Rakuin no Monshou Volumen 2 - Capítulo 3

EL GLADIADOR DE SU ALTEZA REAL 

PARTE 1 

Al día siguiente y al día siguiente a ese, Orba rechazó todas las invitaciones de Ineli y Rogue Saian. 

Se recluyó en su habitación, donde el trabajo que realizó fue equivalente… a nada. 

Vagaba solo en su habitación. La sección principal era mucho más grande que los cuartos en los que se había quedado cuando era un esclavo gladiador. Varias veces más grande. El balcón que se extendía desde su habitación también servía de jardín. Pero ir allí permitiría que lo vieran y quería evitar que surgieran preguntas sobre por qué no estaba enfermo. Por eso caminaba en la habitación. 

El primer día y el segundo día, Orba se paseó como una bestia merodeando en busca de acción. Cada segundo que pasaba se sentía una eternidad. Incluso sus comidas se llevaban a cabo en silencio. Y cada vez que escuchaba un leve ruido, inmediatamente dirigía sus ojos hacia la puerta, para encontrar que ésta nunca se abría. Para el segundo día, una sombra de impaciencia se encendió en su rostro. El cielo afuera de la ventana ya se estaba oscureciendo. Justo cuando había perdido la esperanza, un mensajero solitario entró corriendo a la habitación. 

Está aquí. 

Los pies de Orba se detuvieron. Cuando Dinn lo llamó y vio su cara, contuvo el aliento. Los ojos de Orba se levantaron y sus labios se curvaron hacia arriba para revelar sus dientes. Era una apariencia aterradora que rivalizaba con la de su máscara. 


Con la información que recibió del mensajero, Orba le dio nuevas órdenes. Debían ser desplegadas en las entradas del palacio y en los edificios principales, y también en toda la ciudad, sirviendo como puntos intermedios, similares al relevo de información, y proporcionando transmisión bidireccional de inteligencia. 





La ubicación estaba a dos callejones del camino principal, en un ryotei [1] al final de una calle llena de burdeles. ([1] NTI: Un restaurante japonés tradicional, comúnmente utilizado para mantener conversaciones discretas y al que acuden las clases más altas.) 

En resumen, Noue no se había presentado personalmente. Con el que Oubary cenó era su mensajero. La ubicación era una habitación privada situada en el tercer piso. Cualquier persona en la tienda que desee ingresar debe, sin excepción, tocar el timbre y obtener permiso. Era ideal para charlas confidenciales. 

Orba primero consiguió infiltrar a varios esclavos gladiadores en la tienda. Naturalmente, les había dado dinero y los había preparado con el atuendo apropiado. Después de beber varios vasos de vino, comenzaron un alboroto a la hora establecida. Incluso incitaron a la gente de la tienda a una pelea, aunque tuvieron cuidado de no crear una conmoción mayor de la necesaria, y luego inmediatamente abandonaron la tienda. En ese momento, el ágil gladiador Aeson trepó por las cercas y las paredes y se colocó contra el balcón de la habitación en la que estaba Oubary. Aeson era un pirata nacido en los mares del norte de Zongan y tenía bastante experiencia subiendo y bajando del mástil. 

Escuchó sigilosamente la conversación sin hacer ruido. La reunión duró aproximadamente treinta minutos. Lo que Aeson pudo discernir no fue más que los escasos cinco minutos finales. Aun así, hubo algo de cosecha. Casi al mismo tiempo que terminaron su reunión, Aeson salió del balcón. 





Aproximadamente tres horas después del primer informe del mensajero, Orba escuchó el informe de Aeson. 

— Ya veo. Ni una palabra de esto a nadie. 

— Entiendo. 

No acostumbrado a esta forma de discurso, Orba llamó una vez más a Aeson, quien estaba a punto de irse con el dinero de la compensación en sus manos. 

— ¿Señor? —respondió, volteándose para encontrar una pistola apuntando hacia él. Aeson se puso rígido. 

— Diré esto una vez más, solo para ser claro. Ni una palabra a nadie. 

— S-sí, señor. 

— No bebas durante el festival. No salgas de Solon. No sabes dónde están mis ojos y mis oídos. A cambio, si te mantienes firme hasta que termine el festival, te daré la misma cantidad de dinero que recibiste ahora. 

Un semblante alegre se formó en su cara pálida, y respondió: 

— ¡Señor! 

— ...¿De qué se trata todo esto? 

Dijo Dinn después de que Aeson se despidió, su rostro también perdió el color. 

— Nada está claro ahora y todo es posible. 

— P-Pero, esto no tiene ningún sentido. El general Oubary ha servido durante mucho tiempo a Mephius. Además, él no quiere la paz con Garbera. La princesa... no podría haber venido aquí con este propósito, pero entonces... Mmpphhmmfuu. 

Con un plato de uvas metido en la boca, Dinn estaba ocupado masticando. 

— Dije que nada está claro aún. Después de todo, solo tenemos partes de información aisladas. 

Aunque cuando Orba lo dijo con calma, su corazón se enfureció turbulentamente. 





El contenido de la conversación que Aeson escuchó fue el siguiente: 

— El incidente con Kaiser fue realmente afortunado. Parece haber estimulado la instigación de Zaat. Pero nunca pensé que esta situación llegaría tan pronto. Más bien, debido a que el asunto con Kaiser existe, Noue no tendrá que trabajar para sus metas, ¿no es así? 

— Es como dice —respondió el mensajero—. Lord Noue está progresando constantemente en sus preparativos. Zaat Quark, y también prendiendo fuego a la habitación de los esclavos, todos los procedimientos están llegando. 

— Y entre los procedimientos, yo también debería ser contabilizado, ¿no es así? 

— Por la cooperación del general... 

— Eso es suficiente. El agradecimiento vendrá después de que todo haya terminado. Está bien que me dejen el manejo del asunto de Zaat a mí, pero la situación con los esclavos me preocupa. Ese hombre llamó a Pashir. Parece que hemos ganado su cooperación, pero él está participando en el torneo de los gladiadores. Si pierde la vida, ¿no será esto en vano? 

— No hay necesidad de preocuparse. El fuego ya arde lentamente en Mephius. Por así decirlo, en el mejor de los casos no somos más que ventilación. Incluso suponiendo que Pashir fuera a perder la vida, las llamas que ya arden no se apagarán tan fácilmente. 

— Ya arde en Mephius, hmm. Tienes toda la razón. Para este fin, la búsqueda también será resuelta dentro de Mephius. Por supuesto... así que este era el objetivo de Noue. Los esclavos gladiadores son un grupo desafortunado. Son iguales a los niños que son provocados por adultos malvados hacia una oposición infructuosa. 

Oubary sofocó una carcajada. 

— Después de esto, no habrá nada que moleste al general. Su cooperación en ocultar al instigador ha dejado a Lord Noue maravillado por su valentía y capacidad para actuar, general Oubary. Rezo por una relación duradera de camaradería y confianza entre nosotros que pueda ir más allá de nuestros países. 

— Hmph —resopló Oubary. Debido a que su persona no se podía ver, no fue posible discernir qué emociones tenía en ese momento—. ¿Pero qué vas a hacer con esa princesa tuya? Si hacen un mal movimiento, su vida estará en peligro. 

— Si la princesa escapara antes de tiempo, se sospecharía de la participación de Garbera. No se trata de hacer un mal movimiento, así sería como termina. 

— Ho —la voz de Oubary tembló levemente. 

Había sido un corto tiempo. Entonces Oubary se aclaró la garganta. 

— -La hora terminó. Vámonos. ¿A qué banquete han invitado a Noue esta noche? 

