertes vínculos con el mundo de los negocios. Era inevitable.

―¿Pudiste sacudirte la incomodidad de que compartiera mi asiento con Ayanokouji-kun?

―Ah. Pensé que simplemente estabas interesada en la habilidad de Ayanokouji, pero supongo que no. ¿Desde cuándo te diste cuenta de que era hijo de Ayanokouji-sensei?

―Por supuesto, desde el momento en que lo vi en esta escuela. Y a diferencia de ti, yo vi a Ayanokouji-kun cuando era pequeño. ¿Verdad?

Respondió, sin hablar de la Habitación Blanca, pero como si fingiera ser una figura familiar de la infancia.

―Así que no es un tipo cualquiera. Si es su hijo, es imposible que no sea... Excelente.

Kanzaki me miró directamente a los ojos, como si hubiera llegado a un punto de comprensión.

―Mi padre adora a Ayanokouji-sensei, y lo he visto en persona varias veces en fiestas y cosas así. Sin embargo, solo hemos hablado con propiedad una vez.

Este era un buen ejemplo del tipo de casos que pueden darse incluso cuando el presidente Sakayanagi los relaciona indirectamente.

No obstante, daba la impresión de tenerle mucho respeto. Como no conocía en absoluto su vida privada, no podía imaginar qué tipo de comportamiento mostraba delante de Kanzaki, pero no podía negar la diferencia de percepción.

―Mi evaluación de ti ha cambiado dos o tres veces hasta este momento, pero finalmente se ha asentado. Si hay un hijo de Ayanokouji-sensei en la clase de Horikita, debe de ser una carta poderosa.

Parecía tener una buena opinión de mi padre a todos los efectos y estaba convencido por sí mismo.

―Bueno, ahora que corregimos la discrepancia en nuestras percepciones, sigamos adelante. No sabes nada de Ishigami-kun, ¿verdad, Ayanokouji-kun?

―No.

Por lo visto, el mismísimo estudiante Ishigami fue quien se acercó a nosotros.

―Es uno de los jóvenes que admiran a tu padre. Lo conoces bastante bien, ¿verdad, Kanzaki-kun?

―...Oh. Parece estar fascinado con Ayanokouji-sensei. No tuve el valor de ir a hablar con él, pero Ishigami es diferente. Desde entonces, fue realmente proactivo en hablar con él.

―La edad de Ishigami-kun es un año menor que la nuestra, y ahora es un estudiante de primer año.

Un estudiante que adora a ese hombre se matriculó en esta escuela, y de alguna manera, se puso en contacto conmigo varias veces, e incluso ayudó indirectamente con la expulsión de Yagami en el festival cultural.

La agenda de este hombre, Ishigami, sigue siendo desconocida para mí.

―Estoy seguro de que has tenido oportunidades de entrar en contacto con estudiantes de primer año, pero ¿desde cuándo conoces a Ishigami?

―Me fijé en él en cuanto vi la OAA. Pero como no es de los que se muestran abiertamente, nunca tuve la oportunidad de hablar con él; mis interacciones con la clase A de primer año fueron a través de Takahashi Osamu-kun, y parecía que evitaba intencionadamente el contacto conmigo.

Parece que la propia Sakayanagi no quería forzar el contacto con él.

―¿Es excelente?

―Creo que Kanzaki, que es cercano a él, sabe más que yo sobre ese aspecto.

Kanzaki fue el encargado de dar la explicación, pero no se veía nada contento. Más bien parecía lo contrario.

―No es que esté muy unido a él. Sólo fui a la misma escuela intensiva que Ishigami. Pero si tuviera que responder sinceramente a tu pregunta, es innegable que es un genio. Se le han ocurrido varias ideas que a mí ni se me ocurren, y de lo único que estoy seguro es de que lo he visto de cerca.

No parecía gustarle Ishigami, pero respondió como si reconociera el hecho.

―Es el punto de vista de Kanzaki-kun, su opinión personal, pero pensé que sería una buena referencia.

―¿Pero y qué? Lo único que tienes que hacer es dejar en paz al Ishigami actual.

―¿No puedes al menos imaginártelo? Él respeta al padre de Ayanokouji-kun. Si es así, no sería de extrañar que se inscribiera en esta escuela para comprobar la habilidad de su hijo ―razonó Sakayanagi.

Mientras ocultaba información sobre la Habitación Blanca, Sakayanagi dirigió la conversación.

―¿Ishigami está probando la habilidad de Ayanokouji...? ¿No puedes negarlo?

Sus palabras tenían sentido para Kanzaki, correspondiendo a la imagen de Ishigami que él conocía.

