Youkoso Jitsuryoku Shijou... Segundo Año Volumen 7 - Historias Cortas

 HORIKITA SUZUNE

EL SUEÑO QUE OLVIDARÉ DESPUÉS DE DESPERTAR

 

Estoy soñando. Un pequeño y extraño sueño. Nii-san, Ayanokouji-kun y yo estábamos en la misma clase y competíamos por la clase A. Todos reíamos juntos, comíamos juntos, jugábamos y nos enfrentábamos a cada examen especial. Era un sueño tan alejado de la realidad que estoy segura de que lo olvidaré después de despertar.

Pero fue reconfortante por encima de todo. Ojalá pudiera seguir soñando eternamente.

En mi sueño, Nii-san tenía un talento especial y lideraba nuestra clase. Y yo estaba a su lado, apoyándolo. Ayanokouji-kun parecía que no hacía nada, pero nos apoyaba a ambos desde las sombras.

Antes de darme cuenta, empezaron a aparecer varios compañeros de clase.

Sudou-kun, Hirata-kun, Kushida-san.

En poco tiempo, cada uno de mis compañeros de clase se había convertido en alguien importante para mí.

Me avergüenza recordar que una vez los consideré un estorbo.

Y Yamada-kun, Ishizaki-kun, Ichinose-san de alguna manera también estaban en nuestra clase...

Pero no se puede evitar ya que es sólo un sueño.

―Nnn...

Quería seguir soñando, pero un viento frío de algún lugar lejano intentaba detenerme.

―No...

Sólo un poco más, quiero ver el resto de este sueño.

Entonces, como si mi deseo se hubiera cumplido, el frío punzante contra mi piel se retiró.

Me graduaré en la clase A.

Incluso en mi sueño, esto seguía siendo cierto.

Juntos con Ayanokouji-kun, Nii-san, mis compañeros de clase...

Para evitar que otra tragedia como la de Sakura-san vuelva a ocurrir...

Tengo que seguir adelante.

Cuando despierte, daré otro paso decisivo hacia adelante.

Después de todo, es lo único que puedo hacer.

―... Oh no, parece que me quedé dormida.

Me olvidé del sueño y eché la silla hacia atrás, poniéndome de pie.

―Pensé que había dejado la ventana abierta... ¿quizás sólo sea mi imaginación?

Pronto se pondría el sol.

Vamos a dormir un poco antes de lo habitual, pensé y salí del aula.

 

 

SHIINA HIYORI

BROTANDO SENTIMIENTOS

 

Todo el mundo en nuestra clase estaba dando lo mejor de sí trabajando en el Café Kimono para el festival escolar.

Ryuuen-kun nos advirtió de que castigaríamos a los que intentaran faltar, y parece que funcionó.

Yo era la cajera, así que no tenía muchas cosas que hacer.

Por eso, como de costumbre, leí otro libro que me habían prestado.

Entonces, un estudiante entró en el aula con paso casual y ligero.

Era Ayanokouji-kun.

Él, era con quien salía Karuizawa Kei-san.

Quise ocultarme de alguna manera y me escondí detrás de mi propio libro.

Debería haberlo sabido. Mi curiosidad ganó al final y eché un vistazo rápido.

Ayanokouji-kun parecía haber presenciado algo inusual y caminó hacia mí.

―…Buenos días.

No podía ignorarlo, así que se lo dije.

No estoy segura de haber conseguido actuar como de costumbre.

―Cuánto tiempo sin verte. Escuché que no has aparecido por la biblioteca últimamente.

―Eso no es verdad. Es un poco, quiero decir, estoy allí a una hora diferente ahora.

Era mi sentido de la consideración evitar encontrarme con Ayanokouji-kun, a quien también le encantaba leer.

Ver a alguien como yo hablando con su novio puede preocupar a cualquier chica, creo.

―Entonces, ¿también vas a trabajar en la tienda?

―Sólo trabajo de cajera. No se me da especialmente bien hablar con la gente... ni andar por ahí. Ya practiqué llevando las bandejas con comida, pero no me fue bien.

Creía que lo iba a hacer mejor, la verdad...

―Por cierto, Ibuki-san también participa.

―¿Ibuki? Pero ella no es el tipo de persona que se pondría ese traje, ¿verdad?

―Parece que hizo una apuesta con Ryuuen-kun para estar completamente exenta del festival escolar.

―Y perdió.

Ibuki era bastante linda cuando pataleaba en señal de frustración.

Después de todo, era muy divertido hablar así con Ayanokouji-kun.

Yo... quería encontrarme con él en la biblioteca otra vez.

Ese sentimiento creció dentro de mí como un brote.

...Debería estar bien... ¿verdad?

―Estaré en la biblioteca de nuevo más tarde, así que por favor ven.

No debería enfadarse conmigo si me reúno con él como una simple amiga, ¿verdad? Seguramente...

 

 

KUSHIDA KIKYOU

CAMINO A LA SUPERVIVENCIA

 

Habían pasado diez minutos desde que todas las chicas que trabajaban de sirvientas empezaron a preocuparse por lo que ocurría justo fuera del aula.