— Creo que se llamaba Moonlight Palace. Un gran número de enviados de numerosos países han sido invitados. Si mal no recuerdo, la Princesa Vileena también ha ido. ¿El general también irá? 

— No, todo lo contrario. Preferiría no encontrarme con caras extrañas. Evaluaré la situación de Zaat... 

Se levantó de su asiento y se alejó de la habitación, terminando de esta manera con la conversación. 

Orba reprodujo la conversación que escuchó de Aeson una más en su cabeza. 

Su pecho palpitaba. 

Oubary y Noue estaban tramando algo indignante durante este festival. Y para agregar, era algo lo suficientemente grande como para hacer temblar el corazón mismo de Mephius, no hay duda al respecto. 

Oubary está vendiendo a su país, y Noue, quien debería promover la paz, está trayendo problemas a Mephius. 

No sabía cuál era su objetivo en común. En la fase actual, ni siquiera podía ofrecer una suposición. Pero dos puntos quedaron claros en la conversación. El primero era: 

La vida de la princesa está en peligro... 

Por supuesto, en este caso, ella es la tercera princesa de Garbera, Vileena Owell. 

Y el otro punto estaba relacionado con la palabra clave, Pashir. El Pashir que Orba conocía era el gladiador que era el principal candidato para el campeonato. Oubary también había mencionado que estaba “participando en el torneo”, por lo que no había forma de confundirlo. 

Los nombres de estas dos personas, a primera vista, parecían no tener conexión; pero era evidente que estos dos estaban atrapados en algún plan que, incluso ahora, estaba avanzando firmemente. 

Si fuera algo que simplemente traería problemas a Mephius, Orba incluso podría haber sonreído. Odiaba a Mephius. Si eso significaba quemar a los nobles hasta los huesos y hacer que sufrieran en agonía, él aprovecharía la oportunidad, incluso él solo. Sin embargo, si Oubary tenía que ver con esto, entonces ese era un asunto diferente. Nunca iría con los deseos de ese bastardo ni siquiera una vez. 

Y también… 

La imagen de un cabello platino cruzó por su mente. Y con eso, una irritación pura y extremadamente honesta. 

Orba se cruzó de brazos como siempre lo hacía cuando estaba sumido en sus pensamientos. Zaat, a quien Oubary dijo que iría a ver. El Moonlight Palace, donde se decía que Noue había ido. ¿A cuál debería ir por ahora? No iba a molestarse con el pretexto de hacer preguntas directamente. La información que tenía era muy pequeña. Eso era la razón por lo que había elegido reunirse con él directamente para tratar de sacudirlo. 

— Dinn, prepara una muda de ropa. 

— ¿Vas a salir ahora? ¿A dónde? 

— El Moonlight Palace —respondió Orba. Por alguna razón, lo había dicho en un tono avergonzado, después de haber decidido ir allí. 

— Ese lugar tiene una gran cantidad de enviados presentes —dijo Dinn, centrándose en la tarea en cuestión—. Ummm, entonces el atuendo formal es adecuado para una fiesta... pero si es el príncipe, no haría nada más que alardear sobre su primera campaña, entonces ponerse un atuendo militar sería... 

— Una armadura, sandalias y brazaletes. 

Orba recogió el objeto que ocultó cuando los invitados estaban presentes. Era la máscara del Tigre de Hierro. 





Vestido con ropa apta para un gladiador, Orba se dirigió hacia el Moonlight Palace solo. 

El Moonlight Palace, su nombre original era “El Palacio de la Luz de Luna frente al Ala Izquierda del Dragón”. Se acercaba al Santuario Imperial del Ojo del Dragón, contenía uno de los jardines más magníficos que se encuentran en Mephius, y se usaba con más frecuencia para acoger grandes fiestas. 

El guardia en la puerta vio la máscara de Orba e hizo una reverencia. No era un hombre con un gran carácter, pero de acuerdo con las reglas, realizó una inspección de las armas y luego otorgó permiso para que Orba ingresara. 

Tan pronto como entró en el jardín, todos los hombres y mujeres lo llamaron. El nombre y la apariencia del gladiador que se dice que derrotó a Ryucown se habían hecho muy conocidos. Los nobles, que como invitados a la fiesta organizada en esta mansión quedaron en segundo lugar, le dieron la bienvenida. 

No era que nunca hubieran previsto encontrarse con una persona salvaje hasta ahora, pero Orba se había convertido en la comidilla de la multitud. Por todo el arduo trabajo que hizo como doble del príncipe, es lo menos con lo que podía ser recompensado. 

Mientras se dirigía más adentro, Orba se encontró con las dos princesas, Vileena e Ineli. Miró con asombro. Las dos estaban una frente a la otra charlando alegremente. Y mientras lo aparentaban, se podía ver abierta hostilidad dentro de esos dos pares de ojos. 




PARTE 2 

Vileena Owell ardía con ambición. El príncipe, quien pensó que finalmente se levantaría de la cama en la víspera del festival, se había retirado de inmediato a su habitación. Ella ya no dependería de él. 

Como si dependiera de él. ¡No hay nada de lo que depender! 

Se paró frente a un espejo que se ajustaba a su vestido, y mientras Theresia se ocupaba de su pelo, apretó los puños con fuerza. 

— La ausencia del príncipe es realmente conveniente. Evaluaré a los enviados de todos los países por mi cuenta y reforzaré sus conexiones con Garbera, incluso mientras esté aquí en Mephius. Así es, y también puedo aprovechar esta oportunidad para recordar los nombres y las caras de los nobles mephianos. Primero, tendré que hacer un nuevo conocido, un amigo cercano. Si no establezco mi propio punto de apoyo, no haré ningún progreso. 

— Cielos. Princesa, está haciendo una cara terrorífica —dijo Theresia, mirando al espejo—. Si actúa de esa manera, entonces todo el esfuerzo que pongo en prepararla como la mejor mujer de Mephius se irá a la basura. Asustará a todos los hombres. Incluido ese príncipe lejano, seguramente se estremecerá de miedo en su habitación al ver una cara tan demoníaca. 

Ignorando el comentario sarcástico de Theresia, las violentas emociones de Vileena se encendieron aún más. 

La forma de hacer las cosas de ese emperador... No me gusta. 

Se decía que la ejecución de Kaiser Islan estaba programada en unos días. Además, iba a ser en el transcurso del torneo de gladiadores, donde las masas podrían verlo como si fuera una carnada viva para los dragones. Habiendo escuchado esto, la piel de Vileena se retorció con disgusto y horror. 

Kaiser prácticamente no tuvo la oportunidad de defenderse. En el mejor de los casos, solo había expresado su oposición a la propuesta del emperador de reubicar el santuario y erigir un nuevo edificio en su lugar. Si esto sucediera, incluso la administración del país se descontrolaría. 

“Estos hombres de gran posición que solo saben mirar el semblante de su amo con miedo a provocar su ira son los que participan en la política del país. Nunca pensé que un país así duraría tanto tiempo en una sociedad en guerra”. El abuelo sin duda diría algo así. 

Vileena comprobó, mientras asistía a la fiesta organizada en el Moonlight Palace esta tarde, que no importa cuán salvaje fuera Mephius, debería haber quienes no pudieran ignorar sus sentimientos de oposición a la conducta del emperador. 

Me aseguraré de todas y cada una de sus posiciones y puntos de vista, para que pueda usarlo de alguna manera en beneficio de Garbera, debo definir mi posición. 

La fiesta comenzó exactamente a la puesta del sol. En los pasillos y el jardín, montañas de comida y personas estaban listas y preparadas. Y entre el constante parloteo y la música, Vileena se presentó ante la gente de la fiesta elegantemente vestida. Hacia los nobles Mephianos que la llamaban, ella les demostraba una sonrisa afable. 

