CÓMO PASAR EL TIEMPO CON LOS COMPAÑEROS DE ICHINOSE
PRINCIPIOS DE DICIEMBRE. Eran las dos de la tarde de un
sábado, el primer día del fin de semana.
Recibí una llamada de Kanzaki dos días antes y fui al
centro comercial como prometí. No teníamos en mente un lugar de encuentro
concreto, pero en cuanto entré en el centro comercial, pude encontrar a Kanzaki
y a su grupo sin demora.
Kanzaki, que vigilaba la entrada del centro comercial, se
fijó inmediatamente en mí y se acercó con la mano ligeramente levantada.
―Perdona por llamarte en tu
día libre.
―Suelo tomármelo con calma en
mis días libres. Agradezco la invitación.
Le dije en voz baja que no hacía falta que se sintiera mal.
Himeno, Watanabe y Amikura estaban con Kanzaki.
―Me dijiste que sólo era
Himeno, pero hay otros.
―Lo siento, hay algunas
razones para ello.
Kanzaki trató de explicar la diferencia en los detalles de
la comunicación anterior, pero Watanabe y los otros hablaron primero.
―Hola Ayanokouji, hoy vuelve a
hacer frío.
―Hola, Ayanokouji-kun.
Watanabe y Amikura se acercaron a mí con sonrisas de la
misma manera que lo hicieron en el viaje escolar.
En respuesta, asentí con la cabeza.
Kanzaki ya me había explicado la presencia de Himeno, la
única persona que vendría conmigo hoy.
Supuse que sería ese tipo de charla, pero la combinación de estos cuatro me sorprendió un poco, y no pude ver con claridad el propósito o la intención de esta reunión.
¿O es que estos dos iban a ser los primeros interlocutores
de Kanzaki y Himeno?
Sin embargo, ¿cómo podía ocurrir semejante coincidencia con
estos miembros que casualmente estuvieron juntos en un viaje escolar?
―No me extraña que parezcas
desconcertado, Ayanokouji-kun. Yo tampoco esperaba encontrarme con estos dos.
Himeno también parecía algo inquieta y asintió con la
cabeza, aunque levemente.
―¿Qué quieres decir?
Cada vez tenía más dudas, pero Kanzaki se mostraba más
preocupado por ser visto.
Suponía que la tienda estaría menos concurrida durante un
tiempo, pero los estudiantes entraban uno tras otro.
―Ya empezaron las rebajas de
Navidad.
Amikura señaló una tienda mientras observaba el bullicioso
centro comercial.
En efecto, la tienda ya estaba decorada, y las palabras
"Rebajas de Navidad" colgaban de las estanterías de diversos
productos.
―De momento, me gustaría
trasladarme a un lugar menos llamativo si es posible. No quiero que nadie que
no tenga nada que ver con nuestro grupo sepa de su existencia... especialmente
los de las clases de Sakayanagi y Ryuuen.
No teníamos motivos para negarnos, ya que entendíamos la
situación sin pedir detalles.
Si sólo fueran ellos tres, no habría problema, pero conmigo
en el grupo, no era posible evitar la impresión de una reunión misteriosa.
Además, prefiero discutir las cosas en un lugar tranquilo y
silencioso que en este bullicio de gente.
―Entonces, ¿por qué no vamos a
un karaoke normal?
Amikura sugirió el karaoke, que solía utilizarse para
reuniones de estudio y estrategia. Sin embargo, ese era también uno de los
pocos lugares del recinto donde se podía celebrar una reunión secreta.
El karaoke estaba a sólo tres minutos a pie.
―Pongámonos en marcha.
Kanzaki tomó la iniciativa y empezó a caminar conmigo
siguiéndolo.
―¿Esto era una discusión seria?
Lo siento, no pensé que lo fuera.
Amikura, que venía a mi lado, se disculpó en un susurro.
Por su forma de hablar, se diría que decidió unirse
súbitamente a la reunión.
Watanabe, que estaba junto a Amikura, explicó lo sucedido.
―Daba la impresión de que
Kanzaki iba a reunirse con Ayanokouji, así que le preguntamos si podíamos
acompañarlo.
―Sí. Originalmente planeábamos
ir de compras a petición de Watanabe-kun.
Cuando Amikura continuó la explicación, Watanabe lució un
poco avergonzado y feliz, pero también algo triste y miró hacia otro lado.
―¿Seguro que no quieres ir de
compras?
Ambos tenían las manos vacías y por lo visto no compraron
nada.
―No es para tanto. Podemos ir
a comprar algo más tarde.
Me di la vuelta cuando Kanzaki, que caminaba delante de mí,
oyó lo que estábamos hablando y me lo explicó de nuevo.
―Originalmente, pensé que sólo
Himeno y yo necesitábamos reunirnos con Ayanokouji. Sin embargo, cambié de
opinión cuando me dijeron que los trataste bien a los dos durante el viaje
escolar.
¿Los trataron bien? Esa es mi línea.
Watanabe y Amikura me ayudaron mucho en varios aspectos
durante el viaje escolar. Estoy agradecido, pero no hice nada para merecer los
elogios.
―¿Así que decidiste que tenías
que invitarlos a ellos también?
Cuando le pregunté esto a Kanzaki, asintió con la cabeza
con una mirada misteriosa en su rostro.
―Entonces, ¿de qué se trata?
¿De qué vamos a hablar?
―Te contaré los detalles más
tarde.
Pude vislumbrar la inquietud de Kanzaki por la velocidad a
la que daba su primer paso hacia adelante.
PARTE 1
Después de la recepción en el local de karaoke, entré en
nuestra habitación designada con los otros cuatro. Como invitado, me llevaron a
la parte de atrás, donde Watanabe, Kanzaki y las chicas tomaron asiento. Todos
pedimos bebidas, pero nada más.
―¿Deberíamos cantar una
canción o algo...?
Watanabe agarró un micrófono que había sobre la mesa y,
bromeando, señaló con la punta hacia Kanzaki como si estuviera realizando una
entrevista. Kanzaki, que no era tan bueno como él a la hora de mantener un
ambiente tan desenfadado, puso cara de fastidio y apartó ligeramente el
micrófono con la mano.
―Lo siento, tendremos que
hacerlo más tarde.
―...Cierto.
Watanabe se disculpó y se encogió de hombros, retirando el
micrófono.
―En primer lugar... Le dije a
Himeno de qué vamos a hablar hoy, pero ustedes dos aún no han sido informados.
Ya se los pregunté antes de que llegara Ayanokouji, pero ¿pueden prometerme que
todo lo que digamos aquí será estrictamente confidencial?
Por lo visto, Kanzaki les dijo de antemano que se trataba
de una conversación confidencial antes de permitirles que nos acompañaran.
―Sí. Está bien.
Amikura y los demás parecían enorgullecerse de su
hermetismo.
Sin embargo, Kanzaki desconfiaba de ellos.
―Lo siento, pero todavía tengo
mis dudas.
Como para demostrar mi punto de vista, Kanzaki dejó al
descubierto sus sinceros pensamientos.
―Eh, eh... ¿Qué debo hacer
entonces?
Watanabe empezó a pensar que estaba bajo sospecha a pesar
de haber prometido no decírselo a nadie. Sin embargo, Kanzaki tuvo razón en lo
que hizo, como pronto llegaríamos a ver.
Si nos hubiéramos encontrado antes, Kanzaki podría haberse
negado a decirle a Watanabe y Amikura, que intentaron seguirlo por curiosidad,
que lo dejaran para otro momento.
Pero eso no ocurrió, y el hecho de que estuviera
comprobando cuidadosamente la situación significaba que invitarlos podía ser
una apuesta arriesgada.
Desconfiaba, pero quería confiar y fiarse de estas dos
personas.
―¿No puedo firmar un contrato
o algo así? No se lo diré a nadie.
―Ya veo. Un contrato firmado.
No es mala idea. También se puede grabar con un celular.
Hacerles jurar delante de la cámara que no se lo dirán a
nadie y castigarlos si incumplen el contrato.
Esa sería una forma de mantenerlos callados.
Sin vacilar, Kanzaki sacó su celular y lo colocó sobre la
mesa a modo de demostración.
―¿Hablas en serio? No sé, eso
podría incomodarme un poco.
Amikura mostró parte de su desagrado por la propuesta, sin
creerse que la sugerencia viniera de un compañero de clase.
―Ya se los dije. Hoy tendremos
una charla importante con Ayanokouji. Creo que, si se filtra algo de lo que
digamos aquí, las repercusiones serán inconmensurables.
―¿No es una exageración...?
Kanzaki no era el único que miraba a Watanabe durante este
interrogatorio.
HImeno también lo miraba con la misma intensidad.
―¿Puedes prometer que no se lo
dirás a nadie?
Kanzaki puso la mano sobre el teléfono y volvió a pedir
confirmación, aceptando la reacción violenta a la que se enfrentaría por sus
métodos.
Si no quieres asumir la responsabilidad, deberías irte
ahora.
La determinación y el espíritu de Kanzaki calaron hondo en
ambos.
―Te lo prometo. Nunca se lo
diré a nadie.
―...Yo también. No está bien
irse porque no puedo guardar un secreto. Si quieres, puedo hacer que mi celular
lo grabe.
Si rompen su palabra y hablan, seguro que serán mal vistos,
al menos por Kanzaki y Himeno.
Aunque no parecían ser amigos íntimos, Watanabe y sus
compañeros tenían la responsabilidad de protegerse como personas.
Convencido, Kanzaki guardó su celular, apartó la vista de
ellos dos y se volteó hacia mí.
―Una vez más, Watanabe y
Amikura se quedarán aquí.
―No tengo nada que objetar. Se
trata de un problema relacionado con la clase de Ichinose.
Si una entidad extraña se mezcla, es culpa de Kanzaki por
cometer un error de juicio.
―Quiero preguntarte una cosa
antes de entrar en el tema principal. La mayoría de la clase, incluidos
Watanabe y los demás, se enteraron del rumor de que Ichinose va a dejar el
consejo estudiantil.
¿Es cierto? No lo preguntaban por casualidad. Es una
pregunta intensa.
Como todavía no se ha anunciado oficialmente un sustituto,
no se sabe nada de la dimisión de Ichinose.
Sin embargo, a medida que avanzó el proceso de
reclutamiento, el rumor se extendió y Kanzaki y los demás se enteraron.
―¿Por qué pensaste que lo
sabría?
―Porque tu nombre apareció
entre los rumores.
Me quedé un poco sorprendido por la frase implícita, pero
mi confusión se resolvió con la declaración de Watanabe inmediatamente después.
