UN TEMBLOR SILENCIOSO
LA MAÑANA del 28 de diciembre, cuando se acercaba el fin de
año, miré el celular junto a la almohada.
Unos 30 minutos antes de las siete de la mañana, había
llegado un mensaje.
El contenido era un modesto mensaje de Kei en el que me
informaba de que se había recuperado.
Al ver el mensaje mientras estaba tumbado boca arriba, me
levanté y me cambié a la posición boca abajo.
[¿Estás despierta?]
Envié el mensaje y me llegó un aviso de lectura en menos de
3 segundos.
Estaba claro que ella tenía el celular en la mano todo el
tiempo, esperando mi respuesta.
[Sí, estoy despierta.]
Me había puesto en contacto con ella varias veces para ver
cómo estaba desde que contrajo la gripe, pero nada más.
No había señales de su habitual espíritu optimista y no
envió ningún tipo de emoticon.
[¿Cuál es tu plan para hoy?]
intenté preguntarle. Tenía la intención de invitarla si me
decía que estaba libre, pero...
[Lo siento. Planeo salir con Maya-chan después de esto. Me animó durante todo el tiempo que estuve en cama y me acompañó mucho, así que quiero agradecérselo también. ¿Eso es malo?]
Claro que no. Eso era algo que ella debía priorizar, algo
importante.
Si me daba prioridad a mí y descuidaba a Satou, eso
traicionaría la verdadera amistad.
Naturalmente, yo no trataría de aguarle la fiesta con este
asunto. Y no debería.
[Entendido. ¿Puedo llamarte esta noche? ¿Sobre las 9?
Quiero hablar de las cosas que pasarán mañana y después].
Lo que pasó durante la Navidad que debíamos pasar juntos y
la creciente distancia entre nosotros últimamente.
Había muchas cosas que deberíamos discutir como novio y
novia.
[Sí.]
Poco después, ella envió otro mensaje corto.
[Entonces, estaré esperando tu llamada.]
Al menos su condición física había mejorado; eso era un
alivio.
Era importante que programáramos algo antes de fin de año.
La única cuestión ahora es cómo voy a pasar el día de hoy.
O aparecerme por el gimnasio, que hacía días que no
visitaba, o pasar el día en mi habitación sin salir.
Lo ideal sería no coincidir con el tiempo que Kei y Satou
pasarían juntas.
Así que taché de mi lista la opción de ir al gimnasio, así
como al centro comercial Keyaki.
Si Kei y Satou seguían preocupándose por mi presencia, no
podrían divertirse.
Cuando estaba a punto de agarrar de nuevo el celular para
comunicarle mi intención de quedarme en mi habitación todo el día, se escuchó
un sonido.
Pensando que podría ser Kei, el pensamiento se desvaneció
rápidamente cuando un número no registrado apareció en la pantalla.
Sin embargo, recordé este número.
Menudo dilema.
Seguí mirando la pantalla durante un rato.
Parecía poco probable que el timbre dejara de sonar pronto,
así que decidí contestar.
―Oye, contesta más rápido
cuando llame.
Ryuuen, al otro lado de la línea, expresó su descontento
antes de que pudiera responder.
―Estaba en el baño.
―¿En serio? ¿No intentaste
ignorarme hasta que dejó de sonar?
Bien hecho. Sea Sakayanagi o Ryuuen-ambos parecían estar
mejorando en leer mis pensamientos cotidianos.
―Dame algo de tiempo. Nos
vemos en la entrada norte del centro comercial Keyaki en 30 minutos.
Sin ningún interés en mis excusas, él sólo transmitió su
asunto.
―¿Qué pasa con mis planes?
Tengo una agenda apretada, ya sabes.
―Aplázalo.
Cortó la llamada violentamente después de exigir que nos
viéramos.
―Sigue siendo tan egocéntrico.
Su actitud no era sorprendente. Era exactamente el
comportamiento típico de Ryuuen.
PARTE 1
El punto álgido de la nevada había pasado, y la espesa
nieve amontonada pintaba imágenes al derretirse.
Todavía quedaba algo de nieve en las sombras, pero
seguramente era cuestión de tiempo.
Sin embargo, ser llamado por Ryuuen a finales de año de
esta manera...
Hubo una oportunidad para que conversara conmigo en el
festival escolar, e incluso casualmente terminamos en el mismo grupo para el
viaje escolar, pero no debimos tener ninguna interacción después de eso.
En plenas vacaciones de invierno, era difícil imaginar una
conversación relacionada con los exámenes.
Sin saber de qué se trataba, llegué a la entrada norte del
centro comercial Keyaki casi exactamente a la hora prometida.
Ryuuen no estaba allí, pero en su lugar, otra persona
estaba apoyada contra la pared con los brazos cruzados.
―¿Katsuragi? Esto no es una
coincidencia, ¿verdad?
El centro comercial Keyaki todavía no abría. No había razón
para estar allí a esa hora a menos que necesitaras ser la primera persona en la
tienda.
―Recibiste una llamada de Ryuuen,
¿no? Es igual para mí.
Si Katsuragi también fue llamado, no se trataba de una
charla superficial.
―Es una mala costumbre de Ryuuen
llamarnos sin permiso cada vez que pasa algo.
Desde que se transfirió de la clase A a la clase de Ryuuen,
Katsuragi había estado activo con Ryuuen en muchas instancias.
―Te has convertido en todo un
estratega. Al parecer hasta Ryuuen confía en tus habilidades.
―Eso estaría bien.
Aunque no mostraba una expresión feliz, tampoco parecía
estar completamente disgustado.
―Entonces, ¿cuál es la razón
de la llamada?
―No lo sé. Tendrás que
preguntarle directamente a Ryuuen.
Por lo visto, ni siquiera Katsuragi, a quien seguramente
llamaron de la misma forma, estaba informado de los detalles de la
conversación.
―Debes haber adivinado que
será algún plan desagradable. Seguro que también eres consciente de ello.
―Bueno, existe la posibilidad
de que sea un asunto molesto.
―Entonces podrías haberlo
ignorado.
―¿Eso no lo haría más
problemático después?
―Eso se limita a los
estudiantes ordinarios. Tu nombre aparece de vez en cuando, pero él lo menciona
con los mayores elogios. Es la prueba de que entiende que eres un oponente al
que no puede vencer ahora.
―¿Elogios? ...no puedo
imaginarlo.
―Borrarlo, aplastarlo,
matarlo. Cualquiera de ellos sería un gran cumplido, ¿verdad?
―No es un cumplido. Es un
desastre.
La mitad podría haber sido una burla de Katsuragi, que
levantó ligeramente las comisuras de los labios y sonrió.
―No hay nadie fuera de la
clase que sea igual o mejor que él. Y no hay nadie que realmente pueda hablar
con él. En ese sentido, tu existencia también es importante para él.
Sakayanagi también estaría bien en cuanto a ser su igual o
mejor, pero ella era la oponente que él tenía delante y a la que había que
derribar.
No teníamos una relación en la que pudiéramos hablar
honestamente entre nosotros.
―Aun así, es increíble que
hayas podido derrotar a Sakayanagi, a pesar de que era un examen especial en el
que tenías elementos ventajosos. Estaría bien que esto rompiera un poco su
orgullo.
―Sakayanagi hizo lo que pudo y
perdió, así que el impacto de la derrota será limitado. Sólo estábamos subidos
en la ola que se avecinaba debido a múltiples cosas que se alineaban a nuestro
favor.
―¿Subirse a la ola, eh? Pero
también es un examen especial en el que no puedes ganar sin tener puntos
fuertes, aunque te pongas firme.
Katsuragi elogió que nuestra victoria se debiera innegablemente
a la fuerza de la clase.
―Por otro lado, tu clase
parecía estar muy por detrás de la clase de Ichinose.
―Esa clase se enfrenta a
cualquier examen especial con una actitud positiva, se adhiere a lo básico y se
mantiene unida.
No era un oponente que pudiera ser derrotado fácilmente,
analizó Katsuragi.
―La tarea de nuestra clase
está clara. Nuestra capacidad académica es abrumadoramente inferior a la de
otras clases. Tenemos que hacer algo al respecto; de lo contrario, tendremos
que enfrentarnos a varias batallas desfavorables en el futuro.
Los retos eran visibles, pero mejorarlos sería
increíblemente difícil.
La capacidad académica no era algo que pudiera adquirirse
de la noche a la mañana.
―En el último examen especial,
les dije que renunciaran a las ganancias a corto plazo y aumentaran la
capacidad académica de toda la clase, pero Ryuuen no tenía intención de
escuchar.
Si no podían ganar con un enfoque directo, tendían a
confiar en tácticas solapadas y ataques sorpresa.
―Sin embargo, dejarlo así no
conducirá a un avance o resolución de la situación actual. A la gente le
interesa que inconscientemente elijan a sus oponentes. Ryuuen utiliza a todos
los miembros de la clase como si fueran sus extremidades, pero aun así, siempre
habrá alumnos a los que valore y a los que apenas utilice.
―No se trata sólo de
habilidades, ¿verdad?
Si había alumnos obedientes como Ishizaki y Albert, que
tendían a meterse en líos con facilidad, y los que eran rebeldes y les
disgustaban las fechorías, era natural que Ryuuen valorara a los primeros.
―Sí. No se trata sólo de
habilidades. Se pueden ver signos de ello en otras partes. Extraño, ¿no?
