UN ACUERDO
Continuando desde donde lo dejamos ayer, llegamos a la sala
de karaoke del centro comercial Keyaki. Desde luego, excluyendo los
dormitorios, era uno de los mejores lugares para asegurar nuestra privacidad.
No había nadie en la sala en la que entramos Horikita y yo.
―Si sólo íbamos a hablar, no
hacía falta venir hasta la sala de karaoke.
Como ya habíamos visitado la habitación del otro en el
pasado, no debería haber habido ningún problema en mantener esta conversación
en la habitación de ninguno de los dos. En otras palabras, el hecho de que ella
eligiera traerme aquí significa que otras personas se unirán a nosotros.
No me involucraré demasiado y dejaré que Horikita lo maneje
hasta el final.
―Tenemos algo de tiempo hasta
nuestra cita... ¿quieres cantar algo?
Tomó el micrófono que estaba encima de la mesa y me lo
tendió.
―No, paso. ¿Qué tal si cantas
tú? Al menos te aplaudiré.
―De ninguna manera.
Una negación inmediata. ¿No vas a practicar lo que
predicas...?
―Porque voy a estudiar ―dijo,
antes de sacar en silencio su cuaderno.
Al ver eso, saqué mi propio libro de consulta y también me
puse a estudiar. En la escuela, la mayoría de las clases se imparten ahora
utilizando nuestras tabletas y otros equipos de este tipo, pero cuando se
estudia solo, abrir un libro y llevar un cuaderno es realmente más fácil.
Como no íbamos a cantar, la sala estaba muy silenciosa.
Aunque nuestro extravagante devenir había creado un ambiente extraño, decidí
aguardar tranquilamente en el sofá y esperar a que llegara la hora.
Y entonces pasaron las 17:10. Horikita, que había estado
mirando la hora en su teléfono cada pocos minutos desde antes de las 5 PM,
levantó la cabeza con un suspiro.
―Lo siento. Esto puede alargarse más de lo que pensaba.
No pregunté con quién nos íbamos a reunir, pero creo que
era seguro decir que habíamos quedado a las 5 y que se retrasaban. Viendo que
no se habían puesto en contacto, o bien había circunstancias que escapaban a su
control, o bien eran algo flojos, o bien eran el tipo de persona que llegaría
tarde a propósito.
Mientras esperábamos, consideré a varios estudiantes,
imaginando a uno, tachándolo y pasando al siguiente. Pasaron otros quince
minutos.
La puerta de la sala -que no se había movido lo más mínimo
desde que habíamos llegado- se abrió lentamente desde el exterior. Quien
apareció fue... alguien que no esperaba.
Era Katsuragi Kohei, de segundo año de la clase D. Parecía
el tipo de persona que es exigente con la puntualidad, así que me sorprendió.
―Siento llegar tarde.
―No, no me importa. A ti
también te habrá costado mucho, Katsuragi-kun.
―...Más o menos.
Murmurando eso, Katsuragi incitó a la persona que acechaba
detrás de él a entrar en la habitación. Otra persona se reveló.
―Suzune, es genial que quieras
tener una cita conmigo, pero parece que hay demasiada gente acompañándote.
Era el hombre que llevó a Katsuragi -el líder de la clase
A- a su propia clase, Ryuuen Kakeru.
―Es porque sería difícil
mantener una conversación constructiva sólo con nosotros dos.
Aunque se burlaba con audacia, Ryuuen no había dado
muestras de dejar de observar a Horikita con agudeza. Ahora que el caso con
Kushida estaba resuelto, Horikita había despejado su mente y recuperado su
habitual compostura. Dado que casi no habían tenido interacción directa desde
que se convirtieron en estudiantes de segundo año, no sería sorprendente que
-incluso en esta etapa temprana- él hubiera percibido los cambios en Horikita.
―¿Intentabas obtener una
ventaja mental llegando tarde a propósito?
―¿Quién sabe?
La batalla había comenzado, sus primeros disparos fueron
ellos sondeando al otro antes incluso de enfrentarse. Supongo que puedo suponer
que el bando de Ryuuen aún no se ha enterado de por qué fueron convocados aquí.
―Hay algo que quieres hablar
con nosotros... escuchemos los detalles, ¿de acuerdo?
―¿Puedes sentarte? Si esto
fuera algo que sólo llevara uno o dos minutos, no me habría molestado en
llamarlos aquí.
Ryuuen me lanzó una mirada antes de sentarse con confianza
en el sofá y agarrar la tableta de la estación de servicio. Como si estuviera
acostumbrado, hizo su pedido y luego arrojó la tableta al azar sobre la mesa.
Después, Horikita alcanzó la tableta y la recogió.
―¿Y tú, Katsuragi-kun?
―Tomaré un té oolong, por
favor.
Tras escuchar su petición y completar el pedido con la
tableta, la devolvió cuidadosamente a la estación de servicio.
