EL MONÓLOGO DE AMASAWA ICHIKA
Bebés de probeta. ¿Has oído alguna vez el término?
Al parecer, hoy en día ya no se les llama así. En su lugar, la
sociedad ha adoptado el término "bebés de FIV".
Yo soy uno de los nacidos de ese mismo proceso. Un humano nacido
de la Fecundación In Vitro.
Sin embargo, no sé nada de mis orígenes fuera de eso. Ni
siquiera he visto la cara de mis padres.
Dónde están ahora... Qué están haciendo... Por qué me pusieron
en la Habitación Blanca... Nada.
Pero, para ser completamente honesta, no estoy realmente
interesada en averiguarlo.
Hay una cosa que aprendí cuando por fin tuve la edad suficiente
para entender el mundo que me rodea:
Que mis padres eran personas con mucho talento.
Por lo tanto, debo ser una niña increíblemente bendecida que
nació con las cualidades para convertirse en un genio, ¿no?
Aunque, por muy correcto que sea, mi existencia entra en
conflicto directo con la de la Habitación Blanca.
Una instalación cuyo objetivo final es elevar a todas las
personas a una superioridad equivalente.
Una instalación en la que buscan demostrar que los límites de la
humanidad no se deciden por la genética del individuo, sino por su ambiente.
En otras palabras, quieren que todas las personas posean un talento sobresaliente, no sólo los bendecidos con excelentes genes como yo.
Al final, para la Habitación Blanca, seguramente soy un
experimento más.
Y aunque no me opongo del todo a ser un experimento, me pregunto
si realmente creen que tendrán éxito.
Personalmente, hace tiempo que concluí que es imposible
homogeneizar el intelecto, la personalidad y la ética.
De hecho, ¿no es mi propia existencia la mayor prueba de ello?
Desde que era niña, he estado orgullosa de ser diferente de los
que me rodean, aunque nunca lo demostré. Apagaba la luz de mis ojos y fingía
con indiferencia recorrer el camino, mientras me cuestionaba el significado de
la existencia de la Habitación Blanca.
¿Realmente quiero crecer dedicando mi vida a promover los
ideales de la Habitación Blanca?
¿Estoy realmente dispuesta a poner mi vida en juego,
esforzándome día tras día, desesperada por convertirme en el máximo ejemplo de
educación exitosa del mundo?
¿No sería eso, ya sabes, un poco patético? ¿No querrías vivir
con más libertad?
Yo sí. Al menos, odiaría pasar el resto de mi vida encerrada en
un mundo así.
Uy, parece que estoy divagando un poco. Volvamos al asunto que
nos ocupa, ¿de acuerdo?
Ayanokouji Kiyotaka. El ser cuyo éxito preponderante destacaba
sobre el resto de la Habitación Blanca.
Por supuesto, fui escéptica cuando oí hablar de él por primera
vez.
Al fin y al cabo, ¿cómo podía creer que, a pesar de todos mis
esmerados esfuerzos, él tuviera una puntuación muy superior a la mía en todos
los sentidos?
Pero... por desgracia. Después de ver los datos, de conocerlo en
persona, de hablar con él... finalmente lo entendí.
Entendí lo especial que es realmente.
Sin embargo, lo siento Senpai.
Realmente quiero ponerme de tu lado, pero no es así como el
destino va a actuar.
Porque, hay quienes conozco desde hace mucho, mucho más tiempo
que tú, Senpai.
Soy mucho más compasiva de lo que creía... ¿Quién lo hubiera
imaginado?
Como uno de tus fieles admiradores, estaré mirando desde la distancia una vez que finalmente llegue "ese momento".
ella da miedo xd
ResponderBorrarEs que yo sabía que la Amasawa iba a terminar siendo la verdadera de la habitación blanca, estaba clarisimo
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