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Youkoso Jitsuryoku Shijou Shugi no Kyoushitsu e Volumen 11.5 - Prólogo

LA CHICA ESTÁ MIRANDO SU REFLEJO EN EL ESPEJO


Hoy es 31 de marzo.

Es el último día que esa persona... que mi hermano estará en esta escuela.

—Mi cara se ve terrible.

Miré mi cara reflejada en el espejo. Una expresión facial algo oscura y deprimida me miró.

La razón de eso es porque casi no dormí nada anoche.

Me pregunto cuánto tiempo pasamos mi hermano y yo hablando en esta escuela.

Ese período superó fácilmente el año, pero no llegó ni a unas pocas horas.

Era una relación tan difusa.

No se puede evitar que la gente me ridiculice por eso. De esta relación que era incluso menos que amigos.

Un hermano mayor y una hermana menor. Dos existencias tan cercanas, pero tan lejanas que la gente no pensaría que estábamos relacionados por sangre.

—¿Está bien separarse de él de esta manera?

Cuestioné a mi reflejo en el espejo.

Por supuesto, no me respondió.

Sólo estaba yo, con una expresión oscura, mirando hacia el pasado.

Ni siquiera necesité mirarla a los ojos para notar que parecía acusarme de algo.

Hay tantas cosas de las que quiero hablar con mi hermano.

No hay forma de que una separación como esta sea aceptable.

Y entonces pasó un año.

Al final, no conseguí darnos tiempo para hablar.

Pero... ahora es diferente. Ahora puedo enfrentarme a él como es debido, así que puedo encontrarme con él sin avergonzarme.

Puedo reunirme con él y darle mi último adiós con confianza.

—...No, eso no servirá.

Ni siquiera tengo las calificaciones para despedirlo como soy ahora.

Por supuesto, nuestra relación ha cambiado.

Me las arreglé para que mi hermano me mirara.

Pero...

No pude mostrarle mi crecimiento este año, casi nada.

Incluso si lo despido, seguramente no estará contento con ello.

De hecho, probablemente sólo haré que se preocupe más por esta hermana inútil.

No puedo hacer que desperdicie sus tres gloriosos años con esos sentimientos ahora.

—¿No sería mejor no reunirse con él? —es lo que acabo por pensar.

Nunca dejaré que se preocupe por mí debido a mi egoísmo...

—No, no es así, eso no lo hará mejor, ¿verdad?

Le pregunté a mi otro yo en el espejo una vez más.

No fui capaz de mostrar nada.

Pero eso no significa que huir sea la respuesta correcta.

Si pudiera decirle con confianza que estoy bien, todo se resolvería.

Entonces, ¿qué debería hacer?

¿Qué es lo correcto?

El tiempo se está acabando.

Ojalá hubiera notado mi estupidez mucho antes.

¿Y si me hubiera dado cuenta justo después de entrar en esta escuela?

—No tiene sentido arrepentirse de algo que ya pasó, no tiene sentido... para nada...

Eran más de las 8 de la mañana.

Mi hermano partirá al mediodía.

—¿Qué puedo... qué debo hacer?

Estaría bien mostrarle este yo actual, pensé.

Pero el yo actual no soy yo, y sin embargo sigo siendo yo.

Alguien que continúa persiguiéndolo, y sólo a él. Una hermana muy tonta.

La yo del espejo se desvaneció y se superpuso a mi yo del pasado.

—Yo... ¿quién demonios soy?

Sí.

La que se reflejaba en el espejo era yo, pero sin ser yo en realidad.

—... Una imitación.

Pensando en ello ahora, el hecho es que he pasado más de la mitad de mi vida viviendo una mentira.

Estaba escondiendo mi verdadero yo, continuando esta farsa.

Una falsificación de "Una hermana que anhela a su hermano".

Mi apariencia, mi personalidad, mis calificaciones, todo por mi hermano.

Fabriqué una imitación para que mi hermano me reconociera.

Nunca sería aprobada por él con semejante falsificación.

No, no es eso. La yo de aquellos años era inequívocamente yo.

No puedo llamar a algo así una mentira.

Puede haber sido una vida corta, pero fue la mitad de una vida pasada junto con mi otro yo real, por decirlo así.

No me arrepentiré de lo que soy ahora.

Pero...

—Lo que quiero mostrarle... Lo que realmente quiero que mi hermano vea es...

Lo único que quiero mostrarle.

Siento que lo he comprendido.

—... Gracias. Mi falso yo, aunque sin duda, mi verdadero yo.

Me giré hacia el espejo, hacia mí misma y me hice una reverencia.

Mi pelo largo se balanceaba.

Entonces levanté la cabeza y miré hacia otro lado del espejo.

Ya terminé de enfrentarme a mi yo del pasado.

No queda tiempo.

Tengo algo que alguien como yo, como yo misma, tiene que hacer.

La última cosa que he comprendido.

Para darle paz mental antes de su viaje.

Mi último regalo para él.

















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