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Bueno, después de 7 años terminamos Gamers!, hace poco también terminamos Sevens. Con esto nos quedamos solo con Monogatari Series como seri...

Accidental Love - Capítulo 24

 ¡ESTA! ¡ES! ¡LA! ¡AMABILIDAD! ¡DE! ¡SHI! ¡YAN!


En el pequeño y acogedor comedor sólo estaba encendida una lámpara de pie. Ella estaba sentada junto a la mesa, mirando los humeantes fideos calientes con langostinos que tenía delante.

De repente, se echó a reír.

La depresión que tenía tras encontrarse con Yue Xingzhou desapareció al instante, sustituida por una alegría incontrolable.

¿Esto es un plato de fideos?

No. ¡Esta! ¡Es! ¡La! ¡Amabilidad! ¡De! ¡Shi! ¡Yan!

Por supuesto, sería perfecto si no hubiera cebollas verdes.

El estómago de Zheng Shuyi gruñó, pero aún así contuvo su hambre y cogió primero las cebollas una a una.

Después de dos bocados, sus manos se detuvieron. Casi se olvida de lo más importante.

De inmediato dejó los palillos y tomó una foto para enviársela a Shi Yan. Zheng Shuyi: Gracias jefe por tu amor.

En el momento de enviarla, Zheng Shuyi pensó de repente en algo e inmediatamente retiró el mensaje para editarlo.

Zheng Shuyi: Gracias jefe por compadecerte de mí.

Zheng Shuyi: Voy a comer ahora~ Zheng Shuyi:

Ya era tan tarde que incluso el viento se fue a dormir. La sala de estudio estaba tan silenciosa como si el flujo del tiempo se hubiera detenido.

--Si el teléfono no estuviera vibrando constantemente.

Shi Yan se apoyó en la mesa, se quitó las gafas, se frotó el puente de la nariz y miró el teléfono.

En la pantalla de bloqueo seguían apareciendo los mensajes de Zheng Shuyi. Levantó el teléfono y abrió la foto.

Bajo la tenue luz, había un mantel a cuadros bajo el cuenco y algunas flores a su lado.

Una mesa femenina normal.

Shi Yan: ¿No te gustan las cebollas verdes?

Zheng Shuyi se quedó atónita un momento. ¿Cómo lo sabe?

Volvió a mirar la foto. Resultaba que por error incluyó también en la foto la servilleta con cebollas verdes que había sacado.

Entonces, otro estallido de alegría.

Después de todo, Shi Yan es una persona cuidadosa y atenta.

Zheng Shuyi: Odio las cebollas verdes.

Zheng Shuyi: Lo dije al pedir, ¿no te diste cuenta?

La otra persona guardó silencio durante un rato. Apareció la etiqueta

«Escribiendo», pero no llegaron más mensajes.

Zheng Shuyi sintió de repente que había vuelto a hacer algo mal.

¿Pensaría Shi Yan de repente en su alto estatus y me obligará a comérmelas?

Zheng Shuyi se echó a reír ante este repentino pensamiento irreal en su mente. Después de ver la respuesta de Shi Yan, sonrió aún más feliz.

Shi Yan: Quisquillosa. Zheng Shuyi: ¿Y qué?

Pensó durante un rato, y en lugar de escribir, comenzó a enviar mensajes de audio en su lugar.

―Mis padres no se preocupan mucho por mí, pero tú lo haces mucho~ No hubo respuesta, así que envió otro.

―¿Antes también te importaba tanto tu ex?

Shi Yan sostuvo el teléfono en una mano y lo miró durante mucho tiempo. Las luces de neón del exterior de la ventana parpadeaban en sus ojos, como emociones tenues y en constante cambio que fluían en su corazón. Pulsó el botón «Hablar».

―¿Por qué? ¿A tu ex no le importaba?

Su voz era tan grave como siempre, y ella tampoco podía oír ninguna emoción. Pero la sonrisa en la cara de Zheng Shuyi desapareció al instante y el tazón de fideos tampoco parecía ya tan apetecible.

Le importaba, claro que le importaba.

