Entrada destacada

PETICIONES

Bueno, después de 7 años terminamos Gamers!, hace poco también terminamos Sevens. Con esto nos quedamos solo con Monogatari Series como seri...

Boogiepop 07 Missing - Capítulo 3



 hopper [hápər-hɔ̧́p-]

 

 Significado:

 

Alguien que salta o brinca, o cualquier tipo de máquina que salta. También, saltamontes, insecto del suborden Caelifera. La energía ilimitada y el color verde hierba del saltamontes se consideran un símbolo de la naturaleza o la vitalidad.


1

 

...¿Cuándo fue exactamente?

 

 

Tosuke, a veces no puedo evitar sentir que soy una persona terrible     dijo Kigawa Norisuke con un suspiro después de terminar su helado.

¿De verdad? ¿Has hecho cosas malas? Quiero saberlas. Cuéntamelas preguntó Tosuke a su tutor con patente curiosidad.

Oh, hay muchas cosas. Para empezar, he estado engañando a todo el mundo. Engañando y mintiendo a todos los que me rodean. De todos los empleados que trabajan debajo de mí, ni uno solo sabe qué clase de trabajo es el que les han hecho hacer.

¿Mientes? ¿Pero por qué?

Esa es una buena pregunta... Los ojos de Norisuke parecían distantes. Mi infancia transcurrió al final de una era, así que pasé mi juventud sin saber nunca realmente qué era lo correcto. Seguí luchando, jurando que encontraría la verdad de todo... ¿Y sabes qué? La encontré.

¿Encontraste qué?

La verdad. Aunque, para el mundo en general, no es más que una mentira.

¿...?

He estado mintiendo constantemente a todo el mundo desde entonces, todo por el bien de esta mentira verdadera.

...No tengo ni idea de lo que estás hablando. ¿Qué pasó con lo de contarme las cosas malas? Tosuke estaba un poco molesto. Norisuke sonrió.

Ah, perdona, parece que te he aburrido. Entonces, ¿qué tal si te cuento la vez que conseguí estafar a alguien con cincuenta toneladas de azúcar? Fue cuando el mundo aún era un lugar peligroso. En cuanto a los que tenían la mercancía... bueno, eran unos tacaños.

¡Ajá!

A Tosuke le brillaban los ojos. Estaba profundamente absorto en las historias de guerra del anciano. Las narraciones de Norisuke estaban salpicadas de sus «eeks» y «ahhs», como si él mismo estuviera presenciando esos momentos exactos, y su rostro verde pálido se volvía azul de placer. Era un tipo de rubor increíblemente extraño, pero nadie allí lo habría llamado así.

 

* * * * *

 

...Cosas malas, ¿eh?

Hasta de día, las montañas permanecían sombrías. Árboles nudosos con sus gruesos troncos corrían a lo largo de la ladera, completamente impertérritos ante la escarpada inclinación, y de las enredaderas que se enroscaban a su alrededor colgaban innumerables hojas. Los únicos rastros de luz eran tenues y parecían cubrir el mundo con un velo de seda. Además, apenas había nada que pudiera servir de punto de apoyo. Un sendero era impensable. Aquél era un bosque primigenio que rara vez pisaban los visitantes.

Pero incluso en medio de la oscuridad, se podía ver la piel verde pálida que asomaba entre sus ropas hechas jirones, ahora apenas pegadas al cuerpo. Era verde, pero lo bastante brillante como para no camuflarse con el verde de su entorno. En todo caso, era aún más prominente.

¿Qué hace que algo sea... malo?

murmuró para sus adentros mientras cruzaba la pendiente escarpada que apenas podía llamarse cuesta. Tanteando el camino con las manos, era difícil decir si se estaba arrastrando o siguiendo el rastro de una pared.

De vez en cuando, su desordenado pelo, que le caía hasta los hombros, se enganchaba en una liana, pero él seguía adelante sin intentar apartarla, ignorándola hasta que se desenredaba o era arrancada de raíz. ¿No sentía dolor, o ya no estaba a un nivel que pudiera molestarle? Fuera cual fuera la respuesta, era evidente que ya se había adaptado al lugar.

De vez en cuando, se paraba a mirar a su alrededor, atrapaba un bicho que revoloteaba por el suelo y se metía en la boca el grumo lleno de proteínas. E incluso mientras hacía estas cosas, seguía preguntándose.

Cosas malas, ¿eh?

Siguió caminando con pies inseguros. Habían pasado casi cuatro meses.

En aquel entonces, había protegido a Sonoko de un ataque invisible, aprovechando la confusión posterior para escapar, y había estado viviendo así desde entonces.

Mentiría si dijera que no se sintió conmocionado por su estrepitosa caída en desgracia, pero como en el momento decisivo decidió no ser descubierto, ya que de todos modos no le quedaría ningún lugar adonde ir, más o menos ya lo había asumido. Las heridas que sufrió se curaron enseguida. Él mismo estaba sorprendido. Parecía poseer una extraordinaria fuerza vital que no podía extinguirse. Lejos de matarlo, el golpe ni siquiera lo había dejado inconsciente...

Me pregunto... cuánto sabía Norisuke de todo esto.

Norisuke no había tenido este tipo de poder. Eso estaba claro mirando la figura algo enferma del anciano. Incluso lo había cuidado, y nunca hubo nada en su cuerpo que pudiera haber sugerido inmortalidad.

Tosuke sabía que era diferente de la gente normal, pero la verdad es que nunca pensó que sería tan diferente. Era un trago amargo.

Otros pensamientos también cruzaron su mente. ¿Cuánto tiempo podría seguir así, viviendo escondido en las montañas? ¿Hasta que muriera? O no, tal vez ni siquiera la muerte le sería concedida...

No es que pudiera hacer nada al respecto. Simplemente vivía su vida en una nebulosa.

El helado y la gente que lo disfrutaba parecían tan terriblemente lejanos. Era como una historia de un mundo hecho sólo de sueños. Era imposible que él hubiera estado allí.

No...

Había una persona. Una persona en la que todavía no podía soportar pensar.

Pero no esperaba volver a verla. No debía. Ella le dijo que era problemático para ella estar cerca de él. No podía ir a verla.

.........

Sacudió la cabeza débilmente. Había estado tratando de vivir sin pensar, pero por más que lo intentaba, no podía borrar los pensamientos de su cabeza. Antes de que se diera cuenta, todo tipo de cosas volvían a su mente.

Debería volver al escondite...

Comenzó a dirigirse hacia la cueva en la que vivía, tomando una ruta diferente a la que había tomado. Actuaba por instinto, pero era una técnica que los animales salvajes, como los osos, utilizaban para confundir a sus perseguidores y evitar a los que estaban al acecho. Ese instinto fue el que alertó a su cuerpo con una sacudida en el camino de vuelta.

¡......!

Se aplastó contra una roca y echó los ojos ladera abajo.

En la modesta orilla de un riachuelo, había un hombre. No parecía mirar hacia él en particular. Con una mano sujetaba una especie de tabla y con la otra se movía afanosamente: estaba dibujando.

¿Está dibujando?

Eso parecía, pero era extraño que alguien viniera hasta aquí sin llevar equipo. Aparte del cuaderno de dibujo y los utensilios relacionados, a sus pies sólo había una cesta de picnic.

Me pregunto si vive cerca.

Era posible que viviera en algún tipo de cabaña en el bosque. Pero para que estuviera tan adentrada en el bosque, los árboles de alrededor tendrían que haber sido talados, y tendría que haber un camino despejado para que pasaran los coches. Él no había visto nada parecido.

...¿Quién podía ser?

Su bosquejo parecía captar todo el panorama. Desplazaba constantemente los ojos y movía la mano por el cuaderno de bocetos, cuyas páginas pasaba.

El hombre era rápido. Los movimientos de su mano sugerían una experiencia considerable. Él no había dibujado nunca, pero le pareció que los movimientos de aquel hombre se parecían mucho a los suyos cuando hacía helados.

.........

Se dio cuenta de que se había quedado embelesado con el trabajo de aquel hombre. Sin hacer ruido, se acercó temblorosamente al hombre. Naturalmente, había estado deseando compañía humana.

Al final, no se movió del sitio hasta que se puso el sol y el hombre recogió sus cosas y se marchó. Incluso cuando regresó a su escondite, no podía dejar de pensar en una cosa: ¿quién era ese hombre...?

 

 

Así que, al día siguiente, volvió al mismo lugar. El hombre, como esperaba, seguía dibujando lejos. Y permanecía absorto en su trabajo todo el tiempo, desde la mañana hasta el anochecer. Sus poderes de concentración eran innegablemente brillantes. Y Tosuke, también, continuaba contemplándolo todo el tiempo. Que pudiera alcanzar tal estado podría haber sido toda una hazaña en sí misma, pero la persona en cuestión no era consciente de ese hecho.

Tanto él como el hombre siguieron así durante casi tres días. Mientras observaba, se dio cuenta de que, para tener una compostura tan manifiesta y una técnica tan refinada, el hombre era bastante joven. Alguna vez había conocido a todo tipo de gente, cuando vivía en la sociedad humana, pero le dio la impresión de que aquel hombre no era como ninguno de ellos.

Si pudiera hablar con él...

La idea se le pasó por la cabeza. Pero fue un deseo fugaz.

Si salía a campo abierto con su piel espeluznante, el hombre huiría y no volvería jamás; eso, o empezarían a peinar las montañas para atraparlo. Sí. La gente que había intentado matarlo a él y a Sonoko seguramente lo olfatearían y vendrían a atacarlo.

