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Rakuin no Monshou Volumen 2 - Capítulo 2

DÍAS EN LA CAPITAL IMPERIAL 



Antes del comienzo del festival de la fundación, la gente de Mephius, especialmente los habitantes de la capital imperial Solon, se animaban. La guerra de los diez años con Garbera había terminado, el número de vendedores ambulantes y viajeros de otros países aumentaba, y la compañía de circo también llegaría desde el este. El final de la guerra podría haber dado lugar al comienzo de variadas opiniones en la facción que deseaba pelear hasta el final, pero para los ciudadanos, el solo hecho de poder participar en las festividades era más que suficiente para dejarlos encantados. 


En la semana siguiente, Solon estaría teñido por los colores del festival. Para aquellos que crecieron en un ambiente cerrado entre acantilados y valles, aquellos atuendos variados, diferentes temperamentos, los incultos, y también para los llamados Mephianos “simples”, este era el único momento en que podían vestirse libremente, beber en los puestos que llenaban por completo los pasillos y las calles, y saborear los mariscos generalmente escasos en Mephius, ya que la orquesta, juglares, compañías y atracciones complacían sus ojos y oídos. 

Los reputados juegos de gladiadores de Mephius se celebrarían, por supuesto, durante días seguidos. Los distinguidos grupos de gladiadores de cada región estarían reunidos en un solo lugar, donde aquellos que alardeaban de su fuerza pelearían en la arena de la capital imperial Solon, lo que en comparación hacía que todos los demás juegos parecieran carecer de brillo y terriblemente simples. Muchos de tierras lejanas habían aparecido solo para ver esta gran y magnífica fiesta de gladiadores. 

Y, cada año, la arena de la capital imperial que acogía este festival tenía un tema diferente. Entre los gladiadores que habían sobrevivido día tras día a la lucha, el Gremio seleccionaba cuidadosamente entre los que tenían habilidades reales, especialmente los que obtuvieron gran popularidad, hasta que se elegían cuatro hombres al final. Después, se llevarían a cabo dos batallas uno a uno. Luego, los dos vencedores, en el último día, acompañados por doscientos gladiadores que aún no habían participado en un combate, lucharían contra varios dragones grandes, el último y mayor evento del festival de la fundación. 

Había sido planeado en pos de una de las figuras históricas más populares de Mephius, el héroe asesino de dragones, Clovis, quien con el apoyo de Felipe, luchó hasta el final. A pesar de ser gladiadores, se les había otorgado el mismo título y se les había liberado de su condición de gladiadores esclavos. Además, habían sido empleados oficialmente como soldados mephianos. En esta época, los espadachines se entrenaban aún más duro de lo habitual con la esperanza de que pudieran participar en el torneo. 


Hablando de eso, al final Tarkas no fue invitado. 

En momentos como este, por lo general estaría de mal humor. El Grupo de Gladiadores de Tarkas era comparativamente bastante grande y sin duda muy conocido, pero la compañía, habiendo crecido en una sola generación, mantenía relaciones débiles con los nobles y casi no tenía voz en el gremio. 

— Si es Shique, puedo obtener algo de dinero. Gilliam también, ciertamente es el gigante favorito de la gente de Solon. Y luego está Kain; me gustaría ver a alguien que pueda vencerlo en un combate de tanques contra dos tanques Baian. 

Orba lo recordó hablando esas palabras. Expresado en las palabras de Tarkas, Orba era un gladiador que no le devolvió el valor de su dinero. Su fuerte era la espada larga; nunca perdió un encuentro uno a uno. Pero era un hecho que su estilo de lucha era “simple”. 

Había sido el sueño de Tarkas participar en el festival y obtener el primer lugar, pero Orba no tenía ningún interés en él. Quería que el festival en Solon comenzara y aceptarlo rápidamente, y era porque Orba pensaba de esta manera, que no entendía la forma en que corría el mundo. 

Aunque, por supuesto, no lo haría como el gladiador Orba, sino como el príncipe heredero Gil. En lugar de salir a los juegos de gladiadores, tenía otras obligaciones que cumplir. 



La noche antes del comienzo del festival, la realeza de Mephius y los principales vasallos comenzaron la celebración del día de la fundación, llevando a cabo un ritual para orar por una buena cosecha en el año siguiente. En el centro de Solon se encontraba la Torre Negra, también conocida como la “Espada forjada de los restos de la proa de una Nave Inmigrante Espacial”. La torre era un símbolo de la capital, y debajo estaba el Santuario del Dios Dragón. Era una cueva formada naturalmente, y rápidamente fueron envueltos en un frío helado al entrar. 

Todos llevaban las capuchas de sus túnicas y caminaban en silencio. Por cierto, la participación de esta ceremonia se limitaba a los hombres. No había excepciones para la realeza, y entre ellos, no estaban presentes la emperatriz Melissa ni su hija Ineli. 

El que actuaba como vanguardia y sostenía las lámparas no era el emperador, sino varios hombres mayores con la piel marrón oscuro. Eran delgados, pero estaban firmemente cubiertos. Estos eran nómadas de la Fe Ryuujin que solían vivir en las montañas. 

Todos los preparativos para el ritual del Dios Dragón fueron manejados por el grupo de ancianos. Esta era una vieja costumbre que se remontaba a los días cuando la gente de Mephius adoraba al Dios Dragón. Pronto, llegaron al sanctasanctórum. Sus pies se detuvieron y esperaron pacientemente mientras el grupo de ancianos ofrecía una oración con palabras antiguas. 

Grabado en la pared imponente delante de ellos estaba el Dios Dragón Mephius otorgando sabiduría y poder al emperador fundador. 

Era un espacio vastamente iluminado. La lámpara se encendió y las voces graves y profundas de los ancianos se escucharon mientras sus sombras se proyectaban en la pared. La santidad del ritual envió escalofríos por la espina dorsal de Orba. 

Así que esto también es algo a lo que debo acostumbrarme. 

¿A cuánto más de esto tenía que acostumbrarse y aprenderse de memoria? Si se les taladra en la cabeza, incluso podría terminar respetando un poco a los nobles y la realeza. Mientras Orba mantenía pensamientos sin fundamentos, sus ojos se encontraron con Fedom, quien le dirigió una silenciosa mirada de reproche que parecía decir: “¡Deja de mover la cabeza por todos lados!” 

Una vez que la oración había concluido, los ancianos bajaron por un pasillo que conducía a una habitación considerablemente angosta, y solo ellos intercambiaron bebidas. No era parte de su banquete, sino otra forma de dar su respeto. La fiesta en la víspera del festival de la fundación tendría lugar al anochecer en el salón central dentro del palacio interior, donde los nobles restantes y los enviados de los países los esperaban. 

Mientras se dirigían hacia la habitación, Simon Rodloom lo llamó: 

— Príncipe. 

Fedom miró a Orba durante este repentino aprieto, pero para su alivio, Orba no se volvió para mirarlo a los ojos. Simon era un líder entre todos los demás. Quién sabía cuánto tiempo podría haber estado al acecho detrás de Fedom. 

Simon comenzó con un saludo formal, ofreciendo un saludo de “buena salud” como todos los demás. 

— No está tan mal. Todos hacen demasiado alboroto, es por eso que recae un poco. 

Según los informes de Dinn, y para su desagrado Simon era considerado como la nodriza que asistía al príncipe. Orba había actuado correspondientemente. 

— El joven príncipe es el hombre del momento. Hablando de eso, realizó un trabajo espléndido es su primera campaña. 

— “Inesperadamente” espléndido, es lo que quieres decir, ¿verdad? 