―Sí.
―Por eso creo que esos
estudiantes, que Ryuuen no suele utilizar, tienen tiempo de sobra y pueden
aprender activamente a estudiar. Por supuesto, sin que él lo sepa.
Si Ryuuen se enterara de esto, ¿reprendería a Katsuragi por
hacer cosas innecesarias? Incluso si mostraba enojo en la superficie, en
realidad podría no detener las acciones de Katsuragi. Ryuuen, que había crecido
tanto, debería juzgarlo como una medida necesaria. También fue una de las
razones por las que pagó una gran suma de dinero para robar a Katsuragi.
―¿Está bien que escuche algo
tan importante?
―Es extraño, pero al compartir
un secreto con alguien, a veces puede ayudar a tu bienestar mental.
―Como resultado, podría
decirle a Ryuuen.
―Si fueras esa clase de
persona, sólo tendría que reflexionar sobre mi error al juzgarte.
Él expresó su confianza en mí de esa manera.
Y arteramente aplicó presión para prevenir una traición.
En ese momento, Katsuragi interrumpió la conversación y se
giró para darme la espalda.
―Aquí viene el descarado. No
parece reflexionar sobre su tardanza.
Siguiendo la mirada de Katsuragi, que retrocedía exasperado
hacia la pared, vi a Ryuuen acercarse lentamente hacia nosotros.
En su muñeca izquierda llevaba una bolsa de plástico, quizá
por haber parado en una tienda de comestibles.
―Parece que ya estamos todos.
―¿No deberías disculparte con Ayanokouji
al menos?
―No lo sé. Sólo agradece que no
te hayan llamado durante las fiestas de Año Nuevo.
A pesar de que Katsuragi le instaba a disculparse, lo
ignoró y comenzó a caminar. Durante un breve instante, Katsuragi y yo
intercambiamos miradas que parecían expresar: "Nos vamos a meter en un
buen lío". Ryuuen sacó una hamburguesa de una bolsa de plástico y se
guardó la bolsa vacía en el bolsillo.
Rompió el papel del envoltorio y empezó a comer como si se
hubiera perdido el desayuno.
Katsuragi lo miró con expresión desconcertada,
preguntándose por qué no podía al menos haber terminado su comida primero.
―Me gustaría saber por qué nos
llamaste tanto a mí como a Ayanokouji.
Aunque le preguntaron con un tono fuerte, no tenía
intención de responder inmediatamente. En su lugar, continuó masticando en
silencio su comida.
Después de repetir esto varias veces, finalmente comenzó a
hablar una vez que su estómago estuvo satisfecho.
―Escuché noticias interesantes
de los de tercer año. Al parecer, nos espera un gran obstáculo en el tercer
trimestre, donde nos enfrentaremos a otros de nuestro mismo año.
―¿Un gran obstáculo? Te
refieres al examen final, ¿no? No es nada sorprendente.
Los preparativos para los exámenes finales más intensos se
confirmaron varias veces y de diversas formas.
Era difícil creer que Ryuuen nos convocara sólo para
decirnos algo que ya sabíamos.
―¿No es posible que no sea
sólo el examen final?
Ante la respuesta de Katsuragi, interrumpí tras un ligero
retraso.
―Nos hemos centrado en el
final del tercer trimestre, pero podría haber algo más.
―¿Tú también has oído algo, Ayanokouji?
―Oí que podría haber un examen
especial al principio del tercer trimestre que podría resultar en la expulsión
de algunos estudiantes. Aunque no sé qué tan cierto sea.
Ryuuen pudo haber escuchado lo mismo, y al oír esto, sonrió.
―Por cierto, ¿cuándo te
enteraste de esto?
―El 25 de diciembre, hace tres
días. La fuente fue Kiryuuin de la Clase 3-B.
―El mismo día, mi fuente fue
Ibeyama de la Clase 3-D.
―Si realmente hay un examen
arriesgado, ¿cómo es que ambos se enteraron casi al mismo tiempo?
―Sólo una coincidencia... o
quizás...
―O tal vez la escuela controló
la información y la dio a conocer en ese momento.
Cuando esta idea comenzó a parecer más cierta, Ryuuen
mordió con fuerza su hamburguesa.
La Clase B de Horikita lo escuchó de Kiryuuin en la Clase
3-B.
La Clase D de Ryuuen lo escuchó de Ibeyama en la Clase 3-D.
El hecho de que las fuentes de información coincidieran con
nuestras clases nos intrigó.
Si Sakayanagi lo oyó de la Clase 3-A e Ichinose de la Clase
3-C, entonces nuestras suposiciones serían correctas.
―Sin embargo, ¿realmente
podemos estar seguros de esto? ¿No podría alguien estar difundiendo falsos
rumores después de hablar con los alumnos de tercer año? Además, ahora mismo
estamos en plenas vacaciones de invierno.
―Je. Precisamente por eso es
creíble.
Los estudiantes naturalmente pierden su sentido de urgencia
durante las vacaciones. El ambiente relajado hacía sus días agradables. Si esto
era un rumor falso, hacer que los estudiantes se preparen para la batalla desde
el principio no lograría mucho. Cualquier tensión mental que causara malestar
tampoco podía esperarse.
―Una advertencia para estar
preparados para un choque-es natural pensar de esa manera.
Dada la situación de que tanto Ryuuen como yo sabíamos lo
mismo, Katsuragi lo analizó con calma.
Era un mensaje dirigido a una clase específica de
estudiantes de tercer año, y la información fluía sin problemas.
―¿Alguien más ha oído algo
parecido?
Ante la pregunta de Katsuragi, sacudí la cabeza de lado a
lado, y Ryuuen no reaccionó, pero probablemente compartió la misma respuesta.
Si Ishizaki y los demás lo hubieran oído, se lo habrían
comunicado inmediatamente a Ryuuen.
―¿Debemos asumir que fue
anunciado a un representante de cada clase?
―No podemos estar seguros,
pero quizá sea seguro asumir que Sakayanagi e Ichinose han sido notificadas
también. No serían tan estúpidas como para perderse este tipo de información,
por indirecta que sea.
―Pero entonces surge una
pregunta. ¿Por qué Ayanokouji fue elegido para la clase 2-B? Si lo
consideráramos por orden, ¿no sería Horikita? ¿O quizá que te eligieran a ti
fue sólo una coincidencia, y cabe la posibilidad de que se eligiera a alguien
que no fuera Sakayanagi ni Ichinose? No, eso es poco probable.
A mitad de formular una nueva hipótesis, Katsuragi negó lo
que pensaba.
―En última instancia, la
escuela es neutral. Si van a avisar, deberían haber preparado a los líderes con
anticipación. Al menos, era necesario seleccionar a alguien que pudiera
entender y aceptar las advertencias de tercer año.
―Suzune se está volviendo más
poderosa, pero no sería sorprendente que la escuela y los estudiantes de tercer
año interpretaran a Ayanokouji como el líder y lo eligieran. No es
particularmente sorprendente.
Efectivamente. Recientemente, he tenido muchas oportunidades
de hablar con Nagumo y Kiriyama al tratar con el consejo estudiantil.
Aún así, Kiriyama seguramente habría elegido a Horikita.
Más importante aún, por qué Kiryuuin se puso en contacto
conmigo aún no estaba resuelto.
Si tuviera que interpretar la situación, diría que los
líderes de tercer año recibieron instrucciones de la escuela para entregar el
mensaje a los líderes de segundo año.
Kiriyama tenía la intención de informar a Horikita, pero Kiryuuin,
que había oído la conversación por casualidad, se ofreció voluntaria y optó por
acercarse a mí y entregarme el mensaje-.
No podía decir si esta interpretación era correcta, pero
puesto que había llegado a conocer el contenido del mensaje, era mi deber
informar a Horikita.
―Si suponemos que el año
pasado ocurrió lo mismo, podría haber un examen especial insinuado antes o
después del campo de entrenamiento mixto.
Murmuró Katsuragi y luego volvió a organizar sus dispersos
pensamientos.
―Habrá varios exámenes
especiales en el tercer trimestre -uno a principios de enero y otro a finales
de enero- y otro a principios de marzo con el examen especial de votación de la
clase. A este le seguirá el examen final para un total de cuatro.
Añadiendo a los tres exámenes de primer año, podría haber
un total de cuatro exámenes de segundo año, lo que significa que había más
oportunidades posibles de examen.
Sin embargo, todo esto era mera especulación, y no debía
olvidarlo.
Al parecer, el examen especial de votación de la clase era
un acontecimiento inesperado que no se celebraba todos los años.
Si no existiera, habría un total de tres exámenes
especiales realizados en el tercer trimestre.
Al final, el año pasado fue el año pasado. No era más que
una referencia.
Podía darse el caso de que no hubiera exámenes especiales,
pero era muy poco probable.
No se podía asegurar que no hubiera o pudiera haber casos
en los que se hicieran más de cuatro exámenes.
―Votación en clase", ¿eh?
Hiciste expulsar a Totsuka por Sakayanagi, ¿no?
―...Sí.
Mientras la expresión de Katsuragi se ensombreció, tal vez
recordando el amargo incidente del año pasado, Ryuuen, que había terminado su
hamburguesa, añadió alegremente.
―Dependiendo de la situación,
no serán sólo una o dos expulsiones, ¿verdad?
Como dijo despreocupadamente, era mejor estar preparado
para los riesgos que conllevaba la verdad.