Así es... Lo juré, nunca más... No con nadie...

Era la verdad irrefutable.

Así que con mirar así era suficiente. Probablemente, lo que el hombre estaba haciendo era un estudio, o un boceto para imaginarse cosas en su cabeza. Una vez que terminara la pieza final, seguro que sería algo maravilloso. Y eso ya era divertido de imaginar.

 

 

Al cuarto día, el hombre no apareció por ninguna parte.

.........

Sabía que ocurriría, pero no pudo evitar sentirse asaltado por una terrible consternación. Se tambaleó hacia el exterior, acercándose incluso al lugar donde el hombre había estado de pie hasta ahora.

Aaah... suspiró, observando el paisaje como había hecho el hombre. Pero desde su punto de vista, aquel paisaje no le inspiraba ningún sentimiento: era simplemente una montaña. No encontraba la belleza que uno desea plasmar en un cuadro ni nada parecido a lo que el hombre había visto.

Aaah...

Se desplomó en el sitio. Mirando desganado a sus pies, vislumbró una sombra en el suelo. Pensando que era una nube, miró hacia arriba, y allí estaba un hombre joven.

.........

Sus ojos se abrieron de par en par mientras miraba fijamente a la figura.

Hola El hombre se inclinó y sonrió. Así que tú eres el que me ha estado observando últimamente.

.........

Tengo que admitir que al principio estaba un poco asustado. Pero ahora me siento aliviado. Realmente sólo me estabas observando dibujar, ¿verdad?

El tono del hombre era increíblemente suave, sin rastro de agitación o miedo.

.........

No pudo responder. Así que el hombre le preguntó.

Si no recuerdo mal, tú eres... Kigawa Tosuke, ¿verdad? Te vi en una revista.

Su cuerpo se tensó con un tic.

¿Qu... quién eres? ¿Por qué no...?

¿Por qué este hombre no le tenía miedo? Y si estaba tras él, ¿cómo es que no lo atacaba?

¿Por qué... no huyes, incluso después de haberme visto?

Porque no tengo motivos para huir de ti. Aunque tengo que agradecerte que te hayas interesado por mi arte.

No, pero eso es...

Eres una persona amable. Lo veo muy claro.

El hombre asintió. No se inmutó.

¿Tú... no piensas que soy raro después de mirarme?

Entonces, eso vale para los dos. Nunca se diría con sólo mirarme, pero por dentro soy un tipo bastante raro El hombre guiñó un ojo con picardía.

...¿Quién eres?

En respuesta, el hombre contestó en voz baja.

Me llamo Asukai Jin.


2

 

--¡Orihata-san! ¡Atención, por favor!

La brusca reprimenda casi hizo que Aya dejara caer su tazón y su cuchara.

¡Lo siento! se disculpó inmediatamente. Pero la instructora, Kusunoki Rei, no tuvo piedad.

Pruebas el producto y luego lo pasas. Ya te lo dije antes, ¿verdad? La eficacia lo es todo en este trabajo dijo, criticándola con dureza. Luego, volviéndose hacia todos, añadió en voz alta: ¡Y eso va también por todos ustedes!

¡Lo siento mucho!

Disculpándose, Aya le pasó el tazón de helado de color verde menta al alumno que tenía al lado. El chico le guiñó un ojo y la consoló tranquilizándola. Aya le devolvió un gesto de asentimiento, como dándole las gracias.

Era una escuela de cocina. Tras abandonar la preparatoria el mes pasado, Orihata Aya había estado asistiendo a ella. Habiéndose incorporado a mitad de curso, había estado trabajando duro todos los días para recuperar el tiempo perdido.

Una vez terminado el taller de repostería, Aya respiró aliviada. En ese momento, su compañera de clase, Natsuko, le dio una palmada en el hombro.

Aya, de verdad, no te preocupes. No siempre es así.

Sí, esa profesora siempre está arremetiendo contra alguien añadió otra alumna, Tezuka, asintiendo con la cabeza. El otro día me dijo: ¡Estás removiendo muy despacio!, y me fulminó con la mirada. Me dio un buen susto.

Entiendo que tiene talento... pero no debería comportarse como una diva.

Probablemente porque es joven. ¿No se supone que tiene unos veinte años?

Y a pesar de eso, ya es la ejecutiva de una empresa de pasteles, eh... Es una genio, eso seguro.

Supongo que los aficionados nunca sabremos lo que piensan los genios..,

Natsuko y Tezuka suspiraron a la vez. Su sincronización era tan inesperadamente perfecta que Aya tuvo que reírse.

Gracias, chicas dijo. Era fácil quejarse de las cosas, y sabía que intentaban animarla.

Sí, alégrate, ¿quieres? Natsuko le dio una segunda palmada en el hombro.

Pero Orihata, una pregunta seria... ¿Por qué te quedaste helada ahí atrás? preguntó Tezuka, su tono se volvió serio.

¿Hm? Oh, eh, eso es porque...

¿Tú... también lo notaste?

...Sí.

¿De qué están hablando?

Eh... entonces, ¿este helado 'original' que Kusunoki-sensei dice haber hecho? Estoy... bastante segura de haber probado ese sabor antes, en algún otro sitio. ¿Verdad, Orihata?

...Sí.

Una vez, su novio, Taniguchi Masaki, le había invitado un helado, diciéndole que el sitio había recibido muy buenas críticas. Estaba delicioso, sin duda. Y le pareció que el sabor fundamental del helado que acababa de sacar Kusunoki Rei era el mismo.

Natsuko se estaba poniendo pálida.

Espera un momento. ¿Eso no es... plagio?

No lo sé, pero...

Quiero decir, Kusunoki-sensei ganó un montón de premios en concursos, y ha tenido un montón de productos a la venta, y... Y... --¿Qué significa esto?

Los tres acababan de quedarse en silencio cuando sonó la campana. Era hora de prepararse para la siguiente clase. Si no se daban prisa, recibirían una reprimenda similar de otro profesor.

Las chicas se prepararon rápidamente.

 

* * * * *

 

Asukai Jin era, de hecho, un hombre peculiar.

La casa de troncos a la que había llevado a Tosuke estaba llena de utensilios de pintura, pero había muy poco que pudiera considerarse mobiliario.

¿Quieres comer algo? preguntó. Pero había que dudar de que hubiera algo.

...Helado.

Pensó que también podría preguntar, pero Asukai sonrió.

Lo siento. No hay refrigerador. Todo lo que tengo son MRE* y comida instantánea. Aunque también hay papas y arroz, si quieres respondió. «Todavía hay sobras de sopa de miso de esta mañana. ¿Qué tal si la tomamos? (NT: * Meal Ready to Eat, comida lista ara comer, se refiere a la comida de los militares que están deslegados, y generalmente solo requiere agua caliente).

Encendió el hornillo y calentó la olla. Una vez que Tosuke agarró el cuenco humeante, volvió en sí.

...Gracias. Es la primera vez que como algo en condiciones en mucho tiempo.

Aunque es la cocina de un hombre, por no mencionar que me enfrento a un profesional. No me juzgues tan duramente.

No... está bueno.

Realmente estaba bueno, lleno de daikon, raíz de bardana y todo tipo de setas. Fuera de las cosas dulces, Tosuke normalmente no podía realmente calibrar si la comida era buena o mala, pero realmente pensó que nunca había comido una sopa de miso tan deliciosa.

Por cierto, Kigawa-san, ¿por qué estás aquí viviendo en las montañas? preguntó, sirviéndose una taza de té.

.........

Tosuke guardó silencio.

...Porque en realidad no tengo otro sitio adonde ir.

¡Me imagino! Estoy seguro de que, si te lo propones, tienes talento para integrarte en la sociedad humana. Eso es, de hecho, lo que has estado haciendo, ¿no?

.........

Es cierto que Teratsuki Kyouichirou le había enseñado mucho. Pero...

Bueno, entonces, ¿qué hay de ti? ¿Cómo es que estás aquí arriba dibujando en un lugar tan apartado? contraatacó, tratando de esquivar el tema.

Al igual que Tosuke, el rostro de Asukai se ensombreció.

Cierto... Tienes razón. Las cosas no salen fácilmente como uno quiere, ¿verdad? murmuró, y dio un suave sorbo al té.

Los ojos de Tosuke se abrieron de par en par.

Entonces, ¿tú... también estropeaste algo?

Más o menos... Una sonrisa de desprecio a sí mismo se formó en el rostro de Asukai. Fallé al saltar desde lo alto de la torre.

¿Eh? Esto sorprendió a Tosuke. ¿Qué...?

Pero Asukai no parecía tener intención de continuar, y la pregunta quedó en el aire.

.........

.........

Los dos siguieron tomando su sopa de miso y su té en silencio. Al cabo de un rato, Asukai habló.

¿Qué te parece...? preguntó.

Tosuke levantó la vista... no lo había oído muy bien.

¿Hm?

Te pregun si querías otra ración contestó Asukai, sonriendo.

Ah, sí. Por favor.

Tosuke le ofreció el cuenco con una sonrisa avergonzada. Tomándolo en sus manos, Asukai preguntó despreocupadamente:

Entonces, ¿a qué parte de la Organización Towa pertenecías?

¿Eh? ¿Qué dijiste? respondió Tosuke, sin entender lo que quería decir.

Ah, olvida lo que dije. Me equivoqué respondió inmediatamente Asukai, dejando el tema.

¿......?

Tosuke ladeó la cabeza mientras recibía una segunda ración y reanudaba la comida. Asukai lo observó con mirada compleja.