Yue Xingzhou se preocupaba mucho por estos detalles, de lo contrario, no la habría cortejado con éxito.

Después de mencionar lo que más molestaba a Zheng Shuyi, crispó las comisuras de los labios y dejó de enviar audios con su voz coqueta. Tecleó

fríamente: Sólo estamos a finales de diciembre, ¿para qué lo mencionas? Shi Yan: ¿Eh?

Zheng Shuyi hizo una mueca.

Zheng Shuyi: Todavía no es el Festival Qingming*.

(NT: * es un día donde las familas va a las tumbas a limpiar y llevar ofrendas, en este caso parece que Zheng Shuyi desearía que Yue Xingzhou estuviera muerto) Después de mucho tiempo.

Shi Yan: Duerme temprano.

La luna creciente pendía en lo alto, moteando las hojas.

Zheng Shuyi se tumbó en la cama y miró al techo. No pudo conciliar el sueño y en su lugar pensó en las palabras de Shi Yan.

Le preguntó si se preocupaba por su ex novia de la misma manera que antes, pero él no le dio una respuesta directa.

Quedarse callado también era un tipo de respuesta.

Por alguna razón, Zheng Shuyi se sintió un poco celosa.

¿De qué estás celosa? se preguntó.

Tal vez era porque estaba celosa de que sus ex novias también pudieran comer la entrega de Nueve Sabores.

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Tardó mucho en dormirse esa noche, así que a la mañana siguiente, Zheng Shuyi casi llegó tarde a su oficina otra vez.

No tuvo tiempo de comprar café. Después de sentarse, buscó a su alrededor y no pudo encontrar el café instantáneo que tenía antes en la mesa. Por eso, le

preguntó a Kong Nan: ―¿Todavía tienes café?

―No ―respondió Kong Nan―, hace tiempo que dejé de tomar café instantáneo.

Zheng Shuyi bostezó:

―Da igual, puedo aguantar un rato.

Cuando dijo esto, Xu Yuling pasó por allí. Llevaba una taza de café americano en la mano.

Xu Yuling se detuvo de repente.

Zheng Shuyi la sintió por detrás y levantó la vista.

Xu Yuling también parecía un poco demacrada hoy. El espeso maquillaje de su cara no conseguía tapar las ojeras. Definitivamente, tampoco había dormido bien anoche.

Zheng Shuyi no se preocupó por ella. El conflicto entre las dos ya era obvio, no había necesidad de saludarla.

En silencio, apartó la mirada y alargó la mano para abrir su laptop.

En ese momento, le pusieron sobre la mesa una taza de café americano caliente. Zheng Shuyi retrocedió un momento y volvió a mirar a Xu Yuling.

Alzó las cejas y dijo:

―Acabo de comprarlo y aún no lo he bebido. Puedes quedártelo. Su tono era tranquilo y su expresión parecía normal, como si las dos fueran colegas y buenas amigas.

Xu Yuling se marchó sin esperar la respuesta de Zheng Shuyi.

Seguía sentada tratando de asimilar lo que había visto cuando Kong Nan también se giró hacia ella. Miró confusa el café y luego a Xu Yuling.

―¿Qué... le pasa? Zheng Shuyi se señaló la nariz:

―¿Tengo cara de saberlo?

Kong Nan volvió a mirar el café y lo levantó. Empezó a examinarlo e incluso lo olió.

―¿Podría ser venenoso...? Zheng Shuyi le siguió la corriente:

―Esto ya no pasa ni en las series de teatro. Estamos en una sociedad moderna regida por la ley, así que no lo creo...

Ambas se miraron pensando por qué había dado el café. Casualmente, Qin Shiyue llegó... tarde otra vez.

Ni siquiera intentó ocultar su somnolencia mientras caminaba, casi como si estuviera a punto de dormirse.

Al pasar por delante de Zheng Shuyi, le llegó a el aroma del café. Se detuvo y preguntó:

―¿Tienes más café?

Tanto Zheng Shuyi como Kong Nan la miraron. Zheng Shuyi sacudió la cabeza y contestó:

―No, éste es el único que queda.