―Se corrió el rumor de que
ibas a entrar en el consejo estudiantil.
Los rumores son interesantes. Alguien que me vio
interactuando con Horikita, la próxima presidenta del consejo estudiantil,
puede que pensara eso y difundiera la historia.
―Pronto lo sabrás, pero es
cierto que Ichinose renuncia al consejo estudiantil.
―...Supongo que es verdad
entonces.
Si le preguntaba directamente, Ichinose no lo negaría, pero
Kanzaki y los demás no tenían las agallas para confirmarlo.
Si le preguntaban por qué estaba a punto de dimitir,
también surgirían muchas otras preguntas. Si se enteraban de que ya había
renunciado, podrían empezar a bombardearla.
Si algo así ocurría, causaría cierta discordia en la clase.
―A Ichinose le hubiera gustado
decírselos cuanto antes, pero Nagumo le ordenó que lo mantuviera en secreto
hasta que se encontrara un sustituto. Por eso no pudo contárselos aunque
hubiera querido.
Me aseguro de que ese punto quede claro para que no me
malinterpreten.
―Depende de Ichinose decidir
si continúa en el consejo estudiantil. Sé que yo, como su compañero de clase,
no tengo derecho a decir nada al respecto. Sin embargo, no puedo deshacerme de
esta sensación ominosa.
―Supongo que Ichinose-san
renunció a subir a la Clase A.
A diferencia de Kanzaki, que estaba usando una forma
indirecta de expresar sus sentimientos, Himeno no trató de endulzarlo.
Dejó al consejo estudiantil en la etapa en la que
perseguían a la Clase A y competían con las demás. Era posible que Ichinose
transmitiera esta noticia de forma positiva. Sólo con decirles a sus amigos que
dejaba el consejo estudiantil para concentrarse en la competición entre clases,
podría haberlos convencido de que iba en serio.
Sin embargo, ahora que estaban a punto de abandonar la
lucha de clases, veían su salida del consejo estudiantil con otros ojos.
Este acto sería percibido como una rendición de sus armas y
una renuncia a su persecución a la Clase A.
De hecho, Kanzaki y Himeno así lo creían ellos mismos.
Por otro lado...
―Eso es un poco exagerado, ¿no
es así, Himeno? No creo que Honami-chan renuncie a la Clase A tan fácilmente.
Por el contrario, Amikura, que seguía creyendo sin ningún
tipo de dudas, refutó la hipótesis.
―Entonces, ¿por qué Ichinose
renunció al consejo estudiantil?
―¿Tal vez está tratando de
concentrarse en acceder a la Clase A, por lo que renunció al consejo
estudiantil para aliviar la carga?
Amikura habló, negándose a creer que Ichinose se hubiera
rendido.
Watanabe, que también parecía estar de acuerdo con la
opinión de Amikura, asintió repetidamente con la cabeza.
―Entonces, ¿por qué no nos lo
explicó bien? Si lo hiciera, podríamos estar tranquilos.
―El presidente del consejo
estudiantil le pidió que guardara silencio al respecto, ¿no? Honami-chan no
rompería su promesa despreocupadamente.
En respuesta a la refutación de Himeno, Amikura respondió
razonablemente. Si le dijeron que se callara, sería natural que Ichinose
guardara silencio hasta que se le permitiera revelarlo.
―Ichinose no ha renunciado a
la clase A. Eso es lo que piensa nuestra clase actual.
―Entonces, Kanzaki, ¿estás
diciendo que Ichinose renunció al consejo estudiantil porque renunció a
alcanzar a la Clase A?
―Eso no es lo que quiero
decir. La verdad seguirá siendo desconocida a menos que la escuchemos
directamente de ella. Sin embargo, lo que intento decir es que creen en ella
muy ciegamente. ¿Por qué nadie ha considerado la posibilidad de que su decisión
de abandonar el consejo estudiantil se debiera a que renunció a la Clase A?
Amikura y los demás han hablado ahora por sí mismos, así
como el resto de su clase.
―Es obvio... porque
Honami-chan no es esa clase de chica.
―Estoy de acuerdo contigo. Y
Kanzaki, creo que eres tú quien ha asumido que Ichinose renuncia a la clase A.
Si no, no habrías dicho eso.
Al escuchar los comentarios de Amikura y Watanabe, que
parecían ser la encarnación de la creencia ciega, Kanzaki abrió la boca sin
dudarlo.
―Hay que reconocer que creo
firmemente en esa posibilidad. Sin embargo, creo que es sólo una posibilidad de
70/30, en el mejor de los casos.
Kanzaki estaba convencido en un 70% de que se había
rendido, lo cual no era una pequeña posibilidad.
Más bien, era bastante alta.
―Siempre eres escéptico,
¿verdad?
Como era de esperar, Watanabe respondió con un tono
exasperado.
―Dudo que sea tanto como dijo
Kanzaki-kun, pero creo que al menos es un 50-50.
―Himeno-san, ¿hablas en serio?
―Por supuesto que hablo en
serio. ¿No deberías ser un poco escéptico?
―No hay nada por lo que ser
escéptico. Es Honami-chan.
Himeno y Kanzaki intercambiaron miradas. Querían creer que
había otros compañeros de clase que compartían los mismos pensamientos
dubitativos que ellos.
La realidad, sin embargo, era que los estudiantes como
Amikura y Watanabe eran la mayoría.
En realidad, no tenían en cuenta la posibilidad de que a
Ichinose se le hubiera roto el corazón.
―Lo siento por Honami-chan...
La están tratando tan mal sólo por renunciar al consejo estudiantil.
―Pero definitivamente
perderemos el beneficio de la clase si ella renuncia al consejo estudiantil.
―Ni siquiera sé si deberíamos
quejarnos dado que nosotros mismos nunca nos unimos al consejo estudiantil.
La objeción de Watanabe también tenía algo de razón. Nadie
podía culpar a Ichinose por sus acciones. Nadie tenía derecho a hacerlo.
Si alguien culpara a Ichinose, sería inmediatamente
amonestado.
Si no querían perder los beneficios del consejo
estudiantil, debería presentarse a las elecciones y hacer algo al respecto.
Debido a las opiniones encontradas que se intercambiaban,
el karaoke se quedó en silencio.
Todavía no habíamos llegado al tema principal, pero el
funcionamiento interno de la clase de Ichinose estaba empezando a emerger.
Kanzaki no era ni mucho menos un incompetente, pero hizo
algunas afirmaciones que lo dejaron vulnerable, facilitando su refutación.
Quizá se debiera a una discrepancia entre los pensamientos
de Kanzaki y su capacidad para articularlos.
Su inexperiencia a la hora de hablar se le notaba en la
cara.
―...Avancemos un poco en la
conversación. Después de todo, Ayanokouji no sabe realmente por qué Ichinose
renunció, ¿verdad?
Angustiado, Kanzaki interrumpió la conversación y me pidió
confirmación.
Será mejor ofrecer algo de ayuda aquí.
¿Por qué renunció Ichinose? Todos querían confirmar sus
intenciones.
―Siento decir esto, pero no sé
lo que Ichinose está pensando ahora mismo. Nunca imaginé que renunciaría al
consejo estudiantil.
Después de decir esto, decidí continuar antes de que
llegara la respuesta de alguien más.
Si continuaba cediendo la iniciativa a Kanzaki, me
arriesgaría a que la conversación fuera de un extremo a otro.
Aunque soy un extraño, debo minimizar el riesgo aquí.
Y podría ser utilizado como un caso de prueba que podría
consultar más adelante.
―¿Sus compañeros, que pasan
todos los días en la misma clase que ella, no saben más de la situación que yo?
―Eh, eso es cierto... Diste en
el clavo, Ayanokouji.
Tanto Watanabe como Amikura estaban dispuestos a confiar en
Ichinose, pero no eran capaces de ver la esencia de la situación.
Lo mismo ocurría con Kanzaki y Himeno.
Era bueno que hubiera múltiples puntos de vista escépticos
dentro de la clase, pero hasta el momento, esto sólo sirvió para cambiar
algunas perspectivas. No cumplió con su cometido: cambiar la clase a su forma
ideal.
―Es cierto que es un problema
que nosotros, como compañeros de clase, no sepamos nada sobre esto...
Amikura tenía sus propios pensamientos al respecto, sobre
los que reflexionó.
Mientras esperábamos la respuesta de los cuatro, vino el
camarero a servirnos las bebidas que pedimos.
Al parecer, el karaoke estaba abarrotado desde la mañana y
los pedidos tardaban más de lo habitual. El camarero me pidió que pidiera
pronto si quería algo más antes de marcharme.
―Kanzaki. Antes de que
empieces a sermonear a Watanabe y a los demás, creo que tienes que asegurarte
de que puedes confirmar tú mismo la situación con el consejo estudiantil. ¿No
crees?
―Pero si actúo ahora...
―¿Actuar? No hay nada malo en
confirmar las verdaderas intenciones de Ichinose. Hay muchas formas de
contactar con ella, ya sea temprano por la mañana o tarde por la noche, por
teléfono o en persona.
Y no sólo Kanzaki, sino también Himeno, se quedó con cara
seria.
―¿Te conformas con tener a
unos cuantos compañeros comprensivos mientras tú estás por ahí sin hacer nada?
―Pero... Es decir, no estoy
especialmente unida a Ichinose, y es imposible que me diga la verdad si se la
pregunto.
El problema con la clase de Ichinose no se limitaba a su
ciega adoración.
―Entonces, deberías intentar
acercarte a ella más que a nadie. Si fueras lo suficientemente cercano a
Ichinose hasta el punto de que los dos pudieran confiar en el otro sin guardar
ningún secreto, Himeno, aquí no habría dudas ni sospechas.
Todo lo que Himeno tenía que hacer era extraer la información
y compartirla con Kanzaki lo antes posible.
Su expresión se puso rígida y no supo qué responder.
―Un momento... Entiendo lo que
intenta decir Ayanokouji, pero te estás pasando un poco...
Watanabe, que hasta ese momento había estado en el extremo
receptor de las culpas de Kanzaki y los demás, salió en su defensa.
―No es fácil para Ichinose
decir lo que piensa... Si fuera fácil compartir sus sentimientos, nadie lo
pasaría mal.
Contestó, quizá sintiendo que la tensión se hacía pesada en
la sala.
Sus palabras mostraban un alto nivel de conciencia cuando
se trataba de proteger a sus amigos.
Aunque hubiera malas noticias, algunas cosas salían a la
luz en discusiones como ésta.