......Así que no lo sabe. ¿Lo tenían completamente en la palma de la mano? ¿O simplemente nadie se lo dijo?

Asukai se preguntó entonces qué hacer.

Sobre tu... nombre.

Sí, es Kigawa Tosuke.

¿Así que Kigawa es tu...?

Ah... algo así. Fue él quien me acogió. Una especie de padre adoptivo  respondió Tosuke con una sonrisa. Yo mismo ni siquiera sé de dónde vengo.

Ya veo. ...Pero eso es igualmente cierto incluso para mí, y para cada uno de nosotros.

...Tal vez sea así. Con todo el mundo descuidando su dolor... Tosuke en un murmullo.

¿Dolor? ¿Qué quieres decir con eso?

Tosuke dijo entonces la pura verdad, a lo que Asukai asintió, sin inmutarse lo más mínimo.

Eso es parecido a mi poder dijo con calma. Pero lo que yo veo es lo que podría llamarse 'defectos en el corazón'.

¿Eh? Los ojos de Tosuke se abrieron de par en par, pero supo por la calma de Asukai que sus palabras no eran ninguna broma.

Hubo un breve silencio, pero no porque algún estado de ánimo particular hubiera llenado el aire. Fue una autopresentación perfectamente normal. Tosuke asintió para sí pensativo.

Entonces, ¿qué te dice este dolor mío que sientes? continuó Asukai.

Te lo diré si tú también me dices cuáles son mis defectos respondió Tosuke con una sonrisa burlona.

Asukai apretó la barbilla y habló con serenidad.

En realidad no tienes ninguna 'hoja'. Debes de pensar que la vida no proporciona ningún alimento.

Exacto. Pero lo mismo te pasa a ti, Jin. Porque tu dolor es del tipo indefinido. No tengo ni idea de qué helado te sentaría bien exactamente. En ese sentido, eres muy parecido... a Rei... En el instante en que pronunció su nombre, el rostro de Tosuke se nubló.

'Rei'. Así que ése es uno de los grandes agujeros de tu corazón dijo Asukai casi en un susurro, y Tosuke miró hacia abajo.

...Realmente no tengo ningún nutriente, es cierto murmuró Tosuke abatido.

Asukai replicó con frialdad.

Entonces es lo mismo para los dos.

 

 

Los dos compartieron historias de su pasado.

...Es asombroso.

Al oír hablar del extraño plan de Asukai para intentar llenar los defectos del corazón de la gente, Tosuke se sintió realmente impresionado.

¿ Puedes hacer eso? Me pregunto si habrá alguien por ahí que pueda rellenar perfectamente el defecto del mío.

En realidad, al final no salió tan bien. Yo era arrogante. Los defectos no se solucionan simplemente juntando a dos personas. Lo aprendí por las malas.

Sigue siendo increíble. El hecho de que intentaras luchar contra esas ausencias es algo que otras personas ni siquiera se atreverían a intentar. Es muy noble por tu parte, Jin Tosuke le miró con admiración. Pero Jin negó con la cabeza.

No, lo entendiste al revés, Kigawa-san respondió, para sorpresa de Tosuke.

¿Eh?

Creo que eras tú el que suplía los defectos de todos, y mucho. Con ese milagroso helado tuyo.

Tosuke parpadeó por las palabras de Asukai.

Yo... nunca fue mi intención.

Pero al final, eso es lo que ocurrió. Tu helado, que calma el dolor del corazón, podría haber sido un método superior con muchísima diferencia. Mi plan palideció en comparación.

Las palabras de Asukai eran sinceras.

... No sé.

Creo que la gente te reconoció mucho más de lo que pensabas. Creo que te valoraban.

...No lo sé. No quiero admitirlo, pero al final, sólo fue un helado. Aunque no me gusta decir cosas así dijo Tosuke con desdén. Me esforcé muchísimo, pero al final, ¿no se lo comieron todos sin más?

¿Eso es lo que piensas? ¿Es algo que también podrías decirle a Kigawa Norisuke-san, el hombre que te crió?

Las palabras de Asukai estaban teñidas de ira, lo que hizo que Tosuke volviera en sí.

No... Tienes razón. Es duro para Norisuke estar hablando así dijo, asintiendo con sinceridad. Asukai vio esto y sonrió.

Sabía que eras mejor que eso, Kigawa-san.

Tosuke está bien. De hecho, llámame Tosuke. Parece que te burlas de mí cuando dices 'san'.

Asukai sonrió irónicamente ante su pequeño enfurruñamiento.

No pretendía burlarme de ti. Después de todo, eres el presidente, ¿no?

...Eso es lo que yo llamaría burlarse.

Asukai sonrió aún más ampliamente, y Tosuke se volvió aún más hosco. Pero cuando giró la cabeza hacia los lienzos que Asukai había apilado contra la pared, se le iluminaron los ojos.

Ah, esos son tus cuadros, ¿verdad? ¿Puedo verlos?

Apenas terminó de preguntar alegremente, ya estaba tocándolos.

Oh, no son nada especial Asukai se sintió un poco avergonzado.

Hmmm. Una chica, ¿eh?

No, es la foto de un fantasma dijo en voz baja.

Pero Tosuke, profundamente embelesado por el cuadro, no dio mucha importancia a las palabras del otro hombre y expresó abiertamente su opinión.

Es un cuadro poco común, ¿eh? Es bonito, pero no se sabe lo que piensa la chica. ¿Qué clase de persona era la modelo?

Yo tampoco lo sabía muy bien. No creo que pudiera entender del todo lo que estaba pensando.

¿Ah, sí? dijo Tosuke, pasando al siguiente cuadro. Fue entonces cuando su rostro se descompuso en una sonrisa.

Ajá. Ahora entiendo a la chica de éste.

¿Hm?

Jin, te gusta esta chica, ¿verdad?

No era una pregunta, sino una afirmación. Asukai se quedó sin palabras.

...¿Qué te hace pensar eso?

No 'pensar'. Lo sé Tosuke asintió para sí mismo. A ésta no la dibujaste usando un modelo como referencia, ¿verdad? La dibujaste de memoria. Por eso siento tus sinceros deseos a través de ella. Pensabas en lo maravilloso que sería poder aliviar su dolor.

.........

Asukai, que había sido leído como un libro, no pudo ocultar su sorpresa. Era la segunda vez que alguien daba en el clavo sobre algo que sólo él sabía, y en ambos casos se trataba de aficionados al arte. La primera fue una chica muy inteligente, y ahora se trataba de Tosuke. Pero él creía que ambos no tenían ninguna relación entre sí.

(Suema Kazuko... Había algo en ella que se parecía a mí, así que a ella puedo entenderla, pero en el caso de Kigawa Tosuke no puede ser por el talento o la sensibilidad emocional).

Justo cuando la sorpresa de Asukai había empezado a desaparecer, sintió que el miedo le subía por la espina dorsal. ¿Podría ser que su poder fuera como lo que una vez lo controló a él...?

Kigawa-san, tú...

Tosuke. Ya te dije.

Lo regañaron, pero esta vez Asukai se corrigió y volvió a preguntarle sin burlas.

Tosuke. Tú... no has conocido a una figura negra parecida a un shinigami, ¿verdad?

¿Eh? ¿Y ahora qué?

¿Así que no lo has conocido? Asukai insistió.

¿De qué estás hablando? Tosuke se quedó perplejo.

Porque si lo has hecho dijo Asukai con un suspiro, quizá debas prepararte. Es probable que te consideren un 'enemigo del mundo'.

¿El 'mundo'...? Tosuke frunció el ceño.

Era la tercera vez que oía emplear esa palabra de esa forma tan extraña. Teratsuki Kyouichirou la formuló no hacía mucho, cuando le preguntó: ¿No quieres mostrar tu talento al mundo? Y la primera vez...

 

* * * * *

 

Tosuke, me he dado cuenta dolorosamente de que el mundo es un lugar hecho de envidia y odio Kigawa Norisuke había dicho esto después de llegar a casa con cara de asco y haberse acabado con avidez el helado de Tosuke.

Sucedió algo, ¿verdad? Tienes mucho que hacer.

Tosuke estaba acostumbrado a esto, así que su respuesta fue algo frívola. A lo que Norisuke se rió entre dientes y volvió a ser el de siempre.

A estas alturas, ya debes entender más o menos, por ver la televisión y todo es, cómo es el exterior. Dime, Tosuke, ¿qué piensas del mundo?

No sé. No sé mucho sobre él. Y no estoy seguro de querer saberlo osuke habló con cierta indiferencia, y el anciano sonrió ante su actitud quizá inocente.

Ojalá todo el mundo pudiera ser como tú. Desde el fondo de mi corazón, sueño con que los humanos puedan vivir en un mundo en el que sólo tengan que pensar en cosas deliciosas. Cosas maravillosas.

El anciano entrecerró los ojos, como si Tosuke fuera una luz brillante ante él. Tosuke sirvió otra ración de helado, sin prestar especial atención a las divagaciones del anciano.

Tosuke, no debes salir. Es un lugar horrible, lleno de cosas horribles. Me niego a dejar que esas cosas te envenenen. Pero... El anciano suspiró, como siempre hacía. No puedo evitar pensar que te he estado monopolizando. ¿Hay alguna forma de dejarte salir? Tendría que ser una forma garantizada de evitar que arruines tu belleza. Qué hago...

Justo cuando terminaba otro suspiro, la nueva creacion de Tosuke fue colocada sobre la mesa.