— Sí, disculpe mi prudencia. 

— Todos se sorprenden después de ver mis habilidades reales. Es por la forma en que he sido hasta ahora que todos probablemente se sientan incómodos. Hmph, como si me importara si comenzaran a preocuparse por mí ahora. 

Rodloom sonrió ante su expresión amarga. 

No está mal. 

Orba estaba impresionado con su propia actuación. Después de todo, él solo tenía que hacer el papel de un tonto. 

Después, Orba continuó su acto como “el príncipe eufórico con las actividades de su primera campaña”. 

— ¿Se encontró con la Princesa Vileena después de eso? 

El golpe inesperado lo dejó momentáneamente sin respuesta. 

— Ha sido la comidilla de las criadas, esas chismosas parlanchines, que Su Alteza Real había entrado en su habitación y lo regañaba firmemente cuando regresó tarde; esos rumores se han extendido. 

— ¿Yo, regañado por esa princesa? ¡Tonterías! 

Una parte de lo que escupió no fue una actuación, sino sus sentimientos reales. Simon mostró una sonrisa. 

— Está bien así. Si se trata de solo un rumor, podría ayudar a la situación de la princesa. 

— ¿Ayudarla? 

— Fue la princesa de nuestro enemigo hasta hace no mucho tiempo, ella misma debe tener algunos recelos y sentimientos conflictivos de su entorno. Pero, con esto, todos cuidarán la relación entre el encantador príncipe y la princesa, y pronto la gente seguirá su ejemplo. 

— ¿Y qué será de mi situación? ¿Se supone que debo callar y reírme? 

— Este es el momento en que el príncipe debe mostrar sus talentos. Muestra más preocupación Deberías tratar de reírte con ella sobre las cosas y convertirte en un señor con quien no hay que jugar. Entonces ella tendrá una gran cantidad de buena voluntad hacia ti. 

— Como si necesitara ese tipo de buena voluntad. 

— No querrás que esa charla llegue a oídos de su majestad, ¿verdad? 

— ... 

— Pero incluso Su Majestad— comenzó Simón. Era un asunto privado, pero decidió hacer la vista gorda y decirlo—. En sus primeros años, en aquellas veces que peleaba con Lana-sama, dependía de mí ser el mediador. Una vez que su madre había tomado una decisión, se mantenía firme. 

Lana era la ex esposa del emperador y la madre del príncipe Gil. Ella había muerto hacía cinco años por una enfermedad. 

Naturalmente, Orba apenas sabía nada de esto. Evitó dar una respuesta, algo de lo que Simon guardó silencio, suponiendo que era por sus sentimientos, mientras los dos entraban en la sala. 

Y era aquí donde ocurriría el incidente que probablemente afectaría el futuro de Mephius. 

— ... 





Era una habitación estrecha y rectangular. En esta parte de la cueva sostenida por madera y varillas de hierro había varias sillas dispuestas, las suficientes para acomodar al grupo, centradas alrededor de una mesa de piedra de tosca construcción. 

Orba se movió a su posición previamente dispuesta. Uno a uno, se colocaron tazas delante de cada asiento. El fondo contenía una pequeña cantidad de miel. Era costumbre que el emperador personalmente vierta el vino. En el festival de la fundación del año pasado, se ofreció vino de fruta. Por supuesto, este año también, el mejor vino posible había sido preparado para mostrar gratitud por las bendiciones. 

— Rezo por una buena cosecha en Mephius. Espíritu del Dios Dragón, por favor concédeme tu protección divina. 

Cuando sonó la voz de Guhl Mephius, todos se acomodaron en sucesión. Orba, o mejor dicho, el Príncipe Gil, fue el que tenía el último lugar. Sus ojos siguieron al emperador, ahora caminando con el jarrón que contenía vino bajo su brazo. 

El emperador Mephius. 

Era el padre del Príncipe Gil, y ni que decir tiene, el hombre que reinaba en la cima del imperio. Y si el razonamiento de Orba era correcto, él era el hombre que planeó el asesinato secreto del Príncipe Gil y su prometida, Vileena. Si ocurriera una situación que los obligara a estar solos, ¿sería capaz de engañarlo? Orba no tenía ningún interés en descubrirlo; incluso podría tratar de matarlo. Sin embargo, ¿podría un padre confundir a un impostor con su propio hijo? 

Entonces la habitación se llenó de conmoción. El asombrado Orba observó desde un lado. 

¿Me equivoqué? 

Su sangre instantáneamente se congeló. Sin embargo, al que los vasallos estaban mirando no era a Gil, sino al emperador. Sus rostros se llenaron de sorpresa y profundo miedo. Orba también volteó para mirar. El emperador estaba sirviendo vino a la primera persona. Orba no vio que sucediera nada extraño. El primero era un nómada anciano de la Fe Ryuujin. El emperador luego dirigió el jarrón al siguiente anciano. 

— Su majestad, por favor espere. 

El que saltó al frente fue Zaat Quark. El comportamiento digno que mostró cuando se habían encontrado en las calles no se veía por ninguna parte, y su rostro vigoroso se distorsionó con alarma. 

— Por favor espere, majestad. Aún no ha pasado el turno de Lord Rodloom. 

La habitación estallo en conmoción desde el comienzo de la intervención de Zaat. Y no fue solo Zaat; muchos dejaron impulsivamente su asiento. Orba también se levantó y se movió dos asientos hacia Fedom, que había cambiado su rostro para que coincidiera con los demás, y le tocó suavemente la espalda. 

— ...¿De qué están hablando? 

— ¡T-tonto! No me hables aquí. 

Fedom lo maldijo en voz baja, pero Orba presionó por una respuesta con los ojos, dejándolo sin otra opción que hablar rápidamente. 

— ...El año pasado, Simon Rodloom fue el primero en recibir el vino ceremonial. Era perfectamente natural para algo hecho por rango. El orden de los turnos refleja la fuerza de su confianza. Y para evitar conflictos innecesarios, el orden se había decidido de antemano. 

Fedom parecía dar a entender que esa era la razón por la cual el príncipe heredero era el último. La clasificación de los partidarios era otro concepto desconocido para él. 

En este punto de la explicación, Zaat se acercó más a ellos. 

— ¡Su Majestad! 

— Silencio, Zaat Quark. 

Guhl Mephius interrumpió roncamente, pero con voz afilada e imponente. Con solo eso, el emperador había sofocado la conmoción y se quedó mirando a los ojos de sus partidarios que estaban congelados de miedo. 

— ¿Qué es esto? Interrumpir en medio de un rito. Cesa tus acciones. 

— No lo haré, su majestad— dijo Zaat, poniéndose pálido, pero no dejó de hablar—. La forma en que se están haciendo las cosas no es de acuerdo con nuestras costumbres. Con todo respeto, ¿cómo puede poner más confianza en esos nómadas y creyentes putrefactos que en nosotros los señores y generales que, por el bien de su majestad, nos hemos consagrado incansablemente a Mephius? 

— Zaat, detente. 

Nada menos que Simon lo agarró por los hombros e intentó controlarlo. Pero era demasiado tarde, cuando los ojos del emperador se abrieron de par en par y las ondulaciones en toda su cara parecieron dividirse violentamente. 

— ¡Decir esto en el Santuario del Dios Dragón! Tienes mucho valor, Zaat. Tú, que me desafías como esos sacerdotes que ahora desprecio, estás intentando contaminar este ritual sagrado. El benévolo Dios Dragón ciertamente no te otorgará su juicio de ira, sino que en cambio me lo impondrá a mí, el emperador que actúa como su representante. ¡Sal de aquí inmediatamente! Luego dictaré mi sentencia, así que regresarás y estarás confinado en tu mansión. ¿Lo entiendes, Zaat? 

