EL MONÓLOGO DE HORIKITA MANABU
Hay algunas cosas que la gente encontraría extrañas si se enterara de ello.
La verdad es que no elegí esta escuela porque tuviera algo que quisiera llevar a cabo o algo así.
Había vivido con intención de convertirme en una persona talentosa, pero no tenía en mente ningún destino en particular.
Político, médico, investigador, no pretendía nada de eso.
Para bien o para mal, he vivido mi vida asegurándome de no perturbar nada. Con indiferencia completo mis tareas y paso mis días de esa manera.
Ser un “modelo a seguir”. Ser “ejemplar”.
Creía que eso era lo correcto y nunca lo cuestioné.
Sin embargo, Nagumo Miyabi emprendió una acción tras otra para oponerse directamente a mí.
Una persona que se abre paso, así se puede describir a ese hombre.
De hecho, hasta que me graduara, ya había renunciado a la acción.
He fallado en hacer un amigo en el que pueda decir que confió desde el fondo de mi corazón.
Todavía tengo que comprenderlo.
Después de 3 años, finalmente me he dado cuenta. Mi “error” y el arrepentimiento que me produjo. Y que este es el “principio”.
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