TE LLEVARÉ A CASA
El local estaba abarrotado de gente, pero no había nadie cerca de Shi Yan.
Así que su voz llegó claramente a los oídos de Zheng Shuyi.
Se quedó confusa durante unos segundos, pues no sabía para qué la llamaría Shi Yan.
¿Necesita algo?
¿Para qué me necesita?
Todos a su alrededor miraron hacia Zheng Shuyi.
He Boming también estiró el cuello con ojos de curiosidad. Luego, pinchó el brazo de Zheng Shuyi.
―Te dijo que fueras allí.
Zheng Shuyi giró la cabeza para mirarlo, parpadeó y una idea brotó repentinamente de su cabeza.
Mientras seguía mirando a He Boming, esa idea crecía rápidamente.
Finalmente, sus ojos se posaron en sus teléfonos con el WeChat abierto.
Hubo un repentino boom en su cabeza, mientras el «retoño» explotaba en fuegos artificiales.
¡Shi! ¡Yan! ¡Incómodo!
¡Está! ¡Celoso!
¡Está! ¡Celoso!
Mientras saltaba feliz en su mente, se alisó el pelo, caminó sobre sus tacones altos y se dirigió lentamente hacia la puerta del backstage.
Cuando estiró la mano y empujó la puerta, su sonrisa se hizo aún más grande.
Se sentía muy feliz. Si no fuera porque había tanta gente aquí, podría literalmente saltar de felicidad en el acto.
La sala interior parecía un mundo completamente distinto.
Las ventanas estaban muy limpias y la luz del sol iluminaba toda la estancia.
Había varios sofás en fila y el suelo estaba cubierto de mullidas alfombras. Alrededor de la mesa había unos cuantos jóvenes, hombres y mujeres, vestidos de etiqueta, con iPads y carpetas en las manos y susurrando entre ellos.
Aparte de sus suaves susurros, no se oía ningún otro ruido en la sala.
Zheng Shuyi alcanzó a Shi Yan y le preguntó:
―¿Qué quieres de mí?.
Shi Yan no habló inmediatamente. Señaló el sofá detrás de Zheng Shuyi.
―Siéntate.
Zheng Shuyi se sentó y lo miró con ojos llenos de expectación.
¡Rápido!
¡Dime que estás celoso!
Shi Yan bajó la cabeza y la miró de soslayo.
Miró a Zheng Shuyi pero siguió sin hablar.
Zheng Shuyi estaba un poco preocupada.
Tenía un orgullo manifiesto en la cara que cualquiera podía notar con sólo mirarla.
―¿Qué ocurre?
―¿Dónde está la reportera que estaba a tu lado? ―Shi Yan levantó la vista y preguntó despreocupadamente.
Zheng Shuyi parpadeó como si no entendiera.
Shi Yan repitió:
―La reportera que vino contigo.
Zheng Shuyi se quedó atónita y sintió que le vibraban las sienes.
Después de comprender lo que Shi Yan quería decir, sus tensos nervios se quebraron.
¿Me llamó para saber algo de Qin Shiyue?
Así que justo ahora...
¿Realmente estaba mirando a Qin Shiyue?
Zheng Shuyi respiró hondo.
Apretó los dientes mientras sonreía:
―Oh, la llamaré para ti.
Al oír sus palabras, Shi Yan enarcó las cejas.
Zheng Shuyi sacó lentamente su teléfono, le dio la espalda a Shi Yan e intentó que sus movimientos parecieran lo más impecables posible.
Temía temblar de rabia.
Sin el WeChat de Qin Shiyue, Zheng Shuyi marcó directamente su número de teléfono.
En ese momento, Qin Shiyue estaba en la cafetería del exterior. Había mucha gente, pero en general, el ambiente era limpio y tranquilo.
Sentada en un taburete alto, llevaba más de media hora jugando con el teléfono sin que nadie la molestara. Se sentía bastante cómoda, no era una mala forma de esperar a que terminara la rueda de prensa.
De repente, Zheng Shuyi llamó.
Los latidos del corazón de Qin Shiyue se aceleraron de repente, e incluso sus dedos se entumecieron.
¿Me va a obligar a volver a la rueda de prensa...?
―Hola.
Zheng Shuyi estaba a punto de hablar, pero cuando las palabras llegaron a su garganta, dudó. Finalmente, respondió:
―Xiao Yue, ¿dónde estás?
―En el café de afuera.
Qin Shiyue hizo una pausa y añadió:
―No me fui, sólo estaba lleno dentro.
―Ah, bien, ¿ya te fuiste?
―¿...?
―Está bien, no importa, no hay necesidad de la molestia extra.
―¿¿...??
―Mhm, bien, descansa bien, ahora cuelgo.
―¿¿¿...???
Zheng Shuyi suspiró suavemente, y cuando se dio la vuelta, mostró una expresión en su cara de "Ves, realmente no puedo evitarlo".
―Sr. Shi, ya se fue.
―¿A dónde se fue? ―preguntó Shi Yan.
Ahhhhhh ¡¿Por qué te importa a dónde se fue?!
―No se encuentra bien y ya se fue a casa ―respondió Zheng Shuyi.
Cuando dijo esto, su expresión fue muy interesante.
En el fondo, estaba enfadada, pero tenía que fingir calma y amabilidad.
Shi Yan miró por la ventana al sol deslumbrante. Entrecerró los ojos y trató de ocultar la sonrisa de su rostro.
―¿ Por qué no se siente bien?
¿¡Qué!?
¿¡Quéééé!?
¿¡¡¡¡¡Quééééééé!!!!!?
¿¡¡Por qué te importa!!?