―No conozco los detalles de
cómo actúa Ichinose con sus compañeros de clase. Por eso se me ocurren algunas
preguntas.
―¿Como cuáles?
―Si no puedes preguntarle
directamente, puedes observarla y llegar a comprender sus sentimientos tú solo.
Si hay un alumno que no se encuentra bien, cualquiera se daría cuenta y le
preguntaría: "¿Estás bien?". Si Ichinose no siempre tiene cara de
póquer, buscar cambios en su expresión puede ser un método útil.
Un aspecto esencial para comprender las emociones es
fijarse en las expresiones faciales de la otra persona.
Independientemente de que conocieran los detalles, quería
saber si se habían producido cambios notables en el comportamiento de Ichinose
antes y después de abandonar el consejo estudiantil.
Probablemente, los cuatro estaban pensando mucho en el
último tiempo que habían pasado con Ichinose.
Me gustaría saber si hubo algún gesto, expresión facial o
acontecimiento antes o después del viaje escolar que insinuara algo.
¿Lanzó algún tipo de SOS?
Sin embargo...
―No sé, fue igual que
siempre... ¿no?
Tras un rato de silencio, Watanabe afirmó que no pasaba
nada raro.
Nervioso, miró a sus compañeros como buscando su
asentimiento.
Amikura también expresó sus propios sentimientos en
respuesta al comentario de Watanabe.
―Así es. Si es cierto que va a
dimitir del consejo estudiantil, puede que no haya ningún cambio,
independientemente de su dimisión. Incluso hoy, estábamos discutiendo el
próximo examen especial.
―...Estoy de acuerdo contigo.
Kanzaki, que quizás era el que mejor conocía el
comportamiento de Ichinose, no lo negó. La mayoría de los compañeros de clase
de Kanzaki eran cerrados en sus pensamientos y no compartían nada de
información.
Sin embargo, cuando esos cuatro se reunieron y hablaron,
las puertas previamente cerradas estaban destinadas a abrirse.
―Sin embargo... esto no es
realmente reciente, pero no sé qué decir, ella no ha estado de buen humor desde
el final de la prueba de la isla deshabitada. La razón es... No creo que sea
tanto por la clase A.
Dijo Amikura dubitativa, lanzando una mirada casual en mi
dirección.
―¿Qué? ¿Ella? No me había dado
cuenta para nada... ¿En serio?
No sólo Watanabe, sino también Kanzaki no se dieron cuenta.
―En efecto, fue extraño.
Himeno intervino, mostrando cierta comprensión hacia la
afirmación de Amikura.
No me había dado cuenta antes, pero ahora que lo pienso,
podría ser el caso.
Los dos chicos no tenían ni idea, pero las dos chicas sí.
―No me extraña que Honami-chan
sea tan extraña...
― Se ve que tienes una idea
sobre la causa. ¿Quieres compartirla, Amikura?
―Bueno, um, ella no se sentía
bien, pero eso no está realmente relacionado con su renuncia al consejo
estudiantil, creo...
―¿Por qué lo supones? Aunque
así sea, si no se encuentra bien, me gustaría saber la causa lo antes posible.
También está relacionado con la cadena de mando en nuestra clase.
―Sé lo que quieres decir,
pero... Ayanokouji-kun, ¿qué debo hacer?
Pidió ayuda asustada, pensando que tal vez había dicho algo
innecesario.
A diferencia de Amikura, que era buena amiga de Ichinose y
sabía lo que estaba pasando, el resto del grupo no lo entendía. Sin embargo, al
ver la extraña pausa y la situación en la que me pedía ayuda, Himeno se dio
cuenta de repente.
―Ah, ¿quieres decir que esa es
la causa?
―¡Eso es lo que quise decir!
Por algo es una chica. A pesar de ser una de las tres que
estaban ajenas a las circunstancias, ella se dio cuenta primero y fue un paso
por delante.
―No sabía mucho al respecto,
pero... creo que tiene sentido.
―Dinos, Himeno. ¿Cuál podría
ser la razón de la falta de energía de Ichinose?
Preguntó Kanzaki, que se había quedado al margen, con aire
inquieto.
―No quiero decir esto delante
de ustedes, pero la baja energía de Ichinose tiene algo que ver con
Ayanokouji-kun, ¿no es así?
Amikura asintió vacilante ante el comentario de Himeno.
―¿Qué quieres decir...?
Kanzaki se sorprendió al oír que yo era la razón del
comportamiento de Ichinose.
Si continuaban hablando vagamente, Kanzaki y Watanabe sólo
se confundirían más.
―Aunque concierne a la vida
privada de Ichinose, no es buena idea ocultar información en estas
circunstancias, así que se los contaré... Durante el examen de la isla
deshabitada, recibí una confesión de Ichinose.
Cuando revelé la información que me había estado
reservando, Watanabe fue el más sorprendido de todos.
―¿Una confesión? ¿Eh? ¿Qué?
¿Eh? ¿Le gustas?
―Eso es lo que significa.
―¿De verdad? ¿Esa Ichinose?
¿Con Ayanokouji? ¡Eso es una gran noticia!
―¿¡No puede ser...!? Yo
tampoco lo sabía...
Amikura estaba tan sorprendida que se tapó la boca con
ambas manos y no pudo hablar.
―¡¿Qué?! ¡¿Entonces de qué
estaba hablando Amikura?!
El pánico cundió en el karaoke ya que cada persona tenía
una información diferente.
―Sabía que a Honami-chan le
gustaba Ayanokouji-kun, pero me sorprendió saber que Karuizawa-san ya se había
convertido en su novia.
No creía que la mejor amiga de Ichinose, Amikura, supiera
que había expresado sus sentimientos por mí.
―Fue más o menos al mismo
tiempo que me enteré de lo de Kei. No es diferente.
Watanabe parecía desconcertado por esto.
―Shibata lloraría si se enterara
de esto... No, no se detendría sólo con Shibata...
―Asuntos amorosos... Ya veo...
Kanzaki sacudió la cabeza varias veces mientras se sujetaba
la frente, como si el tema le estuviera dando dolor de cabeza.
―No, pero desde luego no suena
a una relación, aunque ella no estuviera de buen humor...
Los tres intentaron separar al consejo estudiantil de este
asunto, pero...
―Pero no lo sabemos, ¿verdad?
No sé cuánto tiempo lleva Ichinose-san enamorada de Ayanokouji-kun, pero un
corazón roto es un asunto problemático. Quizá lo esté arrastrando y haya
perdido la calma.
¿Cree que tengo algo que ver con su renuncia al consejo
estudiantil?
Iba a negarlo, pero no podía demostrar que era 100% falso
con la información actual.
―Si Ayanokouji rompe con
Karuizawa y sale con Ichinose ahora mismo, ¿hay alguna posibilidad de que se le
pase?
Murmuró Kanzaki para sí mismo, con la esperanza de mejorar
de alguna manera su clase.
―Eso es ridículo, ¿verdad...?
―Esa es una sugerencia
escandalosa, ¿no? ―Mientras decía eso, el tono de Amikura parecía insinuar:
"¿Qué piensas?".
―Lo siento, pero no puedo
aceptar una propuesta así de una persona ajena.
―...Tienes toda la razón.
El amor y la guerra entre las clases deben estar separados,
aunque se afecten indirectamente.
―Ya compartí esta información
con ustedes, pero ahora debemos cortar por lo sano.
―¿Por qué estás tan tranquilo,
Ayanokouji? ¡Tienes mucha suerte de gustarle a Ichinose! ¡Ten algo de aprecio
por eso!
No me gustaba que hablara de esas cosas tan apasionadamente.
De todos modos, lo primero que debíamos hacer ahora es
cambiar la forma de pensar de los cuatro, quienes se han vuelto frívolos.
Redujimos nuestra búsqueda para averiguar por qué Ichinose
abandonó el consejo estudiantil.
―¿Hay algún indicio de que se
sintiera abatida por luchar contra la Clase de Ryuuen?
Nadie respondió, como si sus mentes todavía no hubieran
cambiado.
Tras una breve pausa, mientras tomaba un sorbo, Amikura
levantó la mano haciendo un pequeño gesto.
―Hasta ahora, supongo que las
cosas siguen como siempre. ¿Intentando ganar de buena manera?
―Estoy de acuerdo. Es como si
intentáramos hacer lo mismo de siempre.
―Sí. Escuché algunas formas
específicas de luchar.
Kanzaki fue el único que no habló, quizás porque estaba de
acuerdo con los tres.
Sin embargo, parecía que estaba pensando en lo que vendría
después.
―Esa es la razón por la que se
puede ver como la otra cara de presionarse demasiado. Aunque la hayan
acorralado lo suficiente como para dejar el consejo estudiantil, está fingiendo
para no agobiarnos a nosotros, sus compañeros...
Una vez que empiezas a pensar en ello, a menos que rompas
la cadena, te quedarás atrapado en un pantano interminable de pensamientos.
Pero Kanzaki y los demás tienen que pensarlo detenidamente.
Deben profundizar y ampliar sus pensamientos.
Dando a cada individuo el poder de pensar, pueden
revitalizar la clase.
―Sé que quieren saber por qué
Ichinose abandonó el consejo estudiantil. Entiendo que Kanzaki y los demás
también se debatan entre múltiples opciones. Pero, ¿cuál es su verdadera
intención? ¿No quieren que Ichinose se esfuerce demasiado, o quieren que se
esfuerce todavía más por la clase si abandona el consejo estudiantil? Quiero
saber más detalles al respecto.
Les dije lo que quería saber y bebí un sorbo de té oolong.
Todos se esforzaban por responder y permanecían inmóviles,
intercambiando miradas.
Me di cuenta con sólo mirarlos.
Predicciones de lo que estarían pensando los compañeros de
clase de Ichinose que no estaban aquí.
Muchos de ellos estarían preocupados por el estado mental
de Ichinose.
Estarían genuinamente preocupados por Ichinose como su
compañera de clase antes de preocuparse por si su líder cae o no.
Sin embargo, eso no era todo para Kanzaki y Himeno.
―Permítanme hablar primero.
Naturalmente, espero que Ichinose sea una líder. El consejo estudiantil no es
realmente importante, y si ella siente que el consejo estudiantil es una carga,
debería renunciar sin dudarlo. Lo importante es si Ichinose tiene o no la
voluntad de reconstruir la clase actual y llegar a la clase A. Si ha perdido
esa voluntad, entonces estamos en problemas.