―Expulsiones, ¿eh? Preferiría
no tener ninguna.
―No digas cosas tan débiles.
Todavía hay demasiados estudiantes en nuestro año. No será interesante a menos
que tengamos un examen que pueda eliminar incluso a cinco o diez estudiantes.
En contra de Katsuragi, quien probablemente estaría
pensando en sus compañeros de clase, Ryuuen expresó la idea opuesta.
―No olvides que tú también tienes
el riesgo de ser el objetivo, Ryuuen.
―Adelante. Ya sea Sakayanagi o
Ichinose, si vienen por mí, simplemente las aplastaré.
―Está bien si es un enemigo
obvio. Pero no hay garantía de que alguien no vaya a patearte desde dentro.
Dentro-eso significaba su propia clase.
Ryuuen, quien siempre tomo una posición en contra de sus
enemigos, seguramente tenia muchos enemigos.
Sin embargo, él no era el tipo de persona que se sentiría
ansioso por esas cosas.
―Será más fácil hablar si no
tenemos que elegir a alguien para eliminar a partir de aquí.
―En efecto... Pero debo decir
que si arbitrariamente decides abandonar a los tuyos, me resistiré.
―Haz lo que quieras.
Incluso si Katsuragi, quien previamente intervino en la
votación de la clase, parecía ser un obstáculo, Ryuuen no tendría piedad. Sin
embargo, él todavía funcionaba como un tapón hasta cierto punto.
Sin embargo, el misterio no se desvaneció.
Katsuragi, que caminaba a su lado, debía albergar las
mismas preocupaciones ya que su expresión permanecía severa.
No había necesidad de que los tres nos reuniéramos y
conversáramos así si el único propósito era limar nuestras diferencias de cara
al inminente examen especial.
―En el próximo examen
especial, si las reglas permiten una batalla uno contra uno, me enfrentaré a
Sakayanagi.
Esas fueron las palabras que salieron de Ryuuen como si
hubiera vislumbrado los pensamientos tanto míos como de Katsuragi.
―¿Cuál es tu intención, Ryuuen?
¿No te basta con un enfrentamiento directo en el examen final?
―No es suficiente. Quiero ver
la cara de esa mujer cubierta de humillación al menos una vez más.
Nombrar a los oponentes con los que quería luchar
significaba que nos estaba diciendo que no interfiriéramos.
―Incluso sin una advertencia,
hay una baja posibilidad de que Horikita desee activamente una confrontación
con la clase de Sakayanagi. Actualmente, a menos que el examen especial ponga
un gran énfasis en el trabajo en equipo, no hay ningún beneficio en luchar
contra su clase, que tiene una habilidad general más alta.
Si tuviera que elegir entre la clase peor clasificada y la
mejor, probablemente optaría por Ichinose.
―No es aconsejable nominar a
la clase A en este momento. Si el examen especial gira en torno a lo académico
como el anterior, nos enfrentaríamos a un oponente formidable.
Efectivamente, no había necesidad de nominar en este
momento.
Pero Ryuuen parecía dispuesto a luchar, incluso si eso
significaba correr riesgos.
―Sakayanagi seguramente piensa
que soy el único al que puede derrotar en cualquier momento. Corregiré esa
noción equivocada.
―...No quiero estar de
acuerdo.
―Entonces, Katsuragi. ¿Irás
con Ichinose? Ichinose se ha convertido en un oponente bastante problemático.
Parecía que incluso Ryuuen había notado que Ichinose estaba
empezando a cambiar. Aunque Katsuragi podría tener que revisar su comprensión,
todavía se opondría a nombrar a Sakayanagi.
―Evaluar a Ichinose como
problemática no está mal. Pero, en general, se queda corta en comparación con
Sakayanagi. Aunque se revocara la evaluación, siguen siendo incomparables. Por
ahora, deberíamos esperar a que se revele información en el tercer trimestre.
Katsuragi, que no subestimaba a Ichinose, sugirió que
debían elegir contra quién luchar después de conocer el contenido del examen
especial.
―¿Acaso importa la razón? Ryuuen
simplemente quiere luchar contra Sakayanagi.
―Ese es el problema. Un líder
debe elegir el método más prometedor y escoger la mejor opción. Confirmar una
pelea con un enemigo poderoso en este momento es como desechar la victoria.
Los tres continuamos nuestro paseo y discusión por el
centro comercial Keyaki sin detenernos.
Parecía que mi liberación no se produciría pronto.
PARTE 2
El gran árbol de Navidad que debía adornar la entrada ya
había sido retirado.
Mientras contemplaba el espacio vacío, Karuizawa mostró una
expresión melancólica.
―Aaah-
Un pesado suspiro se escapó sin querer.
Satou, que acababa de llegar al lugar de reunión, lo oyó
desde atrás de Karuizawa.
―Kei-chan, ¿esperaste mucho
tiempo?
―Ah, Maya-chan. No, para nada.
Yo también acabo de llegar.
Habiéndose recuperado por completo el día 28, Karuizawa
invitó a Satou a pasar el rato.
Como le explicó a Ayanokouji, ella contó con la ayuda de Satou
muchas veces durante su lucha contra la gripe.
Satou le proporcionó todo lo que necesitó, sin importar la
hora.
Ella respondía con prontitud a cualquier mensaje cuando se
sentía sola.
Incluso escuchó los dolorosos sentimientos que Karuizawa
quiso expresar a Ayanokouji tantas veces pero no pudo.
Y aceptó encantada la repentina invitación de Karuizawa sin
ningún disgusto.
―Perdón por invitarte de
repente.
―No pasa nada. Me alegro de
que te encuentres mejor. Me alegro mucho por ti.
―Gracias. ¿Pero no es
demasiado revuelo por una simple gripe?
―Puede ser grave para algunas
personas, ya sabes.
Satou agarró la mano de Karuizawa y celebró alegremente su
recuperación como una niña.
―Puede que me esté
extralimitando, pero... ¿le dijiste como es debido a Ayanokouji-kun que ya
estás mejor?
―Sí, se lo dije esta mañana.
También quedamos en hablar de la promesa que no pudimos cumplir la noche de
Navidad.
―¡Oh, eso es genial, ¿no?!
Aunque Satou saltó a la conclusión de que todo estaba
resuelto y habían hecho las paces, rápidamente retiró su sonrisa al ver la
expresión de inquietud de Karuizawa.
―Puede que seamos capaces de
cumplir nuestra promesa de reunirnos, pero... no sé nada más allá de eso.
―¿Qué quieres decir...? Sólo
fue una pequeña pelea, ¿verdad?
Por lo que Satou había escuchado, no parecía un asunto tan
serio como decían los implicados. Si alguien tenía la culpa, era Ayanokouji.
Sin embargo, había otra cuestión que había estado rondando
la mente de Karuizawa durante algún tiempo.
―Puede que a Kiyotaka haya
empezado a gustarle Ichinose-san.
Enamorarse de otra persona.
Karuizawa no había dejado de pensar en el peor de los
escenarios mientras se sentía indispuesta.
―No, no, no, eso no es para
nada cierto. No te preocupes, ¿de acuerdo?
―...Sí...
Con sus respuestas volviendo a la normalidad, Satou se
sintió aliviada al confirmar que sus palabras llegaban a Karuizawa.
Al mismo tiempo, se arrepintió de haber cavado su propia
tumba e, incapaz de retractarse, trató desesperadamente de cambiar de tema.
―Pronto será Año Nuevo,
¿verdad? El tiempo vuela, ¿no?
El árbol de Navidad había sido retirado. La decoración ya
estaba preparada para Año Nuevo.
―Sí, supongo... Tenía muchas
ganas de ver el árbol de Navidad.
―¡¿Uh...!?
Karuizawa, aferrada aún a sus remordimientos, permaneció
quieta, mirando el lugar donde había estado el árbol.
Se suponía que el día 24 decorarían el árbol y se tomarían
juntos una foto conmemorativa mientras brillaban los adornos.
Habiendo cavado su propia tumba una vez más, Satou se tiró
de la mejilla.
―Bueno, siempre queda el año
que viene, ¿no?
―Sí... sí, es verdad.
El año que viene. Era imposible para Karuizawa pensar en
algo con un año de anticipación en este momento.
Incluso las perspectivas de mañana no estaban claras,
envueltas en la oscuridad.
Mientras Karuizawa mantenía la mirada fija, Satou miraba
repetidamente a su alrededor.
Quería que Karuizawa se animara, esa era su principal
prioridad. Pero Satou también tenía otro objetivo en mente cuando accedió de
buena gana a pasar el rato con ella: un encuentro casual con Ayanokouji.
Si todavía no habían resuelto su problema, sería difícil
que se encontraran de manera intencional. Así que decidió dejarlo en manos del
destino.
Afortunadamente, ya habían quedado en verse mañana, pero no
estaría de más que ocurriera incluso antes.
Pensó que, mientras Ayanokouji pudiera animarla, no
importaría que fuera su novio.
Lo único que faltaba era que ambos se encontraran
espontáneamente aprovechando el tiempo que compartían juntas.
En ese escenario, Satou esperaba facilitar sin problemas su
reconciliación, creando un resultado ideal.
Sin embargo, siempre era complicado encontrarse cuando
realmente lo deseaban.
Satou pensó para sí misma, si Ayanokouji sabía que ella
estaba saliendo con Karuizawa hoy, es posible que haya querido evitar mostrar
su cara.