— Su Majestad. 

— ¡Su Majestad! 

Orba observó como la situación una vez más se convertía en un alboroto. El rostro del emperador tenía un color rojo vivo y nunca apartó la mirada de Zaat Quark, cuyo rostro mostraba un azul espantoso. 

Discordia interna entre los nobles, eh. 

No tenía intención de mediar y planeaba mantenerse al margen. Mientras él contenía la sonrisa que se formaba alrededor de su boca, una mirada casual de reojo a Fedom reveló que había algo extraño. 

Su vientre regordete se sacudió cuando su cuerpo se estremeció. Pudo haber parecido que estaba en estado de pánico, ya que el sudor le corría por la cara, pero era idéntico al de Orba, con una leve sonrisa que parecía ir y venir. 





PARTE 2 

El intercambio entre el emperador y Zaat en el Santuario del Dios Dragón se extendió dentro del Palacio Principal en un abrir y cerrar de ojos. Y también estaba el asunto con Kaiser Islan. Todos dudaban de la forma de hacer las cosas del emperador, pero, por otro lado, habían decidido caminar con cuidado para no quedar atrapados en el fuego cruzado. 

La celebración de la víspera del festival de la fundación se había celebrado según lo planeado y transcurrió sin incidentes. Allí, Orba se encontró con la princesa Vileena. Habían pasado diez días desde la última vez que se encontraron donde recibió el “regaño” en su propia habitación. Llevaba un abrigo blanco de cuello alto y una falda de estilo garberano con el dobladillo extendiéndose, y debajo de los cuales había pantalones y botas de estilo mephiano. Theresia había hecho esfuerzos minuciosos para coordinarlo, sin el conocimiento de Orba. En presencia de los ojos circundantes, los dos intercambiaron saludos como si nada hubiera sucedido. Y con eso terminaron. Sus ojos nunca se encontraron después. 

Hmph. 

Vileena estaba enojada exactamente porque el príncipe adoptaba esa actitud. 

Los delegados de la Guardia Imperial que habían venido, Shique y Gowen, no tuvieron más remedio que sonreír con ironía. 

— Su alteza logró su primera campaña con éxito— dijo Shique encogiéndose de hombros—. Pero cuando se trata de amor, él es como ese chico ingenuo antes de su primera campaña. 

— Incluso aquellos veteranos perderían prestigio cuando se comporten como tales. Justo lo que esperaría de nuestro príncipe. 

Orba los ignoró porque lo menospreciaban de cerca. Entonces, Gowen bajó la voz: 

— Dejando de lado el problema con la princesa, parece que muchas cosas han estado sucediendo a mis espaldas. 

— ¿Qué quieres decir? 

— En un bar de Solon, encontré a War. 

War era originalmente uno de los esclavos gladiadores del grupo Tarkas y había participado en la batalla en la Fortaleza de Zaim. De los ochenta gladiadores restantes, sesenta y dos habían ofrecido su servicio a la Guardia Imperial. El resto, incluido el gladiador gigante Gilliam, fueron adecuadamente recompensados ​​al ser liberados. War también fue uno de los que deberían haber sido liberados. 

— Eso es tranquilizador. ¿Está bien? 

— Hmph, se ha vuelto senil rápidamente. Cuando lo llamé, actuó como si no me hubiera reconocido. Debe haber habido algunas circunstancias, así que lo lleve a un lugar donde estuviéramos solos antes de hacer preguntas. Parece haber sido “orden del príncipe”. 

— ¿Qué orden? 

— Parece que se convirtió en mercenario de Mephius. Uno bajo las órdenes del comandante de tu primera campaña, el llamado General Oubary. 

Quería escuchar más de Gowen, pero con la aparición de Ineli y Baton, no tuvo más remedio que dejarlo en espera. Forzadamente, haciendo una sonrisa a la que no estaba acostumbrado, los llamó de una manera natural para el príncipe. 

Naturalmente, Ineli y los demás querían saber sobre la situación de Zaat Quark, pero Orba no podía decir que todo lo dicho por los rumores era todo lo que existía. 

— Todos dicen que Su Majestad Imperial planea revivir nuevamente la Fe Ryuujin, tal como lo hizo en las provincias occidentales de Tauran. 

— Sería bueno si no hace daño. Me preocuparía si tuviera que cambiar mi estilo de vida. ¿Podría ir tan lejos como para prohibir ciertas comidas? 

— Seguro eres realista, princesa Ineli. 

— Baton, idiota— A pesar de que ella frunció el ceño, Ineli no pudo evitar reír—. Es porque se trata de mi padre, quién sabe en qué estará pensado. ¿No es así, su alteza? 

Después, Orba conversó con aquellos que vinieron a saludarlo. Como el único de los hombres de estado más importantes presentes, Fedom estaba tan ocupado como el príncipe. Así que le tocó a Dinn, el paje, susurrar constantemente los nombres de los que saludaban al príncipe en el oído de Orba. Era una tarea interminable. 

En poco tiempo, fueron alertados de la gran entrada de Su Majestad Imperial. El emperador Guhl Mephius, junto con la emperatriz Melissa, hicieron su aparición. Guhl dio un breve vistazo al príncipe. Él lo hizo ahora, pero ni siquiera se encontró con sus ojos en el momento del ritual en el Santuario del Dios Dragón. 

— Gil. Parece que has mejorado considerablemente. 

— Lo he hecho. 

Ese fue todo el intercambio entre padre e hijo. 

— ¿No se ha adelgazado tu rostro? 

El comentario había venido por obligación de la emperatriz, su rostro ya no estaba oculto. 

Ella se acercaba al final de sus treinta, pero su atuendo y sus características se asemejaban ligeramente a las de una niña; alineados con las de Ineli, podrían ser vistas nada más como un par de hermanas. 

— Tomar parte en la batalla no es el único papel que tienen los hombres de la familia imperial. Al igual que tu padre, debes vigilar constantemente y sacar el pecho. ¿No es así, su majestad? 

El emperador solo alzó ligeramente las cejas. 

Una vez que la fiesta comenzó y los enviados de los países fueron invitados a participar en las ceremonias conmemorativas de la fundación de Mephius, comenzaron a ofrecer sus saludos. Naturalmente, había enviados que visitaban desde Ende y Garbera, Arion desde el este y al norte, un grupo de las ciudades-estado a lo largo de las costas del golfo que formaban Zonga, y de las islas solitarias como Balor que se encontraban más al sur. 

Y a cada uno, con sus propias especialidades, formando grandes pilas de ropa, especias, condimentos, instrumentos musicales extraños, muebles de diseño de diferentes tamaños, armaduras decoradas con joyas; entre ellos, lo que llamó la atención de Orba fue un enviado de Garbera. 

El hombre que se había presentado como Noue Salzantes parecía haber pasado los veinte años. Tenía cabello negro profundo y ojos almendrados que tenían un extraño encanto. En términos de apariencia, podría ser comparado con Shique en belleza. 

Como Garberano, debería albergar algunos sentimientos negativos hacia el príncipe, pero Noue ofreció sus saludos mientras sonreía sin pestañear. 

— En nombre del rey, Ainn Owell, ofrezco sus disculpas por las dificultades que el sometimiento de Ryucown pudo haber causado a su Alteza. Nos gustaría expresar nuestra más sincera gratitud por la ayuda de Mephius. La gente de Garbera nunca olvidará la amable acción y camaradería que nos ha mostrado. 