¡Oh! ¿ Hiciste otro? Pero éste es... El anciano parecía contento, pero observó el helado con ojo crítico.

Sí. Este tiene sabor a matcha.

Sabes que no me gustan estas cosas japonesas tan peculiares El anciano prefería el helado italiano.

Vamos, no lo critiques hasta que lo hayas probado. No elegí un sabor japonés sin una buena razón dijo Tosuke con un guiño.

Suspicaz, el anciano se llevó el helado a los labios y se le escapó un grito de asombro.

¡Ohhh! ¡Esto es...! Era una escena familiar, con un intercambio familiar. Pero ahora, la cuchara que sostenía el anciano se detuvo en el aire.

Fui un ingenuo. Todo lo que tocas se convierte en algo maravilloso, ¿verdad? Es como magia. Sería una pena sofocar ese talento... O tal vez, podrías convertir todas las cosas feas en algo maravilloso. Pero... si haces eso, entonces... Aquí cerró la boca. No era propio de él, y Tosuke lo miró a la cara.

¿Qué pasa? preguntó.

...Tosuke, ¿recuerdas el otro día, cuando dije que el mundo estaba hecho de mentiras?

Sí.

Cuando llegue el momento de que salgas al exterior, es probable que esas mentiras intenten controlarte y utilizarte... y no podrás hacer nada al respecto. Cuando te encontré, mi tesoro, descubrí lo que realmente significa ser feliz. Pero, ¿y tú? El anciano miró a Tosuke con ojos tristes. Tosuke se quedó desconcertado.

Aunque seas capaz de hacer felices a los demás, puede que tu propia felicidad personal esté fuera de tu alcance... No puedo evitar sentir que es así. Quizá ése sea tu destino. Después de todo, el valor de tu talento sólo puede igualarse al del mundo.


3

 

¡Vaya, pero si es Asukai-san! Déjame adivinar... te quedaste sin sal, ¿no? Kishida Machiko, que dirigía el almacén general en la base de la montaña, esbozó una sonrisa ante su inesperado cliente.

En realidad, pensé que podría abastecerme un poco de comida Asukai Jin descargó en el suelo la mochila que llevaba. Estaría llena a la vuelta.

¡Eso me recuerda algo! ¿Sabes ese cuadro tuyo que tenía guardado? Por fin se vendió el otro día. Me asombra cómo unos simples dibujos a lápiz en papel de dibujo como ése pueden llegar a venderse.

No me digas. Es una gran noticia dijo Asukai, empezando a rebuscar entre las conservas de las estanterías.

Err, entonces, ¿cuánto te debo? Machiko intentó entregar la ficha, pero Asukai insistió.

No, no, ése fue mi regalo para ti. No hace falta que gastes tu dinero en mí.

Aun así... Tienes que hacerte valer cuando se trata de estas cosas. Supongo que no te preocupas mucho por ellas, siendo artista.

Machiko no quería limitarse a tratar a Asukai como una comerciante trataría a un cliente. Prefería atenderlo a un nivel más personal, como Asukai, el joven artista. Asukai se rió, dejando de lado su comentario.

Bueno, entonces que la compra de hoy sea gratuita. Con eso bastará.

Sigo pensando que eso no sería suficiente, personalmente... ¿No quieres saber por cuánto se vendió? ¿Es algo que no les interesa a los artistas?

No, dicen que artistas de la talla de Picasso, por ejemplo, eran extremadamente exigentes con la cantidad por la que querían que se vendieran sus cuadros. No creo que fuera por necesidad material, sino porque querían saber hasta qué punto su arte sería reconocido desde una perspectiva social.

Asukai hablaba con suavidad, sin el menor rastro de desdén. Tenía una forma mundana de decir las cosas -al menos, ésa era la impresión que daba- y se le daba especialmente bien.

Un artista, en sí mismo, es un individuo inútil que no crea nada. Adquieren sentido cuando alguien se interesa por ellos. Y el dinero resulta ser un medio conveniente, al ser la mercancía conocida más popular.

...Oookay. Pero, ¿en qué te diferencias tú?

Oh, no soy diferente. Es sólo que donde estoy ahora, aún no he comprendido mi propio arte. Sería problemático si me apresurara a evaluarme ahora.

No es fácil, ¿verdad? Machiko estaba profundamente impresionada.

Pero soy esencialmente un tacaño, y aquí está la prueba dijo Asukai, indicando los productos alineados en la caja registradora. Había muchas veces la cantidad habitual.

¡Así que tienes una buena cabeza sobre esos hombros! Bueno, al menos eso rió Machiko. ¡Ah, es verdad!

Se levantó a mitad de su trabajo en la caja registradora y desapareció en la parte trasera de la tienda. Más allá estaba su casa y la de su marido. Reapareció poco después con una caja. Una caja de dulces, para ser exactos.

Toma, prueba esto también.

¿Qué es?

¡Es pastel, querido! Me lo regalaron en una boda el otro día. Te juro que es delicioso.

¿Estás segura?

Estaba allí con mi marido, ¡así que nos regalaron dos iguales!

Jaja, ya veo.

Asukai levantó  en su mano el paquete bellamente envuelto que contenía el bizcocho cuadrado. Sus ojos captaron el nombre del fabricante impreso en él, y soltó un pequeño grito ahogado. Hacía poco que había oído ese nombre en una conversación.

Parece que encontré un buen recuerdo.

Sonrió y se volteó hacia Machiko.

Fantástico. Me lo llevo. ¿Cuánto será? preguntó. Machiko se rió.

¡No voy a aceptar tu dinero! Además, para empezar, nunca estuvo a la venta.

Pues entonces, permíteme que te lo quite de las manos.

Asukai recogió su equipaje y se dirigió de nuevo a la montaña.

 

* * * * *

 

.........

En el bosque fuera de la cabaña, Tosuke se sentó enfocando su mente en profunda reflexión. En realidad no necesitaba meditar específicamente, pero era algo que Kigawa Norisuke solía hacer. Así que pensó en imitarlo.

Se esforzaba por intentar captar la sensación de su pecho, que hasta ahora sólo había sido un vago «algo», como una emoción más concreta.

Estaba luchando... y sus compañeros eran sus recuerdos de la gente que había conocido hasta ese momento.

Recordaba claramente el dolor que le habían causado. Era como si, una vez impreso en él, hubiera dejado una marca indeleble. Por eso Tosuke era capaz de reflejarlo tan claramente como el día, aunque no se esforzara especialmente en recordarlo.

Si puedes captarlo como yo, como una imagen concreta parecida a una “flor”, tu sentido de ello se unirá le explicó Asukai Jin cuando estaban contrastando sus poderes, pero como Tosuke no tenía poderes de visualización, renunció a ello.

Lo que Tosuke intentaba era identificar directamente el dolor como un sabor de helado.

Hasta ahora, sólo había llegado a estas conclusiones a nivel individual: un determinado sabor para un determinado dolor; sin embargo, Tosuke también había estado trabajando constantemente, al máximo de sus capacidades, en la elaboración de helados para muchas personas a la vez. Estaba bastante seguro de poder resolver su problema a grandes rasgos sin necesidad de examinar y probar nada.

Si podía señalar un solo sabor de helado, tal vez podría relacionarse un poco mejor con las personas con las que antes había tenido interacciones incómodas. Él siempre estaba sintiendo su dolor, después de todo ...

En el mismo golpe ... Así es. He estado holgazaneando con eso hasta ahora.

Tales eran sus pensamientos después de haber escuchado a Asukai. Se le ocurrió que, comparado con el esfuerzo que Jin había estado haciendo, todo lo que él había estado haciendo hasta ahora no le suponía ningún esfuerzo. Había estado confiando demasiado en la gratificación que sentía cuando personas como Kigawa Norisuke, Teratsuki Kyouichirou y Furukita Sonoko probaban su helado, y nunca había intentado comprender quién era realmente.

Y así, por primera vez en su vida, pensaba en sí mismo. Él, que no compartía color de piel con ningún otro; él, que era diferente a los demás.

Había hecho muchos helados, pero ahora se preguntaba qué tipo de helado le gustaría personalmente.

¿Cuál sería...?

Varias ideas flotaron en su cabeza, pero todo lo que le vino a la mente era para otras personas. Éste era adecuado para ella. Aquél era para él.

¿Quizás era su especialidad número uno, el sabor a menta? ¿El sabor que siguió haciendo a pesar de que a Kigawa Norisuke no le gustaba mucho?

Pero no, eso tampoco parecía encajar. Hasta le parecía que estaba destinado a otra persona. Pero de nuevo... quién era ese alguien más, él no lo sabía.

¿Has pensado alguna vez en conquistar el mundo con helados?           Teratsuki Kyouichirou le dijo una vez. Quizá realmente había sido así. Quizá había estado buscando constantemente ese sabor para que el mundo siguiera reconociéndolo, un mundo que seguramente nunca lo aceptaría por lo que era.

En ese caso, ¿qué te parece si te preparo un entorno que te permita hacer helado? ofreció Asukai. Pero, a decir verdad, estaba dividido. Todos con los que había trabajado antes habían muerto. Asukai se había reído, llamándolo maleficio: una de esas personas estaba en su vejez, y la otra había tenido un accidente que no tenía nada que ver con él. Aun así, Tosuke estaba asustado.

No podía evitar sentirse mal por la forma en que Asukai lo mimaba. Se preguntaba si el mero hecho de estar vivo era algo extremadamente malo...

Sentirse mal... Cosas malas... Ya había pensado en esas cosas antes, eh...

