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Bueno, después de 7 años terminamos Gamers!, hace poco también terminamos Sevens. Con esto nos quedamos solo con Monogatari Series como seri...

Accidental Love - Capítulo 20

 ¡ENIGMÁTICO!


¿Tío Guan?

Zheng Shuyi pensó un rato, pues no estaba segura de quién era esa persona, y tecleó lentamente unos signos de interrogación.

En el momento en que estaba a punto de enviarlo, de repente recordó.

¡Guan Xiangcheng!

Al principio, cuando Shi Yan tomó la iniciativa de enviarle un mensaje, Zheng Shuyi se sorprendió y se alegró a la vez.

Ahora que decía que Guan Xiangcheng quería verla, su cerebro se llenó con el pez gordo.

Zheng Shuyi: ¿El Sr. Guan? ¿¿Guan Xiangcheng??

Zheng Shuyi: ¿¿Él quiere verme??

Zheng Shuyi: ¿Por qué??

En el comedor privado lleno de olor a cigarrillos y alcohol, todos se servían vino y discutían negociaciones. Todos querían más beneficios, y el ambiente se volvió bastante intenso.

Y en esta atmósfera, todo lo que había delante de los ojos de Shi Yan era una pantalla llena de signos de interrogación de Zheng Shuyi.

Se quitó las gafas y se frotó el entrecejo dolorido.

Escuchando el parloteo de la gente a su alrededor, Shi Yan parecía un extraño. Volvió a entrar en los Momentos de Zheng Shuyi para ver la foto.

Parecía que la brisa helada de miles de kilómetros de distancia soplaba hacia él, junto con el rocío frío del agua del río y la fragancia de las montañas.

Cuando salió de la imagen, había dos mensajes más.

Zheng Shuyi: No me dejes esperando, dímelo.

Zheng Shuyi: Temblando.GIF

Shi Yan: Está dispuesto a aceptar tu entrevista.

-----

Cuando Zheng Shuyi vio estas palabras, se sintió tan abrumada por la alegría que envió cinco pegatinas seguidas de «Gracias Jefe» con koutous*.

(NT: *Es un acto de profundo respeto postrándose, esto es, arrodillándose e inclinándose muy lentamente hasta que la cabeza toque el suelo.)

Zheng Shuyi: ¡ OK OK!

Zheng Shuyi: ¡Vuelvo enseguida!

Estaba tumbada en la cama con el corazón acelerado.

Nunca había soñado que podría conseguir una entrevista contra una persona tan famosa en la industria.

Zheng Shuyi se dio la vuelta y se tumbó boca abajo en la cama. Tras un largo rato, por fin saltó de la alegría y se puso a pensar.

Se calmó poco a poco y su expresión se fue tornando seria, e incluso un poco confusa.

Abrió su teléfono y lentamente envió otro signo de interrogación a Shi Yan. Shi Yan: ¿Qué pasa con todos los signos de interrogación de hoy?

Zheng Shuyi escribió: «No... Sólo quiero preguntar...» Dudó y borró el mensaje. Ella sólo quería preguntar,
¿cuándo solicité una entrevista con Guan Xiangcheng? Sin embargo, las frías palabras de Shi Yan detuvo a Zheng Shuyi de enviarlo.

A la mañana siguiente, de hecho, recibió una llamada de uno de los miembros del personal de Guan Xiangcheng.

El propósito era ultimar el momento y otros detalles con ella. Zheng Shuyi echó un vistazo a su horario de trabajo para las próximas semanas y dijo:

―Yo debería estar disponible en cualquier momento. Mi horario también es muy flexible y puede ajustarse cuando quiera.

Empleado:

―Bien, déjeme comprobarlo, ¿la semana que viene está bien? El tiempo puede ser un poco ajustado, pero el tema puede ser cualquier cosa.

―Sí ―respondió Zheng Shuyi―, volveré inmediatamente y me prepararé. Empleado:

―¿Está en el extranjero o...? Zheng Shuyi:

―Estoy de viaje de negocios en Ciudad Wu. Personal:

―De acuerdo, por favor espere un momento.

El empleado colgó el teléfono y explicó la situación a Guan Xiangcheng a su lado.

