EXTRAÑOS CARA A CARA
El enorme tentáculo se estaba asando en un fuego al aire libre. Chisporroteaba y olía delicioso, goteando suculencia.
Qu Xiaoxing giraba el palo de madera y tragaba bocados de saliva una y otra vez. A su lado, Luo Jinsang también lo miraba hambrienta e insistió:
—¿Podemos comerlo ya? ¿Y ahora? ¿Por qué no podemos comerlo ya?
Qu Xiaoxing miró a Changyi que seguía cuidando de Ji Yunhe. El ardor dentro de su cuerpo se había reducido bastante después de tomar el lingzhi marino, pero ella seguía inconsciente, así que él permaneció cerca de ella. Qu Xiaoxing preguntó cautelosamente:
—Um, Su Alteza, ha estado cuidando de Yunhe todo el día, ¿por qué no come algo primero?
Changyi dijo:
—Pueden comer —Luo Jinsang sacó inmediatamente su espada, cortó un trozo de carne, lo sopló unas cuantas veces y lo engulló.
—¡Ah... qué delicioso! —exclamó Luo Jinsang—. ¡Delicioso! De dónde sacaste un calamar tan gigante, ¡sabe tan bien!.
Qu Xiaoxing también le dio un gran mordisco.
—Sí, sí, este calamar está delicioso.
—No es un calamar, es un demonio marino.
Los dos se congelaron inmediatamente y sus caras se volvieron verdes.
—¿Demonio marino? —Luo Jinsang tartamudeó—. ¿Un... un demonio?
Qu Xiaoxing también preguntó con rigidez:
—¿De los que pueden hablar?
Miraron a Changyi, que asintió con un "mhm".
Qu Xiaoxing:
—...
Luo Jinsang:
—...
Luego miraron la jugosa carne que aún goteaba aceite en sus manos, y sus espíritus se marchitaron.
—Es un demonio.
—Uno vivo.
—Puede hablar...
—Estamos comiendo gente...
Los dos cayeron en un pánico incontrolable y empezaron a murmurar incoherencias.
Changyi los ignoró y miró a la inconsciente Ji Yunhe con preocupación. Ya debería haberse despertado después de tomar el lingzhi marino, ¿cómo es que...?
Aji no podía sentir su mirada ahora, ni la angustia de los otros dos dentro de esta cabaña.
Había estado atrapada en el caos desde que se desmayó bajo la lava.
Como si hubiera caído en el infierno, su fuego quemaba constantemente su piel y su carne.
Y no podía gritar ni una sola palabra en medio de la agonía. Sentía los labios como fundidos por las llamas y pegados entre sí.
Sólo cuando de vez en cuando entraba un poco de aire fresco, sentía un momento de alivio.
No sabía cuánto tiempo había pasado, pero sus labios se separaron de algún modo y algo frío se vertió en su boca. Una amargura fluyó por su garganta hasta el estómago, expulsando lentamente el ardiente dolor de todo su cuerpo.
Las llamas del infierno se desvanecieron y por fin pudo contemplar el mundo que la rodeaba.
Se encontró flotando en el aire con una capa de nubes blancas bajo los pies. El viento pasó por sus oídos, y oyó la voz de una mujer.
—Ji Yunhe.
Aji se sobresaltó.
Miró a su alrededor, intentando encontrar a la persona que hablaba.
—Ji Yunhe...
Pero la voz sólo llegaba con el sonido del viento, y se detenía cuando éste pasaba. Aji sintió una inexplicable familiaridad con ese nombre.
—Mi nombre es Aji. ¿Quién es Ji Yunhe?
—Eres tú.
Otra ráfaga de viento pasó, y Aji vio a una mujer vestida de blanco en el extremo más lejano de las nubes. Sintió como si debiera conocerla, pero no podía recordar nada.
—¿Quién eres?
—Ning Xiyu —La mujer aparecía y desaparecía, y su voz era cercana y lejana—. Encuentra tus recuerdos —dijo—. Recupera tus recuerdos.
—¿Por qué? —Aji intentó acercarse a ella, pero por mucho que avanzaba, la mujer siempre estaba a distancia.
—Puedo prestarte mi poder...
—¿Qué poder? Sé clara, ¿por qué me conoces? Tú...