Tosuke rompió su concentración por un momento.

Era de esperar que estuviera cansado después de varias horas seguidas. Le parecía que había estado pensando cosas superfluas todo el tiempo.

¿Qué hace que algo sea realmente malo...?

Pensó profundamente en esta pregunta vaga e insignificante.

¿Había sido malo para él hacer que todos se comieran su helado? ¿Por eso lo habían abandonado y dejado vagar por las montañas? Si fue algo malo, ¿por qué?

¿Por qué...?

En ese momento, el sonido de un motor comenzó a retumbar, procedente de la ladera. Tosuke se levantó. Era el sonido de la moto todoterreno de Asukai. La había estado usando para subir y bajar por la montaña a pesar de que casi no había caminos apropiados de ningún tipo. Al parecer, había sido especialmente modificada de varias maneras. El tanque se había agrandado y las velocidades se habían ajustado para priorizar la potencia a cambio de la velocidad. Bueno, era algo por el estilo. Había conseguido que una persona llamada Kirima Nagi la fabricara para él.

Tosuke había regresado a la posada prácticamente al mismo tiempo que llegaba Asukai.

Bienvenido de nuevo.

Sí. ¿Qué tal va todo? preguntó Asukai, quitándose el casco.

Tosuke negó con la cabeza.

A mí no me va a funcionar como a ti.

Bueno, estas cosas llevan su tiempo Asukai le dio una palmada firme en la cabeza. Esto le hizo cosquillas a Tosuke, porque era el tipo de acción que un hermano mayor podría darle a su hermano pequeño. Ah, sí, te traje un regalo. Te lo digo ahora: no es helado, pero tampoco está lejos.

Jin se refería al pastel que había comprado en el almacén. Un dolor agudo atravesó el pecho de Tosuke.

...El pastel de Rei, ¿eh?

Dudo que lo haya hecho ella misma, pero pensé que serviría para demostrarte que trabaja duro Jin entró en la posada, sugiriendo que tomaran algo; Tosuke lo siguió, y se sentó en una silla.

Jin... Eres una buena persona dijo, observando el vapor ascendente del café que se servía delante de él.

Había hablado en serio, pero Jin se rió de él.

Eso no lo sé. Estás hablando con un villano que muy bien podría haber sido una amenaza para el mundo.

........ Tosuke volvió a sumirse en sus pensamientos.

¿Pasa algo?

¿Eh, Jin? ...¿Fue realmente tan malo lo que hiciste?

Creo que sí La respuesta de Jin fue inmediata.

Pero... hiciste lo que hiciste porque creías que era lo correcto, ¿no?

Si eso es lo que argumentas, entonces también podrías decir que en este mundo no existe nada malo. Porque todo el mundo vive creyendo que lo que hace está bien.

Entonces, ¿por qué sólo ahora piensas que fue malo? Tú mismo viniste a estas montañas porque te diste cuenta de que habías cometido un crimen, ¿verdad?

......... Asukai cerró la boca por un momento, pero pronto asintió. Cuando hacía lo que hacía, herí a una chica en el proceso. Si no hubiera hecho eso, nunca le habría pasado nada. Fue entonces cuando empecé a arrepentirme de mis actos. Está claro que no fui lo suficientemente observador dijo en voz baja.

¿Y eso fue algo malo?

Sí, creo que la falta de consideración es un delito.

...Yo... no pensaba nada. ¿Crees que eso es algo malo?

No puedes no haber estado pensando en nada.

...Lo único que quería es que todos comieran un rico helado. Eso es todo.

Eso no me parece algo malo. ¿No fuiste simplemente zarandeado por el malvado flujo que te rodeaba?

No... Yo... como que siento... que fui el peor de todos.

Tosuke recordó las palabras de despedida de Rei.

 

 

Tú no te conoces. Cuando estoy contigo, lo único que acaba pasando es que... empiezo a olvidar el dolor.

 

 

Las palabras lo habían acusado. Debieron ser lo que Rei realmente sentía. No podía creer que no había hecho algo malo.

...Espera.

Así es... Dolor.

Todo el mundo alberga un dolor propio, y él lo había borrado. El helado no era más que un medio para lograr ese fin. Entonces, ¿era algo malo?

Por ejemplo, Kigawa Norisuke. Parecía que el anciano había participado en algún tipo de gran mentira. Parecía que se había sentido extremadamente perturbado por ello. Pero al final, nunca se enfrentó a lo que fuere aquello. En cuanto al por qué... ¿Podría haber sido porque había estado comiendo el helado de Tosuke todos los días?

¡...!

Él... ¿Era ese el tipo de cosas que había estado haciendo?

Ahora que lo pienso, desde que Furukita Sonoko empezó a comer su helado, parecía que prácticamente había dejado de hacerse daño con los demás. ¿Y si no es que hubieran dejado de herirla, sino que se había vuelto incapaz de ser herida? Si quitas el dolor, ¿no significa que no puedes recibir dolor de los demás?

...Espera, espera. ¿Qué es todo esto? ¿En qué estoy pensando ahora mismo?

Sus pensamientos se estaban volviendo tan complicados, que hasta su cabeza daba vueltas.

...¿Tosuke? Asukai lo miró con preocupación. ¿Qué te ocurre? ¿Necesitas acostarte?

N-no, no es nada... Aunque estoy un poco pálido bromeó masoquistamente.

Asukai parecía no saber qué responder, pero se decidió por una sonrisa. Tosuke se obligó a sonar positivo.

¡Vamos a comernos ese pastel! Sería una pena desperdiciarlo declaró en voz alta.

Los dos abrieron el envoltorio y le dieron un mordisco al pastel.

...Sí. Yo diría que está muy rico, ¿no crees? dijo Asukai, impresionado. Y de hecho estaba delicioso. Sin embargo...

.........

En el momento en que Tosuke colocó la cucharada sobre su lengua, su cuerpo se puso rígido. Asukai se sorprendió por su expresión anormal.

Mostraba ira.

Tenía los ojos muy abiertos. Sus mejillas temblaban. Parecía lo suficientemente furioso como para estallar causando un alboroto en cualquier momento.

...¿Qué es esto? su voz, también, temblando antinaturalmente. ¿Esto...? ¿Me estás diciendo que esto es el pastel de Rei? Es la cosa más estúpida que he oído en mi vida rugió.

Mientras Asukai permanecía mudo de asombro, Tosuke se metió el resto del pastel en la boca y lo aplastó entre los dientes con la ferocidad de un niño que venga a sus padres, tragó y luego siguió furioso.

Esto... ¡Esto no puede ser el sabor que buscaba Rei! Porque éste... ¡éste es mi sabor!

Después de eso, se levantó y salió corriendo de la posada como un torbellino.

¡O-Oye!

Asukai se precipitó tras él, pero cuando salió Tosuke ya estaba lejos y había empezado a saltar hacia la base de la montaña.

Observándolo, cubrió unos cinco metros de altura y cincuenta de distancia de un solo salto. Ningún humano podía esperar alcanzarlo.

Así que ése es el tipo de cosas que puede hacer cuando habla en serio. Me lo había imaginado como un alma delicada por todo el helado, todas las cosas suaves que había estado haciendo, pero... esto es una locura.

Asukai suspiró.

Su movilidad es de otro nivel... será imposible alcanzarlo incluso con la moto. Es como un saltamontes. Pero, ¿qué es lo que lo pudo incitar así...?

Fuera lo que fuera lo que lo espoleó y fuera adonde fuera, seguro que ya no había nadie que pudiera detenerlo.

.........

Asukai lo vio desaparecer en la distancia y negó con la cabeza.

Tosuke, sea cual sea el motivo, al final has conseguido encontrar la determinación que necesitabas para abandonar la montaña. Tal vez... haya llegado el momento de que yo también lo haga.

Un viento helado subió por la montaña desde la base, haciendo crujir las ramas de los árboles.


4

 

No sirve. No puedes seguir usando colores tan mediocres. Tiene que destacar de verdad.

El diseñador Semigasawa Suguru miró el envoltorio de la muestra que acababa de llegar y regañó bruscamente a su ayudante.

Lo siento mucho.

El ayudante palideció. Aunque afeminado al hablar, el carácter estricto de Suguru hacia su trabajo era evidente en su voz.

En cualquier caso, tendrás que empezar de nuevo. Cuando la situación lo requiere, es importante usar colores atrevidos. Si confías en cuidadosos esquemas de color todo el tiempo, entonces eso será lo máximo que serás capaz de crear.

¡S-sí, señor! El ayudante se encogió, bajando la cabeza.

Uf... 

Semigasawa se sentó en su escritorio y se puso a trabajar en el diseño del envoltorio para el nuevo juego de pasteles de regalo nupcial que Kusunoki Rei estaba probando ahora mismo. Ya había trabajado la imagen básica con la propia Rei, así que sólo era cuestión de ponerlo todo junto.

Aun así... Es un desperdicio de Rei-chan murmuró, sin mucho sentido para los que le rodeaban.

Justo en ese momento, el celular que estaba sobre la mesa comenzó a zumbar.

Contestó. Pero lo que oyó al otro lado no era la voz de nadie, sino un ruido estático que crepitaba como el chirrido de los insectos. Y de repente se cortó.

.........

Semigasawa se levantó de su escritorio. Su rostro parecía inexpresivo a primera vista, pero si alguien hubiera estado prestando atención, se habría dado cuenta. Se habrían dado cuenta de que esa expresión de máscara rara vez la llevaba.