―Te diré por qué los llamé
aquí...
Rápidamente intentó iniciar la conversación, pero Ryuuen la
retuvo con una mano, con el objetivo de descolocarla de entrada.
―Antes de eso, hay algo que
quiero preguntarte. ¿Qué sentiste al eliminar el peso muerto y conseguir esos
puntos de clase? Debió ser algo especial, ¿no?
Hizo una pregunta rotunda que probablemente nos infligiría
un daño emocional. Era una jugada para intentar sacar ventaja en esta situación
en la que aún no sabía cuál sería el tema de nuestra discusión. No había duda
de que Ryuuen -con su estilo clásico- estaba utilizando el estado de nuestra
clase para sondearnos. Era un truco basado en la suposición de que los asuntos
internos de nuestra clase no se habían aclarado, pero Horikita no se inmutó.
―Desde luego, no es que no
haya causado una montaña de problemas. Sin embargo, siento decepcionarte, pero
no va a salir como quieres. La mayoría de los grandes problemas ya se
resolvieron.
Eso era una mentira. Al menos, el asunto con Haruka seguía
sin tocarse, y no estaba claro cuándo explotaría esa bomba.
―Me mientes, haciéndote la
grandiosa, ¿no?
Ryuuen afirmó que estaba mintiendo en un intento de
engañarla para que revelara la verdad, pero Horikita no le hizo caso.
―Si crees que estoy mintiendo,
que así sea. Para empezar, no eres el tipo de persona que creería fácilmente cualquier
cosa que yo diga, ¿verdad?
―Hmm, no lo sé... Puede que
confíe en ti más de lo que crees, ¿sabes?
―Ya sea que estés hablando en
serio o en broma, eso no es muy gracioso.
Ella esquivó sus provocaciones. Katsuragi se cruzó
lentamente de brazos mientras miraba a Horikita, como si la analizara.
―Más bien, ¿qué intentabas?
Estaba segura de que expulsarías a alguien.
―¿Te preocupas porque estás
sola? Después de todo, fuiste la única que tomó la decisión equivocada.
Tres de las cuatro clases protegieron a sus compañeros.
Estaba tratando de implantar la idea de que sólo Horikita fue cruel y cometió
un error.
―Es una lástima que hayamos
sido los únicos en elegir la respuesta correcta. No diste ni un paso adelante
en la lucha por la clase A.
―Es suficiente por ahora.
Katsuragi intervino para controlar la situación, pero justo
entonces se oyó un ligero golpe en la puerta. Un camarero apareció con el té
oolong que Katsuragi había pedido y también con un jugo de naranja. La bebida,
que no encajaba, fue colocada delante de Ryuuen. La incongruencia de la
combinación captó por un momento las miradas de Horikita y Katsuragi.
Por cierto, a mí me pasó lo mismo. Ryuuen y el jugo de
naranja... simplemente no encajaba.
―Ahora que tenemos nuestras
bebidas, ¿vamos a entrar en materia? ¿Cuál es el sentido de esta reunión?
Mientras todos seguían comentando internamente esa
elección, Katsuragi incitó a Horikita a iniciar la conversación. Horikita
asintió con la cabeza y, tras volver a mirar a Ryuuen y a Katsuragi, comenzó a
hablar.
―Para derrotar a la clase de
Sakayanagi-san, propongo que formemos una relación de cooperación para el
próximo Festival Deportivo.
Los hombros de Katsuragi reaccionaron ligeramente,
indicando su sorpresa. Momentos después, tras volver a su estado habitual, le
devolvió sus propias palabras.
―... ¿Qué quieres decir con
relación de cooperación?
Ella dijo cooperación, pero el grado de cooperación difería
mucho de cómo se tomara esa palabra. Era natural que él quisiera escuchar los
detalles, pero no parecía que tuviera la intención de rechazarla directamente.
Ryuuen, por su parte, no estaba sorprendido, pero tampoco parecía impresionado.
Podría decirse que se limitaba a observar con una sonrisa de satisfacción
pegada al rostro.
―En este examen especial, hay
aspectos de grado mixto y de grado específico en la competición. Quiero
aprovechar el sistema en el que, si ganamos en una competición de grupo con
varias personas participando, todos obtendrán la misma puntuación.
―¿Por qué nuestra clase? ¿Te
importa si te pregunto tu razonamiento?
Ryuuen -el líder de su clase- escuchó sin intervenir para
nada.
―En primer lugar, no hace
falta decir que la clase A está descartada. Compartir los puntos que obtenemos
con la clase a la que queremos alcanzar sería como poner el carro delante de
los bueyes. Las dos opciones restantes son la clase de Ichinose-san o la tuya.
En mi análisis, aunque Ichinose-san es de lejos la mejor en términos de
confianza, es difícil decir que tiene muchos compañeros de clase que estén físicamente
dotados.
―Así que estás diciendo que
nos elegiste por proceso de eliminación, ¿eh?
