De alguna manera, "Rakuin no Monshou" ha alcanzado su tercer volumen.
Todo ello gracias a los incansables esfuerzos del autor, que trabaja durante dos días y descansa tres, a la astuta táctica de la zanahoria y el palo del editor, y a ustedes, mis queridos lectores, y a sus extraños gustos en la lectura (perdón por la rudeza).
Y, por supuesto, no podemos olvidar las valiosas contribuciones del ilustrador, 3. Esta historia tiende a ser sencilla y fácilmente desviarse hacia lo sombrío, pero cada vez ofrece ilustraciones hermosas y dignas. Especialmente ese contraste en las ilustraciones de Vileena e Ineli para las primeras planas del volumen 2. Al ponerlas en ropa que deja expuesta el área del pecho y al resaltar una cierta diferencia, uno se pregunta sobre el argumento poco amable (desde la perspectiva de Vileena) que estaba haciendo.
Espero ver más por aquí.
Aunque es fatal en un novelista, mi velocidad de lectura es muy lenta. Cuando me encuentro con un pasaje o un diálogo que me gusta, aunque sea un poco, releo todo el proceso que me lleva a saborearlo de nuevo, así que intencionadamente retrocedo varias páginas y termino leyendo el mismo libro varias veces.
Ha sido igual desde que me hice profesional, o mejor dicho, he estado leyendo aún más despacio desde mi debut profesional. Porque ya no se trata sólo de disfrutarlo. " Esto es muy bueno.... Desearía poder escribir así también..." y es con ese tipo de pensamientos leo, saboreando cada palabra. Dicho de una manera amable, me esforcé mucho en robar incluso un poco de la habilidad de esos maestros. Dicho de una manera poco amable, es un amor retorcido nacido de los celos.
Por supuesto, este es probablemente un caso raro, pero... si, por cualquier razón, te diviertes una, dos o tres veces mientras lees este libro...
Estaría muy contento.
-- Sugihara Tomonori.
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