Surgió algo. Ahora vuelvo. Contesta cualquier llamada por mí, ¿quieres? No me las desvíes.

Dejó este mensaje a un empleado cercano y salió de la oficina. Su pequeño y personal coche de marca japonesa salió del estacionamiento a toda velocidad. Su manejo y aceleración eran mucho mejores que los de los coches normales de la misma marca.

...Increíble. Pensar que realmente aparecería...

Incluso estaba apretando los dientes.

 

* * * * *

 

...Había, en una época en la que nunca se vería una, una casa de estilo occidental que parecía un castillo.

Sus ventanas estaban cubiertas de una gruesa capa de polvo, lo que sugería que sus ocupantes se habían ido hacía mucho tiempo, y las estelas de la lluvia que goteaba de los aleros coloreaban el edificio a rayas anchas, como si hubiera venido un gigante y le hubiera echado salsa de chocolate desde arriba.

Las puertas del portal colgaban perezosamente abiertas... pero sólo las cadenas que colgaban al viento revelaban que no siempre había sido así.

Esas cadenas, que habían estado cerrando herméticamente la puerta, habían sido arrancadas por el centro. Era un indicio de que la puerta había sido forzada a abrirse con una fuerza que el fabricante de aquellas cadenas jamás habría imaginado. Y también el cerrojo, caído de la puerta, había surcado las losas del suelo, dibujando una curva como la que se hace con un compás. Estaba recién hecho, lo que le hacía a uno plenamente consciente de que el acto violento se había producido hacía poco.

Y había un conjunto de huellas que se dirigían hacia la mansión. Al rastrearlas, no conducían a la entrada, sino al jardín trasero. Allí sólo crecían malas hierbas, débiles y secas, y, a pesar de su espléndida forma, estaba claro que nadie deseaba ocuparse de ellas. Los pasos se adentraron en este follaje. Y entonces, en la esquina del jardín, se detuvieron.

Inmediatamente delante, había un agujero.

Allí existía una entrada cuadrada que conducía a un pasadizo subterráneo secreto. Pero lo extraño de aquella puerta oculta era que, por ser una puerta oculta, ya no tenía una tapa con la que pudiera cerrarse. Había sido aplastada y hecha pedazos por debajo. Era probable que alguien la hubiera pateado desde arriba, porque, normalmente, esa puerta oculta sólo podía abrirse desde abajo, y quien la había abierto lo sabía muy bien.

Se oyó un ruido procedente del agujero: una especie de crujido.

Bajando los escalones, el pasadizo dio paso a una cámara subterránea. Aunque era subterránea, no era sucia. Era bastante espaciosa y, aunque el techo estaba cubierto de polvo, la luz del mundo exterior entraba tenuemente por las ventanas.

En aquella cámara, aún más profunda, había almacenes ocultos bajo el suelo. Los habían abierto y habían sacado las cajas que había en su interior. Al parecer, todas estaban herméticamente cerradas y aisladas del calor exterior. El leve zumbido que se oía era, al parecer, el de un generador privado en funcionamiento.

Los cables que serpenteaban por el suelo estaban conectados a hileras de refrigeradores. Y entre ellos, una figura solitaria se movía a paso ligero.

Era una silueta alta, trabajando afanosamente como un ratón en una cinta. Murmuraban algo en voz baja.

...Ya veo. Lo sabía. Entonces, así es como es... Habló mientras lamía la sustancia semisólida del cuenco que tenía en la mano. Ahora por fin entiendo por qué estaba tan obsesionado con el helado, y nada más. Quería 'congelarlo'. Si lo hubiera dejado sin control, se habría derramado todo, así que hice lo que pude para reducir el efecto del 'componente', aunque fuera un poco...

Suspiró. Luego levantó la cabeza y se volteó para mirar hacia aquí.

Eres la tercera persona que viene aquí. El primero fue Kigawa Norisuke... él construyó este lugar. El segundo fue el que me sacó de aquí, Teratsuki Kyouichirou. Y parece que tú eres el tercero y último. Así que dime, Semigasawa Suguru. ¿Qué papel jugaste en todo esto?

...Mi verdadero nombre es Squeeze. Es el nombre en clave que me dieron a mí, un humano sintético de tipo combate dijo el que había estado usando el nombre de Semigasawa Suguru con calma, su forma de hablar ya no era femenina. Y tu verdadero nombre es 'Notorious I.C.E.'. Lo de 'I.C.E.' significa que fuiste un fracaso.

¿Nombre? Al oír esto, soltó una risita. No necesito nada de eso. Porque, parece que he estado viviendo dentro de una mentira todo este tiempo. Si tuvieras que llamarme de alguna manera... Sí... Llámame hechicero              Dejando el cuenco a un lado, se volteó hacia Squeeze y abrió los brazos de par en par. Un hechicero con el cuerpo cubierto de un extraño maquillaje. Un Hechicero de Menta.

Habló como en broma, inclinando la cabeza hacia un lado. Squeeze no pudo seguir su ritmo y continuó con indiferencia.

Todavía no sé por qué te dejé ir entonces... Pero nunca esperé que activaras la alarma que había colocado por precaución. Pensé que había sido otra avería, pero realmente entraste de golpe... Entonces su rostro se contorsionó en uno de disgusto. ¿Por qué tuviste que volver aquí? Te las arreglaste para escapar. Deberías haberte quedado escondido...

¿Hmm? Su ceño se frunció ligeramente. Oh, ¿eso significa que no me guardabas rencor personalmente? Entonces te pido disculpas dijo, asintiendo para sí mismo. Parece que no puedo evitar inclinarme por estas cosas. Nunca tengo la más mínima intención de hacer daño a la gente, pero antes de darme cuenta, lo único que hago es hacerles cosas malas. Se lo hice a Norisuke, y se lo hice a Sonoko. Y sobre todo... a Rei.

Así que sí lo hiciste por esa mujer... Te comiste uno de sus pasteles en alguna parte, ¿verdad? dijo Squeeze, sus palabras parecían retorcerse. Así es. Su memoria está siendo manipulada. Muy pronto, empezó a pensar que tu sabor era uno de los suyos. Se suponía que era una continuación de tu experimento, eso es. Por supuesto, siendo una especie de seguro, ella apenas ha sido una prioridad. Pero ahora ya perdió de vista cuál es su propio sabor.

Eso es una humillación terrible.

Era inevitable. No había nadie aparte de ella que entendiera tu sabor.

No me refería a eso... Aquí, por primera vez, expresó visiblemente algo parecido al odio. Me refiero al hecho de que llames a algo así mi sabor. No puedo permitir que me metas en el mismo saco que esa basura de segunda Habló con firmeza. Por supuesto, eso también va para Rei. Es imposible que algo así esté a su nivel. Realmente has estado haciendo algo sin sentido. No sé qué es este experimento tuyo, pero ese intento fallido de un sabor es sólo un lío incompleto, nada más. Si ibas a copiarme, deberías habérselo dejado a Rei. Estoy seguro de que ella habría hecho algo mucho mejor que cualquier cosa que yo pudiera hacer.

Squeeze se quedó sin habla. La naturaleza sensible de Semigasawa Suguru que llevaba dentro reconoció que era tal y como había dicho. Pero, por desgracia, eso y su misión eran dos cuestiones distintas.

...Antes me preguntaste qué papel desempeño. Deja que te responda ahora: es matarte dijo en voz baja.

¿Ah, sí? De nuevo se rió. Aunque dudo que seas capaz de hacerlo.

No es cuestión de poder o no. Es algo que debe hacerse.

Squeeze se preparó para el combate: su ataque, una onda invisible de fuerza, creada por una expulsión de aire comprimido de sus pulmones especiales. Pero no era cualquier expulsión de aire. Tenía una resonancia acústica en su interior, de modo que en el momento en que entraba en contacto con un objeto de cierta dureza, sacudía la estructura molecular del objeto y lo hacía pedazos: un espantoso microondas de aire y sonido.

La compresión había comenzado. Tardaría poco más de tres segundos en cargarse. Como ya había sobrevivido a un golpe suyo antes, ¡esta vez lo golpearía con una fuerza incomparable a la anterior!

Pero a pesar de enfrentarse a este ataque, el que se hacía llamar mago simplemente se rió.

Como iba diciendo, no me refería a eso...

 

 

La ráfaga se disparó. Su cuerpo recibió todo el impacto. Voló por los aires, un chorro de sangre azul se difuminó y danzó por el aire una segunda vez. Su cuerpo chocó contra un refrigerador, enviando los objetos que lo rodeaban volando por la habitación, y luego se detuvo.

Permaneció así un momento, pero pronto se puso voluntariamente de pie.

Uf, eso dolió... refunfuñó.

Todo su cuerpo estaba lleno de heridas y había derramado una enorme cantidad de sangre, pero seguía vivo y lo trataba como si nada. La suya era una fuerza vital formidable.

Sin embargo... frente a él en este estado, Squeeze simplemente se quedó aturdido.

...¿Qué demonios? dijo, mirando en otra dirección.

Aquí está tu respuesta, Suguru. O, ¿cómo debería llamarte? ¿Squeeze?

Se levantó y se esfumó como el polvo.

Ouch, eso abrió algunas heridas.

Y aún con todo esto, Squeeze avanzaba inestablemente, murmurando para sí mismo.

¿Me excedí? Aun así... Aun así, no puedo creer que desapareciera sin dejar rastro...

Y entonces pasó de largo junto al hombre ensangrentado que tenía al lado.