— Ah, otra belleza se nos ha unido en esta encantadora noche. 

— El día de orgullo para todos los mephianos no tardará en llegar. Rezo con todo mi corazón para que la boda con la princesa, alabada como la flor blanca de Garbera, llegue incluso un día antes. 

— ¡Pobre de mí! Qué encantadora princesa. Una pareja muy adecuada para nuestro príncipe heredero. 

Sólo sigue sonriendo. 

Luchó para evitar que sus emociones, que tomaban la forma de una araña venenosa anidada en lo más profundo de su ser, no aparecieran en su rostro mientras respondía cortésmente a todas y cada una de ellas. Sin embargo, nunca se mencionó el tema relacionado con Kaiser. Vileena también se había familiarizado con algunas de las costumbres de Mephius, y por eso sabía muy bien que las mujeres preferían no meter la nariz en la política. 

Si al menos puedo conseguir a alguien de ellos para abordar el tema... 

Entendía que era difícil para ellos abordar este tema con un invitado extranjero. Vileena lamentaba amargamente la ambigua posición en la que se encontraba. Si Gil Mephius hubiera venido aquí junto con ella, las circunstancias podrían haber sido algo diferentes. Como creía, su furia hacia el príncipe, y también hacia su incompetencia, crecía aún más. 

Decidió cambiar de ubicación. Y si este tema surgiera en algún momento, ella intentaría unirse. 

Entre el Moonlight Palace y el Palacio Principal, un bosque pequeño, pero curiosamente inusual, se extendía y hacía que la vista al jardín fuera mucho más agradable. En el centro del jardín había una fuente de agua donde se reunía una multitud de personas y mantenían una conversación amistosa. Y en la esquina, un grupo de músicos tomaron sus posiciones y producían una melodiosa sinfonía mientras tocaban sus instrumentos. Las parejas, jóvenes y mayores, se abrazaban y bailaban. 

¿Oh? Vileena se detuvo. Había visto a Noue Salzantes. En el palacio de Garbera, era un hombre popular entre las jóvenes y niños, y parecía ser similar en Mephius. Mostraba un magnífico baile con una de las damas, mientras los grupos de mujeres que los rodeaban lanzaban miradas de envidia y celos. 

Una vez que el baile terminó, Noue se dio cuenta de la presencia de Vileena. Ofreció sus saludos y sin perder un segundo, rápidamente se dirigió en dirección de la fiesta. 

— Buen día, hermana mayor. (NTI: Como con Gil, está escritoお義姉さま, significa hermanastra pero se pronuncia onee-sama. Ineli es mayor que Vileena, sin embargo se dirige a ella como onee-sama como forma de respeto más que por la edad, así que de ahora en adelante se usará el término “hermana mayor”.) 

La que levantó su falda e hizo una ligera reverencia era Ineli Mephius, la hermanastra de Gil Mephius y la princesa imperial. 

Vileena recordó su aspecto inocente y encantador. Y con eso, el comentario extremadamente grosero que Theresia había hecho, “No creo que haya dos años de diferencia con Vileena-sama”. 

— Ah, ¿podría ser que todavía tengo que presentarme con mi hermana mayor? Espero que no te importe, ya que es solo la diferencia entre rápido y lento. Sentí que sería mejor intercambiar saludos lo antes posible, para las dos. 

— Sí, creo que sí..., ¡Au!, Sí, no podría estar más de acuerdo. 

El “Au” fue porque Theresia le había dado un codazo. Era una situación delicada en la que se determinaban sus posiciones, pero en este momento, era mejor comportarse con la presencia acorde a un invitado. Y también, Theresia había comprendido intuitivamente que esta chica Ineli era alguien a quien su ama nunca llegaría a gustar. 

— Justo ahora, he tenido el placer de un entretenido baile con Lord Salzantes, y como era de esperar, Garbera tiene personajes muy refinados. Sus técnicas de baile y, por supuesto, su capacidad para escoltar a una dama, son muy superiores a las de los hombres de Mephius. Hermana mayor, digamos... ¿no te divertirás también bailando? Sin duda, todos los presentes aquí estarán encantados. 

— No lo haré. Bailar es una de mis áreas más inexpertas —Vileena sonrió con modestia—. He tenido el placer de presenciar esto hace un momento, pero la Princesa Ineli es extremadamente hábil. No sería adecuado que participara. 

— Oh, conque es así. Entonces así es como es. Bueno, es mejor no preocuparse por eso. Un instructor de baile me enseñó desde que tenía tres años. Ese instructor es un maestro bailarín de la corte imperial de Arion. Esa persona ha sido elogiada por tener talento a la edad de tres años. 

— Eso es asombr-, una hazaña asombrosa. 

Antes de que lo supiera, un grupo de chicas, probablemente hijas de distinguidos nobles, se habían reunido a su alrededor. 

— De verdad, Ineli-sama ha sido capaz de hacer cualquier cosa desde que era pequeña. 

— También he sido regañada por mi padre y mi madre, diciéndome “¿Por qué no puedes ser como Ineli-sama?” Y yo pensaba, “¡No hay forma de evitarlo! ¡No soy Ineli-sama!” 

Las chicas estallaron en una risa atronadora. Ineli le sonrió triunfante a Vileena, quien fue obligada a continuar con su sonrisa preocupada. Y: 

— Oh, no es como si incluso yo pudiera hacerlo todo. ¿No tienen sus todos fortalezas y debilidades? Por ejemplo... —cambiando suavemente la conversación, dirigió sus brillantes ojos a Vileena— por ejemplo, no puedo pilotear aeronaves. 

— ¿Aeronaves? 

— ¿No es realmente embarazoso saber cómo pilotear una aeronave? ¿No es eso algo usado en el ejército? Nunca he visto una de cerca. 

Ineli sonrió disfrutando de la confusión de las otras chicas. 

— Supongo que tienes razón. Eso es, en cierto modo, algo que no te hace feliz. Quiero decir, piénsalo. Montar esa cosa, y usarla para volar en el cielo, y luego terminar asustada y desmayarte. ¿Eso no te avergonzaría? 

— Ah, tienes razón. Eso es inapropiado para una dama. 

— Olvídate de que se enojen, incluso podríamos ser repudiadas. 

Se rieron juntas. Cuando Ineli mostró su aprobación, observó atentamente a Vileena, cuyos ojos estaban distorsionados. 

¿Oh? Podría ser esto... 

Vileena podía adivinar de qué se trataba. Era evidente sin necesidad de que esto fuera más allá. Dejando a un lado a las otras chicas, Ineli sin duda era completamente consciente de esto. Se trataba de la princesa que había venido de otro país y su incomparable capacidad para pilotear una aeronave. Y de cómo, en la batalla en la Fortaleza de Zaim, había volado en el campo de batalla con su propia nave. 

Entonces eso es lo que es esto. Ella está buscando pelea. 

Se obligó a mantener su sonrisa mientras su mente bullía repetidamente. 

Si ella va a buscar pelea, le mostraré una. Ahora... ¿cómo debería hacerlo? 

— ¿Pasa algo? —Ineli le sonrió dulcemente—. Hermana mayor, ¿has cambiado de opinión? ¿Aceptarás un baile? 

Vileena lo entendió ahora. Ineli parecía tener una gran confianza en esa área de experticia. Incluso Vileena tenía cierto conocimiento del baile. Después de todo, era la princesa de un país, y al menos tenía una educación básica en la etiqueta de cómo ser una dama. 

Vileena se recogió las mangas de su vestido con confianza y levantó la barbilla. 

