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Bueno, después de 7 años terminamos Gamers!, hace poco también terminamos Sevens. Con esto nos quedamos solo con Monogatari Series como seri...

Boogiepop 08 Countdown - Capítulo 2

  


  

 

 

 

 

 

Aprende del sonido por el latido de su corazón y el flujo de su sangre...








Ker-crick... Girr-rack... Mk-kreek...

En la oscuridad de una de las muchas grietas de la ciudad, se oían sonidos como estos.

...Pero Pearl, ¿estás segura de que realmente necesitamos ir tan lejos? La voz de un hombre interrumpió los sonidos.

No podemos ser demasiado cuidadosos. Además, es posible que nuestro samurai ya se haya Traspasado. Haríamos bien en estar alerta añadió una voz de mujer.

Aun así... ¿Crees que realmente caerán en la trampa?

En respuesta al hombre aprensivo, la mujer respondió, rebosante de confianza:

Conozco muy bien a los hombres como él... Cuando se les da la opción de actuar o esperar, los de su tipo actúan. Su orgullo por su fuerzalo llevará de cabeza a nuestra trampa por voluntad propia.

.........

Ahora bien... ¿Cómo me veo? Cuando los extraños sonidos se calmaron, la mujer salió de la oscuridad, y de pie había una joven de preparatoria.

¿Y bien? Su voz era ahora diferente de la que había tenido hasta ahora, una con un timbre más juvenil.

...Prácticamente idéntica El hombre la miró y soltó un suspiro audible.

 

* * * * *

 

Yo, Taniguchi Masaki, un estudiante de preparatoria de 15 años, había estado muy animado desde la mañana.

Un pequeño asunto relacionado con las estrictas normas de mi escuela me había tenido encerrado en el dormitorio escolar las últimas semanas. La mayor parte de ese tiempo lo había pasado en lección tras lección de clases complementarias; sin embargo, hoy era el día en que por fin se me permitía salir a alguna parte. Había terminado un recadito que había prometido hacer a un amigo y ahora, poco después del mediodía, por fin estaba libre. Mientras caminaba por la calle, me encontré tarareando mientras mis piernas amenazaban con dar saltos y brincos. Fui directo a casa por el camino más corto posible.

 

 

Mis padres viven en el extranjero por su trabajo, así que no están en casa. En su lugar, vivo con Nagi-nee-san; aunque ella no es pariente mía. Dicho esto, se supone que también vive aquí una amiga mía al cuidado de Nagi-nee-san, una chica llamada Orihata Aya.

Y es... un poco embarazoso decirlo, pero... Orihata me cae bien, y parece que yo tampoco le desagrado del todo. Aunque todavía no lo he confirmado.

Tejeje...

Una sonrisa se dibujó en mi rostro. Y así, llegué a mi morada, una casa unifamiliar en un acogedor rincón del distrito residencial. Sin embargo, al tocar la puerta, noté algo raro: el pomo estaba inusualmente rígido. Daba la sensación de no haberse usado en mucho tiempo, como si el polvo lo hubiera obstruido.

.........

Tuve un mal presentimiento.

Con cautela, seguí hasta la entrada y me planté ante ella. La puerta estaba cerrada, lo cual no era particularmente inusual. Era totalmente posible que nee-san y el resto no estuvieran dentro. Pero no intenté entrar desde allí. En lugar de eso, me dirigí a la entrada trasera. Podría pensarse que era demasiado cauteloso, pero mis años de infancia en el extranjero me habían dado muchos motivos para serlo.

Naturalmente, tenía una llave de repuesto, así que pude entrar por detrás sin ninguna dificultad. Pero en cuanto entré, me quedé sin palabras.

¡¿......Qué?!

La entrada trasera estaba conectada directamente con la cocina. Era el lugar donde preparaba toda la comida antes de que me aceptaran en el dormitorio, entre otras cosas.

Pero ahora... no podía oler nada. El fregadero, reluciente y limpio, indicaba que no había salido ni una gota de agua del grifo, y la tabla de cortar que había a su lado estaba seca como un hueso. Y... allí no había nada. Ni tazas puestas a secar, ni esponja, ni estropajo, ni sal, ni azúcar, ni condimentos, ni cebolletas que deberían haber estado atadas para un condimento de emergencia... Nada.

Además, había demasiado silencio. El refrigerador no tenía electricidad y, por lo tanto, no emitía ningún zumbido.

...Era como si no hubiera rastro de nadie viviendo allí. Una casa vacía. Y había otra cosa que me preocupaba...

¿Qué demonios está pasando aquí...?

