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Bueno, después de 7 años terminamos Gamers!, hace poco también terminamos Sevens. Con esto nos quedamos solo con Monogatari Series como seri...

The Blue Whisper - Capítulo 87

                                                                          PRUEBA

 

Los tres escaparon de la posada sin atreverse a mirar atrás. Aji y Ji Ning acabaron alojándose en un templo abandonado en la parte norte de la ciudad.

Las Tierras del Norte eran ahora muy diferentes de cuando el jiaoren llegó por primera vez. Se había convertido en una extensa zona de civilización, con la Terraza Demonio en el centro, como un palacio real.

El demonio serpiente era el que llevaba más tiempo aquí, así que, naturalmente, tenía un hogar al que regresar. Lu Jinyan también tenía muchos maestros demonio amigos que estaban encantados de alojarlo. De los cuatro, Aji y Ji Ning eran los únicos que estaban completamente solos.

Tenían miedo de ir con el demonio serpiente, ya que sería más fácil que el jiaoren los encontrara. Tampoco podían volver con Lu Jinyan, ya que esos maestros demonio seguían teniendo muchos prejuicios contra los demonios y los discípulos de la casa del Gran Maestro. Su única opción era el templo en ruinas.

Lu Jinyan les llevó el desayuno a la mañana siguiente. Aji dijo mientras comía:

—Tenemos que ir al sur cuanto antes. No entiendo al jiaoren —Analizó—: Si no nos vamos ahora, quizá nunca podamos hacerlo.

Aji no sabia como se sentía el jiaoren acerca de su yo del pasado, pero obviamente era muy dominante. Si el viera la mas ligera conexión entre ella y la que solía conocer, definitivamente no la dejaría ir.

Tal vez incluso la encarcelaría de por vida...

Ella aún no había visto suficiente de este mundo y no quería ser encarcelada en esta tierra fría y amarga para siempre, sin hacer nada más que mirarlo a la cara.

Aunque esa cara también era muy hermosa. O mejor dicho, la más hermosa que había visto nunca.

—Tienes que irte —aceptó Lu Jinyan—. Pero yo tengo que quedarme en el norte. Aunque el jiaoren no es lo que esperaba, mis amigos están todos aquí, así que no puedo irme.

—Bueno, está bien, entonces esto es un adiós. Ji Ning y yo nos iremos de inmediato —Aji entonces le preguntó a Ji Ning—, ¿Cuáles son tus planes después de dejar el norte?

—¿Yo? —Ji Ning pensó un poco y luego bajó la cabeza y susurró—: Volveré a la casa del Gran Maestro, mi maestro todavía está allí... —Su voz se fue suavizando a medida que hablaba. Temía que Aji lo mirara mal por esta decisión...

Pero Aji sólo asintió y respondió con indiferencia:

—De acuerdo. De camino al sur, te llevaré al puesto más cercano a la capital.

Terminaron su comida y se despidieron de Lu Jinyan, luego se dirigieron a la puerta de la ciudad.

Aji no tardó en darse cuenta de que los seguían dos personas vestidas de negro. Se dio la vuelta y allí estaban. Se giró de nuevo dos pasos después, y allí estaban ellos, también habiendo dado dos pasos. La seguían abiertamente y no intentaban ocultarlo de ninguna manera.

Era lógico. Después de todo, éste era el territorio del jiaoren, podía hacer lo que quisiera. Si quería enviar a dos personas a seguirlos, ¿quién se opondría?

Aji se sintió estresada, pero aún así esperó lo mejor y se dirigió a la puerta. Como era de esperar, en cuanto llegaron a la puerta, las dos personas se adelantaron y les cerraron el paso.

—No se les permite salir de las Tierras del Norte ahora mismo.

Ji Ning estaba un poco nervioso.

—Pero... pero el jiaoren... No, quiero decir... su venerable señor dijo que podíamos irnos.

Aji interrumpió:

—Nos perdonó la vida, nunca dijo que podíamos irnos.

Los dos guardias dijeron al unísono:

—Exacto.

Aji le dio una palmadita en el hombro a Ji Ning para calmarlo, luego miró a los dos guardias.

—De acuerdo, nos quedaremos aquí —Tranquilamente se dio la vuelta. Un carro cargado de heno pasó en ese momento, y Aji lo golpeó con una mano. Una masa de heno voló instantáneamente por los aires, bloqueando la visión de todos. Aji y Ji Ning desaparecieron en medio de la confusión.

Los dos guardias se limpiaron el cuerpo a palmaditas y se separaron persiguiéndolos. Uno corrió hacia el interior de la ciudad, mientras que el otro salió corriendo.