— Si insistes en esa medida, aunque pueda ser embarazoso, Vileena Owell te entretendrá con un baile. 

Oh, de verdad. 

Ineli, frente a Vileena, se rió entre dientes. Su entorno también se volvió más animado. Noue, en un último esfuerzo para ayudar en esta situación habló: 

— Entonces seré el compañero de la princesa. 

Ineli lo acalló. 

— No, no lo permitiré. Usted dijo que continuaría acompañando a Ineli como su compañero toda la noche. Usted lo había prometido, ¿verdad? 

— Ah. Bueno, eso, pero su alteza imperial... 

Noue se deprimió. En Garbera, en cambio, sería él quien liderase a las mujeres, el que se rumorea que causa escenas trágicas que entre hombres y mujeres. Pero aquí, en las tierras de un país extranjero como embajador permanente, como se esperaba, no pudo rechazar a esta princesa. 

En este punto, un joven noble rápidamente extendió sus manos hacia la princesa real. 

— ¿Su alteza permitirá que el indigno yo, sea su compañero? 

El nombre de este hombre era Baton Cadmos. Era un hombre de gran estatura, y en términos de apariencia, era apto para actuar como el compañero de la princesa. Vileena hubiera estado bien con cualquiera como su compañero. Cuando esta princesa tomó su mano, no pudo ver a Baton guiñándole un ojo a Ineli. 

El plan de Ineli era hacer que esta ocasión avergonzara ligeramente a esta princesa de otro país. Hasta ahora en eventos tan llamativos, ella era la actriz principal. No solo fue enviada con tutores dentro de Mephius, sino también a personas de diferentes estilos en todo el mundo, y confiaba en su propio estilo. Ella era muy conocedora de la moda, selección de temas, baile, té, un poco de espíritu, pintura y música. Todas las chicas de la edad de Ineli luchaban por ser como ella. Y más aún cuando su madre, Melissa, se había convertido en emperatriz y su estatus se había elevado al de una princesa imperial. 

Y de repente entrometiéndose en su dominio estaba Vileena. Los mephianos eran de alguna manera bastante débiles a las expresiones de origen “cultural”. A pesar de que Garbera fue hasta hace poco un país enemigo, muchos mephianos podían deleitarse con el sabor refinado de su cultura. Particularmente, las historias caballerescas de Garbera, de cómo los hombres tomaban las armas por su dama y arriesgaban sus vidas luchando por ellas, habían cosechado gran popularidad entre las mujeres y los niños. 

Durante las charlas de té, el tema de sus chismes se desplazaba hacia Vileena. Y, mientras permaneciera en el mismo país, su situación de estar encerrada en las habitaciones de las mujeres sería extrañamente exagerada. Justo hoy, pasaron una al lado de la otra e intercambiaron miradas, y sin el menor esfuerzo Vileena llamó la atención de todos alrededor. La sola idea de esto la enfermó. 

La derribaré aquí. 

Ella avergonzaría a Vileena, lo suficiente como para abrumarla y luego, compasivamente, le ofrecería una mano. Si también podía hacer de la princesa de Garbera su seguidora, podría una vez más tomar la iniciativa en las cámaras de mujeres como lo había hecho hasta ahora. 

Sonó la melodía del vals Mephiano y comenzó el baile. Ineli y Noue bailaron con movimientos igualmente fluidos. Su respiración se sincronizó gradualmente, y los suspiros se filtraron de la multitud que observaba. 

En el otro extremo, la ya mencionada Vileena era balanceada con toda fuerza por Baton. Estaba perpleja por este baile, que se había convertido en uno en el que sus dos pies eran propensos a levantarse del suelo. En un intento de igualar los movimientos apresurados de su compañero, pisó el pie de Baton. Los dos perdieron el equilibrio. 

— Princesa, hay que dar el paso mucho antes. 

Al escuchar las voces de su alrededor, Baton ofreció algunos consejos. Sonrisas furtivas escaparon de la periferia. 

— M-Mis disculpas. 

Ella accidentalmente habló como lo hacen los hombres. Su cara se puso roja en concordancia. Pero tropezó muchas veces más después de eso. Incluso mientras hacía intentos por seguir a Baton, no había absolutamente ningún indicio de que él le permitiera hacerlo. Esta vez, tropezó completamente con sus pies y se tambaleó. 

Este hombre, lo está haciendo a propósito. 

Ella lo miró a los ojos. Allí yacía una sonrisa arrogante. 

Vileena sonrió. 

— Ah. 

Theresia alzó la voz en advertencia, pero era demasiado tarde. Baton una vez más metió el pie para obstruir los pasos de la princesa, y Vileena que había anticipado que esto, pateo su otro pie. Y luego, usando la rotación de sus caderas, arrojó al asustado Baton. 

Baton cayó de bruces al suelo. Por un momento, el vals se detuvo, mientras la gente daba un grito de sorpresa inocente. Theresia se cubrió la cara. 

— ¿Alguien? 

Vileena lanzó una mirada desafiante a los hombres. Y extendió su mano derecha en el aire. 

— ¿Hay alguien ahí? Este benévolo hombre no es adecuado para ser mi pareja. ¿Hay alguien por ahí dispuesto a mostrarle a la princesa de Garbera un verdadero vals Mephiano? 

— Ajajajajajajaja —Ineli se rió con voz chillona una y otra vez. Noue también se sorprendió, pero con Ineli como su compañera de baile, no pudo ofrecer ninguna ayuda. 

Vileena estaba rodeada de miradas. Todos bajaron la vista y voltearon sus rostros. También hubo quienes fingieron estar bastante ocupados en conversaciones banales. Incluso mientras miraba dando un giro completo, no había signos de que alguien aceptara. Mientras reprimía su ira, podía sentir las reacciones de sorpresa. 

Había ido demasiado lejos. Con esto, ganaría la hostilidad de la gente de Mephius. Los seguidores que ella había ganado no estaban por ningún lado. Todas y cada una de estas personas no daban ninguna respuesta. No solo temían provocar la desaprobación de Ineli, sino, sobre todo, ser el objetivo de la hostilidad ardiente de Vileena. 

Se mordió sus labios rosados. En su pecho, podía sentir que su abuelo la reprendía. 

Esa chica llamada Ineli. ¿Podría haber leído mi temperamento impulsivo y predecir este resultado, me provocó? 

Si eso es así, es mi derrota completa. Actué exactamente de acuerdo a sus expectativas. 

Pero Vileena continuó extendiendo su mano a pesar de eso. No podía perdonar el temperamento de esa chica precisamente porque la había guiado a esto. A medida que pasaba más tiempo, la comprensión de su miserable estado se hizo evidente, y cada segundo que pasaba lentamente comenzaba a parecer una hora. Su hombro se cansó lentamente, y esa misma mano que no había logrado agarrar nada descendió en vano. 

La propia Vileena bajó la cabeza. Por el rabillo del ojo, pudo vislumbrar la triunfante sonrisa de Ineli. 

— -Princesa. 

En ese momento, la figura de una persona emergió de la multitud. 

Vileena se quedó sin aliento, y también jadeando en un sentido diferente estaba Ineli. 

— Princesa, si le parece bien, ¿humildemente, no, le concedería al indigno yo un baile? 

Con una reverencia, el que levantó las manos en alto y tenía puesta una máscara, era el antiguo gladiador. 





Vileena, así como estaba de aprensiva, levantó su mano por segunda vez y tomó la del gladiador, la mano del Guardia Imperial. 

La mano de Orba torpemente se deslizó alrededor de su cintura. 

Los dos, inclinados hacia el otro, como un niño y una niña cuando se dan la mano por primera vez, vacilantemente daban pasos. 