Me dije mentalmente que me calmara y me adentré en la casa. Acallando mis pasos, salí del pasillo y me dirigí hacia la sala de estar. Por allí sentí la presencia de alguien. No debería haber nadie allí, y sin embargo lo había.

¿No me digas que es alguien relacionado con Orihata...?

Pensaba que todos los problemas con ella habían terminado...

¡Pero sea quien sea, no dejaré que le haga nada terrible a Orihata nunca más...!

Tomé una especie de decisión, me armé de valor y me acerqué a la presencia. Pero en el momento en que entré en la habitación, me congelé.

Toda mi determinación y preparación se fueron al garete porque el tipo que estaba delante de mí era increíblemente extraño y surrealista.

...¿Eres Taniguchi Masaki? me dijo. Pero yo no sabía qué decir.

Pero qué... Se me escapó la voz.

Si tuviera que describirlo en una palabra, diría que era...

¿Un samurai?

Llevaba kimono y hakama. Era el tipo de atuendo que todo el mundo había visto muchas veces en obras de teatro de época y parques temáticos de Edo y esas cosas. Además, a pesar de ser un hombre enorme, sus ropas le quedaban demasiado pequeñas y cortas.

En su mano tenía un bokken. Y con un rápido movimiento, me apuntó con él.

Solicito humildemente una lección Al igual que su aspecto anacrónico, sus palabras también eran anticuadas.

¿Quién demonios eres? ¿Cómo entraste aquí? Intenté preguntar, pero al momento ya estaba sobre mí.

...¡Wah!

Esquivé hacia un lado, evitándolo. El bokken hizo un fuerte ruido al chocar contra el suelo.

¡¿Q-qué estás haciendo?! grité, y de nuevo se abalanzó sobre mí.

Hice todo lo posible por correr, pero la sala de estar apenas era espaciosa. Mis vías de escape eran limitadas, por lo que él se abalanzó sobre mí, utilizando su espada para golpear el sofá, la mesa y todo lo que encontraba a su paso.

...Maldita sea, ¿qué demonios está pasando?

Finalmente estallé. ¿Por qué? Porque se suponía que había llegado a casa de buen humor, feliz de volver a ver a Orihata después de mucho tiempo. Pero en lugar de eso, ¡había un extraño samurái atacándome sin motivo!

Me giré para enfrentarme al maldito samurái. Él, a su vez, cambió bruscamente de postura para enfrentarse a mí. El cabrón estaba sonriendo, lo que sólo hizo que me enfadara más.

Adopté la postura seiken y acorté la distancia entre nosotros un paso. Él hizo lo mismo.

.........

Miré hacia abajo para comprobar mi equilibrio. Y en ese instante, atacó.

Pero como ya había recibido varios de sus ataques, ya lo sabía.

Manteniéndome en posición, lancé el puño, no directamente hacia delante, sino en diagonal hacia abajo. Atrapó la espada de mi oponente y la apartó. Tal y como había pensado, la estaba blandiendo desde arriba con todas sus fuerzas, por lo que darle un pequeño empujón cambiaría fácilmente su curso y arrastraría el cuerpo de su portador en el proceso.

...¡Ah!

Por un instante vi que el rostro del samurái se ponía rígido. Debió de darse cuenta de que, con los brazos extendidos, su abdomen quedaba ahora totalmente expuesto.

Estaba en lo cierto. Pero era demasiado tarde.

...¡Fu-HOH!

Con una expulsión de aire le clavé el puño en la boca del estómago, y se desplomó lentamente en el suelo.

Recogí su cuerpo desplomado y miré alrededor de la habitación, decidiendo atarlo de momento con el cable eléctrico de la lámpara de pie.

...Qué desastre dije con un suspiro, y traté una vez más de comprender la situación.

¿Quién es este tipo...?

Lo que estaba claro era que en realidad era un completo principiante con la espada. Lo único que había hecho era blandirla temerariamente sin la menor habilidad. A pesar de eso, su cuerpo era afilado y ágil. Sólo en ese sentido no era un aficionado. ¿Pero qué significaba esto?

Hmm...

Mientras estaba sumido en mis pensamientos, el teléfono de la sala de estar empezó a sonar y casi me sobresalto. Aun así, decidí contestar.

...¿Hola? pregunté con cautela. De repente, al otro lado del auricular...

Oh, hola Masaki, ¿eres tú? Supongo que eso significa que ganaste       llegó una voz familiar.

¡N-Nagi-nee-san! grité.

¡Cuántas veces te he dicho que dejes el nee-san! Suena tan malditamente infantil.

¿Q-qué está pasando? ¿Por qué está la casa vacía? ¡¿Dónde está Orihata?!

Oh, se está quedando en mi apartamento. La casa está desocupada ahora mismo.