No lo vio. No, ni siquiera era eso. Había rechazado cualquier percepción de él, de modo que aunque los sonidos y los olores estaban allí mismo, de alguna manera simplemente no se volteó hacia allí.

Esta es la razón por la que conseguí escapar aquella vez sin que nadie me encontrara, Squeeze. Entonces lo hacía inconscientemente, pero ahora lo domino por completo dijo en voz baja. Pero su voz tampoco llegó al humano sintético de combate. En este momento, me he convertido en tu dolor. Vives tu vida apartando los ojos de tu propio dolor. Y por eso no puedes verme. No... Me estás viendo, y puedes oírme, y deberías estar sintiendo algo también, pero después de eso, sólo hay una compulsión a apartarte de esos sentimientos que no puedes resistir... Y por eso no me verá nadie. Por eso a nadie le importará. Esa es mi habilidad: 'hacer mío el dolor de los demás'.

Incluso cuando le susurró todo esto al oído, Squeeze no se volteó hacia él, ni registró el suspiro que cayó sobre él. Se limitó a murmurar.

Nunca quise llegar tan lejos...

Hay tanta sangre salpicada aquí, que debería ser prueba más que suficiente de que he muerto, ¿no? Por eso me aseguré de recibir el golpe. Pero realmente me golpeó fuerte... Aunque supongo que el que te contuvieras un poco fue lo que me salvó.

Le dio un golpecito a Squeeze en la frente con la punta del dedo, y aun así, Squeeze permaneció completamente inconsciente. Aunque lo estrangulara aquí o le clavara un cuchillo en el pecho, probablemente moriría sin darse cuenta.

Nadie sería capaz de detenerlo, y nadie tendría el poder de oponerse a él... mientras sus corazones sintieran dolor.

Bueno, hay una manera mucho más fácil de describir lo que es esto. En una palabra, es magia. Sin trucos, sin humo y espejos... Lo real. Ahora bien...

Se acercó a uno de los refrigeradores que seguían intactos, sacó varios paquetes de helado y los metió en un congelador portátil.

Mientras hacía este trabajo manual, Squeeze simplemente se tambaleaba. E incluso después de que el hechicero se hubiera marchado, seguiría allí un rato, distraídamente de pie en el sitio.


5

 

...Y así, como todas las cosas, nuestra historia se acerca a su final.

 

* * * * *

 

Aaah...

Mientras caminaba de noche hacia su casa, Kusunoki Rei se sentía abatida. De nuevo, había gritado a uno de sus alumnos por algo sin importancia. Últimamente había sido una cosa tras otra. Empezaba a enfadarse de forma irracional y luego, sin darse cuenta, estallaba de repente. Tomaba mucho calcio, no era broma, pero parecía que no podía calmarse. ¿Había algo que pudiera hacer al respecto?

Aaah... Volvió a suspirar y, sin motivo alguno, se detuvo a contemplar el cielo nocturno.

Sentía como si le faltara algo, como si le faltara una parte de sí misma. No... era algo que había tenido antes; excepto que, sin saberlo, lo había perdido en algún punto del camino... o eso le parecía a ella. Incluso su pasión por el trabajo empezaba a decaer; antes no era así. ¿Qué podría haberse perdido?

...¿Te gustaría probar uno? Mientras Rei se sumía en sus pensamientos, una voz inusualmente despreocupada le habló de repente al oído. Alarmada, dio un salto hacia atrás.

¡¿Qué?! Se volteó para mirar. Allí estaba un bufón solitario que podría tomarse por un hombre sándwich, con una sonrisa amable y accesible. En sus manos había un cartel con leyendas como ¡Nuevo producto! y un refrigerador.

¡Hola, señora! ¿Quieres uno? le dijo, sonriéndole.



¿Qué es esto? ¿De dónde saliste? El corazón de Rei seguía acelerado. No había pensado que hubiera nadie cerca hasta ahora, pero, de repente, allí estaba él, de pie.

¡Oh, vamos, he estado aquí todo el tiempo! El bufón llevaba maquillaje verde menta. En una inspección más cercana, en realidad era bastante guapo.

...¿Eh?

Rei frunció el ceño. Había visto a este tipo en alguna parte antes...

¿Qué me dices? Este es nuestro nuevo helado... lo sacaremos al mercado en breve. ¿Crees que podrías probarlo? le dijo el bufón despreocupadamente.

Sin embargo, parecía que no la había reconocido. Debía de estar imaginándoselo. Rei cambió de actitud.

...¿Me lo estás pidiendo? ¿Que pruebe eso? Sus palabras eran un poco orgullosas. Te lo advierto; no me contendré.

¿Oh? ¿Podría eso significar que eres una profesional, señora?

Bueno, supongo que podría decirse eso.

En ese caso, tengo que conseguir que pruebes esto. Es de edición limitada.

El bufón abrió el refrigerador y sirvió una cucharada en un cono. Sus palabras estaban llenas de confianza, pero no parecía que esa confianza se basara en algo.

Pensando en burlarse un poco de aquel aficionado adivinando los ingredientes -de todos modos, estaba garantizado que eran cosas baratas-, agarró el helado y, fingiendo desinterés, le dio un lametón despreocupadamente.

En ese momento, sus ojos se abrieron de par en par.

...¿Qué es esto?

¿Cómo está? Está rico, ¿verdad? preguntó riéndose. Pero Rei no estaba en condiciones de contestar.

Quienquiera que haya hecho esto... ¿En qué estaba pensando?

¿Otra vez?

¡¿Cómo demonios se puede vender un helado cuya elaboración cuesta 100.000 yenes por persona?! ¡No puede ser! gritó, asombrada.

Ya te lo dije, es de edición limitada dijo el bufón, sin dejar de reírse.

Aunque lo vendieras como una campaña de marketing de producción limitada, te das cuenta de que luego sólo va a tener el efecto contrario, ¿verdad?

Rei se acercó al bufón, pero él se limitó a sonreírle y ella recobró el sentido.

...B-bueno, supongo que no tiene sentido decirle esto a un aficionado como tú dijo, sonrojándose ligeramente y dando un paso atrás.

Ahora se comía el helado en serio. Era, sin duda, un producto de primera con ingredientes de primera. No era algo que se comiera en la calle. Por alguna razón, Rei empezó a sentirse ansiosa.

...Aun así, no podía quitarse de la cabeza la sensación de que algo así había ocurrido en el pasado. Pero, para entonces, empezó a sentir como si no fuera algo tan sorprendente... Pero sólo era una sensación. No había ningún recuerdo o impresión concreta que ella pudiera identificar.

Aun así, señora, debes tener unas papilas gustativas realmente precisas, ¡eh! comentó el bufón en cuanto la vio terminarse el helado.

S-sí, supongo que podría decirse eso La pregunta ayudó a Rei a recuperar un poco la compostura.

¡Para gente como tú, tengo aquí mismo un producto muy especial!

...¿No decías que el de antes también era especial?

¡Pero éste es el verdadero! El auténtico. Está hecho especialmente para ti y sólo para ti. De verdad Su tono sonaba tan frívolo que carecía de toda credibilidad.

No sé nada de esto... Al oír la forma en que le hablaba, Rei empezó a sentir que incluso el producto anterior podría no haber sido algo tan especial. Estaba emitiendo una especie de vibración de estafador.

¡Lo juro! ¡El fabricante se enfrentó a demonios que acechan en los fuegos del infierno y saltó a su caldero sólo para hacer esto! Tal es la valentía de un caballero que espera la sonrisa de su princesa, atada por su melancólica maldición.

...Empezaba a sentir que ya no le importaba.

Está bien. Me lo comeré dijo Rei medio sumisa y lo aceptó con la mano.

¡Sí, señora! Muchas gracias! El bufón volvió a abrir su hielera, sacó lo que a primera vista parecía un helado de vainilla perfectamente normal y se lo entregó.

En ese instante sus dedos se rozaron, y el cuerpo del bufón se sobresaltó y tembló de inmediato.

¿Qué pasa?

No es nada. De todos modos, por favor, adelante.

¿No vas a servirlo? ...Parece que este sigue siendo bastante simple, ¿eh?

Las cosas sencillas revelan verdades sencillas. Siempre se reduce a lo básico.

Lo básico, ¿eh? Rei resopló.

Así es, lo básico. ¿Por qué la gente empezó a hacer dulces? ¿Por qué siguen haciéndolos? ...Es porque intentan olvidar el dolor que yace en lo más profundo de sus corazones, aunque sólo sea un poco. Y nosotros, los hechiceros fracasados del destino, siempre estamos viviendo dentro de esa grieta...

¿Qué?

Las tonterías que empezó a soltar el bufón hicieron que Rei levantara la cabeza del helado y lo mirara fijamente. Él se limitó a devolverle la sonrisa, como siempre. Algo seguía sin cuadrarle, pero a pesar de todo, acercó la lengua al helado extra especial.

Era el típico helado barato de todos los días, sin nada especial. La lengua de Rei lo notó fácilmente. Pero... ¿por qué? ¿Por qué una vez que le dio un mordisco, una lágrima rodó por su mejilla?

En ese momento, lo recordó todo.

Sus padres, que había perdido a una edad temprana. El sabor del pastel fallido que le habían hecho cuando todavía estaban vivos.

Ah...

Así es... ¿Cómo pudo olvidarlo? ¿No fueron esos sentimientos los que la llevaron a empezar a hacer repostería? Para recuperar la alegría que sus padres le habían dado aquella vez. Nunca fue algo para avanzar en su carrera o para dominar a sus alumnos...