El baile fluyó. La princesa que acababa de llegar de otro país y el antiguo gladiador que había derrotado al general enemigo en la Fortaleza de Zaim; la atención se centró en los dos. La pasión los rodeaba, posiblemente amplificada por la actuación musical dada por los virtuosos. 

Orba prestó atención discreta a sus pies. Nunca antes había experimentado este tipo de baile. Él grabó el ritmo del baile en su mente. Una simple pérdida del ritmo, y temía que todo el baile se desmoronara. 

Uno, dos, tres... uno, dos. 

Debajo de su máscara, un sudor frío firmemente se suspendió en sus cejas. ¿Es este ritmo? No, espera, hay un retraso. Extiende tus manos, mira hacia otro lado, y luego otra vez, uno, dos, tres, uno... 

— Orba. 

— ¿Huh? 

Aún más sorprendida, la voz de Orba resonó. Él estaba realmente nervioso. Vileena soltó una risita y dijo: 

— Gracias. 

Orba no respondió ninguna palabra. Él mismo ni siquiera estaba seguro de por qué se había presentado voluntario ante la princesa. 

La pasión matizó la noche, y en medio de la melodía del vals que fluía en los oídos, tomó la mano de la princesa y bailó una y otra vez. El viento de la noche se sentía refrescante contra su piel. Las ramas del bosque crujían y la fuente se bañaba en un atractivo dorado bajo las luces del fuego, mientras suaves sonrisas se extendían por las caras de los invitados viendo la escena desarrollarse ante ellos. 

Esta noche. Esta escena. Orba no lo soñó. 

En poco tiempo, la música se detuvo y los dos rápidamente levantaron las manos en el aire. Saludos y aplausos hicieron eco. El baile fue torpemente ejecutado, y sin embargo, de alguna manera tocó sus corazones. Sus manos entrelazadas se separaron y ambos se dieron una cortés reverencia, durante la cual Orba se sintió abrumado por una oleada de intensas emociones. 



PARTE 3 

Tan pronto como el baile terminó, Orba se vio nuevamente rodeado de gente. 

— Orba-dono, ¿nos permitirás escuchar los detalles de la vez que derrotaste a Ryucown? 

— Ven aquí y vamos tomar unos tragos juntos. 

— ¿Es verdad que la máscara es la maldición de un mago y no se puede quitar? 

— ¿Qué hay con el rumor que oculto detrás de esa máscara, hay un noble de un país en ruinas? 

No hay fin para ellos. 

Orba resistió el impulso de gritar “¡Cállense!” Y se comportó respetuosamente. Entre ellos, muchas mujeres intentaron tocar su cuerpo, lo que provocó que saltara en respuesta, lo que a su vez invitó a la gente a reírse. 

Luego, sintió una mirada penetrante de un grupo de personas en el extremo opuesto. Por casualidad, miró a Ineli y vio una expresión que no podía explicarse con palabras. No era enojo o tristeza, y aunque se acercaba a ser inexpresiva, su mirada enviaba fuertes sentimientos de hostilidad. 

Cuando los ojos de Orba se encontraron con los suyos, la cara de Ineli se tiñó de rojo, y luego palideció lentamente, después de lo cual, desafiante, le dio la espalda e inmediatamente se alejó. Vio por el rabillo del ojo a Baton persiguiéndola como una ráfaga. 

Por fin, llegó el final de la fiesta y Orba fue liberado de los persistentes y entrometidos invitados. Las parejas que se dispersaron tan rápido como se formaron, los que se dirigían a una fiesta diferente, los que habían bebido hasta la inconciencia y estaban siendo atendidos por sus sirvientes, los que discutían cómo querían ir a ver el festival de la ciudad, y entre toda esta gente presente, el objetivo, Noue, se había ido hace mucho tiempo. 

Tch. ¿entonces cuál fue el punto de venir aquí? 

Mientras pensaba en regresar, una mujer de edad avanzada salió del jardín y lo detuvo. Pensó que se trataba de otra persona que afirmaba ser fanático del gladiador, pero tras una inspección más cercana, encontró que la que se inclinaba ante él era la doncella principal de Vileena, Theresia. 

— Por ayudar a salvar a la princesa, ofrezco mi más humilde gratitud. 

— …¿Qué quieres decir? 

— Jojo. Veo que Orba-dono es del tipo que salva a una doncella en apuros. Pareces muy versado en el código de un caballero Garberano. 

— Soy un gladiador —Algo desconcertado, Orba negó con la cabeza—. Englobar a un gladiador junto con un caballero de Garbera, definitivamente harás que te tengan resentimiento. Siendo un antiguo esclavo y aun así tomando la mano de la princesa, en su lugar, debería pedir perdón. 

La mitad de lo que él había dicho era para burlarse de él mismo, y la otra mitad por cinismo. Era posible que una persona de alto rango y un esclavo hablaran como iguales y se tomaran de las manos. Sin embargo, la diferencia entre eso y la realidad era tan grande como el cielo y la tierra. 

Todo el tiempo, Theresia levantaba el rabillo del ojo. 

— La princesa no es alguien que se preocupe por si una persona es esclava o no. Por supuesto, yo tampoco. La princesa incluso te despreciaría por humillarte. Por favor, ten eso en mente. 

Eso es porque no conocen a un esclavo. 

Estaba a punto de comenzar su reprimenda, pero notó el montón de copas de vino vacías que habían caído sobre la mesa donde Theresia estaba sentada. Mientras tanto, suspiró y bajó cortésmente la cabeza. Entonces, una preocupación repentina vino a su mente. 

— ¿Has visto a la princesa? 

— Oh... —Theresia se encogió de hombros con expresión preocupada—. Ella declaró firmemente que quería dar un paseo por el jardín a solas. Bueno, la seguridad aquí es lo suficientemente estricta como para que ella esté bien incluso si está sola, pero como puedes ver, todavía no ha regresado y he estado esperando aquí todo este tiempo. 

Ella le ofreció un vaso, como preguntando: “¿te unirías a mí?” pero él se negó con la mano. 

— ¿Olvidaste algo? 

Theresia preguntó, instigada por Orba, quien procedió a caminar hacia el jardín. 

— No. 

Orba se fue después de decir esa palabra. 

Deambuló por el jardín, y luego distinguió la figura de alguien posado en una colina ligeramente elevada y marchó hacia allí. 

Era un lugar donde se podía ver el bosque situado entre el palacio. El palacio iluminado y en el extremo opuesto en un área de tierra parcialmente hundida, se podían ver las luces de la ciudad. La muchedumbre, que seguía creciendo, inundó de algarabía el festival, y si escuchaba con atención, se podía oír el bullicioso tumulto de la ciudad traído por el viento. 

Vileena estaba allí. En la cima de la colina, sus manos se aferraban a una cerca de su altura mientras miraba hacia el paisaje urbano. Orba intentó gritar su nombre, pero ¿por qué su voz no salía? 

Tan pequeña. 

Así fue como la vio. El rostro de esta jovencita levemente iluminado por las luces de la ciudad era lo suficientemente hermoso como para llamar la atención de una persona de inmediato y, sin embargo, mostraba una inusual inmadurez. La princesa tenía catorce años. Era de esperar que pareciera pequeña, pero era la primera vez que Orba la veía de esta manera. 

Se escuchó un leve zumbido. No era lo mismo que el sonido del vals Mephiano de antes. Sonaba como una melodía de Garbera. Incluso volando con una nave, ¿cuántos días tardaría en llegar a esa tierra distante desde aquí? 

El zumbido continuó durante un tiempo, cuando Vileena se detuvo de repente y se dio la vuelta. 