―Si fuera por un simple
proceso de eliminación, para empezar no me habría asociado con ninguna clase.
Ya que la única persona más indigna de confianza que alguien de la clase de
Sakayanagi es Ryuuen-kun, el líder de tu clase.
Sin duda no era una persona fácil con la que hacer equipo.
Como si simpatizara, Katsuragi asintió profundamente.
―Es cierto. Incluso yo, que
ahora soy un compañero de clase, pienso así. No hay nadie a quien temería más
confiarle mi espalda. Siendo así, ¿por qué propusiste una relación de
cooperación que supone un riesgo tan grande para ti?
―Para ganar, por supuesto. No
podemos avanzar sin poner fin a la abrumadora ventaja de la Clase A.
―Pero será inútil si esas
esperanzas no se cumplen, ¿no? Este tipo utilizará cualquier medio disponible,
así es él. Lo conozco bien, ya que tengo mis propias experiencias dolorosas. No
puedo recomendarlo.
Expresó una opinión tan enconada de su compañero de clase
que era difícil creer que estuviera del lado de Ryuuen. Si uníamos nuestras
fuerzas imprudentemente, lejos de llegar a la clase A, seríamos engullidos por
la clase de Ryuuen. Le advirtió de ese peligro.
―No tenía intención de ir al
grano durante la discusión de hoy. Hacía tiempo que no hablaba así con
Ryuuen-kun, y no puedo confiar en alguien que llega tan descaradamente tarde.
Sin embargo, cuando vi que te disculpabas por llegar tarde, Katsuragi-kun,
cambié de opinión. Al menos, puedo confiar en ti.
―Eso es muy ingenuo. ¿No has
considerado que esta actitud mía puede ser también una de las artimañas de
Ryuuen?
―Si no soy capaz de discernir
si puedo o no confiar en ti, tarde o temprano, me acabarán tragando, ¿verdad?
Ahora mismo, Horikita también se arriesgaba.
Cuando Ryuuen y Katsuragi se pusieron uno al lado del otro,
Katsuragi parecía una persona buena y relativamente sensata.
Pero si ella mostraba que estaba preparada para ello,
Katsuragi no tendría más remedio que aceptar.
―Pareces un poco diferente de
antes, Horikita. Supongo que eso significa que tú también estás creciendo.
Katsuragi percibió el cambio en Horikita -cómo había
madurado- y mostró una renovada voluntad de sentarse a dialogar.
―Entiendo la situación de tu
parte. A partir de aquí, te daré mi opinión personal.
Añadió deliberadamente la palabra personal, probablemente
para advertir que no tenía en cuenta en absoluto las intenciones y los
pensamientos de Ryuuen.
―Yo también tenía en mente un
plan para unir fuerzas con tu clase esta vez y derrotar a la clase A.
―¿Tú también...?
―Así es. Tu clase tiene
individuos fuertes como Sudou y Kouenji que pueden competir a través de grados.
Entre las cuatro clases de segundo año, ustedes tienen los estudiantes con las
más altas habilidades físicas, y la profundidad de su lista es la mejor. No
tenemos que preocuparnos por ser perjudicados si formamos un equipo con
ustedes. No eres alguien en quien pueda confiar incondicionalmente, pero el
hecho de que tu clase no nos traicionará fácilmente es digno de mención.
Mientras Katsuragi decía eso, los ojos de Ryuuen también se
dirigieron a mí. Sin embargo, su boca permaneció cerrada.
Hasta ahora, no había nadie más en la clase de Ryuuen que
pudiera llevar a cabo negociaciones, por lo que éste siempre tomaba la
iniciativa en la conversación. Sin embargo, con la incorporación de Katsuragi,
la necesidad de hacerlo había disminuido, y ahora tenía la opción de esperar y
ver. Eso era una gran ventaja para ellos.
Era inquietante no saber qué pensaba Ryuuen, qué iba a
sugerir y en qué momento lo haría. Aunque era fácil hablar con Katsuragi,
Hoikita también debía empezar a ser consciente de ese miedo. Sin embargo, ese
es un camino que tiene que tomar si va a proponerle ideas periódicamente
durante el próximo año y medio.
―Pero, a decir verdad, estaba
dudando si debía proponerle a Ryuuen-kun trabajar junto a su clase.
Había pasado una semana desde que se anunciaron los
detalles del Festival Deportivo. Si Katsuragi estaba trabajando para que
nuestras clases cooperaran, no habría sido sorprendente que Horikita ya se
hubiera enterado. Eso significaba que, en su mente, la mitad que no quería unir
fuerzas ganaba.
―Si formáramos una relación de
cooperación, naturalmente nuestras clases ocuparían el primer y segundo lugar.
Si eso ocurre, el factor decisivo sería ineludiblemente la fuerza total de
nuestras clases. A grandes rasgos, diría que tendríamos que resignarnos a la
posibilidad de que tu clase obtuviera el primer puesto y nosotros el segundo ―dijo
Katsuragi.