Orba miró fijamente a Noue a los ojos. Era verdaderamente apto para ser un funcionario público, y no parecía ser alguien que empuñara personalmente una espada. Con estos pensamientos, el interés de Orba en él se desvaneció. 

Más notable fue el regalo que Garbera le dio al príncipe, que consistía en tres de las aeronaves de Garbera, que atrajeron su interés. Él ya estaba en medio de organizar un escuadrón de naves con los pocos capaces en la Guardia Imperial. La aeronave en sí tenía potencial de combate, pero, sobre todo, tenía un gran valor al ser utilizada como mensajera en un campo de batalla. Agradeció el obsequio, que esperaba tener en sus manos lo antes posible. 

Después de eso, Noue también expresó sus saludos hacia la princesa Vileena. Se conocían. La Casa Salzantes era una de las familias distinguidas de Garbera. Además, Noue era reconocido por su sabiduría. 

— Ha pasado un tiempo desde la última vez que nos vimos, princesa. Puedes estar segura de la situación estancada de las cosas. 

— ¿Está padre bien de salud? ¿Y qué hay del abuelo? 

— Sí, gozan de buena salud— Noue hizo una sonrisa bordeando la cándida inocencia—. Es la comidilla del palacio que la princesa haya hecho un llamado a los soldados en la fortaleza de Zaim. 

Vileena se puso roja. Según Noue, su padre, con una risa tensa mezclada con dolor, había dicho: 

— Desde el principio, ella nunca fue una persona que se quedara sentada tranquilamente y sin hacer nada sin importar el lugar. 

Y su abuelo había dicho: 

— Lo mismo de siempre— con una risa estruendosa—. Incluso cuando vivía sola en mi propiedad, un día, la princesa hacía su travesura habitual, y luego desaparecía de nuevo, había rescatado a un niño de una casa en llamas con una nave, y día tras día, los chismes de sus hazañas llegaban hasta aquí. Y como pensé que estaba a punto de alcanzar la mayoría de edad y estar en condiciones de casarse, desde muy lejos, más allá de las fronteras del país, me enteré de estas noticias. Si tal habladuría de la princesa no se ha calmado, entonces este viejo tampoco puede dejarse asaltar con las ilusiones de la pequeña Vileena corriendo todo el tiempo. 

Vileena se cubrió los ojos. 

— ¿Es así…? 

Vileena murmuró, mientras sus labios se movían para formar nada menos que una sonrisa. Presa de un anhelo innegable, sus ojos se llenaron de lágrimas. Habiendo escuchado las palabras de sus seres queridos, incluso si era a través de alguien más, no pudo evitar desear estar cerca de ellos. Ella no había estado en este lugar por años, pero los pensamientos sobre cómo estaba tan lejos se renovaron. 

Una vez que las presentaciones de las delegaciones, que habían durado un tiempo, habían terminado, comenzaron las festividades. Era un baile de espadas. Una de las marcas registradas de Mephius, varios espadachines fueron seleccionados y elegidos para bailar con una espada real. 

— Mira, ese es el contendiente de Clovis, Pashir. 

— Esos son unos músculos increíbles. ¡Quiero dormir con esos brazos grandes y fuertes a mi alrededor, ¡siquiera una vez! 

— ¿A quién pretendes apostar, milord? 

La danza de espadas realizada en la víspera del festival involucraba la selección de participantes en el torneo de gladiadores. Los nobles presenciaban su danza de espadas en persona, y apostarían sobre quién podría apoderarse de la misma posición que Clovis o su ayudante, Felipe, como una forma de entretenimiento alterno. 

Pashir también era un nombre del que Orba había escuchado hablar. Sus ojos siguieron los dedos de los nobles, e instantáneamente: 

Oh. 

Dejó escapar un jadeo de sorpresa cuando el gladiador Pashir lo miró directamente. Con un cuerpo enorme, sin duda era un gladiador inflexible. Con el cabello negro profundo y bigote, todo su cuerpo rebosaba energía. Él inmediatamente desvió la mirada. ¿Por casualidad lo había estado mirando? Por lo menos, la mirada que tenía no era una que tuviera respeto hacia los nobles. 

Finalmente, con el fuerte ritmo de un tambor, los doce miembros comenzaron su danza de espadas. 

Formaron un círculo y apuntaron sus espadas al centro al unísono, y luego patearon en todas direcciones. Pisotearon, y justo cuando el hombre de la derecha parecía ser golpeado por una espada, el hombre de la izquierda detenía el golpe delante de su pecho. Con los pies, se balanceaban con toda su fuerza en el aire, y cada choque se producía con un ritmo preciso y constante; y conforme el tambor aumentaba el ritmo, los enfrentamientos continuaban. 

Y, poco después, miraban por el salón buscando a aquellos que poseyeran altas habilidades y, al descubrirlos, movían la espada de forma provocativa. Esto también era una especie de costumbre, donde los provocados podían unirse a la danza de espadas. Las mujeres vestidas con ropas ligeras tomaban en sus manos las espadas respetuosamente ofrecidas, y entraban en un nuevo círculo con varios espadachines. El repiqueteo de las armas se había vuelto aún más ruidoso, donde un solo error en el ritmo podía resultar en la pérdida de una vida, pero la atmósfera producida por las cuchillas involuntariamente había atraído a la gente. 

Ahora, el antes mencionado Pashir se había separado de su círculo de baile. Recorriendo el espacioso salón, comenzó su búsqueda de gente para provocar. 

— Ven a mí, oh respetado espadachín. 

— ¡No, ven a mí! 

Los soldados que se enorgullecían de sus habilidades y los jóvenes nobles gritaban. Con aire de arrogancia, Pashir pasó junto a cada uno de los hombres y luego se detuvo. 

Se levantó una leve conmoción, mientras sus ojos inquisitivos se enfocaban en un solo punto. Se paró directamente ante el Príncipe Gil. Pashir dirigió una sola y silenciosa mirada hacia él, pero las violentas pasiones ocultas en aquel par de ojos desafiantes habían llamado la atención de Orba. Él era sin duda, un hombre en sus treintas. Por supuesto, también tenía experiencia. 

¿Oh? 

Una sensación acalorada brotó en el cuerpo de Orba y cruzó por su cabeza. Estaba enojado por haberse quedado encerrado en la habitación durante tanto tiempo. Y también fluyendo, estaba el resentimiento de esas continuas batallas que le resultaban tan extrañas. El deseo de participar en una batalla real se abría paso. 

Pero ciertamente no podía blandir una espada en esta situación. Habiendo recibido una respuesta tan vacilante, el rostro de Pashir se llenó de desprecio. La sangre de Orba hervía en su cabeza. 

— Su alteza, déjeme esto a mí. 

Detrás de él, Shique dio un paso adelante. Había leído los sentimientos de Orba desde atrás. Orba tenía una ligera sensación de vergüenza, pero sería tonto más allá de toda duda revelar su verdadero carácter aquí. Como lo hizo el emperador, asintió con calma. No era una vergüenza enviar un representante en tu lugar, si eras invitado a un baile con espadas. 

La sala entró en erupción. Shique, a primera vista, tenía una cara hermosa que podría confundirse con la de una chica. La combinación del tosco Pashir y Shique era un espectáculo para la vista. Con un movimiento suave, Shique sacó ágilmente la espada de su cintura, y alineó su espada contra la punta de la espada de Pashir. 



Comenzaron tranquilamente. Cautelosa y lentamente dejaron que sus espadas se encontraran, pero eventualmente, juzgaron al otro como un oponente de habilidad digna e inmediatamente aumentaron su velocidad. Como si hubieran establecido su encuentro inicial como calentamiento, comenzaron a mostrar movimientos no menos inferiores a los de las otras danzas de espadas. 