La prueba estaba justo delante de ella: Karuizawa ni
siquiera mostró un atisbo de intentar encontrar a su novio.
No parecía malicia, sino más bien un acto de consideración
para no interferir en su día de salida.
Si un encuentro casual parecía improbable, entonces
dependería de Satou mantenerse fuerte.
―¡Vamos, olvidémonos de todo
lo desagradable y divirtámonos!
Con un espíritu de "hazlo o muere", Satou agarró
firmemente los hombros de Karuizawa.
Al ver los ojos de Satou llenos de determinación para
animar a su amiga, Karuizawa reflexionó sobre sí misma.
Había llamado a su mejor amiga para expresarle su gratitud,
y sin embargo había terminado preocupándola una vez más.
Llegados a este punto, no estaría claro por qué la había
invitado en primer lugar.
―Es cierto.
Karuizawa decidió poner cara valiente, al menos por ahora.
Era una buena amiga, su mejor amiga, a la que conoció
después de huir a esta escuela.
Mientras atesoraba el calor de su amistad, le tendió la
mano.
Al principio, Satou no comprendió el significado de su
gesto, pero enseguida comprendió sus intenciones al ver la sonrisa de
Karuizawa.
Ella le devolvió la mano ofrecida, y ambas se tomaron de la
mano.
Todavía tenían los dedos fríos, así que se rieron mientras
comparaban sus frígidas manos.
No era la primera vez que se agarraban de la mano de
improviso.
Tampoco era la primera vez que lo hacían a regañadientes,
sintiéndose algo avergonzadas por dentro.
Incluso ahora, había un sentimiento de timidez entre ellas.
Sin embargo, sus sentimientos estaban conectados.
Para un extraño, podría parecer infantil, o podrían
fantasear con algún tipo de sentimientos románticos entre las dos.
Pero sólo eran mejores amigas, que querían tomarse de la
mano simplemente porque querían demostrar su conexión.
Ni más ni menos.
Había una certeza entre las dos de que no se molestarían
por el ruido a su alrededor sólo por hoy.
―Je, je, je. Haré que te
olvides de todo.
―¡Ah, qué miedo!
Un mundo sólo para ellas dos.
Karuizawa y Satou decidieron pasar todo el día
divirtiéndose en el centro comercial Keyaki.
PARTE 3
Salimos del centro comercial Keyaki, paseamos
tranquilamente por la ruta escolar y regresamos a las inmediaciones del centro,
tomándonos nuestro tiempo mientras caminábamos por una carretera con vistas al
mar.
No era raro que tres chicos pasearan juntos casualmente
durante las vacaciones de invierno, y ese escenario no llamaría la atención en
circunstancias normales.
Sin embargo, añadiendo una presencia llamativa como la de Ryuuen,
el estratega Katsuragi y la rareza de mi persona, corríamos cierto riesgo de
destacar.
Aun así, Ryuuen no optó por el anonimato, rechazando medios
como instalaciones interiores o teléfonos.
Considerando el contenido del examen especial, era algo
imprudente.
La evaluación de cualquier observador dependería en gran
medida de si consideraban la reunión de este grupo como un descuido o un acto
intencional.
―¿Puedo asumir que la discusión
ha terminado? Ahora estamos dando vueltas en círculos.
Cuando nos acercábamos al lugar donde nos habíamos reunido,
Katsuragi, que había dejado de caminar primero, se puso a nuestro lado.
No pudimos averiguar el número ni el contenido de los
exámenes especiales, y no accedió a la petición de Ryuuen de un combate contra
Sakayanagi.
Seguir perdiendo el tiempo así no tendría sentido.
―Si, tal vez tengas razón.
Está bien entonces.
Sin mirar atrás, Ryuuen levantó ligeramente su mano
izquierda y transmitió su conformidad.
―Te debo mucho, Ayanokouji. Si
tienes algún problema, no dudes en consultarme. Hay cosas en las que puedo
ayudarte aparte de las competiciones de clase.
Asentí con la cabeza en señal de gratitud por su inesperada
consideración, y Katsuragi me dio la espalda y empezó a caminar hacia delante.
Bueno, yo también debería ponerme en marcha.
―Voy a pasarme ahora por el
centro comercial Keyaki. ¿Qué vas a hacer? Si quieres que nos tomemos de la
mano y tengamos una cita, podría considerarlo.
Ryuuen sonrió y gentilmente extendió su mano izquierda en
un gesto de bienvenida.
Ir de compras juntos solo con Ryuuen sería mucho más
llamativo de lo que habíamos esperado.
Sobre todo, era probable que Kei y Satou estuvieran en el
centro comercial a esa hora.
―Bien entonces, me voy.
Acompañar a Ryuuen a una cita de la mano al centro
comercial Keyaki no entraba en mis planes, así que era hora de volver a casa.
No hubo indicios de que me detuviera, así que comencé a
caminar.
―Nuestro encuentro será en
tercer año. No lo olvides.
Mientras me alejaba del centro comercial Keyaki, esas
fueron las últimas palabras que Ryuuen me dijo.
No lo había olvidado, pero si se haría realidad era otra
historia.
Aun así... solo una corta caminata me había dejado
sintiéndome extrañamente cansado.
Sentirme más agotado que después de sudar durante una hora
en el gimnasio no era sólo mi imaginación.
Habiendo perdido de vista tanto a Katsuragi como a Ryuuen,
continué caminando.
Volví al dormitorio y, como había planeado inicialmente, me
refugié para pasar el día.
Pero antes de eso, tenía que aclarar algo que me había
estado molestando.
Tras caminar durante varias decenas de segundos, me detuve
al sentir que alguien se acercaba.
Me paré justo delante de una máquina expendedora que estaba
instalada a lo largo de la pared exterior del centro comercial Keyaki.
Mirando los artículos expuestos, a ojos ajenos parecería
que me estaba planteando comprar una bebida.
Dirigí mi mirada entre el follaje que probablemente habían
puesto los empleados al abrir la tienda.
―¿Qué haces en un sitio así?
―¿Eh?
Llamé a Yamamura, que estaba escondido en un punto ciego a
la sombra.
―Llevas siguiéndome unos diez
minutos, ¿verdad? Antes parecías estar escondido detrás de un árbol al otro
lado del camino.
Era fácil esconderse con los árboles de tronco grueso
plantados a lo largo de la carretera arbolada.
Era bastante impresionante que se las arreglara para seguir
a Ryuuen y su grupo sin ser notada.
―No, en absoluto...
Yamamura trató de responder engañosamente, pero no tardó en
desistir, tal vez debido a mi acertada respuesta.
―¿Cómo... lo supiste?
―¿Cómo lo supe?
Al principio, no le di importancia, pero si hubiera sido mi
antiguo yo, probablemente no me habría preocupado por la presencia de Yamamura.
Ahora que habíamos pasado tiempo juntos en el viaje
escolar, ella ya estaba en mi conciencia.
Era como una sola imagen. A primera vista, sólo veías la
forma A o la composición A, pero una vez que sabes que cambiando tu perspectiva
revelarías la forma B o la composición B, tu cerebro reconocerá la imagen como
B.
Esto puede haber sido similar.
De ser sólo una estudiante de la Clase A, ahora ya era
Yamamura Miki. Eso era todo. Sabía que me seguía y que escuchaba mis
conversaciones, pero no la detuve.
Yamamura era una estudiante de la clase A y amiga de
Sakayanagi.
Si hubiera informado de sus acciones furtivas a Ryuuen y su
grupo, sería visto como tomar partido.
Por supuesto, tomar partido o no dependía de mí, pero no
creía que fuera la mejor estrategia por el momento.
―Puedes relajarte. No hubo
señales de que Ryuuen o Katsuragi se fijaran en ti.
―¿En serio? Sentí que Ryuuen-kun
estaba tratando de atraerme...
Parecía que la intuición de Yamamura era correcta. No se
quedaba en un solo lugar y se movía a propósito por lugares llamativos. Quizás
estaba esperando a que su presa quedara atrapada.
Parece que Yamamura no fue atraída accidentalmente por ese
señuelo.
―Entonces, ¿por qué no me lo
dices sin hacerme preguntar si se enteraron o no?
Yamamura probablemente estaba convencida de que nadie se
había fijado en ella. De lo contrario, no habría parecido tan sorprendida
cuando la encontré.
―No me has estado siguiendo
sólo hoy, sino también ayer.
No lo confirmó, pero su silencio lo decía todo.
A pesar de ser vigilado de cerca, Yamamura hábilmente los
seguía.
Por otra parte, Ryuuen seguramente no tuvo más remedio que
abandonar la persecución, al no ver resultados de sus planes.
Incluso después de separarse de mí, no había señales de que
Ryuuen me siguiera.
Probablemente por eso me sentí lo suficientemente cómodo
como para llamar a Yamamura.
―Sinceramente, dudaba si
llamarte o no, pero ya que estábamos en el mismo grupo durante la excursión
escolar, pensé que también podría saludarte.
Para mí, que sabía de su existencia, no llamar a Yamamura
habría sido como ignorarla.
Era una sensación extraña ignorar a una cara conocida en
este lugar tan poco concurrido.
De hecho, Yamamura pensó que pasaría desapercibida, y yo
pensé que ella habría querido ser ignorada.
―¿No vas a preguntar por qué
te estaba siguiendo?