Qin Shiyue bostezó de nuevo, y Kong Nan le tendió de repente el café. «Puedes tomarlo. Prueba si está envenenado».

Zheng Shuyi:?

Qin Shiyue tampoco se lo pensó demasiado, lo aceptó y se fue. Se sentó y tomó un sorbo, para inmediatamente después fruncir el ceño. Tanto Kong Nan como Zheng Shuyi se echaron atrás.

Sin embargo, Qin Shiyue se limitó a mirar el café con detenimiento y dijo: ―Hmm, este café instantáneo está bastante bueno.

Zheng Shuyi: ―...

Kong Nan: ―...

Toda esa mañana, Zheng Shuyi estuvo inmersa en este misterio que trajo Xu Yuling.

Por la tarde, durante la reunión de equipo, Xu Yuling estaba sentada en el asiento de enfrente.

Estaba allí en silencio, ordenando unos papeles impresos que llevaba en la mano. Nada fuera de lo común.

―Muy bien, empieza la reunión.

Tang Yi entró y se sentó. Sintiendo que la iluminación era un poco tenue, le dijo a Zheng Shuyi, que estaba más cerca del interruptor:

―Shuyi, enciende las luces.

Zheng Shuyi iba a decir que sí, pero Xu Yuling ya se había levantado. ―Yo puedo hacerlo.

Dejó las cosas que tenía en la mano y caminó alrededor de la mesa de conferencias para encender las luces detrás de Zheng Shuyi.

Esta vez, hasta Tang Yi echó un par de miradas más a Xu Yuling.

Volvió a su asiento despreocupadamente, como si no percibiera las miradas extrañas de todos.

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En la segunda mitad de la reunión, Tang Yi empezó a organizar nuevos trabajos para todos.

―Será Año Nuevo la semana que viene, así que no tendremos mucho que hacer ahora. Lo más importante probablemente sea el proyecto de salida a la

Bolsa de Mingyu Cloud, que necesita algunos informes de seguimiento. Echó un vistazo a la oficina y dudó un poco.

Mingyu Cloud era un conjunto completo de subempresas de intermediación financiera bajo el control del Banco Mingyu. Los críticos más reputados del sector financiero otorgaron al proyecto una calificación AA, la mejor posible. Esto incluso hizo subir el crédito de la empresa matriz del Banco Mingyu.

En cuanto a su lanzamiento inicial de acciones, debe haber mucha atención mediática de por medio.

¿Quién no querría hacer un reportaje de seguimiento de un acontecimiento tan importante?

Por lo tanto, aparte de Zheng Shuyi, que no parece estar tan interesada, todos los demás en el equipo estaban enseñándole ojos de esperanza a Tang Yi.

Después de mirar a su alrededor, Tang Yi se decidió y finalmente miró a Xu Yuling.

No importaba lo que Xu Yuling hubiera hecho antes, al fin y al cabo era uno de los miembros clave de la editora de la revista. Tang Yi no quería perder a una persona como ella.

―Xu Yuling, puedes hacerlo.

En cuanto dijo esto, todos los demás pudieron adivinar la consideración de Tang Yi y nadie dijo nada.

Xu Yuling abrió la boca y miró a Zheng Shuyi.

-El representante legal de Mingyu Could era Shi Yan.

Después de un segundo, Xu Yuling bajó la mirada y dijo con calma:

―No estoy muy familiarizada con Mingyu, creo que Zheng Shuyi debería ir. ¿Zheng Shuyi?

Levantó la cabeza de repente y miró desconcertada a Xu Yuling. Incluso Tang Yi pensó que había oído mal:

―¿Qué dijiste? Xu Yuling repitió:

―Creo que este proyecto será más adecuado para Zheng Shuyi.

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Tras salir de la sala de reuniones, las pupilas de Kong Nan seguían como si hubieran sufrido un terremoto. Rápidamente tiró de Zheng Shuyi hacia la despensa.

―¿Está bien Xu Yuling?

Después de cada paso, giraba la cabeza para comprobar la expresión de Xu Yuling.