Una vez que Shique giraba a la derecha, Pashir se movía hacia la izquierda. Pashir dobló su espalda y se preparó para balancear su espada, y Shique, familiarizado con este movimiento, dibujó un arco grande y vistoso que chocó con su golpe. Pashir rápidamente retiró la espada que acababa de balancear. El oponente siguió enviando una mirada incesante y deslumbrante. Shique fingió cambiar a defensa y luego comenzó un ataque que barría hacia los pies de Pashir. 

Pashir desvió el ataque, como si hubiera anticipado el movimiento, volviendo rápidamente a la ofensiva. Ninguno de los dos estuvo atascado en ataque o defensa. La ofensiva era defensa. La defensa era ofensiva; sin duda era la esgrima ideal. 

Orba abrió los ojos maravillado. Podía decir que ambos eran serios. Serios, lo que significa que no había dudas en matar al rival. 

Hubo varios casos en los que se perdió una vida en un baile con espadas y, en la mayoría de los casos, no se acusaba al agresor. Era aceptado como una formalidad, y la sangre derramada se ofrecía para cumplir las oraciones por una cosecha abundante. 

Después de varias rondas, el sonido del tambor se detuvo por completo y, al mismo tiempo, las dos espadas en el aire también se detuvieron. 

El salón central estalló en un aplauso infinito. Cuando Shique se secó el sudor, respondió a las aclamaciones con una cara sonriente. 

— Eso fue bastante bueno. 

Orba le dijo a Shique, que había vuelto a su lado. Juzgando que el comentario era en ambos sentidos, Shique negó con la cabeza. 

— Mira eso, él ni siquiera está sudando. Él aún no se ha puesto serio. “Strong-armed Pashir”. He oído su nombre, pero pensar que es así de bueno. 

— Tú tampoco estabas empuñando tus orgullosas espadas gemelas. 

Aunque dijo eso, Orba se maravilló de la habilidad de Pashir. El escozor en su sangre había crecido. Pero ya no era un gladiador. No tenía ninguna obligación hacia los demás, ni podría verse obligado a matar a otros por el deber. 

— Es muy talentoso, pero dudo que Tarkas realmente lo quiera— dijo Gowen en voz baja. 

— ¿Por qué no lo querría? 

— Él es ciertamente fuerte. Fuerte, pero simple— concluyó Gowen—. No emociona a la multitud. Así es, Orba. Tú también eres así. 

Orba se encogió de hombros despreocupadamente. Como estaba preocupado por su sangre hirviente, no se dio cuenta de que Noue Salzantes lo estaba mirando atentamente. 





Poco después, la fiesta en el palacio interior llegó a su fin. Sin embargo, los nobles, oficiales y particularmente las parejas jóvenes se preparaban para ir a la ciudad, como diciendo que el verdadero festival apenas comenzaba. Ya estaban alegres para el festival que comenzaría mañana. De entre ellos: 

— Las cosas se han vuelto interesantes. 

Más feliz que nadie estaba Fedom Aulin, que se había invitado por cuenta propia a la habitación del príncipe. 

— ¿Qué podría ser tan interesante? ¿Viste tu cara cuando te llevaban a través de un espejo o algo así? 

— La situación con Zaat Quark. El jefe de la facción anti imperial fue puesto a bajo arresto domiciliario. Esto seguramente creará una conmoción—. Debe haber sido algo grande, para que ignorara la réplica de Orba— Y también está la situación con Kaiser. Las dudas hacia el emperador se harán más y más fuertes. Existe la posibilidad de que el príncipe heredero también corra peligro. Haré que actúes como doble dos veces más. 

Tch. Evitando el maldito problema. 

Fedom acababa de sacar la ausencia antinatural del verdadero príncipe. Orba apenas se contuvo de mencionar lo sucedido con el “derecho de la primera noche”. No tenía suficiente información. Fedom no era un amigo en quien pudiera confiar. 

— Lo hiciste bien hoy frente a su majestad y sus principales partidarios. Nadie hubiera pensado que eras un gladiador. Parece que este fue el mejor resultado. 

— Te pareces a Tarkas. 

— ¿Qué quieres decir? 

Orba giró hacia el otro lado, sin ofrecer una respuesta. De buen humor, Orba inmediatamente cambió de tema. 

— ¿Es verdad la noticia de que Kaiser será ejecutado? 

— No lo sé. Depende de cómo se sienta su majestad. Eso no es algo de lo que te debas preocupar. 

— ¿No puedes de alguna manera interceder por él y sacarlo? 

— ¿Qué?— Fedom miró a Orba con ojos sorprendidos, de mal humor—. Cuando dije “compórtate como el príncipe” no quise decir “sé como el príncipe”. Mantén tu cabeza fuera de la política. No sé qué ideas tengas, pero será mejor que te deshagas de ellas inmediatamente. O mejor aún, concéntrate solo en las cosas que te asignan. 

Después, Fedom regresó apresuradamente a su residencia dentro del palacio y gritó el nombre de “Hermann” en la entrada, como si no tuviera tiempo libre para limpiar la suciedad de sus zapatos. Hermann era un mago que cuidaba y vivía en la misma casa que Fedom. Sin embargo, una criada se apresuró a informarle que Hermann había estado ausente los últimos días. 

— ¿De nuevo? 

Fedom soltó un gruñido irritado, pero no era necesariamente un asunto urgente. Era exactamente lo que Hermann había dicho unos días atrás lo que le molestaba. 

— Pronto, sin duda, se producirá un cambio en el destino. No tenga contratiempos hasta entonces. Solo necesita concentrarse en evitar que se revele la verdadera identidad del doble, mi señor. Actualmente, la muerte del príncipe ha dejado un agujero en la red del destino, y es de una forma verdadera: la media dorada [1], por así decirlo, está en vías de reparación. Con ese fin, un gran “vendaval” se desatará. El “vendaval”, sin que usted haga nada, se tragará a muchas personas. Por favor espere pacientemente por ahora. Entre los innumerables que volarán y desaparecerán bajo el “vendaval”, mi señor cabalgará junto al "vendaval" como un amigo. Mientras espere, ciertamente será invitado a unirse al “vendaval” hasta llegar a su destino. [1] (NTI: La media deseada entre dos extremos, uno de exceso y otro de deficiencia) 

Solo quería obtener una comprensión más clara de esas palabras proféticas... 

En Mephius, o más bien, en su esfera de civilización, era raro que los magos fueran empleados por los principales aristócratas. Casi nunca eran vistos en público. Había incluso menos de ellos de las preciadas especies de dragones, Geysers o Ma'Duk, aunque también había casos como Ende y Arion, donde los magos oficialmente aceptados tomaban parte en la política y comandaban en la batalla. Estos dos países eran excepciones especiales, teniendo estadistas que descendían del linaje del Rey Mágico Zodias. 

Particularmente en Mephius, que se enorgullecía de tener el fuerte espíritu de guerreros, tenían prejuicios contra aquellos que ejercían poderes únicos. Un ejemplo sería el mago bien conocido históricamente, Garda, oriundo de las provincias occidentales de Tauran, cuyas costumbres eran bastante similares a las de Mephius. Como sacerdote de las doctrinas Ryuujin, ejerció libre uso de la magia negra en el éter, gobernando sobre la antigua capital Zer Illias. Incluso ahora, mencionar su nombre infundía miedo. 

Fedom no llamó personalmente a Hermann. Hace tres años, Hermann había visitado inesperadamente a Fedom que, curiosamente complacido con la adivinación que había realizado, le permitió vivir una vida sin miseria desde entonces, y solo le proveía sin saber a dónde solía ir. 