El examen final se acercaba, y Ryuuen quería pelear con
Sakayanagi. En cuanto a Sakayanagi, ella querría conocer cada uno de sus
movimientos y maquinaciones, así que no le vendría mal reunir información.
―No hay necesidad de preguntar
eso.
―¿De verdad?
―Y después de esto, no tengo
intención de informar de ti a Ryuuen, así que puedes estar tranquila.
Añadí eso, pensando que Yamamura no se tranquilizaría con
meras palabras de que esos dos no se habían dado cuenta.
―Pero todos se veían muy
familiarizados entre sí. Como mínimo, no lo reconoces como enemigo, ¿verdad? Si
le das la vuelta a eso, ¿no te convertirías en aliado de Ryuuen-kun?
El tono interrogante de Yamamura se mezclaba con la duda.
―Desafortunadamente, no soy
aliado de Ryuuen. Eso tampoco quiere decir que sea aliado de la Clase A. De
todos modos, no tengo intención de divulgar que nos encontramos aquí a nadie.
Puedes confiar en mí en eso.
―¿En serio?
Estaba a punto de asentir para disipar su ansiedad, pero un
leve sonido de pasos impidió que moviera la cabeza.
Inmediatamente después, sonaron varios aplausos secos que
se repitieron lentamente.
―Eres increíble, Ayanokouji. ¿Cómo
encontraste a la rata?
Yamamura ya no me miraba a mí: su mirada estaba fija en Ryuuen.
Ryuuen, quien se suponía había desaparecido, reapareció
ahora de todos los momentos.... Ya veo.
―¿Supongo que Sakayanagi te
pidió que reunieras información sobre mí?
―No es así...
Yamamura lo negó, pero no pudo ocultar sus pobres dotes
interpretativas.
―Kuku. Menos mal que decidí
seguir a Ayanokouji por si acaso. Aunque seas sensible a que te vigilen,
bajarás la guardia si no hay nadie siguiéndote, ¿no es así?
Estaba en lo cierto. Confiaba en que me percataría de su
presencia o de la de cualquier otro si obviamente me seguían, pero por lo visto
Ryuuen ya lo había tenido en cuenta.
Desde donde nos separamos, solo había dos caminos que podía
tomar: uno que iba directo al centro comercial Keyaki, o el otro que llevaba a
la escuela o al dormitorio. En la práctica, Ryuuen desapareció en el centro
comercial Keyaki.
Si empezaba a seguirme a distancia después de esperar a que
pasara el tiempo, había una alta probabilidad de que me alcanzara de forma
natural. No importaba lo sensible que fuera, si nadie me seguía, no había forma
de evitar ser rastreado.
La razón de sus comentarios que me impedían ir al centro
comercial Keyaki era reducir mis opciones de ruta.
Además-
Al ver a Katsuragi volver del frente, me sentí aún más
apenado con Yamamura.
―Así que había una conexión
entre Yamamura y Sakayanagi.
Katsuragi, que parecía haber estado explorando, se
sorprendió por la presencia de Yamamura.
Fingió irse a casa y estuvo buscando gente merodeando por
los alrededores.
―Te pido disculpas, Ayanokouji.
Acabo de recibir noticias de Ryuuen hace unos minutos y volví.
Si Ryuuen iba a rastrearme de todas formas, involucrar a
Katsuragi aumentaría la probabilidad de éxito. Ese era el plan de Ryuuen.
Se lo había ocultado a su aliado para no levantar
sospechas.
―¿Es sorprendente que esta
chica tenga una conexión con Sakayanagi?
―Sí, lo es. Al menos mientras
yo fui miembro, nunca la vi tener relación alguna con Sakayanagi. Creo que ella
es sólo una de las muchas unidades de reconocimiento.
Esto era algo que sólo un infiltrado como Katsuragi podía
entender.
Yamamura estaba claramente luchando más que hace un rato.
―Aunque me tomé todas estas
molestias, sólo pesqué algo pequeño. Pensé que Hashimoto podría estar tramando
algo... ¿O tal vez es precisamente porque Sakayanagi confía en ti que se te
asignó esta tarea?
La aguda mirada de Ryuuen, llena de sospechas, atravesó a
Yamamura.
Como ella no esperaba ser rodeada de esta manera, su
expresión no podía ocultar su ansiedad.
Inesperadamente, esta expresión ayudó a responder cualquier
pregunta que Ryuuen pudiera haber tenido.
―De todos modos, tu habilidad
para darte cuenta de las cosas es bastante impresionante, Ayanokouji. Pero tu
papel hoy ha terminado.
Perdió interés en mí y nos dijo que la asustada Yamamura
era su único objetivo ahora.
―Si Sakayanagi cree que puede
vencerme sólo fisgoneando, es fácil de leer.
Incluso si no encontraba a Yamamura esta vez, y Yamamura
fuera capaz de recopilar información continuamente, si era capaz de
transmitirla como información útil a Sakayanagi era otra cuestión.
Si había un contacto que se quería mantener oculto,
naturalmente no se hacía al aire libre.
Una habitación perteneciente a un amigo de confianza, una
sala de karaoke, o un baño, si los individuos eran del mismo género,
funcionaría. Sería fácil proceder en secreto, dependiendo del propósito.
Sin embargo, también había un aspecto inevitable para
Sakayanagi.
Se necesitaba información, y Ryuuen debía investigar a la
Clase A de la misma manera.
Sin embargo, a diferencia de Ryuuen, quien podía reunir
información por sí mismo, era difícil para Sakayanagi.
Ella no podía reunir información sin usar estudiantes como
Yamamura, Kamuro, y Hashimoto.
―Ser investigado no se siente
bien, ¿verdad?
―¿Estás en posición de decir
eso? Estás vigilando a Sakayanagi de la misma manera, ¿no?
Daba la impresión de que no era una vigilancia
unidireccional por parte de Sakayanagi.
Ya se estaban vigilando mutuamente en preparación para los
exámenes finales.
―Entonces, ¿quieres intentar
otro movimiento? Estoy dispuesto a escuchar si tienes una idea brillante,
Katsuragi.
Ryuuen sugirió un ataque a Sakayanagi, pero Katsuragi lo
negó.
―No tengo intención de hacer
un movimiento importante. Vigilar a Sakayanagi es la única carta que podemos
jugar ahora mismo.
Katsuragi creía que la mejor estrategia era mantener las
distancias y limitarse a un concurso de miradas.
―No olvides que el
enfrentamiento final debe tener lugar en el examen especial, no fuera.
―Sheesh. Eres terco.
Las políticas básicas de Ryuuen y Katsuragi eran casi polos
opuestos, pero Ryuuen escuchó las palabras de Katsuragi con una sonrisa.
―¿Por qué no se quedan un rato
con nosotros?
―Déjala.
―¿Eh? ¿Dejarla? Sería un
desperdicio no interrogarla ahora que la hemos atrapado.
―¿Planeas amenazarla? Debería
bastar con que hayas descubierto la implicación de Yamamura. Deberías irte.
Al decir eso, Katsuragi le hizo un gesto a Yamamura para
que se fuera inmediatamente.
―Perdón...
Queriendo escapar de la incómoda atmósfera, Yamamura se
apresuró a intentar marcharse.
―Espera.
―¿Eh?
Sin embargo, Ryuuen la llamó para detenerla, dejándola
petrificada como si fuera una rana enfrentándose a una serpiente.
―Mantendremos en secreto el
hecho de que nos fijamos en ti.
―¿Por qué...?
―Porque nos das pena. Ni que
decir tiene lo que pasaría si informáramos de que te encontramos.
―Eso es...
―No te encontramos nosotros,
¿eh? Si no informamos, tu valor no se perderá. Bueno, si me crees o no, depende
de ti.
Cuando ella estaba en un aprieto, Ryuuen dijo eso, como si
dejara caer un salvavidas.
―Si no puedes quedarte callada
al respecto, entonces dile lo siguiente: si quieres información, ven a
visitarme a solas a mi habitación cuando quieras. Eso sólo si tú y esa chica
tienen el valor de hacerlo.
Yamamura asintió levemente y comenzó a abandonar la escena
en silencio.
Al parecer había planeado volver por el centro comercial
Keyaki, ya que se dirigió en esa dirección.
Cuando Yamamura estuvo lo suficientemente lejos, Katsuragi
se acercó a Ryuuen.
―Ryuuen-bastardo.
―¿Qué?
―Este hobby tuyo no es algo
para ser alabado.
―¿Eh?
―No diré que no deberías estar
interesado en el sexo opuesto. Pero Sakayanagi es una niña. No puedes ponerle
las manos encima.
Pensando que estaba hablando en serio, le advirtió que no hiciera
nada escandaloso.
Era una interpretación de Ryuuen diciendo que visitara la
habitación.
Eso era sólo una broma de Ryuuen, pero Katsuragi
seguramente no lo entendió.
―Hay muchas chicas en esta
escuela. No te apresures en nada.
―¿Qué clase de tonterías estás
diciendo? ¿Crees que me excitaría una mocosa tan descarada? Obviamente es sólo
una provocación.
―¿Eh? No, pero hace un momento
dijiste que visitara tu habitación a solas. Eso es lo que significa, ¿verdad?
Mientras sacudía su cabeza, Ryuuen lanzó un argumento
fundamental a Katsuragi.
―Tienes razón. Ella no es para
nada de mi gusto, pero Sakayanagi técnicamente también tiene nuestra edad.