Trabajar juntos les permitiría dejar atrás a la clase de
Sakayanagi y a la de Ichinose, pero también haría que la verdadera batalla
fuera entre la clase de Horikita y la de Ryuuen. Precisamente porque Katsuragi
entendía esto, respondió que tenía dos opiniones al respecto.
Katsuragi nos entendía, pero eso no significaba que fuera a
mostrar inmediatamente su apoyo a una relación de cooperación con nosotros. Así
que si no superábamos esta barrera a la que nos enfrentábamos, ni siquiera
podríamos empezar a negociar con Ryuuen...
Entonces, ¿qué vas a hacer, Horikita?
―Entonces quieres decir que tu
clase ve a la nuestra como una amenaza, ¿verdad?
―Absolutamente. Las
circunstancias son muy diferentes a las de hace un año. A diferencia de cuando
se burlaban de ustedes por ser un paquete de productos defectuosos, ahora son
de la clase B. Y eso es después de que sus puntos de clase cayeran a cero una
vez. Más recientemente, se produjo la victoria en solitario de Kouenji y se
ganaron cien puntos al tomar la difícil decisión de expulsar a un compañero de
clase en la Prueba Especial de Consentimiento Unánime. No hay duda de que sin
duda son un enemigo formidable.
―No me parece mal que nos
evalúen así, aunque no se deba a mis propios logros. Pero si no formamos un
pacto y nos enfrentamos al Festival Deportivo sin ninguna coordinación, ¿no
será muy probable que la clase de Sakayanagi obtenga el primer puesto en el
peor de los casos? Lo importante ahora es derrotar a la clase de Sakayanagi.
¿Estoy equivocada?
―No. Tienes razón. Ryuuen,
¿qué piensas?
Ahora, por primera vez, Katsuragi buscó la opinión de
Ryuuen.
―Si quieres que te ayudemos,
entonces tiene que haber una recompensa adecuada, ¿no?
―Creo que te has confundido.
Claro, la que les trajo esta propuesta fui yo, pero eso no significa que deba
hacerles algún tipo de concesión. De hecho, deberías darte cuenta de que estás
en posición de formar una sociedad con la clase que está en la carrera para
obtener el primer lugar.
―No me hagas reír. Aunque no
cooperemos, ganaremos, pero si ustedes nos van a rogar, supongo que no nos hará
daño ayudar. Esa es nuestra posición. Si no te gusta, siéntete libre de volver
a casa.
―¿Conoces el camino de vuelta?
Sólo tienes que salir por esa puerta y girar a la izquierda, y estarás fuera.
Ni siquiera contempló la posibilidad de una concesión y en
su lugar recomendó a Ryuuen y Katsuragi que se marcharan. Su actitud no sólo
respondía al verdadero espíritu de negociación, sino que también daba la
impresión de que no lo apostábamos todo a su resultado. Eso significaba que las
negociaciones terminarían en el momento en que Ryuuen abandonara la mesa, y
junto con él desaparecería la propuesta de derrotar a Sakayanagi. Y después de
eso, si Ryuuen nos decía que estaba dispuesto a volver a unir las manos,
nuestras posiciones se invertirían
―Por fin tienes las pelotas de
hacer un farol, ¿eh?
―¿Qué estás diciendo? Tal y
como dijo Katsuragi-kun, nuestra clase tiene mucha potencia de fuego para el
Festival Deportivo. ¿O acaso crees que puedes enfrentarte a Sudou-kun o
Kouenji-kun de frente y quedar mejor que ellos?
―Mano a mano, de forma justa,
tal vez no. Pero hay muchas otras formas. No has olvidado lo del año pasado,
¿verdad?
Ryuuen fingiendo un accidente, la misma jugada que nos
preocupaba. Estaba claro que sus palabras de ahora estaban insinuando eso.
―Parece que este año tendremos
invitados, así que vigilarán más estrictamente el espíritu de las reglas del
Festival Deportivo, ¿verdad? Me gustaría ver hasta dónde puedes llevar tus
despreciables movimientos.
―Hay plenitud de puntos
ciegos, y no sólo tiene que ser durante los eventos.
A saber, se refería a los vestuarios o a los baños, donde
no podía haber nadie mirando.
―No ha cambiado nada. Desde
luego, pensar en eso es aterrador, pero... parece que terminamos aquí.
Sin desilusionarse ni un poco, Horikita cerró su cuaderno.
―Gracias por acompañarme hoy,
Ayanokouji-kun. Por desgracia, parece que este caso es tan arriesgado que ni
siquiera tengo que pedirte tu opinión al respecto. Estoy pensando en terminar
esto aquí.
―Si te parece bien, entonces
no tengo problemas.
Así las cosas, Horikita empezó a guardar sus cuadernos.