―Creo que Ichinose todavía
tiene esa voluntad. Pero si ella renunció a la Clase A, entonces no es algo de
lo que los externos puedan decir algo, ¿verdad? En raras circunstancias, es una
cuestión de libertad personal aspirar a ella o no.
No es de extrañar que Watanabe, que mostró un lado de él
que se preocupa por sus amigos, no puede ser obligado a acatarlo.
―Sí... no podemos obligarla,
¿verdad?
Amikura pensó lo mismo y expresó su voluntad de aceptar la
decisión de rendirse.
Cuando alguien se da por vencido, sin duda no es una buena
idea obligarlo a aspirar a una meta como la Clase A.
―Sin embargo, como líder, no
es un comportamiento aceptable. Debería transmitir estos sentimientos a la
clase lo antes posible.
Por lo menos, esperaban que no se demorara. En ese sentido,
no tenían que preocuparse por Ichinose, alguien que no querría molestar a sus
compañeros. Es fácil imaginar que al menos contribuirá en la medida de sus
posibilidades por el bien de sus amigos.
―Si va a renunciar, lo
aclarará desde el principio, porque no obtendrá buenos resultados si sigue
forzando su posición de líder sin tener la intención de aspirar a la clase A.
―Así que está bien. De hecho,
Ichinose no ha dicho nada, ¿verdad?
―Lo que temo es la buena
voluntad inherente de Ichinose como persona. Antes dije algo parecido, pero ¿y
si está ocultando la verdad de rendirse como un farol y fingiendo ser fuerte?
No hay nada más difícil para la clase que eso.
Debido a su preocupación por sus amigos, ella guardó sus
sentimientos de rendirse para sí misma. Pero si Ichinose realmente tiene el
corazón roto, no sería sorprendente que fingiera ser fuerte mientras
secretamente se siente derrotada.
―Entiendo un poco lo que
quieres decir, pero... ¿es necesario cooperar con Himeno-san para evitarlo?
―No sólo eso. Necesitamos
reunir a gente que pueda ofrecer opiniones a Ichinose, para proporcionarle otra
perspectiva. Es importante tener una segunda opción en lugar de confiar
únicamente en el líder.
―De alguna manera, eso se
parece un poco a una traición, ¿no?
La clase liderada por Ichinose debe haber sido siempre una
clase unida. No, debería serlo. Desde la perspectiva de Amikura, que mantenía
ese punto de vista, es inevitable que las posibles acciones de Kanzaki y los
demás parezcan una deserción.
―Tenemos que actuar ahora
antes de que sea demasiado tarde. Tenemos que prepararnos para eso.
―Eso es lo que estoy diciendo.
Como Ayanokouji señaló, todavía hay algunas cosas por hacer...
Watanabe y Amikura, que habían sido lentos al principio,
ahora comprendían la situación. Sin embargo, la conversación seguía siendo vaga
e inconexa.
Kanzaki parecía ser muy consciente de ello, y el ambiente
incómodo no se disipó.
Supongo que este es el final de nuestro intento de
encontrar las razones de Ichinose para abandonar el consejo estudiantil.
Aunque siguiéramos insistiendo, seguramente no
conseguiremos acercarnos a la verdad con la cantidad de información que
tenemos. No tiene sentido seguir perdiendo el tiempo en una discusión que no
tiene respuesta.
―Kanzaki... ya es hora de que
me digas lo que querías decirme.
―¿Hmm? Ahh.
Kanzaki miró su celular para ver la hora, como si acabara
de recordar algo.
―La razón principal para
llamarte hoy aquí era presentarte a un nuevo socio. Tenía otros asuntos que
atender por la mañana, así que llega tarde, pero debería estar aquí en
cualquier momento.
Durante los veinte minutos siguientes, más o menos,
charlamos informalmente, sin hablar de nada digno de mención. Esperamos un
rato, hablando de lo que había pasado en el viaje escolar.
―Perdonen que los moleste.
―Estás aquí, Hamaguchi.
¿Hamaguchi? Cuando volví la mirada, apareció Tetsuya
Hamaguchi, de la clase de Ichinose.
―¿Hamaguchi-kun, en serio...?
No puede ser, Esto es sorprendente...
Watanabe y Amikura intercambiaron miradas, y la expresión
de Amikura reveló que Hamaguchi no era alguien a quien esperaban ver.
―Hola, Ayanokouji-kun. Me
pregunto si nos hemos visto cara a cara así desde el examen de la isla
deshabitada1.
―Tal vez. Quedé en deuda
contigo por todo lo que hiciste por mí entonces.
Todavía estaba fresco en mi memoria que me recibieran
amablemente a mí, un extraño, en medio de la necesidad de conservar comida.
―No hice gran cosa. ¿Dónde
debería sentarme?
―De momento... Hamaguchi,
siéntate aquí, por favor.
Kanzaki se levantó de su asiento y condujo a Hamaguchi al
otro lado de la habitación.
―¿Era Hamaguchi quien se
suponía que se uniría a nosotros más tarde?
―Sí. Supongo que se podría
decir que es sólo Hamaguchi por ahora.
En otras palabras, salvo Watanabe y Amikura, que
inesperadamente decidieron incorporarse, éramos tres.
―Ya hablé con Hamaguchi para
que nos ayude en este asunto.
―Eso significa que es oficialmente
el tercer miembro del equipo.
Kanzaki y Himeno consiguieron a alguien que podría cambiar
a Ichinose. Por supuesto, Watanabe y sus compañeros de clase no entendían la
situación.
Sin embargo, fue la voluntad de Kanzaki la que permitió que
estos dos estuvieran presentes en la reunión, aunque fuera por casualidad. Si
hubiera sentido que eran un obstáculo, podría haber reprogramado la reunión y
haberla celebrado otro día.
―Ya llegamos a un punto en el
que tenemos que empezar a avanzar.
Himeno asintió en silencio ante la determinación de
Kanzaki, que había aumentado un escalón.
―Espera, Hamaguchi-kun. Lo
escuché de Kanzaki-kun, pero ¿sabes lo que vas a hacer?
―El estado mental de
Ichinose-san está en una condición precaria. No es buena idea dejarla como
está. He pensado en esto desde que me convertí en estudiante de segundo año, no
porque Kanzaki-kun me lo señalara.
Al parecer, Hamaguchi ya había detectado la ansiedad de
Ichinose.
―¿De verdad? Nunca antes
habías mostrado un indicio así.
―Es cierto. A la clase no le
gusta ese tipo de ambiente. Nadie me seguiría si intentara actuar yo solo,
porque todos vimos cómo Kanzaki-kun lo sufría desde hacía mucho tiempo.
Los detalles aquí eran desconocidos para mí, miembro de
otra clase, pero la verdad y el peso de ello eran evidentes en los gestos y
expresiones de los compañeros aquí presentes.
―No quiero que Ichinose-san
sea destituida como líder. Quiero que sea capaz de apoyar a sus compañeros en
tiempos difíciles. La invitación de Kanzaki-kun llegó en el momento adecuado.
―Incluso cuando me quedé
aislado durante el examen especial votación unánime, Hamaguchi seguía pendiente
de mí cuando no había nadie más. Por su comportamiento y su tono, me di cuenta
de que entendía cómo me sentía.
Al observar sus acciones y su comportamiento, queda claro
que Hamaguchi es fiable y digno de confianza.
Puede ser similar al papel y el potencial de Yousuke en la
clase de Horikita.
―¿De verdad estuvo bien
contarnos a Amikura y a mí semejante secreto?
―Es una apuesta. Es importante
proceder lentamente bajo el radar, pero con la salida de Ichinose del consejo
estudiantil, decidimos que ya no es un escenario en el que podamos permitirnos
tomarnos nuestro tiempo. Si no podemos incorporar a Watanabe y Amikura, pronto
estaremos en un punto muerto.
Por el contacto casual, Kanzaki vio la luz y optó por
seguir adelante. Los comentarios de Amikura eran más pro-Ichinose, pero ella
también tenía sus propias ideas.
―No me importa que confíen en
mí, pero...
―Bueno, prometí no decírselo a
nadie, ¿no?
Ambas partes se mostraron confusas, pero no parecían
traicionarse.
―No les pido que se pongan de
nuestro lado inmediatamente. Sólo espero que cambien de opinión, aunque les
lleve un tiempo. Hasta ahora, se han mostrado demasiado partidarios de dejar la
decisión en manos de Ichinose.
―Otra cosa sería si estuvieran
planeando hacer algo malo, pero entiendo que actúen por el bien de la clase. Lo
pensaré, aunque no me decidiré inmediatamente.
Watanabe, que mostraba cierta comprensión, respondió con
una leve sonrisa que se dibujaba en sus mejillas.
―Puede que aún no sea capaz de
decir nada. Pero como dijo Watanabe, no se lo diré a Honami-chan. Eso es todo
lo que puedo decir ahora...
―Es suficiente.
No creo que respondan a las expectativas de Kanzaki si les
exigen a la fuerza, aquí y ahora, que hagan más que eso.
―Por cierto, ¿qué es
exactamente lo que tú y Kanzaki planean hacer a partir de ahora?
―¿Específicamente? El primer
paso es salvar a la clase...
Cuando Kanzaki estaba a punto de continuar con su
declaración, de repente miró a la puerta, que se abrió con un estruendo.
―¡Oooooh! ¡Me apartaré de tu
camino~!
Tanto Ishizaki como Komiya entraron en el karaoke sin
permiso.
¿Alguien de aquí los llamó? Pensé, pero no lo parecía.
Claramente, el ambiente era diferente al de hace un
momento.
―¿Qué hacen aquí en su día
libre? Por favor, inclúyanme en la conversación.
Los ojos de Ishizaki se dirigieron a mí por primera vez,
sin saber que yo estaba allí.
―¿Por qué está Ayanokouji aquí
en esta reunión?
―¿Por qué están aquí, Ishizaki
y Komiya?
―Por qué, bueno, hay muchas
razones. ¿Sabes?
Ishizaki parece algo molesto y deja que su mirada se desvíe
hacia Komiya.
―Oh, oh. Estábamos los dos en
el karaoke y los vi. Pensé que sería más divertido tener a un montón de gente
cantando que sólo a dos chicos que lo hicieran en soledad.
Respondió tocando la puerta de cristal de la sala de
karaoke con un golpe.
―No nos llevamos nada bien, ¿o
sí?
Amikura cortó en seco a Ishizaki y los demás.
―Eso... eso... ya ves. ¿Por
eso? Estamos intentando conocernos a través del canto.
Obviamente, estaban inventando excusas poco convincentes.