Un espadachín en silencio en la oscuridad de la noche, con el rostro oculto por una máscara y parado detrás de ella, ciertamente era espeluznante, pero Vileena no emitió ni un solo sonido, solo miró ligeramente sorprendida. 

— Acerca de antes... 

— No fue nada. 

De nuevo, la interrumpió antes de que ella pudiera darle las gracias. Ella ahora no sabía qué más hablar con él. Y posiblemente habiéndolo encontrado, sonrió. 

— Has sido único desde lo sucedido en la Fortaleza Zaim, ¿no? Que un héroe esté en este lugar solo no está bien. ¿Por qué no vas y haces un brindis con todos? 

— Lo mismo vale para la princesa. Estar sola aquí es peligroso. Theresia-dono ha estado esperándola. Regresemos juntos. 

— ¿Yo? Yo... cierto, asistiré a una cita a partir de ahora. Con un buen caballero, podría agregar. 

Vileena se rió por la expresión de sorpresa que Orba hizo. 

Ah- 

Por alguna razón, Orba podía sentir su cara sonrojarse detrás de su máscara. 

— Sería bueno si ese fuera el caso, pero... —Vileena tomó su pelo que brillaba en el viento de la noche, y una vez más miró hacia la distancia—. ¿Qué clase de persona es el príncipe heredero? ¿Alguna vez ha encontrado a alguien que ama y fueron capaces de encontrar la felicidad? Nunca me he enamorado. He llegado a conocer muchas personas en Garbera; existen aquellos a los que me he acercado, y aquellos que son estrictos conmigo y que sin embargo me guían, pero de ellos, aquellos que siento que puedo llamar verdaderos amigos en el sentido mismo de su significado son menos de los que puedo contar. Así es como es, incluso en la ciudad natal en la que nací y crecí. Y en cuanto a Mephius... 

Vileena estaba inusualmente habladora, posiblemente debido a la oscuridad de la noche. Debido a que su cara no se podía ver, podría haber sentido que era permisible bajar la guardia por el momento. 

— No importa qué tipo de lugar sea, pensé que podría continuar como siempre lo he hecho. El abuelo también me dijo lo mismo. Soy indudablemente Vileena Owell. Y no es como si hubiera cambiado de cómo era en el pasado. Sin embargo… 

Vileena hablaba con una voz lejana que no se podía distinguir claramente. Por un corto tiempo, hubo silencio. 

— Orba. ¿Alguna vez has hablado con el príncipe? —le preguntó. 

Lo pensó un poco y respondió: 

— Sí. 

Parecería extraño si no conociera al príncipe. Una vez hecho esto, Vileena le hizo una pregunta que lo presionó aún más. 

— Para ti, ¿qué tipo de persona ves en el Príncipe Gil? 

— Incluso si me pregunta qué tipo de persona es... 

— Puede ser un poco vergonzoso, pero a pesar de que él es mi prometido, las veces que he hablado con ese hombre son menos de las que puedo contar. Incluso ahora, hay demasiadas cosas que no sé sobre él. Si pudiera entenderlo un poco más, podría luchar mejor en mi propia batalla, aquí en las tierras de este país. 

Batalla. 

Lo que Orba luchaba todos los días. Aquí en estas tierras, Vileena Owell también estaba luchando. Su actitud era extremadamente pesimista, naturalmente, pero no únicamente causada por Ineli y el ridículo ante los demás. Como estaba peleando, el alcance de sus esfuerzos, incluso esto no estaba más allá de la imaginación de Orba. Él mismo era así. 

— Me retracto. Pregunté algo estúpido. Olvídalo, yo- 

— Ese príncipe es… —dijo Orba mientras bajaba la cabeza—. Ese príncipe es infantil. Mucho más que usted. Mucho más. Extremadamente. 

— ... 

— Incluso si actúa como si lo supiera todo, realmente, hay muchas cosas que no comprende. Es por eso... probablemente pueda adivinar esto sin que yo lo diga, cosas de este tipo, es mejor no esperar nada de él. Todos sus pensamientos, él los pronuncia sin medir consecuencias. Y por lo que no sabe, si no se le enseña, permanecerá siempre ignorante —Después de que su conversación rápida terminó, Orba gruñó—. Eso es todo. Por favor, discúlpeme. Soy un mal orador. En cuanto a lo que quiero decir, incluso yo... 

— No, está bien... Ok, lo entiendo ahora— Vileena asintió con la cabeza—. Entonces intentaré expresarlo con mis propias palabras. Ciertamente, una vez que el tema se desvía de sí mismo, no sabe casi nada de los demás. Esto incluye a la gente de Mephius. 

— Sí. 

— Y- —Los labios de Vileena se abrieron—. Estoy de acuerdo en que el príncipe es infantil. Sigue una línea de pensamiento aparentemente honesta rivalizada por su simplicidad aparentemente prudente. Ocasionalmente, casi puedo imaginarlo como un bebé recién nacido. 

— ¿¡Qué!? 

— ¿Eh? 

— Ah, no, desde muy lejos, creí escuchar algunas burlas dirigidas hacia mí. 

Salió de la barandilla y se aclaró la garganta, mientras miraba hacia la distancia. 

— Ya es hora de que regresemos. Theresia-dono está bebiendo demasiado. 

— Estoy segura de que Theresia está bastante feliz de tener una razón para beber —Vileena mantuvo una sonrisa—. Bueno, entonces, vámonos. Theresia da miedo cuando está borracha. 

Ella escondió su vergüenza ante su elección de palabras. 

Los dos descendieron la pendiente y regresaron al jardín. Theresia levantó su copa de vino vacía en el aire. El que debería haber seguido su ejemplo, el paje sentado a la mesa, recostó su cabeza profundamente dormido. 

— Ahora bien. Princesa, ¿deberíamos regresar a las habitaciones de las mujeres? 

— No, lo siento Theresia, pero hay un lugar que quiero visitar. 

— ¿Hm? La princesa esperaba mucho más del festival por venir, porque yo le compraba y le daba muchos globos de colores al día siguiente. Podía llevar un montón de ellos y, sobre todo, disfrutar corriendo con ellos afuera, ¿no? 

— E-Eso fue cuando era niña— la cara de Vileena se enrojeció—. Estaba pensando que deberíamos ir a visitar al príncipe enfermo. 

— ¿Huh? 

Theresia y Orba dijeron en voz alta. 

— Pero princesa. La noche ya casi termina. Incluso normalmente, el príncipe no es alguien que tenga la amabilidad de reunirse con usted. 

— Incluso si en algún momento puede ser imposible, en este momento, no lo es. No importa si continúa negándoseme. Hasta que lo arranque desde sus raíces, planeo aparecer sin importar cuántas veces tarde. 

— Princesa… 

Theresia dijo profundamente conmovida, y junto a ella: 

— E-Entonces, me despido. Recordé un asunto urgente. Ahh, no puedo dejarlo así. 

Murmurando alguna excusa a medias, Orba rápidamente se fue antes que las dos. 

Incluso en las carreteras, en medio de la conmoción del festival, los carruajes tirados por caballos no eran de ninguna manera accesibles. Sin alternativa, Orba corrió y corrió todo el camino de vuelta al palacio. 

¡Mierda! ¿Qué quiere ella con el príncipe esta vez? 

Podría venir a pronunciar algún tipo de queja nuevamente. 

Apresuró a Dinn para que lo ayudara rápidamente a cambiarse de ropa, y justo cuando se deslizaba en su cama, el sonido de la campana resonó. 

— Déjales entrar. 

Sorprendido por la orden de Orba, Dinn abrió la puerta y dejó que Vileena y Theresia entraran a la habitación. 