―Ciudad Wu... ―Guan Xiangcheng pensó en ello por un tiempo y luego tomó el teléfono de su secretario―, Está bien, no hay necesidad de apresurarse.

Hizo una pausa, miró las ramas desnudas de los árboles fuera de la ventana, y recordó cómo se maravilló por el paisaje de Ciudad Wu hace muchos años. Luego continuó:

―Los paisajes nevados de Ciudad Wu son muy famosos, deberías quedarte allí un poco más y divertirte. Yo también tendré que esperar al próximo

fin de semana hasta que tenga tiempo. ―¡De acuerdo, muchas gracias!

Ella no pensaba que la llamada con Guan Xiangcheng iría tan bien. Zheng Shuyi colgó el teléfono y todavía estaba aturdida.

Era ya brillante la luz del día cuando se levantó lentamente. Abrió las cortinas y vio la hermosa nieve.

Toda la ciudad estaba blanca como la nieve, incluso las hojas estaban envueltas en suave nieve.

Zheng Shuyi sacó rápidamente su teléfono y dudó entre cambiar de vuelo o marcharse al aeropuerto ahora mismo.

Pero antes de decidirse, la aerolínea la ayudó a tomar la decisión.

Recibió un mensaje de texto en el que se le recordaba que, debido a problemas meteorológicos, su vuelo se retrasaría.

Zheng Shuyi suspiró y cambió de vuelo.

Inmediatamente después, llamó a Bi Ruoshan.

Era fin de semana y Bi Ruoshan tampoco tenía nada que hacer. Ya había planeado despedir a Zheng Shuyi hoy, pero tras enterarse de que se quedaría unos días más, se emocionó aún más que Zheng Shuyi. Inmediatamente se dirigió al hotel para recogerla.

El paisaje nevado más famoso de Ciudad Wu estaba en el monte Wu.

En el mundo helado, el lago se transformaba en una gruesa capa de cristal, y las escarpadas carreteras montañosas también se convertían en una cuna de hielo y nieve.

Bi Ruoshan reservó un hotel con una gran vista. Como si viviera en un mundo de fantasía, cuando se abrían las cortinas de los ventanales que iban del suelo al techo, se podía ver al instante el mundo de hielo y nieve del exterior.

Zheng Shuyi permaneció aquí dos días e hizo más de cien fotos y docenas de vídeos cortos.

Al mediodía del primer día, aparecieron nueve escenas de nieve en sus Momentos.

Por la tarde del mismo día, incluso después de ajustar las fotos en cuadrados de tres por tres, no cabían todas.

Esa noche, retransmitió en vivo la fiesta con hoguera del hotel en sus Momentos. Lo mismo ocurrió al día siguiente.

En ese momento, Zheng Shuyi se sentía como una sureña que no ha visto la nieve en toda su vida.

Le encantaba este lugar, no sólo porque rara vez veía la nieve, sino también porque tenía mucho estrés físico y mental estos días. Valoraba este tiempo tan valioso en el que podía relajarse y pasar el rato con su amiga, y realmente quería vivir en este mundo de fantasía para siempre.

En este mundo, no había trabajo. Ni Yue Xingzhou, ni Qin Lezhi, ni Shi Yan de quien preocuparse.

Así que a las siete de la mañana del día siguiente, después de que Zheng Shuyi y Bi Ruoshan subieran al autobús para abandonar la montaña, ella observó los

escenarios que volaban por la ventanilla y murmuró: ―Realmente no me quiero ir.

―Claro, puedes pedir otros dos días libres. Si tu jefa es buena, seguro que acepta.

Zheng Shuyi se apoyó en la ventanilla del autobús y no contestó. Parecía que realmente estaba considerando esa opción. Sin embargo, a Bi Ruoshan le hizo gracia:

―¿De verdad no quieres irte? ¿Olvidaste que aún tienes un gran negocio que hacer en Ciudad Jiang?

Zheng Shuyi giró la cabeza y la miró durante un rato antes de darse cuenta de lo que quería decir.

―Ah, ¿te refieres a Shi Yan? ―Zheng Shuyi hizo una fría mueca―, No es como si pudiera verlo en cuanto vuelva o algo así.

Dicho esto, debido a la mención de Bi Ruoshan, Zheng Shuyi empezó a pensar en Shi Yan.