Conocía la verdadera identidad del Príncipe Gil y, por lo tanto, podría considerarse una existencia equiparable al talón de Aquiles de Fedom, aunque el mismo Hermann fue el que originalmente predijo que un simple gladiador sería capaz de actuar como el doble del príncipe. No había ningún daño en mantenerlo con vida hasta que Fedom hubiera logrado sus ambiciones. 

Y ese futuro no está muy lejos. 

Naturalmente, esos pensamientos lo hicieron sentirse importante. Incluso las palabras de bienvenida de su esposa cayeron en saco roto. Asintió levemente, y luego continuó sus pensamientos dentro de su ardiente cara roja. 

Debido a que el emperador es tan tonto como para fortalecer su autoridad al final de una guerra de los diez años, los sentimientos anti imperialistas han aumentado. El encarcelamiento de Kaiser Islan y la colocación de Zaat Quark bajo arresto domiciliario solo han alimentado las llamas. 

Era la oportunidad largamente esperada. Fedom no tenía intención de esperar pacientemente hasta que el emperador, Guhl Mephius, bajara personalmente del trono. Puede que se estuviera acercando al borde de la vejez, pero hasta el momento aún tenía un gran espíritu, y no estaba garantizado que seleccionara a Gil Mephius Primero como su heredero. 

Después de haber visto el favor que tenía hacia su segunda esposa, Melissa, existía la posibilidad de que Ineli se casara con un pariente lejano de la Casa Imperial y su marido la hiciera sucesora del trono. 

Si puedo unir a la facción anti imperial con esto, puedo moverme libremente en el futuro. 

Dentro de la facción, había muchos como Zaat, que eran anti emperador y no anti imperiales, pero aún no era el momento de pedir un cambio. Dejando a un lado la población local, muchos en Mephius seguían una forma conservadora de pensar. Fedom había evaluado que no había suficiente impulso para disolver el sistema del país en este instante. 

Es posible que no hayan podido abandonar la larga historia del imperio; sin embargo, la oportunidad que abrieron las dudas sobre si las acciones del emperador eran perjudiciales para el futuro del país jugarían un papel crucial. 

Primero, debo ganar más aliados. No hay problema con la popularidad del príncipe. Más bien, sería conveniente en el futuro lejano dar la impresión de que él es un imbécil. Lo más importante es que mantengo una voluntad decidida. 

Audaz, pero con cautela. 

A veces, cuando se perseguían grandes objetivos, era necesario realizar una gran apuesta. Él ya había mostrado su mano. Era una apuesta donde su vida y la de todos sus parientes estarían en peligro si descubrían que había puesto a un esclavo gladiador como príncipe. Cabalgaría con la corriente, con este “vendaval” como lo llamaba Hermann, y luego rápidamente y con entusiasmo haría su próximo movimiento. 

A pesar de la hora tardía, Fedom preparó vino y se retiró a su estudio. Escribió diversos nombres de señores en sus notas, mientras consumía el vino como si fuera agua. Su mente era clara, no estaba ni un poco borracho, pero estaba embriagado de emoción, ya que una vez más se imaginó cómo se desarrollaría el futuro. 



PARTE 3 

Sonó la campana de la Torre Negra, señalando el amanecer. Anunciaba el comienzo del aniversario de fundación de Mephius. Desde la noche anterior, los puestos y establecimientos habían sido cuidadosamente preparados, y su abundante variedad de pancartas y letreros coloreaba la ciudad. Un simple paso por las calles era suficiente para envolverte con el sabroso aroma de carne y pescado a la parrilla, y el suave y fragante aroma de pasteles y dulces. Se servían barriles de vino por toda la ciudad, y los vasos se alzaban en brindis tan temprano como el sol naciente. Los niños agarraban con fuerza dinero para gastar que sus padres les habían entregado para este evento único en el año y corrían por la ciudad, preocupados por cómo gastarlo, y las chicas, vestidas para este día, caminaban por las calles mientras repartían preciosas sonrisas. 

La guerra de los diez años con Garbera había llegado a su fin. A diferencia de la atmósfera lúgubre del festival en los últimos años, este año tenía una rica variedad de programas internacionales. Los viajeros del extranjero también eran vistos en gran número. Los retratos de la futura novia, la princesa Garberana Vileena, fueron decorados con guirnaldas, emitiendo una atmósfera pacífica. 

Al mediodía, comenzó un extenso desfile militar. Los soldados, vestidos con una armadura decorada con piedras preciosas y flores, marchaban heroicamente mientras levantaban sus relucientes espadas y lanzas en alto. Al frente de ellos estaba el hombre que había tomado el asiento del héroe Clovis el año anterior. El hombre, ensillado en un caballo blanco y llevando con orgullo un casco de oro, era un gladiador que no tenía el título de esclavo. Había participado en la arena mortífera solo para evitar el hambre para su familia, pero a través del campeonato del año pasado había sido oficialmente empleado como un soldado de Mephius y actualmente trabajaba como cabo directamente bajo las órdenes de Odyne Lorgo. 

En el último día del festival, una revisión naval junto con un desfile que emplea a los transportistas aéreos se llevaría a cabo para el disfrute de la gente. Pero por ahora, anticiparían el evento en el futuro cercano. 

— Vamos, démonos prisa. 

— Hay personas que han estado haciendo cola desde anoche. Espero que haya asientos. 

La gente esperaba en fila en el gran estadio de Solon, que se transformaría en la mayor arena del mundo por esta semana. 

Sin perderse esta ocasión, la silueta de Orba también se podía ver en el gran estadio. Después del desfile, los nobles se reunieron en el balcón del palacio de Solon, donde tuvieron una breve ceremonia. 

Seguro que es grande. 

Debajo de él, se llevaban a cabo una gran cantidad de combates en la arena. Se llevaron a cabo enfrentamientos de espadas, enfrentamientos con lanzas, batallas a caballo e incluso batallas con dragones montados, y en una esquina cerca de las paredes había una zona separada, donde se llevaban a cabo los combates rápidos de un solo disparo. 

Había muchos escenarios en Solon, y Orba había peleado personalmente en el anfiteatro de la ciudad de Ba Roux. Pero incluso teniendo en cuenta eso, este estadio era con mucho el más grande de todos los lugares en los que había estado. Además de su tamaño inmenso, la especialidad de Solon, el restaurante de tanques*, también se celebraría en las horas de la noche. *(NT: como que no tiene mucho sentido pero así está en inglés) 

El número de espectadores que podía acomodar excedía un poco a los cincuenta mil. Incluso con esos números, estaba cerca del lleno desde el primer día, y solo en el área donde Orba estaba sentado había suficiente espacio para estirar las piernas. Apoyado en pilares que conectaban con el techo, una cortina púrpura se extendía por el frente donde destacaban las figuras de los guardias. Era una zona exclusiva para la familia imperial y los nobles, y fue allí donde Orba e Ineli se sentaron, alineados el uno contra el otro. Baton, Troa y algunos otros también estaban presentes. 

— Siempre pasa lo mismo en los encuentros— se quejó Baton, aunque había aceptado la invitación de Ineli—. Se pone bueno solo en el último día. 

El último día se celebraría el evento “Clovis y Felipe y el asesinato del dragón”, y prácticamente todos los imperios y nobles asistirían. No era un encuentro normal de gladiadores, sino una de las ceremonias importantes que conmemoraban la fundación de la nación. 

Ineli lo amonestó levemente con un “idiota”. 