Eso se debía, naturalmente, a la ingente cantidad de clientes que esperaban en el pasillo.

Tenía un poco de tiempo extra en mi mano y salí a comprobarlo.

Tener cola era algo digno de celebrar, pero Ayanokouji-kun no parecía nada contento mientras miraba el mismo paisaje que yo.

―Esto está mal. Estamos empezando a ver clientes cansados de esperar y se están marchando.

Así es. Aunque tuviéramos tantos clientes, no podíamos atenderlos a todos.

La gente que esperaba delante debía haber esperado ya cerca de 30 minutos.

Piensa.

Ayanokouji-kun y yo no éramos los únicos preocupados por cuándo se colapsaría esta fila.

Las chicas que trabajaban en el maid café también debían estar muy preocupadas.

En ese caso tenía que hacer algo.

Sé muy bien lo difícil que es anular las malas impresiones o tu propia imagen, pero tampoco tengo otra opción que aceptar el reto.

―Ayanokouji-kun, ¿puedo irme un rato? Tengo un plan.

―¿Qué planeas hacer?

―Los invitados que esperan están aburridos, pero todos muestran un gran interés por el maid café. Pero les está entrando hambre y no es de extrañar que empiecen a marcharse.

―Tienes razón.

El método más rápido para mantenerlos aquí...

¡Es el plan de muestreo de comida de los grandes almacenes!

Cebarlos con pequeños trozos de comida y presionarlos para que hagan una compra con sonrisas y coacción.

Iba a reproducir fenómenos a la fuerza.

Cogí una bolsita con galletas del rincón de los souvenirs y me dirigí hacia la gente que esperaba delante.

―Siento la espera.

Tomé amablemente una galleta y se las presenté a cada cliente mientras mantenía un perfil bajo.

Y repetí esto hasta llegar al final de la cola, repartiendo comida por todas partes.

Todo lo que tenía que hacer ahora era quedarme cerca de ellos y observar.

Si alguien estaba a punto de marcharse, utilizaba miradas y gestos para atraerlo y transmitirle lo malo que sería para mí que se fuera.

Puedo contribuir a la clase y a la vez hacer que mis compañeros se sientan en deuda conmigo, una técnica importante.

Era como matar dos pájaros de un tiro.

Esa es mi arma. Una estrategia para evitar la expulsión y destacar mi propia presencia al mismo tiempo.

 

 

CHABASHIRA SAE

UNA EXPERIENCIA QUE QUIERO OLVIDAR

 

Me miraba al espejo dentro del vestuario mientras dejaba escapar un suspiro que puedo creer que fue el más largo de toda mi vida.

―¿Voy a verme así delante de la gente? ¿En serio...?

Me miraba al espejo horrorizada por mi aspecto, que no me quedaba nada bien.

Como profesora, hasta ahora sólo había llevado trajes, o jerséis. Y ahora, ¿de repente un uniforme de sirvienta?

―Esto es malo... Me estoy mareando.

Siento que estoy a punto de desmayarme sólo de imaginar el destino que me espera. Debería fingir estar enferma... no, mi oponente es ese Ayanokouji. No será tan simple. No puedo ayudarles como su profesora, pero al igual que los clérigos tienen que seguir las reglas, tengo el deber de responder a las peticiones de mis estudiantes.

Ayanokouji ya pagó los puntos privados.

―Sólo tengo que hacerlo.

Me armé de valor como su profesora y salí enérgicamente del vestuario.

Corrí todo el camino hasta el primer piso de la sección especial de la escuela-por supuesto que no pude.

Tenía tantas ganas de correr, pero una profesora debe ser un modelo a seguir para los demás, así que caminé.

Caminé... pero mis pasos se aceleraron de alguna manera. Me di cuenta de que los alumnos y los visitantes me miraban fijamente.

―¿Qué hace a esa edad?

―Esa persona, ¿eh? Espera un poco...

"No oigo nada" seguí fingiendo mientras las palabras retumbaban repetidamente dentro de mi cabeza.

¡Por favor, alguien! ¡Mátenme de una vez!

Llegué frenéticamente frente al maid café. El camino me pareció 5 veces más largo de lo que recordaba.

―E-estoy aquí Ayanokouji. ¡Date prisa y déjame entrar!

La cola fuera del café era bastante larga, lo que debería haber sido algo bueno.

Pero para mí, esto era un infierno.

―Gracias por esperar.

Ayanokouji me recibió en la entrada y me dejó entrar.

―Entonces, ¿qué debo hacer ahora... eh?

―No tiene que hacer nada. Por favor, sólo quédese ahí.

―¿Q-qué?

―¿No se lo dije antes? No tiene que hacer nada. De acuerdo, estaremos a su cuidado ―Dijo y se fue al pasillo dejándome atrás.

¿Voy a... quedarme aquí en silencio?

Miré alrededor del aula con miedo mientras observaba como todos los alumnos y visitantes me devolvían la mirada sin reservas.

...Aaahh... no pienses, yo...

Por favor, déjenme arrastrarme dentro de algún agujero...










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