Se contradijo diciendo que estaba bien tocar a gente de la
misma edad, pero no a Sakayanagi.
Katsuragi, que no se había dado cuenta, se quedó pensativo
durante un rato.
Finalmente, captó el significado de las palabras de Ryuuen
y comenzó a hablar.
―...Tienes razón. No, pero por
su tamaño, no parece que tengamos la misma edad para nada. Ella es incluso más
pequeña que mi hermana, así que es realmente-
Aunque la reconocía como una enemiga formidable, Katsuragi
también era un hermano. Quizá se dejara llevar por su afán de protección, no
queriendo que la vieran como un objeto sexual por culpa de su hermana menor, a
la que hacía tiempo que no veía.
Una cosa era segura: si Sakayanagi oía hablar a esos dos,
se enfadaría.
Claramente la trataban como a una niña (aunque, sólo en
apariencia).
―Para las mujeres, lo mejor es
que sean normales en todo. Ni llamativas ni sencillas y ni grandes ni pequeñas,
ese es mi gusto.
Aunque no quería saberlo, tenía pinta de preferir a las
mujeres muy normales.
No era sólo una preferencia arbitraria, sonaba como una
conclusión que venía de experimentar tanto lo amargo como lo dulce.
No sé nada de su vida en la preparatoria, pero durante la
secundaria, le gustaban mucho las mujeres.
―Me alivia que no hayas
llegado al nivel de enamorarte de ella.
Por otro lado, Katsuragi se sintió tranquilizado por algo
completamente irrelevante.
―¿Y bien? ¿Todavía tienes
algún asunto conmigo, Ayanokouji?
―Utilizarme para tu propia
conveniencia y luego decir cosas tan duras es bastante injusto, ¿no?
―Es culpa tuya por haber sido
utilizado. Si quieres culpar a algo, culpa a tu propia intuición desenfrenada.
De hecho, no tenía sentido guardar rencor por haber sido
engañado en este caso.
Sólo era difícil utilizar esta experiencia como una lección
para el futuro.
Seguir a alguien sin realmente seguirlo de cerca.
Aunque se volviera a utilizar el mismo método, sería difícil
evitarlo.
Ser precavido sin sentir la presencia de alguien no era más
que restringir las propias acciones.
Sin embargo, tener en mente que podría ser seguido en todo
momento sería todavía más estresante.
No tiene sentido quedarse aquí.
Además, todavía hay algo de lo que quiero hablar con
Yamamura, y quizás pueda alcanzarla ahora.
―¿No ibas a casa?
Me preguntaron en cuanto empecé a caminar hacia el centro
comercial Keyaki.
―Hay innumerables rutas dentro
del centro comercial. No quiero que me persigas más por hoy.
Al informarle de que, con las múltiples rutas de escape,
podía evitarlo, Ryuuen resopló.
PARTE 4
Dado que he entrado en el Centro Comercial Keyaki, ¿qué
debo hacer con Yamamura?
Puede que ya haya vuelto al dormitorio por otra salida...
Intenté pensar, poniéndome en el lugar de Yamamura: ¿qué
haría yo en su lugar?
Sin duda, debía de estar debatiéndose entre informar o no a
Sakayanagi de su fracaso al ser descubierta.
En momentos de inestabilidad mental, la gente busca un
lugar donde descansar.
Si excluyo la opción de volver directamente al dormitorio y
asumo que ella todavía está en el centro comercial Keyaki, ¿dónde estará?
A Yamamura no le gustan las multitudes y le disgusta el
contacto con los demás.
Las calles y tiendas concurridas podían descartarse de
inmediato.
Las salas de karaoke podían utilizarse sin compañía, pero
siempre había un obstáculo para cantar en solitario.
Un retrete era una posibilidad relativamente alta, pero
tampoco creía que fuera a causar molestias a los demás inutilizándolo.
Así que...
Hace un rato, estaba entre la máquina expendedora exterior
y las plantas de interior.
Cerca del área de descanso, también había varias máquinas
expendedoras instaladas en un lugar apartado.
Si estaba por allí, era discreto y no estaba abarrotado.
Tal vez debido a la hora, no había nadie en los alrededores
del área de descanso.
Naturalmente, tampoco había nadie en las máquinas
expendedoras del fondo.
Me acerqué con cautela y me asomé por el ángulo muerto de la máquina expendedora.
―¡¿Qué...?!
Al encontrar a Yamamura sentado junto a la máquina
expendedora con una pequeña botella de té en cada mano, dejó caer una de ellas
sorprendida. Afortunadamente, la tapa estaba puesta, así que estaba bien.
―No puedo creer que estés aquí
de verdad.
Aunque lo tenía claro, todavía no estaba del todo segura...
Recogí la botella que rodaba y se la entregué a Yamamura.
―C-c-cómo sabías que estaba
aquí...
Ella se apresuró a buscar en sus bolsillos.
―No, no tengo GPS ni nada
parecido.
―Pero, si no es eso, ¿cómo...?
¿Rastreaste la ubicación de mi teléfono...?
―Tampoco hice eso.
Era un delirio extraño, pero quizá estaba tan sorprendida
que quería creerlo.
Yamamura se levantó, se asomó por detrás de la máquina
expendedora y observó la zona.
―Ryuuen y Katsuragi no están
aquí.
―¿En serio...? Umm, ¿todavía
hay algo que necesites de mí?
―No tuve oportunidad de
disculparme antes. Lo siento, Yamamura. Si no te hubiera llamado, no te habrían
encontrado.
Si eso no hubiera pasado, no habría necesidad de que ella
se preocupara por esto entre máquinas expendedoras.
―Fue culpa mía que me
encontraras... Por favor, no te preocupes.
Me cubrió amablemente sin culparme abiertamente.
―¿Informaste a Sakayanagi de
que te encontraron?
―Sí, lo hice. Creo que mi
papel ha terminado.
Para mi sorpresa, ella respondió despreocupadamente.
Parecía estar perdida por los dulces susurros de Ryuuen...
Si ella ya lo había reportado, no habría necesidad de
profundizar en ese asunto.
En cuanto a mí, todavía me quedan cosas que hacer por
Yamamura.
―Te lo compensaré de alguna
manera.
―...¿Eh?
Durante el viaje escolar, no habría sido sorprendente que
Yamamura y Kitō estuvieran observando y siguiendo a Ryuuen ya que estaban en el
mismo grupo.
Era muy probable que Sakayanagi simplemente les hubiera
ordenado vigilarlo.
Incluso si no fuera dirigido por Sakayanagi, vigilar de
cerca a Ryuuen sería natural para ellos ya que estaban en el mismo grupo.
Yamamura siempre estaba preocupada por cada movimiento de
la clase de Ichinose.
Sin embargo, este caso era completamente diferente, y la
sorpresa fue mostrada por Katsuragi.
El hecho de que Sakayanagi podría haber valorado a Yamamura
y usarla como espía-el análisis de Ryuuen sobre la fuerza de la clase de
Sakayanagi había avanzado ligeramente después de obtener esta información.
De ahora en adelante, el acercamiento de Ryuuen con
Yamamura indudablemente escalaría.
Si no hubiera notado su presencia y descuidadamente la
hubiera llamado, la probabilidad de que Ryuuen y Katsuragi capturaran a
Yamamura aún habría sido alta. No había necesidad de repetir quién tenía la
responsabilidad.
―Enmendar las cosas o algo así
no es necesario. No tiene nada que ver contigo, que eres de otra clase.
Aunque entendía el punto de Yamamura, todavía tenía mis
propios pensamientos.
A estas alturas, no era algo que se pudiera explicar a
nadie, así que pensé en otra razón.
―Es que me hace sentir
incómodo. No importa cómo lo mires, sólo sufres por esto.
―Pero... para empezar, está
mal seguir a alguien, ¿no?
Yamamura se sentía culpable por eso.
Así que quizás por eso Yamamura tampoco mostraba señales de
insatisfacción hacia mí.
―De verdad, no te preocupes
más por esto.
Parecía difícil obtener una respuesta positiva de Yamamura.
Más bien, sólo conseguiría confundirla más si me quedaba demasiado tiempo.
―Entendido. Estaré ahí para
ayudarte si tienes algún problema. No estoy seguro de si puedo ser útil, pero
siéntete libre de preguntarme.
Diciendo esto, debería ser capaz de conseguir que Yamamura
aceptara sin ninguna presión.
Independientemente de si tenía problemas o no, sería
decisión de Yamamura mantener el contacto.
―En ese caso, sí, lo entiendo.
Yamamura asintió, aceptando mi sugerencia.
―Bueno, ahora me voy.
―...Cuídate.
Yamamura tenía la intención de quedarse en ese lugar por un
tiempo y no intentó alejarse de la máquina expendedora.
Intenté abandonar la escena después de despedirme de
Yamamura, pero-
Accidentalmente encontré a Kei y Satou caminando hacia
nosotros en la dirección en la que me di la vuelta.
Escondiéndome por reflejo, me agaché a la sombra de la
máquina expendedora con Yamamura detrás de mí.
―¡Ah, Ayanokouji-kun...!
Sintiéndome culpable por la mirada de perplejidad de
Yamamura, me llevé el dedo índice a los labios en señal de silencio.
Con eso, ella pareció entender mi intención y se calló
rápidamente.
―Oye, ¿a dónde deberíamos ir
ahora?