Aji quiso seguir preguntando, pero algo frío le presionó la frente y la sensación la sacó de las nubes.
Aji abrió los ojos de golpe.
Vio la luz matutina del sol naciente atravesar la cabaña de madera, y los pájaros gorjearon y revolotearon fuera del techo derruido.
Levantó una mano flácida y débil, se quitó la tira de tela húmeda que tenía en la frente y miró a su alrededor...
¿Dónde estaba este lugar?
Giró la cabeza y miró a su lado. El jiaoren de pelo plateado descansaba tranquilamente con los ojos cerrados junto a su cama, con la cabeza apoyada en una mano.
Ella intentó incorporarse, y ese pequeño movimiento lo despertó. En cuanto su mirada se posó en ella, la bruma del primer despertar desapareció. La miró profunda e intensamente a los ojos, como si quisiera desenterrar su alma o encerrarla para siempre en sus pupilas.
Aji, sin embargo, se rasco la cabeza, confundida. Se sintió un poco incómoda cuando la miraron así, y desvió la mirada.
—Ah... bueno... ¿Qué pasó con la lava? ¿Está bajo control?
No vio que el brillo del interior de sus ojos azul hielo se atenuaba después de que ella lo esquivara.
Changyi parpadeo y también miro hacia otro lado.
Aji se dio cuenta entonces de que había dos personas más en la habitación, un hombre y una mujer. Al hombre no lo había visto antes, pero la mujer era la que había ayudado a Kongming a capturarla en el sur.
Estaban tumbados en el suelo con un aspecto algo marchito y sin vida, como si acabaran de pasar por algo devastador. Ninguno de los dos se dio cuenta de que Aji se había despertado.
—Uh... —Con todo y todos pareciendo tan extraños, Aji se sintió super incomoda—. ¿Dónde estamos? ¿Cómo llegué aquí? Y... ¿por qué están aquí ustedes también?
—Este es el Mar Helado —Changyi bajó los ojos y contestó con voz profunda—. Te hirió el calor abrasador, y necesitaste el lingzhi del mar profundo para disipar el fuego.
Aji parpadeó un momento y lo miró.
—Gracias, Alteza...
Changyi apretó los labios y no dio otra respuesta. Su intercambio de palabras, sin embargo, despertó a los dos que seguían inmersos en su propio mundo.
Vieron a Aji e instantáneamente volvieron a la vida.
Luo Jinsang fue la primera en saltar y abrazarla.
—¡Yunhe! ¡Por fin te despertaste! ¡No sabes lo que hizo este pez mientras dormías! ¡Nos hizo comer gente!
Qu Xiaoxing también asintió con los ojos enrojecidos.
—Sí, gente, no... En realidad era un demonio, pero un demonio parlante, así que más o menos lo mismo que la gente... ¡Qué asco! Pero por fin vuelvo a ver a la Protectora... No, por fin te vuelvo a ver, ¡por fin! Por fin...
Aji miro a los emocionados Luo Jinsang y Qu Xiaoxing, y luego miro al abatido jiaoren. Estaba completamente desorientada.
Si no recordaba mal, la última vez que se encontraron, esta mujer se volvió invisible y le tendió una emboscada, de lo contrario Aji no habría acabado en las Tierras del Norte. La diferencia entre ahora y entonces era sorprendentemente grande... Por qué...
Entonces recordó que justo antes de caer en coma, usó el poder de las nueve colas para proteger al jiaoren...
¡Nueve colas! Aji se tocó el trasero.
Las colas no estaban allí. Entonces se tocó la cara...
Todo había terminado. Ahora era su yo original de nuevo. El jiaoren...
Aji miró inmediatamente a Changyi. Ahora entendía por qué la miraba con una cara tan complicada cuando se despertó... Pero...
Apartó un poco a Luo Jinsang y dijo:
—Bueno, es así. Puede que sea alguien que conoces, pero... no te conozco.
Luo Jinsang y Qu Xiaoxing se quedaron perplejos.
Aji volvió a mirar al jiaoren que estaba a su lado. Tras un momento de silencio, suspiró.
—Lo siento, pero no tengo recuerdos del pasado.
Changyi se esforzó por mantener la calma.
—Lo sé.
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