Molestar a Shi Yan de vez en cuando se había convertido ya en un hábito para ella. Después de no enviarle mensajes de texto durante los últimos días, le resultaba bastante incómodo.

De cualquier manera, tenía que volver, todavía tenía que continuar su asunto con Shi Yan.

Así que sacó su teléfono y pensó qué escribir.

Después de pensar un rato, sólo envió unas simples palabras: ¡He vuelto! Como era la primera vez que Zheng Shuyi enviaba un mensaje a Shi Yan sobre

algo tan inútil como esto después de añadir su WeChat, estaba un poco preocupada y no sabía cómo le respondería.

O no contestaría.

El autobús bajaba lentamente por la montaña. Como había cadenas amarradas a las ruedas y la carretera no era plana, el viaje era muy incómodo.

Zheng Shuyi se recostó en su silla, y justo cuando estaba a punto de dormirse en el aire somnoliento, su teléfono vibró de repente.

Shi Yan: Muy temprano.

Zheng Shuyi se despertó lentamente mientras leía este mensaje.

Se quedó mirando estas palabras durante mucho tiempo. Por alguna razón, sintió una extraña sensación enigmática.

Una vez que empezó a tener esa sensación, Zheng Shuyi pudo incluso imaginar a Shi Yan burlándose al otro lado del teléfono.

Entonces, en este caso, eso significaba que Shi Yan la extrañaba por haber estado ausente demasiado tiempo.

¿No estaba acostumbrado a que ella no lo molestara constantemente?

pensó Zheng Shuyi cuando el autobús golpeó de repente un bache. Todos exclamaron y ella también se golpeó la cabeza contra la ventanilla.

Al sentir el repentino dolor, Zheng Shuyi también se dio cuenta y cambió completamente de opinión.

¡¿Cómo podía ser enigmático Shi Yan?!

Lo único que sabe hacer es tratar a la gente con frialdad.

Pero estos pensamientos no impidieron que Zheng Shuyi le enviara un mensaje. Zheng Shuyi: Tu tono suena extraño hoy.

Esta vez, Shi Yan respondió casi inmediatamente. Shi Yan: Estás pensando demasiado.

Zheng Shuyi contuvo la risa mientras escribía: Es bastante lindo.

Después de esperar mucho, mucho tiempo, todavía no había recibido ninguna respuesta. Ni siquiera apareció el mensaje «Escribiendo».

Zheng Shuyi bajó la cabeza y se balanceó con el coche.

Parecía haber matado la conversación de nuevo.

-----

Durante la tarde de aquel día, Zheng Shuyi regresó a Ciudad Jiang. Cuando

pasó junto al puesto de patrulla del barrio, el guardia de seguridad la detuvo. ―¡Señorita! ―El guardia asomó la cabeza por la ventanilla y la saludó―:

¿Es usted Zheng Shuyi, verdad? Zheng Shuyi asintió:

―¿Qué ocurre? El guardia frunció el ceño y dijo:

―Recibió un montón de paquetes. Los coloqué en la oficina de dentro para usted, no olvide ir a recogerlos.

Después de hablar, el guardia la miró un rato:

―Olvídelo, no creo que pueda recogerlos todos, yo lo haré por usted. No era de extrañar que recibiera algunos paquetes. Pero cuando el guardia dijo

«un montón», Zheng Shuyi se echó atrás por un momento, y luego recordó inmediatamente.

Era toda la ropa que Qin Shiyue compró ese día. Llegaron.

―No, no, yo puedo hacerlo ―dijo Zheng Shuyi mientras detenía al guardia que iba a ayudarla, y luego suspiró.

Pensó que por fin podría descansar bien en casa, pero ahora tenía que lidiar con todo esto.

-----

Durante la cena, el teléfono de Shi Yan vibró continuamente.

Echó un vistazo a la información de reembolso de su tarjeta bancaria. Había siete u ocho notificaciones seguidas.

Shi Yan miró a Qin Shiyue a su lado. Ella estaba colocando su mano sobre el mantel y sacando fotos de sus elegantes uñas con el teléfono.

Shi Yan no se preocupó cuando recibió la notificación de gastos del banco. Sabía muy bien cuánto dinero podía gastar Qin Shiyue a la vez.

Pero, esta era la primera vez que recibía una notificación de reembolso.