¡Pero nunca oí nada sobre esto!

Sí, porque nunca te lo dije Lo dijo con tanta naturalidad que me quedé boquiabierto. Pero Masaki, llamaste a Aya de la escuela muchas veces, ¿verdad? Y aun así nunca te lo dijo, ¿eh? En fin, eso es todo.

...¿De qué estás hablando?

Me sentí abatido. Orihata no era el tipo de persona que hablaba de cosas suyas. Debía pensar que nee-san siempre me contaba esas cosas. Por eso no me lo habría dicho. ...Al menos, eso es lo que me gustaría creer.

Por cierto, ¿qué pasó con Takashiro-san?

¿“Takashiro? ...¿Te refieres al samurai raro?

Sí, es él. No lo habrás matado, espero dijo Nagi, lanzando despreocupadamente una pregunta escandalosa.

¿Conoces a este tipo, Nagi? dije, alzando la voz.

No, no sé mucho sobre él. Sólo...

¿Sólo?

Parece que admiraba mucho a Sakakibara-sensei, así que pensé que debía presentártelo, siendo tú su alumno número uno y todo eso.

Sakakibara-sensei era mi maestro; me había enseñado algunas cosas como kárate y técnicas de defensa personal mientras estuve en el extranjero. También era amigo de nee-san.

¿Presentarme? El tipo acaba de lanzarse sobre mí, ¡por el amor de Dios!

No, eso es sólo porque le dije que debería intentar enfrentarse a ti dijo sin darle importancia.

Atónito, hablé con palabras temblorosas.

Entonces... ¡¿me estás diciendo que todo esto es culpa tuya?!

Ella afirmó con un escueto .

También debo añadir que fui yo quien le dio a Takashiro esas ropas. Son cosas viejas de Sensei. Le gustaron mucho. Aunque no entiendo por qué Sensei tenía esa ropa. Me pregunto si era un extra en una película o algo así   bromeó.

Permanecí en silencio; no estaba de humor para reírme. Sabía que, a veces, nee-san podía ser un incordio, pero esta vez me había fastidiado de verdad.

...De todos modos, voy para allá, ¿bien? Respondí enérgicamente, recomponiéndome.

Por mí está bien, pero si es a Aya a quien buscas, hoy no está aquí      Sus palabras me sorprendieron.

¿Eh? Pero se supone que tiene tiempo libre los fines de semana...

Orihata estaba asistiendo a una academia de cocina especializada para su formación profesional.

Parece que fue elegida por el director para ayudarle con la preparación previa a la cocina. Ha sido un trabajo duro. Incluso ayer tuvo que ir a buscar algunos ingredientes.

Nunca había oído hablar de esto.

No lo habrías hecho, porque no le dije ni una palabra sobre tu regreso.

¿P-pero por qué? Mi voz, prácticamente un grito lastimero en este punto, se encontró con la tranquila respuesta de nee-san.

Bien, escúchame. Esta es la oportunidad perfecta para que estudie. No puedo dejar que la desaproveche porque esté pensando en ti, ¿verdad? Aya está haciendo lo mejor que puede en este momento. Si tú también te preocupas por ella, será mejor que te concentres.

Lo... lo entiendo, pero no había necesidad de callarse del todo, ¿verdad?

Esa chica todavía no se ha quitado la manía de ponerse superconsciente de las cosas que le dice la gente. ¿Te imaginas la putada que sería que la cagara en un momento crucial por estar pensando demasiado en ti?

.........

No tenía espacio para discutir.

Noté cómo se marchitaban mis sentimientos de felicidad por poder ver a Orihata. Aún así...

...¿Entonces por qué no pudiste contarme nada de esto antes, Nagi?    Refunfuñé.

Eh, porque simplemente quería tomarte el pelo admitió despreocupada.

No estaba de humor para replicar.

Justo entonces, se oyó un gemido detrás de mí.

Ah... parece que se despertó.

Ese Takashiro-san o quien demonios fuera con el que Nagi se había involucrado se había despertado de su inconsciencia.

 

* * * * *

 

Takashiro Tooru escuchó una voz desde la oscuridad.

Eh, tú. Sí, tú. ¿Me oyes?

...¿Qué? ¿Dónde es esto? No veo nada.

Eh, ¿a quién le importa eso? Puedes oír mi voz, ¿verdad, colega?

¿Qué es esto...? Err, ¿qué me sucedió? ...¡Ahh! Es verdad. Estuve mano a mano con el estudiante de ese «Samurai» y entonces...

¡¿Puedes dejar de balbucear y escuchar un segundo?!