Ryueen miraba sin decir nada, pero Katsuragi hizo un movimiento.
―Ryuuen. Parece que Horikita
es diferente a como solía ser, mucho más de lo que podíamos imaginar. Si no nos
tomamos en serio esta negociación, seremos nosotros los que salgamos perdiendo.
Katsuragi había analizado con calma toda la situación, así
que se volvió a mirar a Horikita.
―¿No fuiste tú el que decidió
no plantear esto porque pensabas que los inconvenientes de formar una alianza
eran peores? ―preguntó Ryuuen.
―Nosotros no propusimos esta
idea. Pero, ahora que Horikita inició la conversación, la situación ha
cambiado. Por no hablar de que tengo la sensación de que será mejor de lo que
esperaba.
Ahora que había actualizado los datos que tenía, su
evaluación de la clase de Horikita había subido un poco. En resumen, nos había
reevaluado como una clase que consideraba lo suficientemente buena como para
trabajar con ella.
―Está dando un buen
espectáculo, pero desde mi punto de vista no es más que una fachada. Cuando
estás en ventaja, es natural tratar de poner las cosas a tu favor. Claro,
parece que se ha vuelto algo más persuasiva, pero la única razón por la que
parece que está funcionando es porque Ayanokouji está a su lado.
Nada más decir eso, Ryuuen agarró el vaso de jugo de
naranja lleno hasta el borde que tenía delante, y -sin vacilar ni un poco-
lanzó su contenido en mi dirección. Inmediatamente lo esquivé deslizándome
hacia un lado de donde estaba sentado y evité que me salpicara. Una mancha
amarillenta y maloliente se extendió al instante en el lugar en el que estaba
sentado hace un momento.
―¿Así que finalmente te darás
cuenta de lo anormal que es este tipo? ¿Crees que podrías esquivarlo?
―... No, eso sería imposible.
―Así es. Un tipo normal se
habría mojado antes de tener tiempo de reaccionar. Ningún tipo ordinario podría
esquivar eso, pero este tipo lo hizo como si no fuera gran cosa.
―Admito que tiene unos reflejos
demenciales, pero... ¿qué tiene que ver eso con esta discusión?
―¿No lo entiendes? Deja que te
lo explique: Ayanokouji es el Arma Letal de Suzune. Por supuesto que está
hablando a lo grande después de haber disparado su pistola a un enemigo desarmado.
―¿Pediste un jugo de naranja
sólo para probar eso? ...Ahórratelo, por favor.
Sabía que algo no iba bien, y como siempre acabó haciendo
algo ridículo. Fue una buena idea mantener mi guardia hasta que bebiera lo que
era una bebida inusual para él.
―¿Por qué lo esquivaste? Si lo
hubieras aceptado en la barbilla, habrías evitado que te devolviera el golpe.
―No seas ridículo. Ni siquiera
yo quiero recibir un vaso de jugo en la cara.
Olería fatal, estaría pegajoso y no se quitaría fácilmente.
Habría sido difícil soportarlo todo incondicionalmente. Sin embargo, podría
haberlo soportado si fuera té oolong. Si querías molestar a alguien echándole
una bebida, el jugo de naranja era una de las mejores opciones.
―Si quieres tener una
discusión seria, saca a Ayanokouji de aquí. Entonces hablaremos.
Declaró que la condición para continuar esta negociación
era sacarme de este lugar.
―Muy propio de ti. Pero me
niego. Es mi compañero de clase. No sólo tiene derecho a estar aquí, sino que
yo también tengo derecho a invitarlo. No tengo ni idea del problema de usar
todas las armas de mi arsenal durante una negociación.
Realmente se ha vuelto valiente. Y lo que es más
importante, ha sido capaz de aportar ideas que antes no podía.
Y una cosa más me llamó la atención, aunque Horikita no
sabía lo que había pasado entre Ryuuen y yo, se estaba enterando. Ryuuen
también lo había adivinado. No sabía cuánto se había enterado, pero no me
sorprendería que se hubiera enterado del incidente de Kei en la azotea.
Horikita me había dicho que no tenía que ayudar, que sólo
tenía que estar aquí. Estaba cumpliendo su promesa incluso mientras me
utilizaba, así que no tenía nada de qué quejarme.
―Nuestra clase está en mejor
posición que la tuya, y aun así te planteamos esta propuesta de relación de
cooperación. Si eso no es suficiente para que estés de acuerdo, entonces
prefiero que finjamos que esto no ha ocurrido.
Ryuuen no podía de ninguna manera aliarse con Sakayanagi, e
incluso si acudía a Ichinose, no estaba claro cuántas estrategias útiles podría
desbloquear. Si tomaba la decisión equivocada, ni siquiera él podría evitar los
efectos que tendría sobre ellos de ahora en adelante.