No queriendo dejar que la farsa continuara, Kanzaki reveló
el propósito de los dos.
―Desde el día en que se
anunció el examen especial, hemos estado recibiendo contactos escandalosos de la
clase de Ryuuen día tras día.
―¿Otra vez?
Amikura se cruzó de brazos, disgustada, aunque no parecía
enfadada.
―¿Qué tiene de escandaloso?
―Estás irrumpiendo en el
recinto de otro grupo sin permiso, ¿no?
―Sólo vinimos a ver cómo
estaban nuestros compañeros de segundo año. Sólo queríamos ver qué estaban
cantando. Parecían estar pasándoselo bien, así que nos preguntábamos si
podíamos unirnos a ustedes.
Ishizaki estaba inventando una retahíla de dolorosas
excusas a la altura de las de Komiya, pero nadie le creyó.
―Lo siento, pero hoy no es una
reunión del grupo de estudio.
―Parece que...
Ishizaki se dio cuenta de que no había material de estudio
sobre la mesa y se rascó la cabeza.
La clase de Ryuuen se enfrentaba a la de Ichinose. El
"otra vez" de Amikura sugirió que esto había estado sucediendo
repetidamente desde que tomaron la decisión de enfrentarse.
―Entonces, ¿pueden irse?
A menos que estuvieran estudiando, no había razón para que
Ishizaki y Komiya se quedaran, ya que solo eran un grupo que disfrutaba del
karaoke.
―Tsk. Pasemos al siguiente.
Finalmente, Ishizaki y su compañero de clase abandonaron la
sala, chasqueando la lengua en señal inequívoca de admitirlo.
―Son una panda de idiotas. No,
son Ryuuen dándoles órdenes.
―Así es. Deberían estudiar en
serio, pero sólo piensan en perjudicarnos.
―Es igual que el examen final
del año pasado.
En ese momento, Ryuuen también se involucró en
comportamientos bastante peligrosos porque estaba tratando de ganar. Dudaba que
Ryuuen se excediera esta vez, pero no sabía qué tipo de acciones tomaría.
―¿Están bajo alguna presión
para firmar un contrato irrazonable?
―No pasa nada, ya adoptamos
una contramedida firme. Por supuesto, no podemos decir que no vaya a haber
problemas en el futuro, así que permaneceremos vigilantes.
Kanzaki se levantó y volvió a su asiento después de
asegurarse de que Ishizaki y Komiya realmente se hubieran ido.
―Voy a volver al tema
principal ahora. El primer paso para salvar la clase es averiguar rápidamente
en qué estado mental se encuentra Ichinose. Si no conseguimos que vuelva a la
normalidad, no podremos avanzar ni retroceder.
Efectivamente. Ahora es cuando nadie conoce el verdadero
estado mental de Ichinose.
―Ojalá hubiera alguna forma de
obtener una imagen completa de lo que está pasando...
―Supongo que la única manera
es que estemos allí para Honami-chan.
―¿Qué diferencia hay?
―¿Qué? No sé qué es
diferente...
―Es porque seguimos sin
movernos de esta manera que estamos donde estamos hoy.
―Eh, Kanzaki, no seas tan
pendenciero. Se nos permite hablar libremente en esta conversación, ¿no?
Watanabe interrumpió la charla de Kanzaki con un tono
ligeramente enfadado y continuó.
―Necesitamos valor para
exponer ideas, pero si se suprimen y aplastan así, será más difícil que surja
la siguiente opinión, ¿no?
―...Pero...
―No, estoy de acuerdo con la
opinión de Watanabe-san. Yo mismo me he abstenido de opinar hasta ahora, pero
Ichinose-san no es la única que tiene un gran problema.
En defensa de Watanabe, Hamaguchi expresó con calma a
Kanzaki su queja.
―Aprecio lo que estás haciendo
por la clase, pero ¿qué sentido tiene si se está descontrolando?
Aunque seguía siendo un grupo pequeño, los miembros
individuales tenían más voluntad de lo que pensé. Aunque la mayoría de los
miembros creen ciegamente en Ichinose, hay algunos que tienen dudas.
Sin embargo, Hamaguchi y Watanabe no eran necesariamente
capaces de destacar en una situación tan seria.
Por eso podían hablar libremente bajo la presencia de
Kanzaki, que tomó la iniciativa de dar la cara.
―No creo que sea mala idea
estar a su lado. No creo que Ichinose-san responda fácilmente si le preguntamos
a la fuerza, y creo que es importante observar y evaluar con naturalidad.
―¿Quieres que me tome mi
tiempo? ¿En esta situación en la que no queda más? Tardaría demasiado.
―No, creo que depende de cómo
lo enfoques. Sólo conocemos a Ichinose-san como líder, pero Amikura-san es
diferente. Creo que tiene muchas oportunidades de salir con sus amigos en sus
días libres. Eso debería abrirnos más oportunidades.
Amikura asintió enfáticamente.
―Tener más oportunidades es
una ventaja. Sin embargo... también puede haber inconvenientes. Debido a que
Amikura-san y los demás están regularmente cerca de Ichinose-san, también
pueden ser más fácilmente vigilados y no poder acercarse a ella.
Incluso entre amigos íntimos, todavía había que cumplir la
etiqueta. Amikura no podía preguntar cualquier cosa sin ningún miramiento.
Himeno, de quien esperaba que fuera la que menos hablara,
levantó una mano antes que nadie.
―Déjame oírlo.
―¿Qué tal si hacemos que
Ayanokouji-kun vaya a ver a Ichinose-san durante el descanso? Así podrá
preguntarle cosas. Los estudiantes de otras clases normalmente no confían entre
ellos, pero si están con alguien que les gusta, se relajarán, ¿no?
―Eso podría funcionar. Incluso
a Ichinose-san no le importaría que se lo pidiera alguien que le gusta, y como
sugirió Himeno, puede que baje la guardia...
Hamaguchi parecía saber que Ichinose estaba enamorada de
mí.
―Pero como dije, Ayanokouji es
de otra clase. Esa es mi mayor preocupación.
―Pero confías en él, ¿verdad?
Lo invitaste a una discusión tan importante.
La aguda respuesta de Himeno hizo que Kanzaki se detuviera
a mitad de la frase.
―Veamos lo que nuestros
compañeros no ven.
―Entiendo lo que quieres
decir, pero Ayanokouji tiene novia, ¿no? Ya sabes, Karuizawa... Eso es un
problema en muchos sentidos, ¿no?
―Honami-chan destaca. Si se
encuentra sola con un chico, podrían empezar los rumores. Como mínimo, tiene
que pedir permiso a Karuizawa-san y demostrar que no es una cita... pero como a
Honami-chan le gusta Ayanokouji-kun, no es cuestión de permiso...
Los otros empezaron a emocionarse y mencionaron mi nombre
sin mi permiso.
―En primer lugar, ¿está bien
proceder así sin Honami-chan? Sé que es por el bien de la clase, pero es un
poco... No me gusta porque es como si tratara de aprovecharme de sus
sentimientos.
No sorprendió que Amikura, que tenía una relación
especialmente estrecha con Honami-chan, se quejara de esto.
La clase D se había centrado en Ichinose tanto en los
buenos como en los malos momentos.
―No estamos tomando esta
iniciativa únicamente para el examen especial. Esto es algo que estamos
haciendo por el bien de Ichinose. Sería absurdo decirle que nos preocupa su
estado mental.
Kanzaki trató de convencer a Amikura, pero no se dejó
convencer fácilmente.
―Sé que quisiste cambiar la
clase durante el examen especial por unanimidad. No quiero decir que sea algo
malo, pero no creo que lo que estás haciendo en secreto, como consultar
secretamente a Ayanokouji-kun y distraer a Himeno-san, sea digno de elogio.
Es un pensamiento natural para un estudiante de la clase de
Ichinose, que se suponía que valoraba la transparencia.
―Está claro que si actúas
abiertamente, recibirás oposición. Por eso, en lugar de actuar solos, Himeno y
Hamaguchi colaboran conmigo. Esto da fuerza a mi oposición.
Era cierto que más de la mitad de los asistentes estaban
del lado de Kanzaki.
Si fuera solo Kanzaki, tendría que luchar uno contra
cuatro, pero ahora era prácticamente tres contra dos.
Con aliados de su lado, podía esperar ayuda de refuerzos.
―Supongo que concertar una
cita con Ayanokouji-kun es el camino a seguir.
Himeno trató de concluir así, pero Amikura seguía teniendo
una expresión dura, y no cambió de postura.
―No pareces tener ninguna
duda. ¿Tan insatisfecha estás con la forma de hacer las cosas de Honami-chan?
―Lo estoy...
―Kanzaki lo entiende, ¿verdad?
Siempre opinaba al lado de Honami, y a veces defendía con fuerza sus propias
opiniones. Pero nunca he oído a Himeno hacer algo así.
―Himeno-chan...
Kanzaki intentó argumentar a su favor, pero Hamaguchi lo
detuvo con la mano.
―Creo que no tiene sentido si
no hablas de cosas importantes como esta.
La capacidad de Hamaguchi para ver el panorama general y
juzgar las cosas de forma objetiva y correcta era una gran novedad.
―No me gusta la postura de
'todo el mundo se da la mano y se lleva bien'. No es algo reciente. Ha sido así
desde antes de entrar en esta escuela. No me gusta socializar con amigos y, en
todo caso, me siento más cómoda estando sola.
Hasta ahora, Amikura nunca habría sabido que Himeno había
pensado eso.
―Pero no se me da bien
expresar mi opinión, y pensaba que era más fácil seguir la corriente de lo que
hacían los demás y quedarme callada. Así que siempre que me invitaban a hacer
algo con el grupo, me quedaba callada, pensando que era más fácil seguir la
corriente si todos los demás iban a seguir a Ichinose-san. Sólo era eso.
Himeno nunca había expresado sus opiniones y se conformaba
con dejarse influir por los que la rodeaban.
―Pero siempre pensé que nunca
podría llegar a la clase A sólo con los métodos de Ichinose-san. Aunque, no se
puede evitar. Si todos los demás van a seguirla sin decir una palabra, entonces
no tengo más remedio que seguirla.
Himeno, a quien seguramente aún le costaba establecer
contacto visual con los demás, continuó hablando mientras miraba fijamente el
monitor donde la pantalla seguía reproduciéndose.
―Pero me enteré de que
Kanzaki-kun iba en serio con lo de cambiar la clase. Me enteré de que no quería
renunciar a graduarse en la clase A. Así que... decidí arriesgarme.