¿De qué estás hablando? Estoy inconsciente, ¿no? Así que esto debe significar que estoy en un sueño, ¿verdad? Bastante irritante para ser un sueño.

¿Sueño? Heh, mira al Sr. Sabelotodo. Ni siquiera te das cuenta de que has ''traspasado''.

¿Traspasado? ¿Qúe?

El nombre es Embryo. Y fuiste capaz de oír mi voz... Eso significa que ya has sido infectado. Y esa última batalla sólo apretó el gatillo. Quiero decir, oye, acabas de encontrarte con tu deseo largamente acariciado. Eso cumple maravillosamente las condiciones en mi libro.

...¿Hm? ¿Qué quieres decir?

¿Alguna vez te has preguntado para qué vive la gente?

¿De qué estás hablando?

La gente vive para luchar contra las posibilidades que hay en su interior... Al menos, yo fui creado como arma para ese fin. Existo para sacar el poder dormido dentro de una persona.

...Sí, todavía no entiendo de qué se trata esto. No tiene ningún sentido. Si esto es un sueño, explícamelo en términos simples.

Cierto psicólogo comparó una vez el corazón humano con un huevo... Dijo que se esconde dentro de su cascararón, fomentando ilusiones, odio -conceptos como ése- por propia voluntad. Ahora bien, nadie sabe exactamente qué es lo que acumula, ni siquiera la propia persona. Pero esas cosas están ahí, no cabe duda, esperando pacientemente el día en que acaben saliendo de ese cascararón... Una persona llegó a llamarlo bomba de relojería.

¿Un cascararón?

Sí. Y yo reacciono a ese caparazón, como una especie de ¿longitud de onda? Algo así. ¿Conoces esos sintonizadores? ¿Los que pueden romper vidrios y esas cosas emitiendo cierto tipo de sonido? Es lo mismo. Para cuando la gente puede oír mi voz, su cascararón ya es frágil. Con el estímulo adecuado, puedes romperlo fácilmente... y salir a la superficie.

¿Qué... eh...? ¿Puedes hablar en japonés, por favor? Nada de esto está calando.

Realmente no eres la herramienta más afilada del cobertizo, ¿verdad? Todo lo que soy es un eco que queda en tu cabeza. Eso significa que ya me has “traspasado”. Las únicas palabras que uso son las que tú entenderías. ¿Y me estás diciendo que todavía no lo entiendes?

...Oye, cállate. Aunque admito que no soy muy listo.

Increíble. Claro que el que seas tan tonto es la razón por la que fuiste capaz de concentrarte en una cosa con tanta determinación y “traspasar” tan fácilmente. Pero tengo que advertirte, eso solo no es suficiente».

¿No es suficiente? ¿Qué no es suficiente? ¿Qué es eso de «abrirse paso»?

Vas a tener que venir a mi lado una vez más... Ahí es cuando tu 'talento' estará finalmente completo. Sí, no basta con romper el cascarón... Debes tener la fuerza para salir, si no, te quedarás dentro de ese cascarón con un agujero y estirarás la pata. ¿Qué es lo primero que hace un animal después de salir de su caparazón? Eso es, respiran. Te daré tu primer aliento. Entonces -¡aleluya! - tu talento dará sus frutos. Eso sí... con una condición.

...¿Qué condición?

Esa misma. Si quieres convertirte en un verdadero 'samurai'... Si quieres ganar ese poder, entonces después de encontrarme... tienes que matarme.

¿Matar... dices?

Es una promesa, ¿entiendes? Tú me matas, y yo te convierto en samurai. Esa es la condición...

 

* * * * *

 

Urrgh...

Takashiro Tooru se despertó con un gemido. Sentía como si hubiera tenido un sueño extraño. Pero como es típico de los sueños, su recuerdo era borroso. Intentó estirarse y entonces se dio cuenta.

...¿Eh?

De alguna manera se había enrollado en un cable eléctrico y sus brazos no se movían ni un centímetro.

Ah, uhm...

Al oír una voz, levantó la vista para ver a Masaki Taniguchi, el chico que le había dado una paliza, mirándolo con expresión preocupada.

Ahh, tú eres Masaki-san, ¿verdad? A Tooru se le iluminaron los ojos. Siento mucho lo de antes. ¡Estaba tan desesperado por tener un combate de verdad entre nosotros! Soy Takashiro Tooru. Sakakibara Gen-sensei me salvó la vida una vez.

Sus brillantes y alegres palabras sólo sirvieron para fruncir aún más el ceño de Masaki.

Eh, sobre eso... Creo que te estás llevando una impresión equivocada de mí. No soy especialmente... el alumno número uno del Maestro ni nada por el estilo intentó razonar Masaki, pero Tooru no lo aceptó.

