FUGA DE LA PRISIÓN
Dos guardias con grandes espadas patrullaban el calabozo. Doblaron una esquina y se dirigían a la sección de los condenados a muerte cuando unos presos gritaron desde el interior.
—¡Oye! ¡Oye! ¡El demonio serpiente se escapó! El demonio serpiente huyó.
Los dos guardias se miraron asombrados. El demonio serpiente había sido condenado a muerte por el propio señor, si lo perdían, el castigo sería severo.
Inmediatamente entraron corriendo. El corredor de la muerte constaba de dos celdas enfrentadas, en una de las cuales había tres personas. El discípulo del Gran Maestro seguía durmiendo en un rincón, mientras que los otros dos tenían caras llenas de ansiedad. Lu Jinyan maldijo:
—¡Estos malditos demonios son tan astutos!
El demonio zorro señaló la celda opuesta y gritó:
—¡Rápido! ¡Vayan tras él! Ese demonio serpiente cavó un agujero en el suelo y huyó.
Los guardias corrieron a la otra celda -- ¡efectivamente, no había demonio serpiente! Entraron en pánico.
—¿Cavó un agujero en el suelo?
—¡Sí! ¡Esa esquina! ¡Allí! Todavía se ve algo de luz! —Aji señaló la esquina y gritó ansiosamente—. ¡No podemos dejar escapar a ese demonio serpiente! ¡Atrápenlo! Se supone que tenemos que morir juntos.
Uno de los guardias sacó una llave y abrió la puerta de la celda para investigar.
En el momento en que abrió la puerta, una cola de serpiente rodó sobre su cuello desde el techo y lo lanzó contra la pared, dejándolo inconsciente. A continuación, el cuerpo del demonio serpiente se dirigió hacia el otro guardia como un rayo y le rodeó la boca y la cara. Las fauces de la serpiente se abrieron hasta alcanzar un tamaño aterrador y se cernieron sobre la cabeza del guardia, como si fuera a tragárselo entero.
¡Pum! Un cubito de hielo golpeó al demonio serpiente en la cabeza, seguido del reproche de Aji:
—¿Todavía quieres comerte a la gente? Solo inutilízalo y ven a abrir nuestra puerta.
Aji no podía usar el poder mágico dentro de la celda de hierro negro, así que el cubito de hielo no causo ningún daño real. El demonio serpiente se dio la vuelta y miró a los tres que seguían encerrados entre rejas. Esbozó una sonrisa malvada a Lu Jinyan, liberó al guardia inconsciente y cogió la llave.
Observaron cómo el demonio serpiente colgaba la llave en la puerta de la celda opuesta a ellos.
La cara de Lu Jinyan se puso verde.
—¿Qué carajo estás haciendo?
El demonio serpiente levantó la barbilla en señal de satisfacción, retorció la cola y se escabulló.
Lu Jinyan estaba furioso.
—¡Vuelve! ¡Hijo de puta! ¡Hijo de puta! ¡Vuelve!
Comparado con Lu Jinyan, Aji parecía muy calmada.
—Ve a despertar a ese discípulo de la casa del Gran Maestro. Si no se despierta, cárgalo.
—¡Cargar con mi culo! ¡Ese demonio serpiente se fue solo! ¡Colgando la llave por ahí! ¿Puedes agarrarla? ¿Puedes agarrarla? ¡Hijo de puta! ¡Te dije que no se puede confiar en estos demonios! ¡Son todos unos putos mentirosos!
Su actitud no disgustó en absoluto a Aji. Ella se frotó suavemente la oreja afligida por su voz atronadora y dijo:
—Volverá —Lo miró con calma—. Levanta a Ji Ning.
Lu Jinyan sintió de repente que su rabia era infantil e inútil frente a la compostura de Aji.
Se rascó la cabeza, caminó hacia la parte de atrás como le habían dicho y le dio unas palmaditas en la cara a Ji Ning.
—¿Niño? ¡Niño! ¡Corremos por nuestras vidas, levántate!
Los párpados fuertemente cerrados de Ji Ning temblaron, entonces un crujido vino de fuera de la celda. Era el demonio serpiente regresando. Por como sonaba, ahora estaba en un estado mucho más agitado que cuando se fue.
Lu Jinyan levantó al flácido Ji Ning y se quedó impresionado por Aji.
—¡Eh, tenías razón! —Lu Jinyan se rió entonces del demonio serpiente—. ¿Correr? ¿Por qué no corres?
Aji también se cruzó de brazos y vio como el demonio serpiente agarraba obedientemente la llave y abría la puerta.