―¿Cambiaste? ―Shi Yan preguntó con indiferencia―: ¿Devolviste algo que no te gustó?

Qin Shiyue se dio cuenta de que Shi Yan le hablaba a ella, y se lo pensó un momento:

―¿Qué? ¿Devolver?

Esa palabra no existía en su diccionario.

Cada vez que compraba algo, aunque no le gustara o la talla no le quedara bien, lo dejaba en casa.

Era mucho más cómodo que hacer el esfuerzo de devolverlo.

Shi Yan no respondió a la pregunta. Después de que él levantara su teléfono delante de la cara de Qin Shiyue, de repente se dio cuenta.

―¡Oh! ¡Eso! Yo no lo devolví, creo que fue la Hermana Shuyi quien los devolvió.

La mirada de Shi Yan recorrió lentamente su rostro, ―Parece que ustedes dos son muy amigas.

―¿Los devolvió? Aw... ―Qin Shiyue murmuró para sí misma. Entonces, decidió que era mejor si le explicaba todo a Shi Yan―, Entonces um, eso que te

dije hace un tiempo, creo que me equivoqué con ella. Shi Yan levantó las cejas, indicándole que continuara.

―Así que quise compensarla un poco y le compré algo de ropa. No esperaba que me las devolviera todas.

Shi Yan dio un golpecito con el dedo en la pantalla del teléfono: ―¿Llamas a esto un poco?

Qin Shiyue bajó la cabeza y dejó de hablar.

Shi Yan volvió a mirar las notificaciones de reembolso en el teléfono. No es codiciosa con el dinero...

Esto hizo que Shi Yan se sumiera en sus pensamientos.

El lunes por la mañana temprano, mucha gente en el edificio de oficinas aún no había salido de su letargo del fin de semana: sosteniendo café en la mano, bostezando insistentemente y sentados frente a sus escritorios con aire aturdido.

Zheng Shuyi parecía ser completamente diferente a los demás. Nada más entrar, se podía sentir un alto espíritu de vitalidad. Mientras caminaba, tenía una sonrisa feliz en la cara que atraía la atención de todos.

No fue hasta que entró en la oficina de Tang Yi que las miradas de todos desaparecieron.

―¿Por qué estás tan feliz? En cuanto entró, Tang Yi sintió su excitación:

―¿Estás saliendo de nuevo? Zheng Shuyi:

―...Todavía no ―dijo con una sonrisa mientras se inclinaba hacia Tang Yi―, Tengo una entrevista con Guan Xiangcheng esta semana.

Tang Yi se quedó en silencio por un momento.

Entonces, lentamente levantó la vista, y dijo palabra por palabra: ―¿Qué Guan Xiangcheng?

Zheng Shuyi se encogió de hombros:

―¿Qué otro Guan Xiangcheng podría ser? Tang Yi preguntó de nuevo,

―¿Estás bromeando?

―¿Por qué iba a bromear con este tipo de cosas? Tang Yi respiró hondo:

―¿Tú misma contactaste con él?

Zheng Shuyi se lo pensó un rato: ―Puedes verlo así.

La incredulidad en los ojos de Tang Yi finalmente desapareció y se convirtió en emoción.

Guan Xiangcheng no ha aceptado una entrevista pública durante muchos años ya.

Ahora, a pesar de que parecía estar retirado en la actualidad, su inmenso poder era todavía como una mano invisible, que tiene un control total sobre el mercado.

Por ello, se le seguía considerando una montaña gigante que asentaba toda la industria.

Desde que se retiró, cualquier entrevista con él sin duda atraería la mayor atención de todas las revistas durante el año.

Pero...

Tang Yi miró a Zheng Shuyi y una expresión de impotencia apareció en su rostro.

―Gracias por darme trabajo extra. ―¿Qué?

Tang Yi bajó la mirada y pensó un momento, y luego le hizo un gesto con la mano:

―No importa, preséntame el bosquejo lo antes posible y luego que sea el último artículo destacado del número de esta temporada.

Zheng Shuyi sonrió y salió de la oficina: ―¡De acuerdo!

Fuera de la oficina...

Kong Nan no pudo contenerse más. Al ver salir a Zheng Shuyi, se acercó rápidamente y preguntó:

―¿Por qué estás tan contenta?