¡En absoluto! Has demostrado una habilidad tremenda. Incluso cuando me derribaste, dejaste muy claro por qué había perdido.

Tooru no estaba ni un poco amargado por su derrota, sino que expresaba sus verdaderos sentimientos con la mayor admiración.

Hmm... refunfuñó Masaki. Finalmente, sin embargo, suspiró. Bueno, me acabo de enterar por mi hermana de qué se trata... Supongo que debería deshacer tus ataduras.

Oh, en realidad, no me importa dijo Tooru con calma.

... A mí me importa. No me siento cómodo hablando con alguien que está atado cuando me está sonriendo frunció el ceño Masaki mientras aflojaba la cuerda con la que estaba atado Tooru.

...¿Qué acabas de hacer? Inquirió de nuevo Tooru.

¿Mm? Acabo de desatar tus ataduras.

¡Pero si estaban apretadas como el acero! Las quitaste como si nada.

Oh, bueno, eso es algo que aprendí de mi ma...

Masaki cerró la boca a media frase al darse cuenta; pero era demasiado tarde, Tooru lo estaba mirando con una admiración aún mayor.

Uhh...

Aunque Masaki estaba desconcertado, en el fondo admiraba a aquel tipo.

El maestro sí que es popular en lugares extraños... Aunque cuando estaba conmigo, lo único que hacía era tontear.

Antes de que se diera cuenta, estaba sonriendo.

¿Qué pasa? preguntó Tooru, mirándolo con suspicacia.

Oh, nada. De todos modos, ¿qué era lo que querías preguntarme? Si es algo que sé, supongo que puedo hablarte del Maestro.

El humor de Masaki había mejorado en algún momento.

 

 

 

...Dicho esto, en realidad no sabía mucho sobre él, así que todas mis respuestas acabaron un poco fragmentadas.

Sí, verás, aunque me preguntes dónde está, en realidad no podría decírtelo. Es esencialmente un vagabundo.

Pero ha estado en contacto contigo, ¿verdad, Masaki-san?

De vez en cuando, sí. ...Escucha, Tooru-san.

¿Sí?

Um, ¿podrías dejar de ser tan educado? Eres mayor que yo,  y no pasa nada si me llamas Masaki.

Mmm... Dices eso, pero tienes un rango superior al mío como estudiante dijo Tooru directamente, sin rastro de vergüenza.

Pero es eso. Por lo que me has contado, el Maestro te conoció antes que yo a él. En ese sentido, eso te convierte en mi senpai.

Hmm... Bueno, si tú lo dices. Pero en ese caso, te pediría que me llamaras Tooru.

Claro, por mí está bien. Ahora, sobre lo que decías... En muchos casos, no podía hacer mucho. Cuando el Maestro se pone en contacto conmigo, siempre me llama por teléfono desde su casa o me envía una postal o algo así. Dado que no sé dónde está.

¿Así que te llama? ¿De qué hablan?

 En realidad, siempre de cosas triviales. A veces llama sólo porque quiere oír algo de japonés. Ah, sí, ahora que lo pienso, la última vez que hablamos fue en invierno del año pasado. Parece que tuvo una hija. Estaba encantado.

¿Una... hija? ¿Se casó?

No estoy seguro. ¿Quizás tiene pareja? No le pregunté los detalles.

No importaban los detalles, el Maestro había divagado tanto sobre lo auspicioso que era el evento que no pude decir ni una palabra, y luego dijo:

Ah, no tengo dinero. Hasta luego y colgó sin más. Pensé que no había nada de qué preocuparse si estaba tan contento. Se lo conté a nee-san, pero se limitó a fingir un leve interés y eso fue todo.

Una hija, ¿eh...? Tooru estaba sumido en sus pensamientos con una expresión algo compleja.

En realidad, sin embargo, como iba diciendo, el Maestro no es la clase de tipo serio que tú dices que es. Aunque no puedo negar que es hábil.

Lo es, ¿verdad? Sabía que lo sería...

Al menos ese aspecto es probablemente el que te estás imaginando. Pero creo que eso podría ser sólo su talento. No creo que lo haya refinado incorporando y analizando cuidadosamente movimientos ni nada por el estilo. Así que dudo que sea el tipo de persona que sería bueno enseñando algo a la gente. Nunca me enseñó ningún tipo de arte secreto.

Pero tú también eres fuerte, ¿verdad, Masaki?

La lengua de Tooru empezaba a mostrar sus verdaderos colores a medida que se volvía progresivamente más irascible, pero eso sólo hacía que fuera más fácil hablar con él.

Hah, apenas. No soy nada comparado con el Maestro.