―Bueno~
La alegre conversación entre las dos llegó a mis oídos, y
cada vez estaban más cerca.
Probablemente no nos detectarían con sólo una breve mirada.
Sin embargo, ese sólo sería el caso si no necesitaran usar
la máquina expendedora.
Por mucho que estuviéramos escondidos detrás de ella,
quedaríamos al descubierto si se acercaban por delante.
―Oye, ¿qué tal si nos tomamos
un descanso? ¿Quieres algo de beber?
Por lo visto, Satou sugirió el peor resultado posible.
―Hm...
Kei dudó.
Si nos encuentran después, habernos escondido sería
contraproducente.
Estar muy juntos con alguien del sexo opuesto en el
estrecho espacio entre las máquinas expendedoras.
Sería difícil inventar una excusa de que no pasaba nada.
―Sí, tal vez deberíamos tomar
un descanso por un tiempo.
―Es una buena idea. Después de
todo, te estás recuperando de una enfermedad.
Estaba preparado para lo peor, pero por lo visto no tenían
pensado utilizar la máquina expendedora.
Su intención era descansar en el banco cercano en lugar de
utilizar la máquina expendedora.
Sin embargo, eso no significaba que el problema estuviera
resuelto.
Solo había una salida, y mientras Kei y Satou estuvieran
sentadas en el banco, no podríamos irnos.
―Gracias. Siento haberte hecho
preocupar.
―No, no es para tanto. Quiero
decir, ayudarnos unos a otros cuando nos enfermamos es normal, ¿verdad?
―Sí, si alguna vez sufres un
colapso, cuidaré de ti, Maya-chan.
―Gracias. Te lo agradecería.
―Siento que siempre me apoyas.
―¿En serio?
―¿Recuerdas cuando no éramos
tan amigas como ahora y te enfrentaste a mí por Kiyotaka? Ya sabes, justo
después de convertirnos en estudiantes de segundo año.
―Creo que dije algo así como:
'¿Cuándo empezó a gustarte Ayanokouji-kun, Karuizawa-san? Responde sin esquivar
la pregunta...' o algo así.
Mientras se sonrojaba y se sentía avergonzada por rememorar
aquello, Satou se cubrió la cara con las manos.
―Sí, eso es. Diste en el clavo
y no me dejaste escapar.
Las dos hablaban con voz normal, pero su conversación era
claramente audible en la silenciosa zona.
Yamamura me miró en silencio.
Levanté ligeramente una mano en señal de disculpa por
haberla hecho presenciar algo que no quería oír.
No había necesidad de obligarla a escuchar si no quería.
Aunque hubiera sido un poco difícil, si se tapaba los oídos
con ambas manos, no lo oiría.
Sin embargo, sorprendentemente, Yamamura parecía estar disfrutando.
En una especie de "no me molesta", escuchó en
silencio la conversación.
Yamamura debía ser responsable de recopilar información
sobre alguien a instancias de Sakayanagi todos los días.
De ser así, escuchar a escondidas sería una rutina diaria.
Una o dos misiones furtivas podrían ser divertidas, como
jugar a los detectives para todo el mundo, pero no había mucha gente que no se
sintiera culpable por escuchar a escondidas conversaciones que no quería oír.
Pensé que Yamamura también estaría harta de su papel, pero
aparentemente no era así.
Con su habilidad natural para pasar desapercibida, se
sentía muy cómoda en esta situación.
Ambas hablaron durante un rato, pero finalmente, la pausa
llegó a su fin.
―¿Nos vamos ya?
―¿Estás bien ahora?
―Sí. Es la primera vez que
salgo en mucho tiempo, así que sería un desperdicio no divertirme.
―De acuerdo. Pero, asegúrate
de reconciliarte con Ayanokouji-kun, ¿de acuerdo?
―S-sí. ¡Haré lo que pueda...!
Esas fueron las últimas palabras que escuché de ellas mientras
se alejaban lentamente.
En momentos como este, existía el temor de que ambas
regresaran inesperadamente o miraran hacia atrás. Pensé que debía decirle a
Yamamura que se quedara un rato, pero antes de que hiciera ningún movimiento,
Yamamura me detuvo silenciosamente con la mano.
Al parecer, pensó que era suficiente, y se movió casi
simultáneamente conmigo.
―Se fueron, creo.
―Sí.
Primero, Yamamura salió de detrás de la máquina expendedora
y comprobó los alrededores, asegurándose de que no había problemas antes de
hacerme una señal para que yo hiciera lo mismo.
―Eres bastante eficiente,
¿verdad?
―... ¿En serio? Es lo que
siempre hago...
Después de aclararse suavemente la garganta, Yamamura dijo
algo inesperado.
―¿Te reconciliarás debidamente
con Karuizawa-san?
―¿Por qué dices algo como Satou?
―Sólo tenía curiosidad. Ella
es tu novia, ¿verdad? No sabía que ustedes dos estaban peleados.
―Así que incluso los
especialistas en recolección de información tienen cosas que no saben.
―¿Me estás tomando el pelo?
―Mira quién habla.
Al decir eso, Yamamura se mostró sorprendida por un
momento, pero luego relajó ligeramente las comisuras de los labios.
―Eres una persona extraña, Ayanokouji-kun.
Me resulta extraño.
―Me lo dicen mucho.
―¿Es eso cierto? ¿O es una
broma?
―Quién sabe.
Aunque seguía dubitativa, la forma tranquila de hablar de
Yamamura era fácil de entender y no resultaba desagradable. Quizá se debía a
que tenía elementos que coincidían conmigo, como su tensión constantemente
baja.
―Por cierto... ¿qué pasa con
la pregunta que te hice antes?
―¿No lo habrás olvidado?
―La recuerdo claramente.
Sorprendentemente, Yamamura tenía un lado bastante
prepotente, o quizá se había eliminado uno de los muros que nos separaban.
―Me reconciliaré con ella como
es debido. Ya está planeado.
―Me alegra oír eso.
A pesar de no tener nada que ver con el asunto ni ninguna
conexión con Karuizawa, se la veía feliz.
―No tienes que informar de
esto a Sakayanagi.
―No puedo prometer eso.
―Qué dura.
Después de tomar aliento, Yamamura sacó su celular y miró
la pantalla oscura. Después de dudar un poco, se volteó para mirarme.
―Sobre el incidente de antes
con Ryuuen-kun... La verdad es que todavía no lo he reportado.
―¿Se trata de encontrarlo?
―Sí... Me disculpo por mentir.
Sólo quería que te fueras a casa lo antes posible...
―Ya veo.
―Entiendo que tengo que
informar. Pero... Quizá tenga miedo de que me dejen fuera. Como alguien sin
ningún otro mérito, eso era lo único en lo que era buena.... Si queda claro que
ni siquiera puedo hacer eso... soy inútil para la clase.
No se trataba de capacidad académica o física. Yamamura
simplemente era incapaz de reconocer su propia autoestima.
―No me importa que me culpes,
pero no es así.
Seguramente fue culpa de Yamamura, pero el hecho de que la
atraparan era importante que Sakayanagi lo supiera para tomar futuras
decisiones. Esto inevitablemente debilitaría su función como espía en el
futuro.
―¿No debería guardar silencio
al respecto...?
―¿Crees en las palabras de Ryuuen?
―Por ahora, aferrarme a eso es
la única forma que tengo de sobrevivir...
―Entiendo cómo te sientes,
pero debes informarlo honestamente.
―Pero hasta que se revele,
puedo mantener la situación actual. Realmente podría guardar silencio. Ryuuen-kun
puede ser expulsado por Sakayanagi-san, y todo puede ser escondido bajo la
alfombra... Yo no sé.
Posponiendo la exposición de su fracaso. Imaginando una
elección para salvarse sin fundamentos.
―Esa es la peor elección. Ryuuen
sólo se está aprovechando de las grietas de tu corazón, y si es necesario,
definitivamente expondrá este hecho. Aunque logres expulsarlo, existe el riesgo
de que te deje un regalo de despedida.
Para Ryuuen, los resultados de encontrar a Yamamura no eran
tan grandes. Sin embargo, si no informaba que Yamamura había sido descubierta,
podría usar esa información para idear una estrategia.
No sólo terminaría con su destitución.
―No te dejes utilizar tan
fácilmente.
―Pero...
―No quiero que te expulsen.
Por favor, toma esto como un consejo por esa razón.
―¿Por qué? No tengo ninguna
relación contigo.
―Estábamos en el mismo grupo
en el viaje escolar. ¿No es eso suficiente relación?
―...Yo soy...
Yamamura apretó ambas manos con fuerza y se las acercó a
los ojos.
Luego, cuando abrió bien los ojos, sacó su celular y tecleó
un mensaje.
[Fui atrapada por Ryuuen-kun y Katsuragi-kun. Te contaré
los detalles por llamada'].
Después de mostrarme el texto, se lo envió a Sakayanagi.
―Pensé que podría huir de
nuevo si dudaba.
Elegió una forma de cortar el camino de retirada informando
en el acto.
―¡Ah, umm, voy a... retirarme
ahora...!
Habiéndose dado cuenta de repente de su situación, Yamamura
se apresuró a pronunciar esas palabras.
―Resultó ser más fácil hablar
con ella de lo que había imaginado.
Esa fue mi impresión inmediata de Yamamura tras separarme
de ella.