―Estamos compitiendo entre nosotros en el segundo año. Kanzaki-kun, aunque tu clase esté un paso por detrás, todavía no está claro quién será el ganador. Bajo semejantes circunstancias, ¿no crees que es injusto que Ishigami-kun juegue trucos innecesarios en el futuro para averiguar la habilidad de Ayanokouji-kun?

―No entiendo lo que quieres decir. Pero, ¿por qué eres tan devota de Ayanokouji? No debería ser asunto tuyo lo que les pase a los alumnos de tu clase rival.

Si lo dejamos en paz, Ishigami saboteará automáticamente a un estudiante fuerte en una clase rival.

Era obvio para todos que esto era esencialmente un beneficio para Sakayanagi.

―Sólo quiero divertirme de verdad ―dijo.

―Es mi papel enterrar a la clase de Horikita, incluyendo a Ayanokouji. Es frustrante cuando alguien aparece de repente y te arrebata tu propósito, ¿verdad?

Tras un ataque de risa, Sakayanagi dio las gracias a Kanzaki.

―Muchas gracias, Kanzaki-kun. A partir de ahora, creo que Ayanokouji-kun y yo elaboraremos juntos un plan para enfrentarnos a Ishigami-kun.

Aunque era un agradecimiento... También implicaba fuertemente que cualquiera que se interpusiera debería irse.

―No tengo intención de involucrarme con Ishigami-kun, así que agradecería que todo se quedara así.

Kanzaki respondió sin vacilar y se marchó.

―Volveremos a hablar pronto, Ayanokouji. Me gustaría saber mucho de ese hombre, ¿sabes?

Estaba ansioso por hablar de mi padre, pero, por desgracia, yo no sabía nada de él.

―Bueno, Ayanokouji-kun. Veamos quién es realmente Ishigami-kun.

―¿Qué vas a hacer?

―Por supuesto, le preguntaré directamente. Esa será la forma más rápida, ¿verdad?

Sacando su celular, Sakayanagi marcó el número de 11 dígitos con suavidad.

Por lo visto, había hecho su tarea y ya había conseguido el número de teléfono de Ishigami.

Lo puso en el altavoz, Sakayanagi marcó el número y, a los pocos timbres, comenzó la llamada.

―Me imaginé que ya era hora de que llamaras, Sakayanagi.

El tono de voz de Ishigami daba a entender que lo había previsto nada más descolgar el teléfono. Esta voz era inconfundiblemente la que me llamó el año pasado y la que me visitó durante el festival deportivo.

―Eres muy perspicaz, ¿verdad?

―Le dije por adelantado que si alguien que no fuera un estudiante de primer año preguntaba por mi número, me lo comunicara.

―Digamos que es lo mejor que hay. He escuchado rumores sobre ti desde dentro y desde fuera.

Siempre tenía las antenas levantadas.

―Podrías haberte acercado a mí antes, ¿no?

―Esperaba evitar el contacto. Tú tampoco necesitas involucrarte conmigo, ¿verdad?

―No lo creo. Pensé que tenía que confirmar si te interpondrías o no en el camino de Ayanokouji-kun en el futuro.

―Si es así, ¿qué vas a hacer al respecto?

―No creo que Ayanokouji-kun sea derrotado por alguien que no sea yo, pero no me gusta la idea de que sea apartado por otra persona. Si vas a intervenir, puede que no tenga más remedio que detenerte.

―¿Vas a detenerme? Deberías ignorarme en lugar de hacer algo tan inútil. Elegí esta escuela por recomendación de Ayanokouji-sensei para poder pasar mi tiempo como un estudiante normal.

Él entró a esta escuela con una idea similar, eso fue lo que dio a entender.

―Puedes asumir que no intentaré eliminar a Ayanokouji de esta escuela por ahora.

―Por ahora, ¿eh? Esa es una implicación preocupante, ¿no?

―En el improbable caso de que Ayanokouji-sensei me ordene eliminarlo, lo haré. Eso es todo.

Su tono era constantemente tranquilo, y no se veía como si estuviese mintiendo.

―Has aumentado mucho tu lealtad sin darte cuenta, ¿verdad?

―No vayas más lejos, Sakayanagi. Si deseas permanecer al lado de Ayanokouji, puedes hacerlo.

Seguro que me estaba advirtiendo enérgicamente de que no iba a ser un problema.

―No voy a decirte que evites ir contra mí. Tarde o temprano, Ayanokouji me descubrirá, así que le avisarás. ¿No es esa la mejor manera de proteger su vida escolar? No, si estás llamando, no hay necesidad de eso.

No podía estar seguro. Pero él estaba considerando la posibilidad de que estuviera escuchando a escondidas.