— Esto está en una escala completamente diferente de la habitual. Todos los gladiadores conocidos de Mephius se reunirán en un solo escenario. Ahh, hace calor. Abanica más fuerte, ¿quieres?— Ineli ordenó al sirviente encargado de cuidar a los invitados en los asientos de lujo. 

En respuesta, una esclava diferente trajo una bebida fría. Mirándola, todavía era joven. Su piel oscura de alguna manera proporcionaba una apariencia refrescante. Sin querer, Orba miró a la chica que se iba, cuando Ineli repentinamente le pellizcó la rodilla. 

— … 

— ¿Me pregunto si su alteza, el príncipe heredero, fantasea con ese tipo de esclavas? Solías adular a mi doncella, Lisa, en aquellos tiempos. Entonces te gustan los tipos que son fáciles de entender. 

— No es eso. 

Después de haber sido invitado, Orba miró las peleas de abajo, pero de alguna manera experimentaba una sensación de inquietud. Sentado en la zona de asientos reservados exclusivamente para nobles y mirando los encuentros de una arena como esta, sintió una punzada de culpa. En su mente, chasqueó la lengua. 

¿Cuánto tiempo estaré preocupado por estos sentimientos de esclavo? Si no puedo suprimirlos en lugares como estos, tropezaré y me expondré algún día. 

Justo ahora, trajeron una jaula con esclavos. Otra jaula salió de la puerta del lado opuesto, pero contenía varios dragones Faye de tamaño pequeño. Sus rasgos distintivos eran sus seis patas y hocicos que parecían aplastados con una mano. Lo más notable eran los dos colmillos curvos que sobresalían de arriba de su boca. 

Ambas jaulas fueron abiertas. Los dragones saltaron simultáneamente, bocas espumeantes. Los esclavos también escaparon. La mayoría de ellos eran mujeres semidesnudas. El poder de salto de un Faye era tremendo. Uno de ellos inmediatamente alcanzó a su presa y la empujó hacia abajo. El Faye calibró sus colmillos. 

Orba instintivamente apretó los puños. Ineli se cubrió la boca mientras gritaba, pero sus ojos brillaron excitada, anticipando el derramamiento de sangre por venir. Entonces, varios gladiadores salieron de una puerta recién abierta. 

Parecía ser un juego donde “Los fuertes gladiadores mephianos rescatan a las muchachas paganas sacrificadas en apuros” donde, confiando en nada más que una espada, desafiarían a los Faye. 

Puede que sean dragones de tamaño pequeño, pero la longitud de un Faye bien desarrollado podría llegar a los tres metros. Los salvajes Fayes formaron grupos y atacaban con una ferocidad comparable incluso a la de un gran dragón, derribando a muchos de los gladiadores. En medio de esto, gritos de “¡Pashir! Pashir!” sonaban en el estadio. 

El rumoreado contendiente como primera elección al asiento de Clovis. Como era de esperar, mostró movimientos muy superiores al resto. Un Faye saltó hacia él y cortó horizontalmente contra el dragón que venía, y luego inmediatamente saltó sobre él y empujó su espada apuntando a su suave cuello. Y mientras Pashir luchaba desesperadamente por su vida, también dio instrucciones a sus aliados. Los hizo formar pares, y mientras uno distraía los movimientos del Faye, el otro aprovechaba la oportunidad para saltar desde atrás. Esta estrategia les produjo grandes resultados. 

La doncella escapó en un sangriento frenesí y corrió en dirección a Orba. Trató de aferrarse a la empalizada, pero los asientos principales estaban situados considerablemente más arriba de su alcance. Los soldados que custodiaban la ubicación de los asientos agitaron sus bayonetas en un intento de ahuyentarla. 

— ¡Ayuda! ¡¡Por favor, ayúdenme!! 

Detrás de ella, un Faye estaba pisándole los talones. El grito enloquecedor de la mujer perforó los oídos de Orba. Al darse cuenta de esto, Pashir dio inicio a una gran persecución. Blandiendo su espada, giró hacia el Faye, pero la espada se rompió a mitad de golpe, posiblemente porque estaba desgastada o mal hecha. Aun así, no se desanimó y se aferró al Faye enrollándose alrededor de su cuello. El Faye luchó furiosamente, tratando frenéticamente de clavar sus colmillos en la tierna carne ante sus ojos. Finalmente, logró sacudirse a Pashir. El dragón se abalanzó sobre la doncella, que aún estaba muy pálida. 

— ¡Pashir! 

En este momento, Orba superó los límites de su paciencia. Al lado de Ineli quien lo miraba desconcertada, sacó una espada de la cintura de un guardia y la tiró con todas sus fuerzas. 

La espada perforó profundamente el suelo entre la chica y el Faye. Pashir rápidamente la sacó y envió un fuerte golpe hacia la cara del Faye, persiguiendo al animal salvaje sin dudarlo un momento. Poco después, un gran chorro de sangre salió volando del cuello del dragón. 

Los seis Fayes liberados fueron rematados. Sin embargo, eso no significaba que la pelea había terminado. Tuvieron que luchar hasta el último sobreviviente junto a los cadáveres de las mujeres y los dragones caídos. 

Es posible que hayan se hayan esforzado en conjunto para rescatar a las mujeres, pero nunca tuvieron la intención de mostrarse misericordia entre ellos. Era una batalla donde todos y cada uno de ellos luchaban para vivir otro día. Las espadas centelleaban por todos lados, y cada vez se perdía otra vida. 

Al final, Pashir y otro gladiador prevalecieron. Ambos respiraban pesadamente. Sus cuerpos estaban cubiertos de sangre y sudor, cada uno con heridas grandes y pequeñas. 

Orba miraba mientras Pashir se movía a su derecha, y el oponente a su izquierda. A medida que cerraron gradualmente su distancia, el oponente empujó una vez, luego dos veces, pero Pashir rechazó todos los ataques. Al ver que Pashir no pasaba a la ofensiva, el hombre se movió más ampliamente, y en ese instante, Pashir se impulsó rápido como un rayo. Parecía dirigirse al pecho, pero en realidad lo utilizó para hacer tropezar a su oponente. La pierna derecha salió volando por los aires. Y más rápido de lo que la pierna pudo tocar el suelo, Pashir dio el golpe final. No hubo movimientos inútiles. Piel inesperadamente dura como armadura. Movimiento ágil. Y, sobre todo, estaba bien versado en controlar el flujo de una pelea. 

— ¿Te ha agradado? ¿No es de mal gusto querer a alguien tan cercano a un esclavo?— Dijo Ineli mientras lo miraba de reojo. 

— Sería una pena dejarlo morir aquí. 

— ¿De Verdad? Puede ser fuerte, pero no tiene belleza. Especialmente no tiene popularidad entre la multitud femenina— Después de formar una sonrisa con una extraña mirada aduladora en sus ojos, ella preguntó—: Oye, hermano. Tengo un favor que me gustaría pedir. 

— ¿Qué es? 

— Se trata de Orba. Me preguntaba si podrías hacerlo participar en los juegos de gladiadores. 

— ¿Por qué? 

Orba retrocedió sorprendido ante esa petición. 

— ¿No crees que la participación del héroe que derrotó a Ryucown lo haría mucho más emocionante que cualquier otro año hasta ahora? ¿Por favor? Me gustaría verlo pelear de nuevo en persona. 

— Él es de mi Guardia Imperial, ¿sabes? ¿Es posible incluirlo en los juegos ahora? 

— Es por eso que te lo ruego. ¿Podrías cumplir con la solicitud de Ineli? 