Yo mismo se lo dije, pero sinceramente no quería que la
expulsaran.
Sakayanagi quizá no castigaría a Yamamura por quedar
expuesta, pero sería mejor vigilar la situación, por si acaso.
―Ah, cierto... al menos
debería informar a Horikita.
Hacer una llamada sería un fastidio, así que lo mejor sería
resumir los asuntos clave y enviar un mensaje.
Además, Kei y Satou están disfrutando en el centro
comercial Keyaki. Debería salir para no encontrarme con ellos y causarles
problemas.
Por lo tanto, decidí salir del centro comercial.
PARTE 5
Por la noche, realicé la ceremonia de desembalar los
productos que llegaron de mi compra online.
Conseguí una máquina para hacer yogur por 3.000 yenes.
Hojeé el delgado manual de instrucciones y aprendí a
utilizar la máquina. Por fin estaba en mi poder.
Terminé lo que tenía que hacer y compré los ingredientes
necesarios: leche y yogur.
―Muy bien, vamos a hacerlo.
No había pensado mucho en ello, pero hacer yogur era
increíblemente sencillo.
Primero, saqué 100 ml de un cartón de leche de un litro.
Podía beberme la leche que sacaba o usarla para cocinar. Esta vez, decidí
bebérmela.
Después, añadí 100 gramos de yogur al espacio vacío del
cartón.
Ahora, el cartón de leche tenía una proporción de 9:1 de
leche por yogur. Todo lo que tenía que hacer era ponerlo en la máquina.
El temporizador estaba programado para 9 horas, así que una
vez transcurrido el tiempo, toda la leche del interior del cartón se
convertiría en yogur.
Uno podría argumentar que es mejor comprar el yogur de la
forma habitual, pero el verdadero valor estaba en hacer esto para el siguiente
lote y a largo plazo.
A la mañana siguiente, me comería los 1.000 gramos de yogur
que había hecho, pero lo importante era ahorrar 100 gramos.
Al comprar sólo leche y mezclarla, podía seguir
"sembrando" más yogur.
El poder de los lactobacilos era asombroso.
Pude sentirlo cuando empecé a elaborarlo, aunque conocía su
función en teoría.
Pero acababa de encender el interruptor, así que ¿qué podía
decir?
Por supuesto, si pudiera hacerlo indefinidamente, no sería
una molestia.
La leche era fermentada por lactobacilos para convertirse
en yogur, pero era inevitable que los lactobacilos se debilitaran con el
tiempo.
Como consecuencia, la solidificación se debilitaba, por lo
que, para evitarlo, se necesitaba más tiempo de fermentación. Se perdía la
fuerza de las bacterias iniciales.
Tenía previsto ser prudente con la higiene al empezar, pero
había factores inevitables, como las bacterias del aire, que debilitaban el
trabajo de los lactobacilos.
Al final, para obtener mejores resultados, debería terminar
con tres o cuatro lotes como máximo.
Tendría que ganar experiencia haciendo yogur y
acostumbrarme.
Eso era parte de la diversión de hacer mi propio yogur.
Cuando puse el cronómetro, se acercaban las 9 de la noche.
Esto significaba que estaría listo a las 6 de la mañana.
―Bueno, entonces.
Agarré mi teléfono, que se estaba cargando sobre la cama.
Ya era hora de contactar con Kei, o eso creía...
Intenté llamar a Kei desde mi historial de llamadas, pero
en su lugar sonó mi teléfono.
Por un momento pensé que Kei se había impacientado y me
había llamado, pero no lo parecía.
―¿Hola?
―Errr- H-hi, buenas tardes.
―No es habitual que llames, Satou.
Recordé haber intercambiado información de contacto con
ella hace mucho tiempo, después del festival deportivo del año pasado.
―Um, bueno, hay algo que realmente
quiero confirmar contigo.
―¿Qué es?
―...Es sobre Kei-chan.
Como mejor amiga, podía entender por qué estaba preocupada.
Quizás quería averiguar las emociones que yo tenía sin
decírselo a Kei.
―¿Sobre Kei? ¿Qué quieres
decir?
A propósito, decidí no responder directamente y en su lugar
lancé una bola curva.
―Se pelearon estos días...
¿no?
―¿Oíste eso?
―Bueno, supongo. Es más como:
'Me lo imaginaba por el flujo de la conversación'.
En lugar de decir que le pidieron consejo explícitamente,
afirmó haber notado algo anormal mientras hablaba con Kei.
―Es casi fin de año... Van a
reconciliarse, ¿verdad?
Más que dudar de si nos veríamos, le preocupaba lo que
pasaría cuando nos viéramos.
Sintiendo la inquietud, debía de estar actuando preocupada
por el bienestar de Kei.
Puede que no pensara en el impacto que tendría esta llamada
en la otra persona, pero por el momento, quería apreciar los sentimientos que
albergaba hacia su mejor amiga.
―Estaba a punto de ponerme en
contacto con Kei por lo de la promesa.
―¿Es así? Eso significa... que
vas a reconciliarte con ella, ¿verdad?
―Por supuesto, ese es el plan. A menos que Kei tenga otros planes y no pueda venir.
Aunque habíamos concertado una cita previa, ella no la
había confirmado en modo alguno.
Era natural que no pudiera forzar un encuentro imponiendo
sólo su conveniencia.
Por supuesto, como no había recibido ninguna información
que afirmara lo contrario, creía que no debía haber ningún problema para
cumplir la promesa.
Al otro lado del teléfono, Satou tragó saliva. Una voz
insonora llegó débilmente a mis oídos.
―¡Me alegro! Sí, ¡qué bien!
Estoy molestando, ¡así que cuelgo ya!
Decidiendo que cualquier conversación adicional sólo
pondría a Kei más ansiosa, intentó colgar.
―Espera un momento. Hay algo
que quiero decirte.
―¿Qué cosa?
Satou se puso alegre tras saber que contactaría con Kei más
tarde.
Ser capaz de apoyar a alguien mientras pone sus
sentimientos y a sí misma en segundo lugar era un signo de un corazón
genuinamente fuerte.
Por eso podía ahondar un poco más en el asunto.
―Por supuesto, como novio, se
supone que debo proteger a Kei. Pero eso no es suficiente.
―¿Qué quieres decir?
―Nunca se sabe cuándo, ni
dónde, ni qué tipo de problemas surgirán. No se trata sólo de amor, ¿verdad?
Pueden surgir problemas por amistades enredadas, y existe el riesgo de
expulsión debido a las reglas únicas de la escuela. Igual que te sentiste
incómoda con Kei y conmigo, las relaciones humanas pueden romperse en cualquier
momento y lugar. Aunque te sientas absolutamente seguro, puede cambiar a
inseguridad en el momento en que aparezca una grieta.
―Eso es...
También para Satou sería un hecho innegable.
Cuando Satou reconoció la relación entre Kei y yo, debió
sentirse aliviada al mismo tiempo.
Ayanokouji protegería a Kei y la apreciaría-ella debe haber
tenido ese tipo de confianza infundada.
Sin embargo, entró en pánico ante una situación inesperada
y se sintió ansiosa.
Por eso, a pesar de los riesgos, hizo esta llamada.
―Tenías que apoyarla como
amiga, no, como mejor amiga. Por supuesto, esto se basaba en la premisa de que
reconociste a Kei como tal.
―¡Eso es obvio!
Sin un momento de retraso, Satou declaró que protegería a
Kei.
―Entonces eso está bien. Pero
a cambio, también te garantizaré lo contrario.
―... ¿Lo contrario?
―Si no puedes proteger a Kei,
yo protegeré a Kei.
―¿Puedo confiar en ti...?
¿Está bien?
―Por supuesto.
Nuestras verdaderas intenciones, esencia y sentimientos
reales no importaban.
Era mejor hacer que Satou pensara de esa manera, hacer un
contrato invisible.
Aunque yo abandonara a Kei, las posibilidades de que Satou
continuara devotamente su ayuda aumentarían.
Si Satou fuera expulsada o algo así, no habría manera de
que ella supiera si yo seguía protegiendo a Kei después. No habría rencor
aunque me retractara de mi promesa.
Sin embargo, Kei tenía actualmente un papel importante que
desempeñar en el mantenimiento de la clase de Horikita.
―Hoy, Kei me dijo que quería
reunirse contigo. Quería darte las gracias.
―Ah, ya veo.
―Gracias.
―No, no hace falta que me des
las gracias. Si ustedes dos se llevan bien, es todo lo que necesito.
―De acuerdo. Entonces, por
favor, escucha el informe de mañana por parte de Kei.
―Me prepararé para la historia
de amor.
Después de terminar la llamada, sentí un sutil cambio en
mis emociones dentro de la habitación vacía.
Manipular a otros con mis propias palabras.
Eso es, para mí, clasificado como comportamiento
"divertido".
No importaba si las palabras eran verdaderas o falsas.
El hecho es que incluso encontraba 'divertidos' los
intentos de los demás por manipularme.
Hasta quería aceptar que me engañaran sin saberlo.
Conocer y aprender de la gente. Que me enseñen.
Mucha más gente... o quizás, más grandes y desconocidos,
gigantescos oponentes.
Si pudiera controlar y dominar a esas personas, no podía
evitar pensar que sería todavía más divertido.
Pero aun así, Satou había mejorado sus habilidades poco a
poco.
Incluso en una sola llamada, pude ver su crecimiento.
―Bueno...
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