Eso era cierto. El Maestro era increíblemente fuerte, y yo no tenía ni la más mínima posibilidad contra él. Me había enfrentado a él muchas veces en los tres años que pasamos juntos, mañana, tarde y noche, pero aún podía contar claramente el número de veces que le había asestado un golpe.

Entonces, ¿qué aprendiste de él?

Hmm...

Me quedé perplejo. No porque me faltaran las palabras, al contrario. El Maestro me había estado contando cosas casi sin cesar, pero me resultaba un poco difícil decírselo a Tooru porque seguro que se sentiría decepcionado... o debería decir, confundido.

¿No hay técnicas asesinas? preguntó con los ojos brillantes. Como sospechaba, tenía grandes expectativas.

No, nada de eso... Aunque supongo que había algo así como una máxima secreta.

¡¿Una máxima secreta?! P-por favor, ¡¿me la enseñarías?!

Se acercó más. De mala gana, repetí lo que me había dicho el Maestro exactamente como lo había dicho, palabra por palabra. Los ojos de Tooru se abrieron de par en par.

...¿Qué?

Eso es lo que me dijo. Significa... Bueno, dijo que significaba algo así como piensa por ti mismo.

Me encogí de hombros.

......... Tooru se quedó con la boca abierta.

Así son las cosas con el Maestro: en realidad es un intelectual que ha publicado varios libros. Siempre me cuenta cosas profundas como ésa.

¿Libros? De nuevo se le iluminaron los ojos.

Bueno, fue coescrito con el difunto padre de Nagi. Aunque no aparece el nombre de Sakakibara Gen.

...¡No sabía que existiera algo así! ¿Por casualidad no lo tienes?

No a la mano, me temo...

Aunque si la casa no hubiera estado vacía, habría estado en la habitación de nee-san.

¿Se vende en las librerías?

...Ni siquiera sería capaz de decirte qué tipo de libro buscar.

Tooru se levantó.

¿Eh? ¿D-dónde vas?

¡A casa de Nagi-san! ¡Volvamos ahora mismo!

Apenas dijo eso, salió corriendo, todavía ataviado como un samurái.

¡Espera un segundo!

Me apresuré a perseguirlo, incapaz de dejarlo correr a su antojo.

 

* * * * *

 

Sus padres aún no habían vuelto, así que Akiko Honami estaba en su propio mundo, de pie en la cocina-comedor del apartamento que era su casa.

Sobre la mesa yacía el dispositivo de juego portátil de su hermano pequeño. Tooru lo había dejado con ella después de lo ocurrido. Los números del reloj marcaban la hora en la pequeña pantalla.

.........

Tenía la mirada perdida. Los datos introducidos en ella ayer no se habían transferido a la videoconsola principal porque aún no se la había devuelto a su hermano. Con todo lo que pasó ese día, se había olvidado por completo de ella, por lo que la pequeña baratija seguía en el mismo estado en el que se encontraba.

.........

¿Qué pasa, nee-chan? preguntó su hermano pequeño, Hiroshi, que estaba viendo la tele en la sala de estar.

.........

Pero ella no contestó, seguía mirando fijamente el pequeño aparato con forma de huevo.

¡Eh, nee-chan!

...¡Cállate! Te oigo perfectamente. No es nada dijo Akiko malhumorada.

...Eh, Nee-chan. ¿Quién creías que era esa chica Kirima?

¿Cómo voy a saberlo?

Para ser honesto, estaba un poco asustado de ella. ¿Es amiga tuya?

Acabo de decírtelo, ¡no la conozco! No es exactamente una amiga.

La hermana expresaba abiertamente su disgusto. El hermano suspiró y volvió a ver la tele. Se estaba jugando un partido de fútbol. El locutor comentaba los tiros fallados por poco y las buenas paradas del portero, etcétera.

.........

Con ese telón de fondo, Akiko seguía mirando fijamente la superficie de la mesa.

Je, je, je. Parece que tu hermanito no me oye, ¿eh?

Se oyó una voz procedente del huevo. Llevaba un rato hablándole.

.........

Akiko se quedó completamente callada.

Ahora bien, me imagino que estarás pensando algo así: ¿He empezado a oír cosas? Dios mío, ¿me estoy volviendo loca? Bueno, siento decírtelo, pero te equivocas... Esto está pasando porque nuestras dos longitudes de onda han coincidido.

.........

Sólo te queda un poco más. Sólo un poquito más, sólo un empujoncito y podrás lograrlo de alguna manera... Puedo romper ese cascarón por ti.

.........

Pero con una condición. Tienes que ayudarme y matarme. Ya estoy tan cansado de existir.

.........

Había empezado a oír la voz justo antes de que ella y su hermano fueran atacados por el trío misterioso.