Excepto que Aji no fue muy lejos. Ella y Ji Ning estaban ahora escondidos detrás de un establo junto a la puerta de la ciudad. Antes de que Ji Ning tuviera oportunidad de reaccionar, ella agarró un poco de barro del suelo y se lo pasó por la cara.

—Esto es... Eh... ¡mi ropa!

—¡Silencio! —Aji le arrancó la túnica exterior y luego la envolvió con un trapo que encontró en el suelo—. Tú finges ser un mendigo y yo fingiré ser tu hermana. Nos las arreglaremos para salir de la ciudad.

—¿Mi hermana? —Ji Ning estaba más que confundido—. Como... —Echó un vistazo a Aji y casi salta de asombro—. ¿Tú... tú eres Aji? ¡¿Eres una mujer?!

Aji usaba ahora la cara de su primera cola, una mujer delgada y desnutrida. Incluso la forma de su cuerpo había cambiado por completo.

—Tú, tú, tú...

—Soy un demonio zorro, podemos cambiar de cara. ¿No te has enterado?

 Ji Ning se relajó un poco.

—He oído hablar de ello... Nunca lo he visto...

—Lo has visto ahora. Vamos, levántate —Aji lo puso de pie y lo empujó hacia adelante. Ji Ning preguntó—: ¿Así que originalmente eres hombre o mujer...?

—¿Acaso importa? —Aji le devolvió la mirada y se dio la vuelta justo a tiempo para embestir de cabeza contra el pecho de alguien.

La fresca fragancia que le llegó a la nariz hizo que Aji se estremeciera inmediatamente. Levantó la vista y vio su pelo plateado y sus ojos azules. Otra vez él...

Como estaba en todas partes... ¿Era un jiaoren o un fantasma que la perseguía?

Aji apretó los dientes y agachó la cabeza, intentando fingir que no lo veía y seguir caminando.

Pero, por supuesto, no sería tan fácil. Una lanza de hielo surgió de la nieve fangosa del suelo y apuntó directamente hacia ella. Aji hizo un hechizo con la mano y volvió a su cuerpo masculino.

Respiró hondo y se volteó hacia él.

—Alteza —lo miró a los ojos y le dijo—: Nos trajeron a la fuerza al norte. No hemos cometido ningún crimen, ¿no le parece poco razonable impedirnos marcharnos?

Changyi la observó durante un rato y luego respondió con una pregunta inconexa:

—¿Cuántas caras tienes?

Aji se sobresalto, pero no dejo que se le notara.

—Cuatro —respondió—. Cuatro colas y cuatro caras.

—¿Cuatro? —Los ojos de Changyi se entrecerraron. Una corriente escalofriante se elevó por su costado, y la lanza de hielo flotó en el aire.

El cuerpo de Aji se tensó y tanto su poder demoníaco como su poder espiritual se despertaron instintivamente en autoprotección.

Ji Ning estaba ahora tan asustado que apenas podía mantenerse en pie.

La lanza de hielo flotó brevemente en el aire y luego voló hacia Aji a una velocidad asombrosa.

Con un fuerte estruendo, la lanza atravesó las capas de gas negro y se detuvo a un palmo de la garganta de Aji.

Changyi miró detrás de ella y vio que seguía teniendo sólo cuatro colas.

Aquel golpe había sido con intención de matar y había ocurrido lo bastante rápido como para no darle tiempo a pensar. A menos que quisiera morir, se habría defendido con toda su fuerza.

Pero sólo cuatro colas...

Changyi agitó la mano y la lanza volvió a convertirse en nieve, cayendo al suelo una vez más.

Aji miró a Changyi con el rostro pálido y la respiración agitada, como si estuviera muerta de miedo.

Changyi la miró y se dio la vuelta para marcharse.

—Espera —jadeó Aji y gritó—. ¿Ya podemos irnos?

—No —la rechazó sin vacilar—. Pueden moverse libremente dentro de la ciudad.

—¿Por qué no? —insistió Aji—. Debes tener una razón para detenernos, ¿no?

Changyi se echó ligeramente hacia atrás y dijo:

—Es un discípulo de la casa del Gran Maestro, ¿necesito una razón para detenerlo?

Aji se defendió:

—Él es un discípulo de la casa del Gran Maestro, no yo. Necesitas una razón para detenerme!

Ji Ning entró en pánico un poco más,

—Espera un minuto...

Pero nadie le prestó atención. Changyi dijo:

—Te vieron colaborando con un discípulo de la casa del Gran Maestro. Detenerte es natural.

Luego se alejó como si no le importara seguir discutiendo con ella. En cuanto se fue, varios guardias más se reunieron alrededor del establo. No la detuvieron ni la regañaron, se limitaron a observarla.

Aji miro la espalda cada vez mas apagada de Changyi, luego miro a los guardias que tenia delante. Maldijo en voz baja y se dirigió de nuevo a la posada con Ji Ning, bajo su atenta mirada.