Zheng Shuyi quería decir que no lo sabía, pero cuanto más lo pensaba, más se enfadaba.
―Dijo que tiene CEOfobia.
―...
―Cuando ve a un importante CEO como tú, se pone nerviosa y le cuesta respirar.
―Opresión en el pecho y dificultad para respirar.
―Nauseas.
―...
Zheng Shuyi levantó la mano, alzó la barbilla y dijo con seguridad:
―Pero yo soy diferente. Cada vez que te veo, en mi corazón florecen flores. Me emociono. Llena de felicidad.
―...
En ese momento, Chen Sheng llamó a la puerta y asomó la cabeza.
―Sr. Shi, la rueda de prensa está a punto de reanudarse.
Shi Yan echó un vistazo a su reloj, y cuando salió, miró a Zheng Shuyi significativamente.
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Pasó más de una hora, y Qin Shiyue aún no había regresado.
Zheng Shuyi no se sorprendió en lo más mínimo.
La única cosa en su mente ahora eran las preguntas que Shi Yan acababa de hacer.
He Boming, que estaba a su lado, intentó hablarle varias veces, pero ella no se dio cuenta de nada. Se quedó con la mirada perdida en su computadora.
Al final de la conferencia de prensa, durante la etapa de la entrevista final.
Todos los periodistas subieron y colocaron sus micrófonos densamente delante del escritorio.
Entre el público, la solitaria figura de Zheng Shuyi apareció muy bruscamente.
Estaba callada, con los ojos caídos y el ceño fruncido, dudando seriamente de la vida.
¿Recibió los guiones de carne de cañón*?
(NT: *carne de cañón son personajes que no tienen ninguna importancia y el/la autor/a pueden descartarlos en cualquier momento)
Se esforzó tanto por seducir a Shi Yan. Puso todo lo que tenía... pero ahora, Qin Shiyue era quien acaparaba su atención.
Cuando volvió a la realidad, se levantó y miró hacia el escritorio.
Shi Yan ya no estaba entre la multitud.
Hacía ya algún tiempo que se había marchado.
Zheng Shuyi permaneció un rato hosca y luego salió con su bolso.
Con la multitud de gente que había frente al podio, no había forma de que se colara.
Así que, en este momento, parecía ser la única persona que abandonaba la rueda de prensa. Las aceras seguían muy vacías.
Debido a esto, Zheng Shuyi vio a Shi Yan a primera vista.
Y estaba de pie justo delante de Qin Shiyue.
El viento helado casi noqueó a Zheng Shuyi.
No esperaba que el destino realmente jugara así con ella.
A plena luz del día, con tantos periodistas, Shi Yan estaba de pie en una plaza tonteando con una mujer.
¿¡Cómo! ¡No! ¡Estás! ¡Avergonzado!?
¿¡Quieres! ¡Tanto! ¡A! ¡Las! ¡Mujeres!?
En la plaza vacía, sopló una ráfaga de viento y la hoja esparcida por el suelo llegó hasta las piernas de ambos.
Zheng Shuyi vio a lo lejos el pelo de Qin Shiyue agitado por el viento y los vio hablando entre ellos.
Al cabo de un rato, los dos terminaron de hablar. Qin Shiyue asintió y se volvió hacia su coche.
Shi Yan no parecía querer mirar su espalda en absoluto mientras se daba la vuelta y se iba en dirección contraria.
Zheng Shuyi estaba de pie en las escaleras, observando la escena.
A lo lejos, Zheng Shuyi no podía ver claramente la expresión de Shi Yan y no sabía qué decir.
Temía que cuando abriera la boca, quisiera preguntarse por qué su vida tenía que ser tan miserable.
Shi Yan dio unos pasos, se detuvo y miró hacia ella.
En cuanto sus miradas se cruzaron, Zheng Shuyi dio media vuelta y se marchó.
Después de todo, seguía siendo embarazoso encontrarse con Shi Yan en ese momento.
El único sonido en la plaza era el de las bocinas de los coches a lo lejos. Incluso se podía oír el sonido del viento soplando sobre un edificio. Por lo tanto, era un ambiente tranquilo.
Pero Zheng Shuyi no oyó ningún paso detrás de ella.
¡¿Shi Yan, se fue?!
Redujo la velocidad y se volteó lentamente.
-Shi Yan no se fue, seguía allí de pie, pero su coche también apareció a su lado de repente.
Estaba apoyado en él. Hombros anchos, piernas largas, y su figura perfectamente delineada por su traje.
Lo único que no parecía tan serio era su mirada. Miraba perezosamente a Zheng Shuyi.
Mierda.
Zheng Shuyi se sintió como si alguien la estuviera cazando.
No, el guión no debería ser así.
Zheng Shuyi apartó la mirada y siguió caminando como si no viera nada.
Mientras caminaba, se preguntaba qué quería decir Shi Yan.
--No se fue, sino que se quedó mirándola, como esperando a que ella se diera la vuelta y regresara primero.
Imposible. ¡En tus sueños!
Pero en cuanto se le ocurrió la idea, se detuvo de repente.
Al final de la calle, ¡había un muro bloqueando!
Delante de ella había un muro, y detrás estaba Shi yan.
Zheng Shuyi se quedó de pie, en blanco e inmóvil.
Al cabo de un rato, por fin oyó pasos detrás de ella.
Entonces, llegó la voz de Shi Yan:
―¿Qué haces aquí?
―...Rezando.
―...
Después de un corto silencio, él continuó de nuevo,
―Me voy.
―Adiós ―dijo ella mientras seguía mirando obstinadamente a la pared.
Hasta que sintió que tiraban de su muñeca.
―Te llevaré a casa.
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