— ¿Cómo te está yendo hoy? —cuestionó Vileena. 

Se veía algo decepcionada. Tanto más cuanto ella había insistido obstinadamente en venir aquí sin previo aviso. 

— Parece que me siento un poco mejor. 

Orba dijo, fingió tener un ataque de tos. Theresia examinó cuidadosamente su rostro. 

— Está sudando mucho. Su respiración es pesada, puedo ver que no está absolutamente bien. Princesa, deberíamos acortar nuestra visita de hoy. 

— N-No, está bien. Solo estaré aquí por un momento. 

Se sentó en la silla que Dinn le ofreció, y miró al príncipe que yacía en la cama. 

Sintiendo el ambiente algo insoportable: 

— ¿Hay algo que quieras decir? 

— Bueno, ¿por qué piensas eso? 

— Esa es la impresión que tengo. 

— Solo vine aquí para verte. Estaba pensando que podrías aburrirte, estando solo durante el festival y todo eso. 

Orba se quedó en blanco ante su comportamiento algo inusual. No podía ver su comportamiento agresivo habitual que parecía cortés, mientras esperaba la oportunidad de atacar. Recordaba el aire intimidante que, normalmente, se producía en el momento en que ella lo confrontaba y que incluso lo hacía callar. 

O la princesa cambió o... 

— Hoy fue bastante duro para la princesa. Esa persona llamada a Ineli, sería bueno para el príncipe si tuviera cierta cautela hacia ella... 

— Theresia. Para. 

Al final, con solo dos o tres intercambios inofensivos, Vileena inmediatamente se levantó de su asiento. 

— Bien entonces. Por favor, descansa. Si mañana tienes algo de apetito, traeré algo del festival. 

— Y también algunos de los globos favoritos de la princesa. 

— ¡The-re-si-a! ¡Hablas demasiado! 

Mientras comprobaba que ella se iba, dio forma a sus impresiones. 

No es ella. 

Había elegido no ir a donde estaban Oubary o Zaat, sino al Moonlight Palace. Era innegable que había ido a encontrarse con Noue cara a cara, pero más que eso, quería encontrarse con Vileena y conocer sus sentimientos. 

El mensajero enviado por Noue había dicho que eran indiferentes a su vida, pero eso también podría haber sido una estratagema diseñada para ganarse a Oubary, o tal vez la misma Vileena participaba en los planes de Garbera, sin saber que su vida estaba en el blanco, pero... 

Ella no está tomando parte en eso. Está demasiado decidida a continuar su propia batalla en Mephius. 

Ella había planteado el problema con Kaiser esa vez cuando regresó de la residencia de Saian, y absolutamente no lo aprobaba. Una prueba más de que había establecido a Mephius como su segundo hogar. 

Si no es la princesa, es difícil imaginar que Garbera sea el que tira las cuerdas. ¿Es todo plan de Noue y Oubary? 

Sin darse cuenta de sus extraños sentimientos de alivio, surgieron nuevos sentimientos de que los planes de Noue no debían fructificar. 

Si sus motivos se expresaran en palabras, algunas cosas inmediatamente se le vinieron a la mente. Estaban sus sentimientos que no quería que las cosas fueran como Oubary quería, y también con la dirección proporcionada por War, finalmente había encontrado algunas pistas relacionadas con la Fortaleza Apta. Y, sin embargo, si este país cayera en el caos en este momento, tenía miedo de perder las pistas. Y, si Mephius se cayera en ruinas, perdería la autoridad conferida al príncipe, cuyo papel había seguido trabajando tan duro para interpretar, y al final, volvería a ser un gladiador sin poder. Entonces no sería capaz de realizar una sola de sus metas. 

Sin embargo, en este momento, superando por mucho a todas esas razones, 

Tirar tan fácilmente la vida de una princesa que tan desesperadamente se arrojó a un país desconocido y está peleando su batalla... ¿qué están tramando? 

Ira. 

Ira hacia aquellos que despreocupadamente intentan manipular las vidas, los destinos de los demás. La misma ira que albergaba cuando su aldea fue incendiada, que dio forma a emociones oscuras y viscosas. 

Como si malditamente los fuera a dejar. 

Como si fuera a dejar que una maldita cosa vaya de acuerdo a los deseos de esos bastardos. 

Orba se levantó de su cama como nunca antes. 





Lejos del edificio principal del palacio Mephiano, en el palacio exterior se encontraba una torre pequeña situada cerca del nivel del suelo. Allí estaban las habitaciones asignadas para que se alojaran los embajadores extranjeros. 

Mirando hacia arriba desde las ventanas de una de estas habitaciones en el palacio, ahora iluminado en conmemoración del festival de la fundación, estaba el enviado de Garbera, Noue Salzantes. Comparado con los edificios de su país, el palacio Mephiano parecía casi rústico. Pero estaba acostumbrado. Había pasado más de cinco años como Representante en Jefe en la Fortaleza Apta la cual había robado a Mephius. 

Esa fortaleza se encontraba actualmente en operaciones de restauración para preparar su transferencia a Mephius. Él estaba aquí bajo el pretexto de ofrecer felicitaciones por la boda al príncipe de Mephius y a la princesa de Garbera. Durante este período de tiempo tan agitado, se había esforzado para ofrecerse como voluntario para ser el embajador en el aniversario de la fundación de Mephius. Su país lo ha aceptado. Se le había confiado más que a otros ser el primero en dar seguimiento a la discusión de las tareas del enviado de felicitaciones. 

— Por el momento, he tendido mi mano. 

Noue lo había dicho en su habitación, ausente de personas, mientras estaba en pleno dominio de sus emociones. El semblante sonriente que había mostrado frente a Ineli y Orba había sido arrojado. Aunque inexpresivo, esa cara era aterradoramente hermosa. 

Un cuerpo delgado y de piel clara. Encima de su bata holgada, su largo cabello ondeaba. Sin duda, su apariencia era la de un noble pródigo. Y sus gestos femeninos, ambos eran cosas que personalmente le habían gustado. Según los estándares de Garbera, era un dandy, y para ir aún más lejos, era simplemente descuidado y un hombre no apto para un país de caballeros. 

Dejando de lado su comportamiento, Noue era reconocido por todos en el país por su genialidad. La Casa Salzantes había gobernado las tierras de Rhodes generación tras generación como señores feudales. También tenían grandes porciones de territorios y una fuerte influencia política en Garbera. Pero Noue rápidamente entregó el asiento como jefe de la familia a su hermano menor y renunció al puesto de vicegobernador electo de la capital real. “De esta manera puedo descansar tranquilo”, había afirmado que ese era el motivo de sus acciones, pero su verdadero motivo era ligeramente diferente. Con el territorio en su poder, tediosamente se vio obligado a realizar día tras día diversas tareas y quería tiempo para hacer lo que quisiera; hora de hacer el trabajo que él disfrutaba. Es decir: 

Estrategia, guerra ingeniosa y conquista. 

En el pasado, fue él quien ideó la estratagema para el ataque a la Fortaleza Apta donde el General Oubary estaba presente. Al principio solo hizo uso de caballería, y repitió incansablemente este método de asalto. Su empleo de una estrategia tan deficiente había provocado quejas de su propio ejército y permitió que la situación en Apta se volviera completamente en su contra. Y Noue, como si fuera evidente que dijera: “Oh, no, todo terminó”, hizo que su fuerza principal se batiera en retirada. 

Pero en realidad, permanecían ocultos cerca de la fortaleza. Al mismo tiempo, desplazó una fuerza separada, previamente alistada, en un bosque cercano en el territorio de Mephius. Fueron descubiertos intencionalmente por un grupo de exploración, en ese momento la fuerza principal se movilizó, sugiriendo que su objetivo era la capital. 