...Por favor, mátame.

Akiko estaba segura de que eso era lo que decía. Después del incidente, había pasado el tiempo sin poder poner en orden sus pensamientos. Pero ahora...

.........

Eh...

Agarró el dispositivo portátil -que seguía hablándole-, se colgó la cadena al cuello y, metiéndoselo por dentro de la blusa, se levantó de la mesa.

Efectivamente, había estado escuchando atentamente. No sólo ella había oído la voz. Estaba segura de que Takashiro Tooru había dicho que había una voz que procedía del juego... ¡Quizá si estuviera con él, con Tooru, podrían descifrar juntos esta extraña situación!

...¿Eh? ¿Vas a alguna parte? preguntó Hiroshi. 

A lo que ella contestó secamente: 

A trabajar.

¡¿Qué?! Entonces, ¿qué pasa con la cena de esta noche?

No sé, ve a comer lo que quieras.

Espera, ¿en serio? ¿Puedo pedir pizza?

Claro, como quieras dijo ella, dando por terminada apresuradamente la conversación, y salió del apartamento.

...Bueno, eso fue un poco raro Hiroshi ladeó la cabeza ante el comportamiento de su hermana, pero justo entonces una voz procedente del televisor gritó ¡Goooooool! y él se volteó rápidamente para concentrarse en eso.

Y, cuando llevaba un rato absorto en el partido, resonó un tintineo metálico procedente de la ventana que daba al porche.

¿......?

Recordó que su madre le había dicho que los gatos cagaban mucho en las macetas del porche y se levantó.

¡Eh! Estúpido gato... empezó, abriendo la ventana con fuerza. Ante él había un hombre con uniforme de una empresa de electrónica.

¿Qué...? Hiroshi retrocedió de inmediato.

Tch dijo el hombre, chasqueando en voz baja, y al momento siguiente sacó de repente lo que parecía ser una barra de metal dirigida a Hiroshi. Se le clavó en la boca del estómago y lo hizo volar por los aires.

...¡¿Guah?!

Hiroshi rodó por el suelo, volcando la mesa de la sala y el televisor. Tenía el cuerpo entumecido y no podía moverse.

.........

Lentamente, el hombre vestido de obrero entró en la habitación y procedió a mirar a su alrededor, luego hizo lo mismo con las otras habitaciones antes de volver finalmente hacia el inmóvil Hiroshi.

...¿Dónde está tu hermana?

...¿Q-Quién demonios eres...? respondió, con la voz ronca e incapaz de proyectarla.

Dije, ¿dónde está tu hermana?

El hombre agarró la mano de Hiroshi y torció ligeramente uno de sus dedos. Era un movimiento tan leve que, sin embargo, provocó un dolor atroz en todo el cuerpo de Hiroshi.

¡......!

Nunca había oído hablar de tal tormento.  Esto... era el trabajo de un profesional. Aunque llevaba ropas de obrero, no eran más que un disfraz y, en realidad, no pertenecía ni remotamente a una empresa de electrónica.

¿Qué está pasando aquí...? Primero ayer, ahora esto...

Entonces, en medio de sus pensamientos, cayó en la cuenta. ¿Este tipo estaba relacionado con la gente de anoche?

Tu hermana debió irse durante los pocos segundos que tardé en bajar aquí desde el tejado. Pero tú sigues aquí... Eso sugeriría que ha sido una coincidencia y que no planeabas escapar especialmente. Así que ''Embryo'' debe de seguir aquí.

Una vez más, el hombre dirigió su barra metálica hacia Hiroshi y se la clavó con fuerza en el costado. No fue una fuerza descomunal, pero Hiroshi experimentó un dolor sordo y fuerte, como el que se siente al recibir un golpe directo de una pelota de béisbol en el costado. El hombre debía de estar ejerciendo presión sobre sus órganos internos.

Ahora, vas a hablar... ¿Qué ha poseído “Embryo”? ¿Qué forma ha adoptado? ¿Y dónde está?

¡U-urrggh...!

No tenía ni idea de lo que el hombre estaba hablando, y tampoco podía soportar el dolor al que estaba siendo sometido. Hiroshi estaba, en todo caso, confundido.

Te das cuenta de que si no respondes, acabarás muerto. Si va a ser así, que así sea. Tu hermana va a volver en algún momento, lo único que tengo que hacer es torturarla a ella también.

¡............!

Los ojos de Hiroshi, nublados por la confusión, se enfocaron de inmediato. ¿Qué decía? ¿Planeaba matar también a nee-chan...?