—¡Rápido! Deprisa, ¡hay tanta gente!
El sonido de pasos rápidos llegó desde la esquina de la mazmorra mientras Lu Jinyan medio sacaba a Ji Ning de la celda. El demonio serpiente había atraído a una gran multitud.
Lu Jinyan apretó los dientes con rabia y miró al demonio serpiente.
—¡Hijo de puta, tenías que ir primero!
—Hubiera sido lo mismo si ustedes hubieran ido primero —El demonio serpiente también estaba estresado—. Esta mazmorra está llena de carceleros y guardias. Salir de la celda no sirve de nada. ¡Fuimos demasiado ingenuos! Ahora que saben de nuestra fuga, es probable que no lo consigamos.
Lu Jinyan miró a Aji detrás de él.
—¿Qué hacemos? Tienes muchas ideas, ¡piensa en algo!
Aji salió de la celda y miró al demonio serpiente.
—Te dije que cooperaras con nosotros. Nosotros te ayudamos a abrir tu puerta y tú abres la nuestra. Nunca dije que pudieras salir tú solo.
El demonio serpiente soltó una risita:
—¿Qué? ¿Crees que los tres pueden salir luchando?
Aji se rió.
—Los tres no. Yo sola puedo hacerlo.
Invocó su poder demoníaco y un gas negro llenó el aire. Lu Jinyan y el demonio serpiente la miraron sorprendidos.
En ese momento, un guardia cargó contra la nube negra con su gran espada. Pero fue como golpear acero macizo. Con un fuerte estruendo, la hoja se curvó y se rompió.
Entonces, la nube negra se agitó y lanzó al guardia hacia atrás, cayendo sobre otros que se acercaban por detrás. Todos cayeron amontonados.
La nube negra y gaseosa que rodeaba a Aji se agitó y gradualmente se convirtió en tres colas detrás de ella.
El disfraz masculino era su tercera cara, lo que le daba el poder de las tres colas, pero Aji sabía que era suficiente para enfrentarse a esos guardias de la prisión.
Lin Haoqing le había dicho antes que era muy poderosa, pero Aji no sabía exactamente cómo de poderosa. Después de luchar contra el hombre corpulento con un hacha en el arroyo de la montaña, supo que podía enfrentarse a diez demonios con su cuerpo actual.
Cuando se vio atrapada por el oryoki, fue porque la había tomado por sorpresa. Y después, fue el repentino dolor de cabeza que sintió al enfrentarse a aquel monje lo que pudo con ella. Si no, no habrían podido capturarla tan fácilmente...
—Vamos —dijo Aji.
Pero tanto el demonio serpiente como Lu Jinyan se quedaron mirándola.
—Chico, ¿eres así de poderoso? —Dijo Lu Jinyan un poco sorprendido.
El demonio serpiente también parpadeó un momento y dijo:
—Si tienes esta clase de poder, ¿por qué no luchas hasta llegar a la sala principal, matas al jiaoren y te conviertes tú mismo en el Señor del Norte?
—¿Ustedes han luchado con él antes? —Sacudieron la cabeza, y Aji se rió—. Entonces, ¿cómo saben que puedo vencerlo? No quiero morir. No me quedaré en el norte, tomemos caminos separados cuando salgamos. Aún tengo que volver al sur.
...
Con Aji al frente, salieron gloriosamente de la mazmorra antes de que pudieran llegar refuerzos.
Todo el camino hacia el bosque de las Tierras del Norte. Aji recogió sus colas y agarró a Ji Ning que todavía tenía la cara llena de confusión por haberse despertado en medio de su carrera.
—Nos separaremos aquí, será demasiado llamativo si permanecemos juntos. Ustedes seguramente ya no pueden quedarse en el norte. Si no tienen otro lugar a donde ir, pueden dirigirse al sur y esperarme en la pequeña aldea junto al Valle Demonio. Podemos hacer planes allí.
Lu Jinyan juntó las manos y le hizo una reverencia:
—Nunca olvidaré tu ayuda de hoy. Eres diferente a los demás demonios. Yo, Lu Jinyan, te recordaré.
El demonio serpiente miró mal a Lu Jinyan y le dijo a Aji:
—Escapar del calabozo sólo nos salva de la ejecución dentro de dos días. Tampoco hay mucho que esperar en el mundo humano. Sólo podemos esperar vivir día a día. Hermanito demonio zorro, recuerda lo que dijiste en la mazmorra, no uses tu gran poder sin la debida consideración. Cuídate, y adiós.