Zheng Shuyi se lo contó en voz baja y entonces Kong Nan dijo asombrada:

―¡No puede ser! Ya estamos a final de año, ¡tu actuación de este año está que vuela!

―¡Shh! ―Al ver que Kong Nan hablaba un poco alto, susurró rápidamente―: Mantén esto discreto, discreto.

Kong Nan miró a Xu Yuling y asintió,

―De acuerdo, definitivamente lo mantendré en secreto esta vez. Qin Shiyue, que acababa de entrar cuando estaba a punto de empezar la hora de trabajo, vio la escena y también se acercó rápidamente:

―¿Qué pasa? ¿Qué pasa?

Zheng Shuyi no quiso contárselo todo. Sólo sonrió y preguntó: ―Tengo una entrevista este fin de semana, ¿te gustaría venir?

Al oír que era durante el fin de semana y que le quitaría tiempo libre, Qin Shiyue sacudió inmediatamente la cabeza:

―No, no, tengo cosas muy importantes que hacer este fin de semana. ―Entonces está bien ―Zheng Shuyi también sacudió suavemente la

cabeza―, Es una oportunidad realmente buena, no te arrepientas después. A Qin Shiyue no le importó en absoluto.

Pero al otro lado, alguien escuchó su conversación.

Xu Yuling encendió su computadora, apoyó la cabeza en la mano y se burló mientras leía el resumen de su entrevista.

Al mismo tiempo, Tang Yi miraba la computadora de su oficina. Estaba medio contenta y medio preocupada.

Hace unos días, Xu Yuling fue corriendo a ver al redactor jefe y se quejó de que este año no había conseguido ningún artículo destacado. Dijo que ese día le

había robado la entrevista a Zheng Shuyi porque no tenía otra opción, y que llevaba muchos años trabajando en la editorial de la revista, por lo que pensaba que había trabajado muy duro y que se merecía algo más que esto.

Al final, el redactor jefe se enfadó con ella, así que le dieron el último artículo del año.

Y ahora, Zheng Shuyi apareció de repente.

Una entrevista con Guan Xiangcheng. Si eso no terminaba convirtiéndose en el artículo principal, el público definitivamente pensaría que la editorial tenía el cerebro de un burro.

-----

En la madrugada del fin de semana, para parecer más animada, Zheng Shuyi hasta se levantó temprano para salir a correr.

Luego se duchó, se maquilló ligeramente y ni siquiera se molestó en perfumarse, pues ya estaba suficientemente bien.

Dado que era el fin de semana, el lugar de la entrevista fue la casa de Guan Xiangcheng, que estaba en la antigua zona residencial de estilo occidental en los suburbios.

Este era el lugar para las personas mayores y ricos de Ciudad Jiang. Para encajar, muchos jóvenes ricos también vinieron a vivir aquí, por lo que este lugar es bastante popular.

A las nueve de la mañana, todavía había muchos jóvenes en la calle trotando por la mañana.

Zheng Shuyi salió del coche en las puertas delanteras y caminó lentamente hacia la casa de Guan Xiangcheng.

Llegó diez minutos antes, así que se quedó en la puerta y sacó un pequeño espejo para comprobar su maquillaje. Luego comprobó que el viento no le había despeinado el pelo...

De repente, la puerta que tenía delante se abrió.

Antes de que se diera cuenta de lo que estaba pasando, Shi Yan ya había aparecido frente a ella.

La fría y refrescante brisa de la mañana soplaba desde el bulevar. Shi Yan sólo llevaba una camisa, lo que parecía muy poco en esta estación.

Pero mientras sostenía la puerta con una postura relajada y un rostro tranquilo, hacía que la gente sintiera que era una persona que no podía sentir el calor o el frío.

Zheng Shuyi seguía sumida en su asombro. Tenía la boca abierta y los ojos fijos en los de él.

Bajo la tenue luz, todo a su vista parecía distendido y relajado.

Detrás de los lentes, su mirada también era tenue. Quizá era porque sus cejas eran profundas, cuando alguien lo miraba, sus ojos atraían toda su atención.

Zheng Shuyi lo miró sin comprender mientras preguntaba inconscientemente: ―¿Por qué estás aquí?