Y aunque no fuera probable, aún existía la posibilidad de
que Horikita y Sakayanagi formaran una alianza. Si eso conducía a que la clase
de Horikita ocupara el primer lugar y la de Sakayanagi el segundo, no era una
idea del todo mala. Pero si lo permitía, sería aún más difícil superar a la
clase de Sakayanagi.
―Dependiendo de cómo vayan
nuestras discusiones, creo que será bueno unirnos a tu clase. Así que, hazme
saber tu respuesta. ¿Aceptas o no? ―preguntó Horikita.
La siguiente pregunta no se la hizo a Katsuragi, sino al
líder, Ryuuen.
Pasaron unos segundos en silencio, y entonces Ryuuen tomó
su decisión.
―Bien. Te tomaremos la palabra
―Respondió, pero no se detuvo ahí―. Pero añadiré una condición. Una vez que
tengamos una relación de cooperación, nuestra relación debe ser más fuerte e
igualitaria. Entre nosotros, cualquiera que sea la clase que ocupe el primer y
segundo lugar, terminaremos con una diferencia de 100 puntos de clase. El que
quede en primer lugar pagará puntos privados para compensar esa diferencia
hasta el 1 de marzo, el año en que nos graduemos. Voy a añadir esa condición.
Ryuuen estaba tratando de hacer algo similar a lo que había
hecho en su contrato con Katsuragi en el examen de la Isla Deshabitada el año
pasado. Una parte gana muchos puntos de clase, y compensa esa diferencia con
puntos privados. También Ryuuen debía reconocer que estaba en desventaja. Lo
sabía, y aun así intentaba forzar un poco más en el trato para sí mismo. Sin
embargo, Horikita ya lo había previsto.
―Claro, esa condición de por
sí es muy justa. Pero me niego. Lucharemos con uñas y dientes para ver quién se
queda con el primero y quién con el segundo. Será el resultado de una pelea
justa, y eso es todo.
Si estaban en igualdad de condiciones con o sin esa
condición, no había manera de que la añadiera después de haber determinado que
era probable que ganara.
Ryuuen se rio.
―Aquí no hay almuerzo gratis,
¿eh? Pero, en ese caso, hay poca carne en el hueso para nosotros.
―Será difícil sacarle alguna
concesión a Horikita. Pero creo que sacaremos una asociación sólida de esto.
Katsuragi adoptó un tono más suave ante Ryuuen, que aún no
estaba dispuesto a aceptar oficialmente la asociación.
―No es suficiente. Si quieres
pedirme ayuda, tienes que mostrar más sinceridad.
―¿Sinceridad? ¿No puedo
pedirte lo mismo? Si el plan funciona y somos capaces de llevar a la clase A de
Sakayanagi al último lugar, eso es 150 puntos menos para ellos. Hay mucho que
pensar en esta estrategia de trabajo conjunto. Pero al mismo tiempo, también
estamos asumiendo un riesgo ―rebatió Horikita, y continuó―: La duda que siempre
persiste: ¿podemos confiar en ti o no? Si nos centramos en las competiciones
por equipos para poder hacer equipo, tendremos que descuidar las pruebas
individuales.
Es fácil que Ryuuen nos traicione haciendo que su clase se
contenga durante las competiciones por equipos o que, directamente, no se
presente a las competiciones a las que se ha apuntado. El día de la prueba, los
líderes como Horikita también estarían yendo de un lado a otro entre sus
propias competiciones, por lo que sería dudoso que pudieran estar pendientes de
todas las pruebas. No podemos llevar nuestros teléfonos encima, así que ni
siquiera podría coordinarse a distancia.
―No eres de confianza, pero
tenemos que confiar en ti. El hecho de que corramos ese riesgo es el mayor compromiso
que puedo hacer al trabajar contigo. No voy a ceder ni un centímetro más que
eso.
Esas palabras debían ser una verdad dolorosa incluso para
Ryuuen. Aunque nuestra clase dispusiera de una gran estrategia, tenía que
enfrentarse al hecho básico de que no podíamos confiar en Ryuuen. Horikita iba
a aceptar esa carga, así que le dijo que se callara y cooperara.
―Es justo. No teníamos fe en
tu forma de hacer las cosas. No tenemos más remedio que aceptar.
―Para empezar, no esperaba que
confiaras en mí.
Ryuuen se rio con indiferencia, pero la tensión de sus
hombros se aflojó. Tal vez Horikita le estaba convenciendo.
――¿De verdad puedes confiar en
mí?
―El enemigo de mi enemigo es
mi amigo. Voy a creer en ese cómodo dicho que inventaron nuestros predecesores
―respondió Horikita.
Si formas una alianza en la que no confías, te será difícil
utilizar toda tu fuerza. Dependiendo de la situación, puedes acabar teniendo
que vigilar tu espalda además de luchar contra tu enemigo.
―No acepto todo lo que dices,
pero una cosa es segura: no es buena idea dejar que la clase de Sakayanagi siga
avanzando.