―Así que es como elegir entre
seguir cómodamente y acabar en la Clase B o más abajo o esforzarse mucho y
graduarse en la Clase A, aunque sea difícil. A eso se reduce todo.
Murmuró Watanabe tras escuchar los pensamientos de Himeno,
que nunca antes había escuchado.
―Ya veo. Entiendo cómo se
siente Himeno-san. Antes no entendía nada.
―No me extraña. Nunca habíamos
hablado de ello.
Pero en otras palabras, lo mismo podía decirse de Ichinose.
Era difícil saber cuánto de lo que decía era cierto a menos que ella misma lo
dijera.
Aunque expresó cierto descontento con el planteamiento,
Amakura también mostró cierto nivel de comprensión.
―Preguntaré como representante
de la clase. Quiero saber qué opina Ichinose de su dimisión del consejo
estudiantil y sus planes de futuro. ¿Sigue pensando que podemos tener éxito?
Quiero escuchar sus verdaderos sentimientos.
Habiendo llegado a una conclusión, Kanzaki dijo esto e
inclinó la cabeza hacia mí.
―No tengo ninguna razón en
particular para negarme...
Así lo dije, y Kanzaki, que normalmente no sonreía mucho,
inclinó la cabeza en señal de gratitud con expresión feliz.
―Pero, ¿qué vas a hacer con el
problema de Karuizawa?
―No voy a hacer nada al
respecto. Sólo voy a explicarle la situación y hacerla entender.
―La situación tiene que ver
con otras clases. Me pregunto si Karuizawa-san aceptará honestamente que
admitas ayudarnos. Quiero decir, ¿no sospechará?
―No te preocupes por eso.
Aunque fue una petición repentina, es una buena oportunidad
para probar lo que ellos desean.
PARTE 2
Amikura sugirió que disfrutáramos de un poco de karaoke,
pero antes tuve que ir al baño. Aunque la reunión dio un giro inesperado,
Kanzaki y los demás dieron muestras de crecimiento durante la discusión, lo
cual fue un gran punto a favor.
Lo único que queda por hacer es invitar a Ichinose a salir
para hablar de las circunstancias de su salida del consejo estudiantil.
Sería preferible que Kanzaki y los demás se encargaran de
ello, pero no les recomendé que lo hicieran, ya que sólo podría provocar el
caos en la clase.
Me gustaría que siguieran siendo amigos de Ichinose.
No me arrepentí de asumir la tarea en sí, pero lo difícil
fue conseguir que Ichinose aceptara la invitación. Si la invitaba a salir en un
momento en el que se producían dos acontecimientos importantes seguidos, como
la revelación de un examen especial importante y su marcha del consejo
estudiantil, era inevitable que sospechara.
¿Debería preguntarle directamente y confirmar la razón?
No, probablemente lo mejor sea comprobar primero el estado
mental de Ichinose antes de decidir qué hacer.
Si preguntarle sin rodeos traería consecuencias negativas,
no tenía sentido.
―Oye, Ayanokouji.
Watanabe me siguió a toda prisa hasta el baño de hombres.
Pensé que quería hacer algo urgentemente, pero por lo visto
no era así.
― ¿Sabes...? Te reunirás con
Ichinose la próxima vez, ¿verdad? Tengo que pedirte un favor sobre otro
asunto...
―¿Un favor? Espero que sea
algo sencillo.
Terminé de hacer mis necesidades, me lavé las manos y volví
al pasillo.
―Debe de ser sencillo, pero no
estoy seguro... Um...
Watanabe, que normalmente hablaba claro, se volvió muy
cortés.
Sin embargo, pensó que no era bueno ausentarse del grupo
durante demasiado tiempo, y empezó a hablar.
―Bueno, ¿qué pasa?
―Um... se trata de Amikura.
―¿Amikura? ¿Te preocupa algo?
Estaba seguro de que Amikura era la más molesta por nuestra
discusión anterior.
No daba la impresión de necesitar atención después de
aquello, pero Watanabe podría haber intuido algo.
―No, no es eso. Bueno, es una
preocupación, pero no es eso.
Sus palabras eran incoherentes, pero lo dejé pasar.
―Me preguntaba si hay algún
chico que le guste en este momento. Pensé que Ichinose podría saberlo. Si estás
dispuesto, ¿puedes preguntarle...?
―Ya veo.
Lentamente empezaba a entender las circunstancias,
sentimientos y acciones del amor.
Podía entender el significado de las palabras de Watanabe
mientras me lo contaba de forma rebuscada.
―Estás enamorado de Amikura.
―¡Eh, eh, eh! No seas tan
directo.
―No pasa nada. No hay nadie
aquí ahora mismo.
Lo único que se filtraba al pasillo era la música de fondo
que sonaba dentro del restaurante y el canto de las salas de karaoke.
Más bien, la voz alta de Watanabe y el pánico serían el
problema.
―¡Aunque eso sea verdad!
Pero nunca se sabe. No me había dado cuenta de que a
Watanabe le gustaba Amikura.
―Yo era genial incluso cuando
estábamos en el mismo grupo. Especialmente durante el viaje escolar.
―No eres un estudiante de
primaria, no deberías mostrar tus sentimientos de una forma tan obvia.
Ahora que lo pienso, ¿no dijo que hoy iba de compras con
Amikura?
Era interesante descubrir ese hecho, y empezó a surgir una
conexión.
―¿Por casualidad le pediste
una cita hoy?
Si ese fuera el caso, entonces Watanabe sería una persona
bastante capaz por méritos propios.
―¿Qué? Ah... Bueno, pretendía
algo parecido. Me levanté temprano y me preparé. Y luego quedamos en el
vestíbulo de la residencia. Estaba muy nervioso.
Al recordar su encuentro, Watanabe habló con una mirada
amarga.
―Pero cuando empezamos a
caminar juntos, no pudimos hablar de nada. Normalmente, cuando estoy con mucha
gente, podemos hablar bien juntos, pero de repente no me salían las palabras.
Fue un infierno hasta que llegamos al centro comercial Keyaki.
Fue bien hasta que la invitó a salir, pero después de eso,
no fue bien.
―¿No te gustó estar a solas
con ella?
―No me molesta. Pero me irrité
conmigo mismo por no poder hablar bien, y pensé cosas malas como: 'Amikura no
debe estar contenta de pasar tiempo conmigo'. Entonces escuché a Kanzaki y a
Himeno hablar de reunirse contigo mientras pasaban.
Esto pudo ser un hilo salvador para Watanabe, que se
encontraba en una situación difícil.
―Estuvimos en el mismo grupo
durante el viaje escolar, así que le pregunté si podía ir con ella.
Puede que fuera una decisión para huir de la situación sin
retirarse del todo.
―Ya veo, así que fue eso.
Habría sido una pena quedar los dos solos, pero no había
nada peor que una cita que no saliera bien. No, creo que Amikura ni siquiera lo
consideró una cita.
―Estaba un poco asustado. No
creía que fuéramos a empezar a hablar de algo importante, pero... al final me
alegro de haberlo descubierto. Creo que entiendo lo que piensan Kanzaki y
Himeno.
Con lo que yo había visto del carácter de Watanabe hasta el
momento, si Kanzaki y los demás se hubieran movido antes, tal vez habrían
podido ponerlo de su lado más rápido, al igual que Hamaguchi.
Tal vez, esos estudiantes estaban ociosos en la clase de
Ichinose.
―Entonces... ¿Puedes por favor
sondear sobre Amikura?
―¿Yo?
―Te reunirás con Ichinose
después, ¿verdad? Me gustaría que le preguntaras casualmente sobre ella.
―No sé si puedo preguntarle a
Ichinose, ya que no hay garantía de que ella sepa sobre la vida amorosa de
Amikura.
―No, ella lo sabrá. Si a
Amikura le gusta alguien o está saliendo con alguien, seguro que Ichinose lo
sabe.
Watanabe respondió con bastante seguridad, aunque no sabía
de dónde venía eso.
―¿Es Ichinose algún tipo de
red de información para las chicas?
―No creo que Amikura sea el
tipo de persona que sale con un chico sin consultar a alguien sobre su vida
amorosa. Si Ichinose lo sabe, eso me dará una oportunidad.
―Ya veo. ¿Así que se ha
confirmado que Amikura no tiene un chico concreto que le guste?
Watanabe asintió con una sonrisa.
―Bueno... En realidad, lo que
quiero es que de alguna manera salga mi nombre, pero no ha habido ni rastro de
eso. Supongo que tendré que seguir adelante, ya que ahora mismo no tengo
rivales.
Analizó el escenario y llegó a la conclusión de que no
tenía ninguna pista sobre la situación. Watanabe no podía comprender realmente
sus propios sentimientos cuando se trataba de un romance, así que no podía
estar seguro de nada. Sin embargo, se sentía en deuda con Amikura por haber
cuidado de él durante el viaje escolar.
Sería difícil pedir ayuda a los compañeros de clase para
este tipo de cosas.
Me alegró saber que Watanabe tenía una actitud positiva.
―Intentaré averiguarlo
casualmente, pero no te hagas demasiadas ilusiones. Si la presiono demasiado y
la hago recelar, será desventajoso para los dos.
―Oh, eso está perfectamente
bien.
Watanabe parecía avergonzado, pero al mismo tiempo, se veía
feliz y complacido.
PARTE 3
Eran más de las cuatro de la tarde, y yo estaba sentado
solo en un banco de la segunda planta del centro comercial Keyaki cuando la
reunión se disolvió tras terminar mi papel de silencioso espectador en la
sesión de karaoke.
Decidí quedarme, independientemente de si la reunión
terminaba pronto o no.
Como no tenía ningún propósito en particular, decidí
navegar un rato por Internet en mi celular, pero antes de que me diera cuenta,
Kei me había enviado un mensaje y una foto.
Pude ver a simple vista que Satou y ella se estaban
divirtiendo, abrazándose mientras hacían el signo de la paz.
Por lo visto, planeaban reunirse en la habitación de las
chicas hasta la noche para charlar en el dormitorio.
Kei también estaba con algunas otras. Satou, Mori, Ishikura
y Maenzono también estaban allí.
Su capacidad para reunirse así de fácil con sus amigas,
aunque no pudiera pasar tiempo conmigo, era uno de los puntos fuertes de Kei.
Me preguntaron cuándo volvería, así que, tras meditarlo un
poco, respondí que sería después de las ocho de la noche.
Si le decía que volvería pronto, cabía la posibilidad de
que Kei dejara a sus amigas y diera por terminado el día.