Aji asintió.
—Hemos sido señalados por el Señor del Norte para ser ejecutados, así que ten cuidado. Los caminos hacia el sur estarán fuertemente patrullados en los próximos días, escóndete un tiempo y luego márchate.
Los dos le agradecieron una vez más y se fueron. Aji se volteó hacia Ji Ning y le dijo:
—Ven conmigo. Puedes encontrar tu propio camino después de que salgamos del norte.
Ji Ning asintió con la cabeza, como si aún no se hubiera dado cuenta de lo que había pasado.
Caminaron más hacia el norte, adentrándose en el bosque. Ella creía que por el momento sería más fácil subir a las montañas nevadas que intentar dirigirse hacia el sur.
Caminaron lentamente entre los árboles y charlaron por el camino. Aji pensó que pronto saldrían del bosque, pero unas horas después, aún no había señales del final. Cuanto más se adentraban, más frío hacía.
Los árboles de alrededor empezaron a congelarse, incluso los troncos.
Ji Ning empezó a tener problemas para soportar la temperatura extrema.
Aji le dio su túnica exterior y encendió un pequeño fuego de zorro en la palma de su mano. Pero a medida que el aire se enfriaba más y más, el fuego ya no era suficiente para mantenerlos calientes. La temperatura había bajado tanto que hasta las pestañas de Ji Ning se congelaron.
Esta parte del bosque era extrañamente mucho más fría que cualquier otra, y eso hizo reflexionar a Aji. Tal vez era obra de un poderoso demonio, o algún tipo de formación mágica... De cualquier forma, probablemente no era algo bueno para ellos.
Aji estaba a punto de decirle a Ji Ning que diera la vuelta y regresara cuando un claro se abrió de repente frente a ellos. No era una salida, sino un plano helado rodeado por un circulo de arboles blancos que habian sido completamente congelados.
La llanura estaba cubierta de picos de hielo de diferentes alturas que sobresalían del suelo, áspero y desigual. Nadie en su sano juicio se atrevería a pisarlos.
Ji Ning se escondió detrás de Aji y le preguntó nervioso:
—¿Volvemos? Este lugar parece tan extraño...
Aji asintió y estaba a punto de darse la vuelta, pero por alguna razón, se puso de puntillas y miró dentro.
—Espera —dijo—. Espera aquí un momento.
Dibujó un círculo de fuego de zorro alrededor de Ji Ning, envolviéndolo y calentándolo. Luego se metió en los pinchos de hielo.
—Aji... —Ji Ning gritó en un susurro, sin atreverse a levantar la voz.
Se puso de puntillas y se acercó con cuidado al centro del piso.
Pronto se fijó en unas telas negras bordadas con dibujos oscuros vagamente visibles bajo las gruesas formaciones heladas. Un paso después, vio unos cabellos plateados. Mientras avanzaba un poco mas...
Aji finalmente se dio cuenta de que era una persona la que yacía bajo el hielo.
¿Quién era? ¿Por qué yacía aquí? ¿Estaba sellado? Pero no sintió ningún aura mágica...
Casi parecía como si esa persona se hubiera quedado dormida aquí... y luego la hubieran cubierto el hielo y la nieve.
¿Aún estaba vivo?
Aji se agacho y uso el fuego del zorro para derretir algunos pinchos. Se convirtieron en agua y pronto volvieron a congelarse. No pretendía derretirlas del todo, sólo necesitaba un punto de apoyo.
Se sentó sobre sus rodillas y se inclinó para examinar a la persona. El hielo que se interponía entre ellos fragmentaba su rostro y dificultaba verlo con claridad, pero sólo por los contornos, podía decir que era extremadamente hermoso...
Y ese pelo plateado tan largo... era un hombre o una mujer...
—Aji... —Ji Ning la vio desplomarse y la llamó con cierta preocupación—. Aji... qué estás mirando, vamos... ¿Aji?
Aji se sentó y le dijo a Ji Ning,
—Espera un minuto... —Mientras hablaba, el hielo bajo ella tembló de repente. La vibración no era fuerte, pero era muy evidente. Ella miro hacia abajo y vio un par de ojos azules como el hielo abiertos.
Aji se quedó helada.
Cuando sus ojos se encontraron, su mundo se volvió abruptamente silencioso y quieto, y cada latido de su corazón le susurró al oído: "Changyi... Changyi... "
Ésas fueron las primeras palabras que se le ocurrieron.
Como un suspiro que sale de lo más profundo de su alma...
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