Justo cuando el hombre empezaba a fruncir el ceño al ver cómo el chico le devolvía la mirada de forma repentina y feroz, desde el interior de la casa sonó el alegre ¡Ping pong! del interfono.

......¿Una visita?

El hombre adoptó una postura cautelosa. El interfono volvió a sonar, esta vez varias veces.

¡Pingpongpingpongpingpong!

¡Perdone! Tengo una entrega se oyó la voz de un joven.

Pero el hombre, por supuesto, no respondió. Hiroshi quiso gritar, pero no pudo hacerlo; el hombre le estaba constriñendo la tráquea.

Dije que tiene una entrega aquí... ¿Hola? ¿No hay nadie en casa? La persona al otro lado de la puerta sonaba frustrada. El hombre sonrió satisfecho.

Sí, aquí no hay nadie susurró en voz baja.

¡............!

Justo cuando la cara de Hiroshi se contorsionaba de agonía...

Eh, maldita sea, no me mientas dijo una voz aguda en marcado contraste.

Y entonces la puerta, como si no hubiera estado cerrada en lo más mínimo, se abrió con total normalidad, como podría hacerlo cualquier puerta.

¡¿Qué...?!

Los ojos del hombre se abrieron de par en par.

¿No te dijo nunca tu madre que no es bueno mentir? dijo en voz baja la persona que estaba al otro lado de la puerta.

Era un chico. Y sin embargo, de alguna manera, había un aire de algo que haría que te lo pensaras dos veces antes de llamarlo chico, algo amenazador en él que sugería a un hombre adulto Llevaba ropas de color púrpura pálido que se ceñían a su cuerpo, y tenía las manos en los bolsillos. Pero en ese caso... ¿cómo había podido abrir la puerta que debería haber estado cerrada hasta ahora?

Q-quién demonios eres...

Incluso mientras el hombre hablaba, esta persona entró en la habitación. El hombre sacó una pistola provista de silenciador y, sin dudarlo, le apuntó y disparó. Pero él simplemente siguió caminando, sin molestarse siquiera en esquivar.

...Varias balas que deberían haberlo alcanzado se desvanecieron antes de llegar a él.

......¿Huh? dijo el hombre, incapaz de entender lo que estaba ocurriendo, y cuando el tipo que había entrado con valentía movió despreocupadamente la mano hacia un lado, la cabeza del hombre se separó de su cuerpo y voló por la habitación.

No había ni una sola gota de sangre. Pero por supuesto... su muerte fue instantánea.

.........

Hiroshi, aún tendido en el suelo, sólo podía mover los labios aturdido por los acontecimientos que se habían desarrollado. ¿Qué demonios pasó? Justo cuando una especie de asaltante desconocido había irrumpido sin invitación hacía un momento, ahora había aparecido un tipo diferente sin motivo aparente y...

Hiroshi dirigió los ojos hacia el cuerpo del hombre que yacía en el suelo. La herida de su cuello era lisa, como arcilla cortada con alambre.

Simplemente se había desplomado con un ruido sordo y, por supuesto, yacía allí inmóvil. El sonido ba-tum que había oído desde la dirección opuesta era probablemente el de la cabeza volando al caer al suelo.

.........

¿Qué demonios está pasando aquí...?

Ninguno de los acontecimientos se había asentado como real para él todavía. Las palabras Decapitar a ese hombre y clavar su cabeza en una pica le vinieron a la mente.

Hola dijo el hombre de pálido color púrpura, volviéndose hacia Hiroshi con una sonrisa radiante. Lo pasaste mal, ¿eh? Err, tú eres... Honami Hiroshi, si no recuerdo mal.

.........

Ah, culpa mía. Es de buena educación presentarse antes de preguntar el nombre de otra persona, ¿verdad? Soy Lee Maisaka. Pero puedes llamarme Lee. O, si quieres, puedes llamarme por mi apodo, 'Fortissimo'. Aunque supongo que ése te resultará más difícil de usar, ¿eh?

Para alguien en la mitad de su adolescencia, su forma de hablar era inusualmente madura.

¿Lee...?

Vine a avisarte de que estabas en peligro... pero parece que llegué demasiado tarde. Lo siento mucho.

El que se hacía llamar Lee Maisaka se puso una mano en el pecho e hizo una ligera reverencia. Aunque sus rasgos eran asiáticos, sus modales y su porte eran algo que raramente se veía en un japonés.

Peligro... empezó, y entonces Hiroshi se dio cuenta de repente. ¡Es cierto! Si me atacaron, entonces mi hermana...

¿Oh? ¿Dónde está tu hermana? ¿Afuera? preguntó Lee suavemente.

Detrás de aquellos ojos aparentemente tranquilos, por un momento, se retorció algo oscuro y escalofriante.



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