―¡ Mingyu Cloud! ¡Ella no lo quiso! ¿Está loca? ―Quién sabe.

La cabeza de Zheng Shuyi también estaba llena de signos de interrogación. Pero como ya tenía el encargo, no tenía tiempo de averiguar los pensamientos de Xu Yuling.

Para este informe de seguimiento, el entrevistado principal era el director financiero de Mingyu Cloud, Qiu Fu. Después de enviar un correo electrónico y ponerse en contacto con él, Zheng Shuyi tomó su teléfono y envió un mensaje a Shi Yan.

Zheng Shuyi: Pasado mañana iré a tu Mingyu Cloud, ¿estarás allí? Después de mucho tiempo, Shi Yan respondió con una sola palabra: No.

Bien.

Era normal, no podía estar todos los días en su filial. Por la tarde, Zheng Shuyi fue a la sede de Mingyu Cloud.

Tras explicar su intención a la recepción, se dirigió a la sala de espera de clientes para esperar.

En recepción llamaron al despacho del director financiero.

―Hermana Lele, la periodista de “Fiance Weekly” que concertó una cita para ver al señor Qiu esta tarde ha llegado.

―¿Fiance Weekly?

Estas cuatro palabras golpearon un punto sensible de la memoria de Qin Lezhi. Sujetó el teléfono y miró por la ventana:

―¿Qué periodista?

La señora de recepción revisó la hoja de registro de visitantes y contestó:

―Creo que es... ¿Zheng Shuyi? ―De acuerdo.

Tras colgar el teléfono, Qin Lezhi miró hacia la puerta iluminada de la sala de conferencias y sonrió con satisfacción.

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Zheng Shuyi estuvo sentada en la sala de espera durante mucho tiempo, pero nadie vino a informarle de nada.

Lo único que recibió fue mucho café para beber.

Cuando eran casi las cinco, finalmente no pudo esperar más. En recepción tampoco sabían qué pasaba, así que volvió a llamar a la oficina.

―Eh, el caso es que el señor Qiu está un poco ocupado hoy y tiene otras reuniones. Probablemente no estará libre hasta dentro de un rato.

Zheng Shuyi sólo podía seguir esperando.

Después de la quinta taza de café, Zheng Shuyi miró el sol poniente por la ventana. Levantó su taza y tomó una foto contra el sol.

Luego se la envió a Shi Yan.

Zheng Shuyi: El café de aquí es muy bueno.

Zheng Shuyi: Es que después de cinco tazas, estoy a punto de vomitar. Shi Yan:¿...?

Zheng Shuyi: ¿A los Mingyu siempre les gusta hacer esperar a la gente? Zheng Shuyi: Por supuesto que no me refiero a ti, es que es tan aburrido TVT Shi Yan no volvió a contestar.

Zheng Shuyi bajó la taza y se levantó para moverse. Volvió a mirar hacia la recepción, donde seguía sin haber movimiento.

―¿Puede comprobarlo por mí otra vez? Si hoy está muy ocupado, puedo volver mañana.

Dijo mientras se acercaba.

Yi Yan, la joven de recepción, volvió a llamar al despacho del director financiero. Unos segundos después, miró a Zheng Shuyi y le resultó difícil explicárselo.

―Um... que... el señor Qiu tenía algo que hacer y se fue hace ya media hora.

Zheng Shuyi: ―...

Suspiró y justo cuando estaba a punto de darse la vuelta, una mujer salió del ascensor y miró a su alrededor.

―¿Está aquí la señorita Zheng Shuyi? ―preguntó. Zheng Shuyi se detuvo y agitó la mano:

―Estoy aquí. La mujer se acercó:

―Siento haberla hecho esperar tanto. Por favor, acompáñeme arriba, el señor Qiu llegará pronto.

¿Eh?

―¿No se ha ido ya el señor Qiu? ―preguntó Zheng Shuyi.

La mujer asintió. Echó una mirada significativa a Zheng Shuyi y luego apretó los labios un poco nerviosa.

―Sí, pero el señor Qiu ya está regresando. Quince minutos como mucho.





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