Era mejor dejar que disfrutaran del día sin distraerse.
―Bueno...
No había nadie más en las inmediaciones en ese momento, y
no había riesgo de que se oyera el teléfono.
Agarré mi celular y llamé a Ichinose, observando de vez en
cuando a los estudiantes en la distancia.
Me gustaría concertar la cita mañana si podía, ya que no
tenía sentido aplazarla.
La llamada sonó en mi oído durante un rato, pero Ichinose
no contestó.
O estaba con alguien y no se había dado cuenta, o estaba
durmiendo la siesta.
Otra posibilidad es que se diera cuenta de la llamada y
evitara contestar a propósito.
¿Mi contacto con Ichinose la noche anterior al final del
viaje escolar cambió el resultado? Mientras miraba mi historial de llamadas con
varios pensamientos en la cabeza, recibí una llamada.
―¿Hola? Lo siento, no pude
contestar.
Las primeras palabras del destinatario sonaron nerviosas.
Por lo que pude oír de su voz, no había ningún indicio de
reticencia.
―¿Estás ocupada?
―No. Me estaba preparando para
cenar.
Me di cuenta de que podía ser verdad.
Apenas recordaba haber llamado a Ichinose en esas horas de
intimidad.
Oí lo que parecía una débil conversación al otro lado del
teléfono.
Pensé que era otra persona, pero al escuchar con más
atención, resultó ser el sonido del televisor.
―Es un poco precipitado, pero
si mañana estás libre, ¿podemos vernos?
Para ir al grano, le dije inmediatamente lo que quería
hacer.
―¿Qué...? ¿Conmigo?
―¿Te parece que estoy
invitando a alguien más que a ti?
―Bueno, no, pero... Pero...
Dos personas, um, ¿sólo nosotros dos...?
―Sólo nosotros dos, si es
posible.
No había necesidad de ninguna forma indirecta de decirlo,
así que transmití mi mensaje directamente.
Ichinose no contestó, y se hizo un silencio bastante pesado
durante unos segundos.
―No tengo planes... ¿Qué puedo
hacer por ti?
¿Qué podía hacer? Dependiendo de lo que fuera, Ichinose
podría estar dispuesta a reunirse conmigo. Si era una consulta o algún tipo de
problema, entonces sería más fácil que Ichinose aceptara. Sin embargo, no podía
revelar que Kanzaki y los demás me pidieron que investigara sin levantar
sospechas.
Me pidieron que investigara sin el conocimiento de
Ichinose.
―Si no hay ningún asunto en
particular, ¿todavía estarías dispuesta a reunirte? ¿Sólo nosotros dos?
―No es eso... Pero, estar a
solas contigo...
―Quiero reunirme contigo.
―¿¡...!?
―Pero si es mentalmente
agotador para ti, quizá sea mejor no encontrarnos.
Me arriesgué e intenté retroceder un poco.
Intenté hacerme una idea de dónde estaban las emociones de
Ichinose.
―...Espera. No... está bien.
No digo que no fuera precavido, pero no parecía que hubiera
ningún sentimiento que yo quisiera evitar.
―¿Estás segura de que quieres
hacerlo? No quiero forzarte.
―No me estoy obligando... Yo
también quiero reunirme contigo...
―De acuerdo. Entonces quedemos
delante del centro comercial Keyaki mañana a las 10 de la mañana.
No sabía cuánto tiempo me llevaría, así que era preferible
disponer del máximo tiempo posible.
―A las 10:00, ¿verdad?
―Sí, nos vemos entonces. Si no
te conviene, llámame cuando quieras.
Podríamos haber tenido una conversación más larga, pero es
mejor evitarlo.
―Nos vemos mañana, ¿sí?
Con esas palabras, la conversación terminó algo incómoda.
Con esto, por el momento pude concertar una cita con Ichinose.
Todo lo que quedaba era averiguar más sobre el estado
mental de ella mañana.
Sería ideal si pudiera averiguar lo que está pensando.
Se me ocurrió pasarme por una librería después.
Todavía me quedaba mucho tiempo para pasar a solas ese día.
Era diferente del tiempo que pasaba solo cuando no tenía
amigos.
También fue un tiempo dichoso del que me di cuenta ahora
que tenía un punto de vista diferente.
PARTE 4
Después de divertirme hasta la noche, pasé por el
supermercado para comprar una cena tardía, le dije a Kei que me iba a casa y
salí del centro comercial Keyaki. La temperatura había bajado
considerablemente, y yo llevaba mucho tiempo en un ambiente caluroso, por lo
que la diferencia de temperatura era bastante soportable.
El celular de mi bolsillo vibró. Cuando leí el mensaje, Kei
me dijo que estaba con amigas cenando y que acababan de separarse. Le envié un
mensaje de respuesta en el que le decía que me alegraba de que hubiera tenido
un buen día y caminé solo por la calle desierta hasta mi dormitorio.
En el camino de vuelta, vi la espalda de una estudiante
parada.
No caminaba y tenía los ojos fijos en el cielo.
Estaba oscuro, así que no estaba claro quién era. Sin
embargo, al acercarme a ella, pensando que me resultaba vagamente familiar, la
reconocí de inmediato. No había más estudiantes y estaba sola.
―Me sorprende. Creí que te
habías ido a casa.
Himeno se dio la vuelta al oír mi comentario.
―¿Qué? Creí que eras tú quien
se había ido a casa.
―Creo que dije que iba de compras y volvía a casa.
―Ya veo, pensé que dijiste
algo así, pero... es demasiado tarde para eso, ¿no?
Al parecer, había estado escuchando la conversación a
medias.
Sin embargo, ya habían pasado casi cuatro horas desde que
nos separamos, así que no pude evitar preguntarme.
―¿Así que ya estás de camino a
casa? ―preguntó Himeno al ver las bolsas de plástico del supermercado, y yo
asentí con la cabeza.
―¿Qué hacías hasta tan tarde?
―Hmm... He estado aturdida.
¿Fui al supermercado y fui al cine sin razón alguna?
Parecía estar como yo.
―Tal vez estabas disfrutando
de tu tiempo a solas.
Ella estaba un poco sorprendida por esta propuesta, que no
era propia de Himeno, pero no se le ocurría ninguna razón para negarlo.
―Todavía hace frío por la
noche, ¿verdad?
Se estremeció como si no se hubiera dado cuenta.
―En realidad, después de
irnos, Kanzaki-kun y los demás me preguntaron si quería quedarme un rato más
con ellos.
―Oh, ya veo.
―Pensé que era importante
tener la oportunidad de hablar con compañeros de clase a solas. Pero dije que
no.
―¿Por qué?
―Para ser sincera, como que no
me gustaba el ambiente y quería evitarlo. No es que quisiera dejar el grupo ni
nada de eso. Simplemente no me gustaba la idea de ir acompañada.
Aunque Himeno estaba aprendiendo a llevarse bien con los demás,
puede que todavía le cueste congeniar con un gran número de personas.
―Pensaba: 'Me siento cómoda
sola', y entonces se hizo de noche.
―Así que es eso.
―Pero cuanto más tiempo paso
sola, más pienso en ello. Especialmente lo que me dijiste. Realmente me golpeó.
Me golpeaste justo donde duele.
Por lo visto se preocupó por las dificultades que mostró en
la reunión del karaoke.
―Me di cuenta de que no había
logrado nada comparado con lo que había imaginado. Tenía la confianza infundada
de que estaba haciendo algo especial al formar equipo con Kanzaki-kun, y que
era algo increíble por darme cuenta de que Ichinose-san estaba en problemas
cuando nadie más lo hizo. Sentí como si alguien me hubiera roto la nariz.
―Lo siento por eso.
―No tienes que disculparte por
eso. De hecho, tienes razón.
Exhalando un suspiro blanco, Himeno se volteó hacia mí y
sonrió amargamente.
―Pensé que sería más fácil
hacer cosas buenas, pero es difícil actuar...
―Eso es cierto para todos.
Para ti debe de ser difícil actuar.
No era mi intención consolarla, pero no quería que se
preocupara demasiado, así que se lo dije.
―Estoy intentando encontrar
una forma de avanzar, pero no estoy segura de si puedo mejorar tomando acciones
con Kanzaki-kun y Hamaguchi-kun.
―No está mal estar confundida.
No es un problema que se pueda resolver quedándose de brazos cruzados.
―Lo sé, pero... Pensaba que
estaba empezando a salvar la clase, pero los engranajes invisibles están
empezando a torcerse poco a poco. No puedo evitar sentirme así.
¿Los engranajes invisibles empiezan a torcerse...?
Cuando intentabas hacer algo que nunca se había hecho, la
ansiedad asomaba.
―No lo dudo. Pero cuando te
preguntan si los engranajes han girado bien hasta ahora, no puedes decir
sinceramente que sí, ¿verdad?
―Bueno... es verdad.
Hubo una buena gestión de la clase, pero no hubo
resultados.
Eso significa que los engranajes no estaban funcionando
correctamente.
―Es un hecho que ahora se
avecina un cambio en tu clase.
Todavía no sabía la respuesta de dónde acabarían, por
fortuna o no.
No era sólo la presencia de Kanzaki y los demás, sino
también la renuncia de Ichinose al consejo estudiantil.
Yo no tenía el control de muchas cosas, y el futuro era
incierto y poco claro.
Pero había dos resultados. La vida o la muerte. La clase de
Ichinose se salvaría o no se salvaría.
El curso de ese proceso, sin embargo, empezaba a estar
envuelto en una espesa niebla que nadie podía prever.
Pronto llegaría marzo, el final del segundo año.
Para entonces, los ojos de Himeno podrían ver los
resultados.
―Ayanokouji-kun, ¿crees que
todavía hay alguna posibilidad de que alcancemos la Clase A si nuestra clase
cambia?
―¿Quieres una opinión
objetiva?
―Sí. Si es posible.
―Si pudiera responder a esa
pregunta, diría que sí... condicionalmente.
―Je... pensé que dirías que es
imposible. ¿Pero condicionalmente?
―La batalla de los de segundo
año no es tan fácil como para entrar en la clase A sólo cambiando su
mentalidad. De hecho, la brecha entre la clase de Ichinose y la Clase A se está
volviendo muy seria. Para compensar la diferencia, hará falta mucho esfuerzo y
determinación. Si no hay determinación en toda la clase, no podrán alcanzarla.
―¿Dolor y determinación...?
¿Qué significa eso exactamente?
―Lo siento, no puedo responder
a eso ahora.