Ella dijo, acurrucándose cerca de sus hombros. En esos ojos, Orba vio una mirada completamente calculadora, consciente de que él no se negaría. Hizo una mueca, y antes de que pudiera ofrecer una respuesta, alguien vino corriendo hacia él. El que jadeaba y estaba de rodillas era Dinn. 

— ¿Hermano? 

— Algo importante surgió. Necesito regresar al palacio. 

— ¿Ehhh? 

— Ahh, el asunto con Orba. Te dejaré saberlo más tarde. Por favor, quédate satisfecha con eso. Entonces, te veré luego. 

Inquieto, Orba se fue rápidamente. 

Ineli se quedó estupefacta, y pronto su rostro se sonrojó cuando sacó su lengua a la espalda de Gil Mephius. 

Y otra persona estaba mirando hacia arriba desde el estadio a esa misma espalda. Era Pashir. 

La chica que previamente había llevado la bebida a la zona donde estaba sentado el príncipe, estaba limpiando el sudor y la sangre de su piel con un trapo. 

— Mira— gritó el nombre de la chica. 

— ¿Sí? 

— ¿El que arrojó la espada fue el príncipe? 

— Sí— La cara de Mira, después de haber escuchado su nombre, estaba teñida de vergüenza—. Pasó tan rápido que me sorprendió por completo. 

— Ya veo. 

Pashir, incluso ahora, miraba inmóvil la espada en su mano. El momento en que la arrojó, la velocidad y el lugar donde cayó, lo hizo con una precisión excepcional. 





Le llevó a Orba media hora regresar al palacio. 

War, que estaba esperando en la antecámara, se levantó y lo saludó. 

War era un antiguo gladiador. Era un hombre que ya había cumplido los cuarenta y pasó su mejor momento como espadachín. Ni su habilidad ni su apariencia eran particularmente dignas de alabanza. A pesar de haber estado en el Grupo de Gladiadores de Tarkas durante poco más de un año, no era más que un espadachín ordinario, aparte de ser uno aparentemente bendecido con la buena fortuna de haber sobrevivido diez años como gladiador esclavo. 

En cierto modo, eso es una habilidad en sí misma. 

Orba pensó, mientras lo miraba. Nada sobre él realmente se destacaba y su único logro digno de mérito fue haber sobrevivido. Con la experiencia de los años, de ninguna manera era de mente estrecha. 

Después de la batalla en la Fortaleza de Zaim, la mayoría de los espadachines pertenecientes al Grupo de Gladiadores de Tarkas habían elegido permanecer alistados como guardias imperiales del príncipe. War también había sido uno de los que eligieron quedarse, pero Orba lo sacó de la Guardia Imperial y en su lugar le dio una misión diferente. 

— ¿Cómo estuvo? 

Orba le ofreció a War una copa de vino. War la tomó respetuosamente, y mientras Orba esperaba que War vaciara el contenido: 

— ¿Encontraste algo? 

Orba preguntó, haciendo todo lo posible para fingir normalidad, a pesar de que su corazón había estado latiendo furiosamente desde su partida de la arena. 

Había doce generales Mephianos. Excluyendo a los tres que manejaban las naves de dragonstone que componen la flota aérea, los otros nueve generales realizaban reclutamiento de mercenarios a gran escala. El final de la guerra de los diez años con Garbera había reducido más o menos el tamaño de sus fuerzas, pero en una sociedad en guerra, las admisiones siempre estaban abiertas. 

Le había ordenado a War que se convirtiera en uno de esos mercenarios. Se alistaría en el cuerpo de mercenarios perteneciente nada menos que a Oubary Bilan. 

— Lo que sé no es más que lo que el soldado común, y en el mejor de los casos solo puede considerarse chismes de los funcionarios inferiores. 

— Ah, no me importa. Habla. 

Oubary dirigía la División Blindada Negra que incendió la aldea de Orba. Como había sucedido hace seis o siete años, no se sabía cuántos soldados habían quedado en su misma posición. Una cantidad considerable debería haber muerto en la guerra con Garbera. Aun así, había una gran probabilidad de que hubiera alguien que supiera lo que sucedió en ese momento. Investigar el acontecimiento e informar a Orba era lo que se le había ordenado a War. 

— Hay un hombre que se conoce con el nombre de Bane y ha mantenido su rango como capitán durante los últimos seis años. Bane ha servido durante mucho tiempo al general, pero uno de los subordinados de Bane, de alguna manera insatisfecho con este tratamiento, expresó sus quejas en una taberna barata a la que voy a menudo. En una ocasión, cuando estaba borracho, intercambié copas de vino con él para conocerlo mejor. Puede que no lo parezca, pero soy muy bueno escuchando. Escuché sus quejas sin una sola mirada de disgusto o renuencia y dejé una impresión bastante favorable. Todavía tengo que conocerlo mejor, pero dentro de poco podré entrometerme en asuntos más personales. Ah, y también, estoy seguro de que Bane estuvo presente en la Fortaleza Apta. Estoy seguro de que fue lo que escuché. 

Esto luce bien. 

Hubo progreso. Y lo que es más, gran progreso. Orba luchó por contener su deseo de saltar y aplaudir de alegría. Entonces vio a War, que parecía vacilar un poco, como si hubiera algo más que mencionar. 

— ¿Qué pasa? Si hay algo más que hayas descubierto, no importa lo trivial, dilo. 

Orba le pidió otra bebida, y War, algo avergonzado, se encogió los hombros. Luego procedió: 

— No estoy seguro de si esto tiene algo que ver con el príncipe, pero hubo un comentario que Bane accidentalmente dijo que me preocupa. Había escuchado por casualidad una conversación entre algunos de los miembros superiores, y según lo que había oído, el general Oubary cenará con el hombre de Garbera conocido como Noue Salzantes en el futuro cercano. Bane lo encontró extraño y desconcertante, porque si tuviera que decirlo, Oubary estaba del lado opuesto a las negociaciones de paz con Garbera. 

¿Noue y Oubary? 

Este era sin duda un hecho inusual. Orba, después gastar más dinero con War, abandonó la habitación. 

Sin duda, esta no es una reunión pública. Cualquiera podría decir que la reunión entre estos dos es extraña. Es por eso que cuando no lo ocultas, incluso los soldados hablarán sobre eso. 

Sin embargo, esa era la premisa innegable que condujo a la conversación. 

Si ese es el caso, la ubicación del lugar no será Bilan Estate. Será un lugar discreto, pero también será un restaurante con un bar que los nobles pueden usar; no habrá muchos que se ajusten a esta descripción. Noue estará en Solon durante, como máximo, una semana hasta que termine el festival. Este es el momento perfecto para lanzar la red. 

— Su alteza, su alteza. ¿En qué está pensando? 

Sin captar las palabras de Dinn, Orba reflexionó en silencio sobre sus pensamientos. Algo extraño le preocupaba. Recordó las palabras que Noue había pronunciado sin vacilar frente al Príncipe Gil y su rostro sonriente. No había nada objetable en él como enviado. Fue porque era tan intachable que Orba había perdido interés en él en ese momento. Sin embargo, al enterarse de que Noue podría encontrarse en secreto con Oubary, ahora Orba encontraba preocupante su comportamiento. Para decirlo simplemente, él mismo no había captado el interés en Noue. 

No me gusta esto 

Y, comenzó a pensar que esto podría convertirse en un medio por el cual podría tomar a Oubary por el cuello. 

Orba ordenó inmediatamente a Dinn que transmitiera un mensaje a la vivienda de los Guardias Imperiales. Varios minutos después, sus guardias personales se alinearon en la habitación. Todos ellos eran sus conocidos, pero disfrazado como el Príncipe Gil, les dio sus órdenes.





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