Shi Yan ladeó la cabeza, levantó las cejas y no se dignó a hablar, haciendo parecer que la respuesta era obvia.

Casi lo olvido, Guan Xiangcheng es su tío.

Era como el destino quiso que se reunieran aquí, y Zheng Shuyi no pudo evitar sentirse feliz. Empezó a sonreír y sus ojos también se convirtieron en medias lunas.

―Oh... qué coincidencia ―Zheng Shuyi levantó la cabeza―, Cuánto tiempo sin vernos, señor Shi.

Al terminar de hablar, la asistenta se acercó rápidamente para dar la bienvenida a Zheng Shuyi.

―Disculpe, ¿es la reportera Zheng? Pase, por favor.

La voz de la sirvienta era tan alta que cubrió el viento exterior, y también cubrió el silencioso «Sí» de Shi Yan.

Shi Yan se puso de lado, haciendo señas a Zheng Shuyi para que entrara.

La esposa de Guan Xiangcheng falleció hace unos años, y sus hijos también estaban ocupados con el trabajo.

Por lo tanto, él y una sirvienta que se ocupaba de su vida cotidiana eran las únicas dos personas que viven en esta casa de tres pisos, por lo que parece bastante vacío.

En ese momento, estaba sentado en la sala de estar del primer piso y tenía un juego de té sobre la mesa.

El vapor del té verde estaba en el aire, y el aroma de la infusión también estaba en el aire, permitiendo que el ambiente pareciera fluido y tranquilo.

Zheng Shuyi se acercó con Shi Yan. Al verlo casualmente sentado frente a Guan Xiangcheng, no supo dónde sentarse por un segundo.

Y Guan Xiangcheng estaba sosteniendo la tetera, llenando las tazas de té una tras otra.

―¿Estás aquí?

Esta fue una manera de aceptar a Zheng Shuyi, y su voz sonaba muy amigable también.

A Zheng Shuyi ya no le importaba. Se acercó y se sentó junto a Shi yan. La mesa de té no era grande y los asientos también estaban muy juntos. Las dos se sentaron codo con codo y mientras sus ropas se tocaban, se producían ruidos discretos. Sus respiraciones incluso parecían entrelazarse de forma invisible.

Todo lo que Zheng Shuyi necesitaba hacer era girar la cabeza, y podía ver claramente la mandíbula de Shi Yan y oler su tenue fragancia.

―Vamos a charlar de lo que sea hoy ―dijo Guan Xiangcheng mientras dejaba la tetera―, Leí algunos de tus artículos hace unos días, creo que todos están muy bien escritos y también utilizas algunos puntos de vista únicos. No he hablado con una persona joven que no sea Shi Yan desde hace mucho tiempo ya, así que le pedí que te invitara, y podemos charlar un rato.

―Señor Guan, me está alabando demasiado ―dijo Zheng Shuyi suavemente―, Yo soy la que necesita aprender de usted.

―De todos modos ―Guan Xiangcheng se dio la vuelta y cambió de tema―, ¿ya desayunaste?

Zheng Shuyi asintió, ―Sí.

―Muy bien, entonces simplemente toma un poco de té ―Guan Xiangcheng le entregó una taza de té―, Esta es una de mis mejores colecciones, ni siquiera lo sacaría delante de la gente normal.

Zheng Shuyi estaba un poco sorprendida por lo que dijo Guan Xiangcheng. Nerviosamente aceptó la taza con ambas manos.

―En realidad no me gusta beber té, por lo general sólo bebo brebajes, tal vez sólo seré una vaca masticando una peonía*.

(NT: *darle algo muy valioso a alguien que no sabe valorarlo, haciéndolo parecer un desperdicio)

Shi Yan levantó la mano y agarró la taza de té que tenía delante. Sin mirarla, se limitó a decir fríamente:

―Bébetela, te gustará. El agua utilizada está hecha de nieve. ―¿Eh?

Zheng Shuyi miró a Shi Yan confundida, ―¿En qué se diferencia usar nieve?

Shi Yan la miró, y sus ojos se encontraron. ―¿No te gusta mucho la nieve?

Su voz era realmente despreocupada y no parecía tener ningún otro significado.

Pero esta vez, Zheng Shuyi estaba segura, estaba siendo -¡De nuevo! -¡Tan enigmático!





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