Katsuragi y Horikita estuvieron de acuerdo con la respuesta
de Ryuuen, así que asintieron sin dudarlo.
Dejar que la clase A gane. Ese era el acto que -sin
importar qué- no podían permitir más.
―Aunque digas que vas a
mantener un enfrentamiento directo con ella hasta el final del año escolar, no
puedes anular la diferencia de puntos de la clase sólo con eso.
Podríamos dar por hecho que querían ponerse a su alcance
para entonces.
―Has estado escuchando en
silencio, pero ya es hora de que nos dejes oír tu opinión, Ayanokouji-kun.
La idea de Horikita y sus riesgos. Mirándolo objetivamente,
¿debemos aceptar esta estrategia o rechazarla?
―En cuanto a los pros y los
contras, la cooperación no es una mala idea. Puede haber algunas objeciones,
pero todo el mundo entiende que Sakayanagi es el objetivo que tenemos que
derribar. Yousuke y Kei seguramente te apoyarán en esto también.
Horikita volvió a confiar en su propuesta. Sin embargo,
Ryuuen frenó el proceso.
―Quieres pasar al contrato,
pero todavía no.
―¿Todavía no? ¿Estás diciendo
que quieres sacar más concesiones?
―Déjame confirmar una última
cosa. ¿Eres tú la que hizo esta propuesta, Suzune? O, ¿fue Ayanokouji, el tipo
que está observando tranquilamente la situación? ¿Cuál de los dos fue?
Estaba verificando cuidadosamente quién era la persona que
vino con la propuesta de formar un frente unido con la clase de Ryuuen.
―¿No estarás de acuerdo si no
es de Ayanokouji? Parece que tú y Ayanokouji-kun tienen una relación de la que
no puedes dejar que los demás se enteren ―Horikita respondió de una manera que
dejaba mucho entre líneas―. Puedo decir que los dos se han reconocido como
fuertes enemigos, y el hecho de que yo también esté fuera de lugar.
―¿Acaso dije algo sobre eso?
Sólo te digo que respondas quién fue.
Ryuuen estaba un poco irritado, frunciendo el ceño a Horikita
mientras le decía que continuara.
―Fui yo. Esta vez le pedí a
Ayanokouji-kun que sólo estuviera presente, y ni siquiera él se había enterado
de nada hasta que lo hablamos aquí.
Si supiera que yo encabezaba la asociación, Ryuuen podría
negarse. Al escuchar a Horikita responder con sinceridad estando totalmente
preparado para ello, Ryuuen se rio.
―Ya veo. Me alegro de haber
preguntado. Si es así, aceptaré tu propuesta.
Con eso como único factor decisivo, Ryuuen aceptó
oficialmente formar una alianza.
―...¿Por qué?
―¿Por qué, preguntas? Bueno,
no lo sé. Averígualo tú misma ―Evitó responderle―. Será mejor para los dos
tener un contrato en regla, para estar seguros. No, por tu propio bien en
particular.
―Por supuesto que sí. Tengo la
intención de que Chabashira-sensei y Sakagami-sensei se involucren en esto
también.
Se formó un contrato con los profesores involucrados.
Naturalmente, habría estipulaciones por incumplimiento de contrato incluidas en
él. Ni siquiera Ryuuen podría hacer nada si estuviera atado por reglas
inquebrantables.
―Bueno, entonces, te dejaré el
papeleo a ti, Horikita. ¿Está bien?
―Sí. ¿Podrías dejarme
intercambiar ideas contigo un rato, Katsuragi-kun?
Katsuragi lanzó una mirada a Ryuuen en busca de
confirmación, y obtuvo como respuesta que podía hacer lo que quisiera.
Es difícil confiar en la clase de Ryuuen, así que tener a
Katsuragi era algo importante para ellos. Además de pensar rápido y ser digno
de confianza, podía exponer su opinión sin una pizca de miedo, hasta con Ryuuen.
El ojo de Ryuuen para saber cuándo poner a Katsuragi en el campo y el grado en
que le confía las cosas a Katsuragi son nada menos que impresionantes. Lo que
significa que seguramente valió la increíble cantidad de dinero que utilizaron
para conseguirlo.
―Muy bien entonces. Después de
que hayamos resuelto oficialmente el contrato, vamos a afrontar el Festival
Deportivo.
Así, se decidió que la clase de Horikita y la de Ryuuen se
ocuparían del Festival Deportivo con un frente unido. Priorizaríamos al máximo
la victoria de nuestra propia clase, pero al mismo tiempo intentaríamos
coordinarnos con ellos.
Sin embargo, este no fue el final, ya que Katsuragi cambió
el tema.
―Es estupendo que hayamos
terminado nuestra discusión sobre el trabajo en conjunto, pero ahora hay algo
en lo que debemos pensar. Uno puede pensar fácilmente que Sakayanagi e Ichinose
unirán sus fuerzas, así que ¿qué piensas hacer al respecto?