―Te avisaré si me apetece. Te saludaré en la escuela la próxima vez.

En ese momento, Sakayanagi decidió que ya era suficiente y terminó la llamada sin más.

―Era él, después de todo. No tenía mucha intención de ocultarlo.

―Eso parece. Si vino a esta escuela a disfrutar al máximo de la vida estudiantil, no tengo intención de involucrarme en el futuro.

Al menos en todas mis interacciones con Ishigami, nunca había percibido ningún peligro, y lo mismo ocurría con la llamada actual. No había necesidad de entrar en pánico ahora que había surgido la posibilidad de que desde el principio Ishigami no estuviera intentando expulsarme.

―Ya veo. Si tomas esa decisión, la respetaré ―Dijo Sakayanagi.

―Te lo agradezco. Gracias a ti, pude reconocer la existencia de Ishigami.

―Ahora que tenemos cierto sentido de la orientación, lamento hacer que tu estancia aquí sea tan larga. Sin embargo, ¿puedo continuar con lo que iba a decir al final?

―El futuro no siempre resulta como yo quiero, ¿verdad?

La forma en que Sakayanagi dijo eso era sin duda algo que había estado en mi mente.

―¡Ah, Ayanokouji-kun!

Pero alguien estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado. Estaba a punto de indagar a qué se refería cuando alguien más me llamó.

―Um, ¿has visto a Honami?

Me llamó Amikura, que caminaba apresuradamente por el pasillo, con aspecto un poco nervioso.

―No, no la he visto. ¿Qué le pasa a Ichinose?

―Mira, el viaje escolar ya terminó, ¿no? Así que decidimos reunirnos todos los de la clase y charlar hasta que se apagaran las luces, pero no encontramos a Honami, así que estamos preocupados.

Un buen número de personas la estaban buscando, e incluso mientras hablábamos, las chicas de la clase D caminaban apresuradamente junto a Amikura.

―Por lo que parece, ya revisaron los baños y otras habitaciones.

―Oí que se veía angustiada por la noche... así que me quedé un poco preocupada.

A una preocupada Amikura se le acercó una chica de su misma clase.

―ako-chan. Acabo de hacer que lo revisen. Según parece, la yukata de Honami sigue aquí, y creo que salió.

―¿Qué, salió? Pero si son casi las nueve, ¿recuerdas? Y el grupo está en la posada, ¿verdad?

Salir no estaba permitido después de las nueve de la noche, y si salía sola, podría ser un problema.

―¡Revisaré la gran casa de baños una vez más!

No queriendo perder más tiempo hablando, Amikura se marchó.

Verdaderamente era un poco problemático que Ichinose estuviera ausente a estas horas de la noche.

―Continuemos nuestra conversación en otro momento. Por favor, adelante, busca a Ichinose-san. Seguramente su presencia sigue siendo indispensable para ti, por ahora.

―Lo siento.

Me despedí de Sakayanagi y salí del vestíbulo. Mientras no se le permitiera actuar sola fuera de un grupo, Ichinose no era una estudiante que rompiera las reglas designadas por la escuela sin ninguna razón.

Aunque tuviera algún problema, no cambiaría su principio básico.

Miré desde el pasillo del ryokan y vi que estaba nevando.

Si realmente estaba fuera del ryokan, sólo podía ir a un número limitado de sitios.

Tras volver a mi habitación y ponerme la ropa, salí por el patio trasero del ryokan.

Más adelante había una colina donde se podía ver el paisaje iluminado.

Este era exactamente el tipo de lugar que estaba restringido a las 9 de la noche, el toque de queda. El patio trasero, que estaba completamente dentro de los límites de la posada, no cumplía la norma para actividades en grupo.

Aunque la zona estaba iluminada con luces, seguía siendo peligrosa a causa de la nieve. Muchos estudiantes subieron a terrenos más altos en su primer o segundo día en la posada.

Por lo tanto, pocos alumnos volverían a visitarlo con el frío y la nieve que hacía.

Además, era el último día. Querrían pasar un tiempo de relajación en el ryokan.












1 comentario:

  1. Espero sinceramente que Kushida no se "enamore" de Ayanokouji tambien. A lo mejor él se vuelve su primer amigo sincero, pero espero que no vaya mas alla de eso. Por lo demas, es bueno ver que ayuda a compañeras de distinto curso como Yamamura e Ibuki, a la vez que empiezan otros personajes a ver mas cosas sobre el.
    Eso si, me preocupa que nuevamente esten usando a Ichinose como cebo para atrapar a Ayanokouji. No hay que olvidar que este viaje es una oportunidad perfecta para secuestrarlo.

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