―No puedes responder a eso,
¿eh? No esperaba una respuesta así. Pensé que dirías que no lo habías pensado
para nada o que lo habías dicho de casualidad o algo así.
―Eso es lo que suele pensar la
gente.
―Porque se trata de los
problemas de otra clase, de su sufrimiento. Cuanto más suframos, relativamente
más se beneficiará tu clase. ¿No es así?
―Sí.
―Y sin embargo, eres tan
complaciente y comprensivo. ¿Por qué?
―Porque estoy ansioso por ver
qué pasa con la clase de Ichinose antes de que se conviertan en amigos o
enemigos.
―¿Qué quieres ver...? Suenas
como si pudieras ver el futuro.
Nadie podía prever el futuro, pero podíamos predecirlo y
prepararnos para él.
―Así que por el momento, voy a
ayudar en tiempos difíciles. Si te parece bien.
―Estoy segura de que
Kanzaki-kun estará encantado. Me siento muy tranquila.
Himeno, que lo veía con buenos ojos, hizo una pequeña pose
victoriosa con ambos brazos.
―Espero que algún día puedas
mostrar abiertamente ese tipo de confianza".
―¿Qué? Oh, de repente me
siento avergonzada...
Diciendo esto, dejó que sus manos se metieran en sus
bolsillos y sus ojos se desviaron con ellas.
PARTE 5
Cuando caminaba de vuelta al dormitorio con Himeno,
encontré a Kei sentada en un banco tocando su celular.
―Hasta luego.
Himeno, leyendo el estado de ánimo del momento, se apartó
de mi lado y empezó a caminar rápidamente.
Hizo una ligera reverencia a Kei cuando se sentó en el
banco y se encaminó de vuelta al dormitorio.
―¿Qué haces aquí? Creía que
habías vuelto a tu habitación.
―¿Qué estoy haciendo? ¿Qué
parece que estoy haciendo?
―Esperando a alguien.
―Correcto. Entonces, ¿quién es
esa persona a la que espera? Uno, Ike-kun; dos, Minami-kun; tres, Kiyotaka.
Con cada opción, levantaba un dedo y me interrogaba.
―Es una pregunta extremadamente
difícil. Una parece ser la respuesta más probable...
―Si te equivocas, habrá un
juego de castigo.
―Antes de responder, vamos a
escuchar en qué consiste el juego de castigo.
―Supongo. Voy a escribir 'Amor
de Kei-chan' en tu frente con un marcador mágico, y luego iremos a la escuela.
―Muy bien, vamos con el número
tres.
―¿Qué? ¿Tanto no quieres que
te castigue?
Un poco enfadada, se levantó del banco y se alineó a mi
lado.
―¿Y? La chica que acabo de ver
era Himeno-san, ¿verdad? ¿Por qué iba contigo?
Tenía una sonrisa en la cara, pero había una fuerte presión
detrás de su exigencia de una explicación.
―Te dije que iba a reunirme
con Kanzaki, y Himeno era una de las personas del grupo.
―¿Himeno era una de las
personas del grupo? Pero Kanzaki-kun y los demás no estaban contigo.
―Nos separamos enseguida. Y
casualmente me encontré con Himeno en el camino de vuelta y tuvimos una pequeña
charla.
―¿Hmm? ¿Hmm? Bueno, como soy
tu novia, creeré tu explicación por ahora, ¿de acuerdo?
Aunque lo dijera, no parecía tener ninguna duda.
―Ustedes se llevan bien.
―Dudo que pudieras darte
cuenta de eso en la oscuridad.
―Um... sí, es verdad, pero...
¡Sólo sentí algo! ¡No me importa!
Ella envolvió su brazo alrededor del mío como marcando el
asiento a su lado como mío.
―Hablemos de algo divertido.
―Estoy de acuerdo.
―Vayamos juntos al centro
comercial Keyaki mañana. Pronto será Navidad.
Me invitó a ir con ella y me sonrió. "Sabes lo que
quiero decir, ¿verdad? Eso era lo que me decía la expresión de su cara.
―Ya que la confesión de Sudou
no fue muy bien, es justo que reciba un regalo de Navidad, ¿no?
―Así es. Un regalo sorpresa no
es mala idea, pero ir a comprar con tu novio lo que quieres tampoco.
Estaba seguro de que estaría más contenta que si se me hubiera
ocurrido a mí, así que eso fue una gran ayuda para mí.
―Me encantaría cumplir tus
expectativas, pero no puedo hacerlo mañana. ¿Podemos hacerlo la semana que
viene, por favor?
―¿Qué? ¿Hiciste otra cita?
Kei había sido informada de que me reuniría con Kanzaki y
los demás con antelación.
Como Kei no tenía relación con Kanzaki y los demás y
desconocía mi amistad con ellos, sintió curiosidad pero no le prestó
atención...
―Así es.
―¿No puedes dedicarme ni
siquiera un poco de tiempo? De todas formas, ¿qué tienes planeado para mañana?
Pasar tiempo con Ichinose. Era fácil evitar decírselo y
engañarla.
Sin embargo, la desventaja de mantenerlo en secreto era tan
grande como la de hablar de Kanzaki y los demás.
La sola presencia de Ichinose era llamativa, y si estaba
junto a ella, habría rumores inquietantes.
Además, Kei tenía muchos amigos, y esos estudiantes serían
sus ojos y oídos.
―Reunión con Ichinose.
―...¿Reunirse con
Ichinose-san?
Kei se detuvo en seco con una reacción claramente distinta
a la que tuvo cuando le dijeron que Kanzaki se iba a reunir conmigo.
―¿Quién más va? ¿Kanzaki-kun o
Himeno-san?
―De momento no hay nadie más,
sólo Ichinose.
―Es sólo Ichinose. Estoy un
poco confundida. ¿Te encuentras solo con una chica en tu día libre?
Pude ver que su humor se había agriado claramente, pero
supongo que era comprensible.
En la situación opuesta, un chico normal habría reaccionado
de la misma manera.
―Bueno, sí.
Observé atentamente la reacción de Kei y respondí a su
mirada con la mía.
―¿Y?
―¿Y qué?
―Normalmente, deberías
explicar las razones y todo eso, en plan "vamos a vernos, pero no me
malinterpretes, no es ese tipo de situación". No es bueno poner nerviosa a
tu novia, ¿verdad?
―Hay varias razones para
reunirse con Ichinose. Una de ellas es que Kanzaki y los demás me lo pidieron.
―...¿Kanzaki-kun y los otros
te lo pidieron? ¿Es cierto?
Ella se sintió un poco aliviada al escuchar que el nombre
de Kanzaki se mencionaba.
―Todavía no se ha hecho
público, pero Ichinose dimitió del consejo estudiantil. Hay mucha confusión
sobre eso ahora mismo.
―Espera un momento. ¿Es
cierto? No entiendo qué está pasando.
―Te lo estás preguntando,
¿verdad? Kanzaki y los demás quieren saber la verdad. Pertenecer al consejo
estudiantil tiene un efecto positivo a su manera en la clase, así que es
comprensible que sus compañeros se enfaden si decide abandonarlo en lugar de
ganar tantos puntos como sea posible ahora que han descendido a la clase D.
A pesar de esta explicación, Kei podía entender la ansiedad
que sentían Kanzaki y sus compañeros de clase.
―Pero Kanzaki y los demás
tienen miedo de preguntarle directamente a Ichinose por qué, porque no pueden
soportar escuchar de su líder que haya renunciado a la idea de aspirar a la
Clase A.
―Así que... ¿vas a preguntarle
a ella por qué en lugar de ellos?
―Eso es lo que voy a hacer.
―Entiendo la situación,
pero... ¿por qué estás involucrado en la clase de Ichinose-san? ¿Por qué no los
dejas en paz? Si los ayudas, podrían volver a ser rivales.
Era natural preguntarse por qué estaba involucrado con la
clase de Ichinose. Esto no era algo que Horikita y los demás pudieran oír.
―Hay razones para enviar sal
al enemigo. Pero tampoco puedo decirte por qué.
―¿No puedes decirme...? ¿Crees
que podría decírselo a alguien?
―No, no lo creo. Sé que eres
muy reservada. Es sólo que no creo que esté preparado para contarle a nadie lo
que intento hacer en este momento.
La expresión de Kei se tensó un poco ante mi tono severo y
despectivo.
Pero Kei era Kei, y era natural que no pudiera tomárselo
con calma.
Por un momento, trató de contenerse, pero entonces sus
pensamientos afloraron.
―Sé que tienes muchas cosas en
la cabeza. Sé que estás ayudando a la clase sin que yo lo sepa y que intentas
averiguar a través de Ichinose lo que les pasa a Kanzaki-kun y a los demás.
Pero, ya sabes... no está bien... quedar con una chica a solas en un día
descanso, ¿no? Al menos hay otras formas de hacerlo, como en la escuela o
simplemente durante la hora del almuerzo.
Kei hizo un mohín y giró la cabeza en dirección contraria,
como si estuviera enfurruñada.
Sería más fácil si le dijera que lo sentía y que ella era
la única que importaba.
Ya había aprendido que en una relación era importante
decirle a alguien que no se preocupara.
Entonces, ¿y si fuera al revés? Aunque tuviera una idea de
la respuesta, no podía decir que la entendía a menos que realmente intentara
averiguarla.
―Entonces, ¿quieres
interrumpirme? Puedes irrumpir mientras me reúno con Ichinose en mi día libre.
―Eso es...
―No lo harás, ¿verdad? No
tiene ningún sentido hacerlo. Entonces hemos terminado aquí. Iremos juntos a
comprar los regalos de Navidad la semana que viene, y no debería haber ningún
problema.
El ambiente podía cambiar tan fuertemente en un instante
sólo por no decir palabras amables.
La Kei feliz que me había estado esperando bajo el frío
había desaparecido.
―Tú tienes tus propias ideas.
No tengo derecho a decir nada al respecto.
No sólo la expresión de su cara, sino incluso sus emociones
estaban alejadas de ella.
―Voy a pasar por la tienda. Tú
vete a casa primero.
Con esas palabras, corrió hacia la tienda sin mirarme. Sin
embargo, la zancada de Kei parecía rápida y lenta a la vez mientras se
marchaba, y pude ver en su espalda que esperaba que yo fuera tras ella.
Todo lo que tenía que hacer era correr inmediatamente tras
ella y decirle que lo sentía y que pensaría en otra forma de reunirme con
Ichinose. Eso la devolvería al estado de ánimo que tenía justo antes. Pero
decidí apartar mi mirada de su espalda y volver al dormitorio.
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