De vuelta en la posada, Ji Ning comentó:

—Para forzar cuántas colas tienes, casi te mata... Este jiaoren es más cruel que el Gran Maestro.

Aji no respondió.

El ataque del jiaoren logro convencer a todos de que quería matarla, incluida ella misma. Lógicamente hablando, si ella era la persona que él estaba tratando de encontrar, entonces ella sería capaz de bloquear ese golpe. Y si ella no era la persona adecuada, entonces no importaba si moría.

Así que la vida y la muerte habían sido realmente una delgada línea en ese momento. Se la jugó y ganó.

—Ya no importa —dijo Aji—. Pensemos en cómo podemos salir.

...

Sobre el lago helado, bajo la luna, un hombre de pelo plateado permanecía en silencio. Unos instantes después, se inclinó y puso la mano sobre el hielo. Un resplandor azul salió de su palma e iluminó muy por debajo de la superficie.

No se movió, pero su mirada atravesó el agua y se posó en una figura en el fondo del lago.

Una mujer sellada en hielo. Sus cejas y pestañas perfectamente conservadas, como si pudiera despertar en cualquier momento.

Como si le hubieran apuñalado en el corazón, Changyi dispersó bruscamente la magia de su mano.

Era la primera vez que venía a ver a Ji Yunhe desde que la selló en el hielo. Cerró los ojos y permaneció de rodillas, tan silencioso como las montañas que lo rodeaban.

Después de que una capa de nieve se hubiera acumulado sobre sus hombros, finalmente susurró:

—Tú no...

No estaba claro cuánto tiempo había pasado. Changyi permaneció inmóvil como una estatua de piedra, dejando que la nieve se deslizara lentamente sobre él y lo sepultara. Entonces, el sonido de unos pasos se acercó desde la distancia.

—Kongming.

—Fui al salón y no te vi allí, así que supuse que estarías aquí. Y aquí estás.

Changyi finalmente se levantó y la nieve cayó de su cuerpo.

—Creía que ibas a tardar en volver del sur.

—Ya tratamos a los niños del camino afectados por el veneno de las heladas, aunque ninguno pudo recuperarse del todo —Kongming sacudió la cabeza y suspiró—. Esta vez Shunde sí que ha despertado la ira de la opinión pública. Cada vez son más los que desertan hacia el norte. Está sacudiendo los cimientos del país, es probable que el reino de Dacheng caiga pronto. Pensé que el norte estaría más ocupado, así que volví.

Changyi asintió y caminó con él por el lago helado.

Kongming dijo:

—En el camino de vuelta, escuché algunas noticias interesantes.

—¿Qué noticias?

—Qing Ji, que abandonó el norte hace un tiempo, en realidad fue al sur, al Valle Demonio.

—¿Valle Demonio? ¿Por qué?

—Quién sabe —dijo Kongming—. La mayoría de los Maestros Demonio se han unido al norte, el resto está vagando por ahí. La casa del Gran Maestro está escasa de mano de obra y no puede mantener la situación bajo control. El Valle Demonio es ahora sólo un marco vacío. Qing Ji, como demonio, se mudó bajo la mirada pública y se instaló allí, je... —Kongming se rió—. Quizá quiera estudiar la formación que la atrapó durante tantos años.

Changyi reflexionó un momento.

—¿Y el Gran Maestro? Lo atrajimos lejos de la capital con Qing Ji, así que es obvio que le da mucha importancia. Ahora con la noticia de que Qing Ji reside dentro del Valle Demonio, ¿por qué no va tras ella?

—La cara de Shunde aún no se ha recuperado del todo, no irá a ninguna parte.

—Sus preferencias son realmente extrañas.

—¿Quién no las tiene? —Kongming miró a Changyi—. Me enteré de que, incluso con la escasez de mano de obra aquí, ¿todavía asignaste a algunas personas para vigilar al demonio zorro que envié de vuelta?

Changyi guardó silencio y no dijo nada.

—¿Porque tiene un ligero parecido con Ji Yunhe?

Changyi miró a Kongming.

—¿Tú también lo crees?

—No hay muchos demonios zorro negro por aquí. Aunque sólo lo vi brevemente, su mirada y su comportamiento realmente me recordaron a ella. Sólo esa descerebrada de Luo Jinsang no se daría cuenta. Pero no necesitas pensar demasiado. Le tomé el pulso, sólo tiene poder demoníaco, no doble pulso. Sólo un demonio zorro ordinario.

—Conoce el arte de la transformación.

—La magia de cambiar la apariencia no puede disfrazar su flujo interno de energía. Changyi, ¿no viniste a confirmar si sigue en el fondo del lago?

Changyi respiró hondo y contempló las lejanas montañas.

        —Sí, está muerta.




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