Y de acuerdo con sus predicciones, las fuerzas enemigas reunidas en Apta se dividieron con éxito. Noue, midió con precisión este momento, inmediatamente regresó con las fuerzas principales y lanzó un ataque total. Sin embargo, las fuerzas situadas en Apta que habían repelido el feroz asalto de caballería se habían vuelto arrogantes, y por esta razón, habían pedido refuerzos demasiado tarde. Noue desplegó una unidad aérea ilesa, que hasta entonces había estado en reserva, e hizo que los soldados acamparan cerca de la fortaleza, la cual cayó en un abrir y cerrar de ojos, y luego sitiaron el castillo. Se había apoderado con éxito de la fortaleza en menos de un mes. 

Hace seis años. 

Cierto. En ese momento, había conocido a Ryucown. 

Mientras pensaba en el nombre de ese hombre, Noue levantó la vista, sin impresionarse, al palacio, sus ojos casi no mostraban ningún sentimiento. 

Ryucown todavía era un aprendiz de caballero. Pero incluso en esos días se entusiasmó con su sueño. No se había esforzado por convertirse en el caballero ideal. No, quería que Garbera se convirtiera en el país ideal de los caballeros. Después de haber escuchado que él tenía esa gran ambición: 

Qué tonto. 

Noue se había burlado. No había más de cinco años de diferencia de edad entre ellos, pero Ryucown aún creía en sueños tan infantiles. Noue era realista. Si bien pensaba que el ingenio de las batallas era interesante, sabía que ni países enteros ni el mundo podían ser tan fácilmente influenciados por ellos. Noue era físicamente débil por naturaleza y detestaba a aquellos que confiaban solo en su poder armado y se jactaban de ello. 

Solo el rostro y el nombre de Ryucown, quien mostró su osado valor en la Batalla de Apta, eran recordados. 

Después de aproximadamente un año, Ryucown se convirtió en un caballero oficial por derrotar al rebelde Bateaux. A partir de ese momento, realizó numerosos servicios en la guerra contra Mephius, los cuales incluso ahora son dignos de alabanza. Varios de estos habían involucrado a Noue. 

Antes de ir a la batalla, Ryucown, que había llegado a Apta, envió un mensajero a su casa en una aeronave, Noue había otorgado una propuesta escrita al suplicante hombre. Ryucown ya había comenzado a ganar la fama de un héroe. A pesar de que era un hombre de gran popularidad en todo el país, después de todo era, ante todo, un guerrero sorprendido por el conocimiento de Noue, y jugaba de acuerdo a las palabras enfermas de Noue. Y cada vez: 

— Simplemente fascinante —Ryucown lo alababa con franqueza, con ojos llenos de asombro—. Estando aquí en Apta, ¿cómo puedes analizar con tanto detalle los movimientos del campo de batalla y los hombres que, como yo, se mueven por tierra? Es como si poseyeras clarividencia. 

— El poder de la imaginación —Noue señalaba hacia su propia cabeza—. Aquellos que no pueden siquiera aprender, experimentar, no son más que brutos, Ryucown. Los hombres, a veces pueden recurrir al conocimiento que han acumulado y a las enseñanzas transmitidas por sus antepasados para cumplir sus deseos en este extenso mundo. 

— Ya veo. Estás luchando literalmente con tu cabeza. De esta manera, contra Arion, contra Ende, no importa a qué país te estés enfrentando, será posible hacerlo con tus poderes de simulación. Por favor dime, qué es lo que Garbera necesita ahora para que pueda cumplir mi sueño de hacer de Garbera una potencia mundial. 



— Jajajajajaja. Eres un simplón, Ryucown. Incluso yo no he pensado tanto. Pero eso no significa que esté completamente fuera de alcance. No hay necesidad del panorama general. Con suficientes fragmentos de información ensamblados, será posible extraer la imagen completa. 

En reciprocidad con sus pensamientos, y para vergüenza de Noue, se dio cuenta de que él mismo también era un simplón. El hombre conocido como Ryucown era simple y franco y tenía un encanto peculiar. Incluso hombres en oposición quedaban encantados de forma natural. 

— Entonces actuaré como los ojos y oídos de Lord Noue. Ya sea a caballo, ya sea en una compañía aérea, daré la vuelta al mundo y recogeré los fragmentos deseados del Señor Noue. Para que juntos podamos hacer que Garbera se eleve por encima de todos los demás, como un país galante. 

Incluso cuando Noue se rió en voz alta. 

Si es este hombre, puede ser posible. 

Podía sentir este pensamiento surgiendo dentro de él. Grandes sueños daban paso a los contratiempos de los hombres. Esos contratiempos los devolvían a la realidad. Pero para Ryucown, ese sueño posiblemente podría llegar a ser. Esos ojos que parecían simples, libres de distracción, podrían obtener esos fragmentos. 

Precisamente porque Ryucown tenía esos pensamientos, Noue había propuesto el compromiso de la princesa Vileena con Ryucown. Había señales de que las cosas comenzaban a moverse. Junto con Ryucown, mientras luchaban por su sueño día tras día, sin duda Noue se encontraría con nuevos fragmentos nunca antes experimentados. 

Sin embargo. 

Un sueño no es más que un sueño. 

La metodología de Noue y los ideales de Ryucown eran incomparables a todos los demás. No pudieron dar a luz a sus sueños. 

Mientras avanzaban las negociaciones de paz con Mephius, la princesa Vileena había sido comprometida con Mephius. Habiendo mirado solamente hacia su sueño, Ryucown fue golpeado mucho más duro que Noue. Incluso ese hombre tan afortunado no tuvo más opción que regresar a la realidad. Esa fue la cosa que Noue encontró más irritante. 

Y- 

Maldito seas, Ryucown. ¿Por qué no me llamaste siquiera una vez? 

Ese hombre que siempre había adoptado la mentalidad de un muchacho joven no era alguien que pudiera caer de rodillas ante la realidad. Incapaz de estar de acuerdo con la forma en que su nación manejaba las cosas, se había levantado en contra de ella. Cuando Noue recibió aviso de esto, no pudo hacer nada. No importaba cuánto dependiera de sus poderes de imaginación, el futuro brillante de Ryucown no podía ser cambiado. Y otro suceso ocurrió fuera de su campo de imaginación. 

Ryucown fue derrotado. 

Sin embargo, ese nombre que no estaba en mis predicciones es: 

Él era el príncipe de Mephius, Gil Mephius. El que según los rumores es un imbécil. 

Este hombre, aparte de la diferencia en el tamaño de sus fuerzas, logró destrozar una fortaleza ocupada por Ryucown, y además, ¿en su primera campaña? ... 

Él los quería. Los fragmentos de información relacionados con este incidente. Es decir, por lo menos las partes para que él pudiera entender este hecho. Si no, no había manera de que pudiera pagarle a Ryucown por no poder conceder su sueño. 

Por eso había venido aquí. El viento que entraba por la ventana soplaba contra el largo pelo de Noue. Era una vista impresionante. 

Por supuesto, no me conformaré con esta información como un souvenir. No soy tan modesto. Hay varias cosas que deseo, preparativos hacia Ende, caos en Mephius y el príncipe heredero que mató a Ryucown. 

Incluso si Noue no podía predecir todo, mientras se quedaba en Apta, avanzó en sus preparativos para poder abrir una brecha en Mephius en cualquier momento. El momento de usarla había llegado. 

Traeré todo de vuelta conmigo. 

Mientras su cabello negro se balanceaba, brilló como una espada desnuda. 






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