¿Qué hace esto...? empezó a preguntar, y alguien le susurró al oído.

Es magia. Nada especial, en realidad...

Levantó la cabeza sobresaltada, pero ya no había nadie.

¡¿Adónde te fuiste?!

Rei miró a su alrededor apresuradamente, incapaz de mantener la calma, mientras él permanecía a su lado. Seguía sonriendo.

Parece que por fin he podido encontrar un sabor que te guste. Eres realmente especial, ¿sabes? Eres la única que me ha hecho esforzarme tanto, y eres la única que lo hará.

Aunque habló, las palabras no llegaron a oídos de Rei, que siguió mirando a su alrededor. Con una sonrisa en los labios, él comenzó a alejarse lentamente del lugar. Una sonrisa en los labios... y sin embargo su rostro estaba al borde de las lágrimas. En ese estado, y con paso cansado, se alejó tambaleándose. De cerca, se notaba que, salpicadas aquí y allá en sus ropas de bufón, había heridas aún no cerradas del todo, de las que rezumaba sangre azul. Parecía que su andar pesado se debía en parte al dolor de aquellas heridas.

Pronto, incluso la sonrisa que había forzado todo el tiempo se desvaneció, empezando a dejar sólo una persistente demacración. Y allí, ante él, en su camino, se alzaba una sombra solitaria.

...Un hechicero, ¿verdad?

La figura llevaba un sombrero negro y estaba envuelta en una capa negra, una extraña silueta más en forma de pipa que humana.

Era Boogiepop.

........ Volvió a mirar a la figura del sombrero negro, y Boogiepop, como si lo fulminara con la mirada, lo contempló fijamente.

Hacer tuyo el dolor, y poseer un método con el que borrarlo... Un poder temible.

La voz de Boogiepop era plana, sin emoción perceptible. Ni siquiera se podía saber si era un hombre o una mujer.



Ni siquiera la Organización Towa se había dado cuenta del verdadero horror de ese poder, pero sin duda está en el centro de este asunto. Parece que todos intentaban aprovecharse de él, pero, por el contrario, se encontraron simplemente arrastrados por la fuerza pura e inflexible de su corriente.

No contestó. Boogiepop continuó.

La gente lleva dolor en el corazón, pero es gracias a él que puede avanzar. Si borras ese dolor, la gente ya no puede avanzar. Intentan huir del propio dolor y, como no quieren que nadie les haga daño, dejan de intentar llegar al corazón de los demás. Y así, el sentido del esfuerzo en todos los sentidos se desvanece... Pacífico, sí, pero no podría haber un fin del mundo más horrible que éste. Aunque no existe una amenaza patente e inmediata, la magnitud de su peligro es de un nivel incomparable. Entonces, considerando ese desequilibrio, de todos los que he conocido hasta ahora, tú podrías ser el mayor enemigo del mundo...

.........

Las palabras de Boogiepop fueron casi como una declaración, pero éste no reaccionó.

Lo miremos como lo miremos, eso te convierte en un 'enemigo' al que debo derrotar, ¿no es así...?

Boogiepop lo miró fijamente, con ojos fríos como el hielo. Él se limitó a recibir esa mirada, sin mostrar ningún signo de respuesta. Finalmente, Boogiepop suspiró y se encogió débilmente de hombros.

...Eres un enemigo. O lo serías, normalmente. Pero cada vez que yo aparecía, volvía a desaparecer... cada vez que te encontraba en persona. Y ahora por fin veo la razón de eso.

.........

Porque el que tiene ese poder eres tú.

.........

Esto no está yendo muy bien, ¿verdad? Ese poder no es lo único que está desequilibrado; es el hecho de que el dueño de ese poder -más que nada, más que nadie- desea, en oposición directa a él, hacer que los demás comprendan su dolor. Sinceramente, nada de esto es sencillo...

La expresión de Boogiepop era difícil de describir; era algo asimétrica, como si se estuviera riendo... como si estuviera enfadado.

Por eso hacías helado desesperadamente. ¿Me equivoco?

...Muévete.

Por fin, habló y empezó a avanzar, apartando bruscamente a la figura del sombrero negro. Con piernas temblorosas, comenzó a alejarse tambaleándose. A su espalda, Boogiepop gritó.

Oye, Hechicero...

Pero no se detuvo ni volteó la cabeza. Sin embargo, Boogiepop le preguntó.

¿Qué piensas del mundo?

.........

Al oír esto, se detuvo. Y durante unos instantes se quedó allí de pie. ¿Estaba buscando una respuesta a la pregunta? ¿O intentaba recordar lo que había dicho a otros que le habían preguntado lo mismo en el pasado? Cualquiera que fuese la razón, y para su sorpresa, siguió caminando.

¿Qué vas a hacer ahora? volvió a preguntar la figura del sombrero negro a su espalda.

Era la última pregunta. Y a la misma, el bufón respondió secamente.

No es asunto tuyo.

 

* * * * *

 

...Y así, nuestra historia termina.

Pero francamente, ahora ya no vale mucho como historia, ¿verdad? Era tan jodidamente incoherente, ¿cómo se supone que alguien va a entenderla, eh? Quiero decir, vamos.

¿Qué? ¿Quién soy yo para decir esas cosas? El Capitán Walker murió, ¿no?, ¿dices? Oye, vamos. En todo este asunto, ¿desde cuándo digo que soy el Capitán? ¿Quieres saber quién soy? Ahora, espera un momento. Deja de hacerme preguntas estúpidas. Más importante, hablemos de lo que pasó después.

...Bueno, digo después, ¿pero perseguir a un tipo así con el tipo de poder que tiene? Imposible, incluso para un narrador. Así que aquí tienes algo que se me acaba de ocurrir y que puede ayudarte a cerrar el tema. Je, je, je.

Imagina esto... Digamos que estás viajando por el mundo en algún lugar. ¿Adónde? No importa. Donde quieras. Digamos que estás dando un tranquilo paseo por la calle.

Entonces, este vendedor ambulante se te acerca. Está solo. ¿Pero lo extraño de él? Te parece que ha surgido de la nada.

Y, con su extraño maquillaje, te dijera:

Estimada cliente, ¿le gustaría probar un helado de otro mundo?

No hay forma de que confíes en él. Quiero decir, es muy fácil no hacerlo. Por su forma de hablar y de comportarse, es la viva imagen de la frivolidad. ¿Cómo podrías confiar en él?

Lo siento, pero no soporto el helado. Me trae muy malos recuerdo         dices con una mueca. A lo que él se ríe y dice,

¡Jajaja! Seguro que tus padres te regañaban diciéndote 'te volverás tonta si comes esas cosas', ¿no?

Esto te sorprende un poco.

...Seguro que sabes mucho. Aunque es un poco diferente. Pero... tienes razón en que se enfadaron conmigo.

Bueno, entonces, puedes relajarte. Porque, esta vez, el helado te hará recordar lo que has olvidado.

Esta vez, ¿eh?

Cuando estás a punto de enfadarte por sus comentarios simplistas, te das cuenta. No puedes estar segura, pero tienes el vago recuerdo de haber visto antes a este tipo en alguna parte. Es en ese momento cuando tu amiga que está contigo te grita porque te estás quedando atrás.

Ritsuko, ¿qué estás haciendo?

¡Sí, un segundo! respondes. Lo siento, tengo que irme le dices al vendedor, y te dispones a marcharte.

Ah, pero esto está hecho especialmente para ti, señorita. Si no te lo comes, tendré que tirarlo todo a la basura implora lastimeramente.

Oh, si insistes.

Te da asco, pero, bueno, no parece tan mal tipo, así que piensas qué demonios y compras uno. Y una vez que te lo comes, quedas fulminada.

Increíble. ¡Nunca habías probado un helado tan bueno!

¡Incluso comparado con el de entonces, este helado es mucho más... más...!

Eso es lo que piensas. Y cuando levantas la vista, no sabes cómo ha podido ocurrir, pero el vendedor ha desaparecido de la faz de la tierra... Es entonces cuando tu amiga vuelve con cara de desconcierto y ladea la cabeza.

¿Eh? Ritsuko, ¿cuándo fuiste a comprar helado?

¿Hm? Oh, había un vendedor ambulante aquí hace un momento y...

Tu amiga empieza a mostrarse cada vez más dubitativa.

¿De qué estás hablando? Estabas ahí de pie, sola, perdiendo el tiempo...

...y así es más o menos como se desarrollaría.

En otras palabras, no era más que otra historia sobre un fantasma que se manifiesta en el mundo. Supongo que te preguntarás por qué una historia tan simple necesitaba una exposición tan larga. Bueno, probablemente sea porque, al final, era un tonto en todo lo que hacía, fuera narrador o no. Incluso cuando intentaba atar cabos sueltos...

 

* * * * *

 

...Cállate. No me importa murmuró para sí, caminando sobre piernas inseguras.

Había sido herido, olvidado por todo su pasado, abandonado incluso por un dios de la muerte, y aun así, seguía caminando.

Estaba llorando.

En verdad, esas lágrimas eran las primeras que había llorado. Él, que no había sabido reaccionar ni siquiera cuando sus más cercanos lo abandonaron, era ahora, por fin, capaz de llorar.

Fue una historia increíblemente insignificante, nada más...

 

 

Hechicero de Menta, o El Ascenso y Caída de una

Pobre e Inocente Marioneta, terminado.



Si alguien quiere hacer una donación:

ANTERIOR -- PRINCIPAL -- SIGUIENTE


 REDES



No hay comentarios.:

Publicar un comentario