Combatir nuestra alianza con una alianza propia. Ese tipo
de desarrollo bien podría ocurrir.
―Eso no es un problema. Aunque
Sakayanagi e Ichinose trabajen juntas para este Festival Deportivo, seguimos
teniendo ventaja. Además, Sakayanagi tendrá que descartar hasta el tercer
puesto. Así como tenías dudas sobre el segundo lugar si nos uníamos con Suzune,
si se unen, entonces Ichinose tendrá la ventaja. En la clase de Sakayanagi, hay
38 personas después de la expulsión de Totsuka y tu transferencia. Sakayanagi
claramente no va a participar, así que son 37 personas. La clase de Ichinose
tiene 40. La diferencia de tres personas es sorprendentemente grande.
Las habilidades atléticas de sus clases son casi las
mismas. Por lo tanto, la diferencia de tres personas en número podría
determinar el ganador.
―Sin embargo, estamos hablando
de Sakayanagi. Ella habrá establecido una estrategia para compensar su falta de
personas.
―¿No has visto las reglas para
esta ocasión? Si no participan en el Festival Deportivo, tienen que quedarse en
su dormitorio. Como no pueden usar sus teléfonos, la mente de la clase A no
funcionará para nada.
―¿Entendiste las reglas?
Claro, Sakayanagi no puede mover su cuerpo al máximo. Sin embargo, si ella se une
oficialmente, gana sus cinco puntos, y luego gana la recompensa de cinco puntos
por participar, entonces puede obtener un total de 10 puntos. Si cumple los
requisitos mínimos, puede seguir sentada desde fuera y dar órdenes.
―No hay manera de que esa orgullosa
Sakayanagi nos muestre una exhibición impotente y poco estética.
No importa qué tipo de competición sea, Sakayanagi no será
capaz de cumplir sus requisitos, y es inevitable que destaque.
―Las cosas no se alinearán tan
convenientemente. Se nos da el derecho de renunciar a una competencia. Si
participa y luego renuncia, entonces puede evitar el bochorno.
―¿Contará como una razón de
peso? Si participa conociendo el estado de su cuerpo, entonces querrán una
justificación. Después de que todos terminen de correr en la carrera de 100
metros, ella tiene que correr hasta el final con su bastón. ¿Crees que va a dar
un espectáculo así?
―Efectivamente, si las cosas
fueran normales, entonces ella no participaría dada su personalidad. Sin
embargo, si sabe que nos aliamos, entonces Sakayanagi considerará los riesgos
de perder. Digo que es un error asumir que es seguro. Estaba hablando sin
pensar, pero ¿cuál crees que es el porcentaje de que no participe? Responde con
seriedad.
―Tal vez el 90%.
―¿Así que desde tu punto de
vista infundado y despreocupado es el 90%? Si es así, el valor real es todavía
más bajo. Yo diría que el 70-80% como mucho.
―Conténtate con esa cifra.
―No puedo hacerlo. Si quieres
hablar de certeza, entonces apuesta por el 95%.
Dejándonos de lado, Ryuuen y Katsuragi empezaron a discutir
entre ellos.
―Mentira. Pero, si queremos
estar más seguros, hay una manera. Desde ahora hasta el Festival Deportivo,
podemos burlarnos exhaustivamente de Sakayanagi. Diremos que si participa,
entonces nos presentaremos como una clase conjunta durante la competición y la
avergonzaremos. Si hacemos eso, entonces alcanzaremos el 95% que mencionaste.
Ryuuen habló de hacerla ceder amenazando con pisotear su
dignidad.
―Desde un punto de vista
ético, eso es inaceptable.
―Estoy de acuerdo.
Probablemente la escuela tampoco verá con tranquilidad.
Sin embargo, Horikita y Katsuragi rechazan la idea,
diciendo que no la aceptaban.
―En caso de que Sakayanagi
aparezca, la aplastaremos por completo.
―No es tan sencillo, no
olvides que nos estamos hundiendo en lo más bajo de las clases.
Si Sakayanagi actuaba como comandante, entonces ciertamente
no se sabía qué jugada nos lanzaría. Que ella participara o no jugaría un papel
importante en nuestra victoria o derrota en este Festival Deportivo. Por otro
lado, si pudiéramos estar seguros de que ella no participa, entonces la
victoria estaría ante nuestros ojos.
―Horikita. ¿Estás considerando
mi contribución en la victoria de nuestra clase? ―Intervengo.
―En su mayor parte, no lo
estoy considerando. Te lo dejo a ti, y sólo a ti, con un estatus especial.
―Es bueno escuchar eso. Si la
participación de Sakayanagi amenaza nuestra cooperación, entonces puedo ser de
ayuda.
―¿Qué quieres decir?
Katsuragi, que mostraba interés, detuvo su conversación con
Ryuuen y se volteó hacia mí.
―Si lo dejas todo en mis manos,
me aseguraré de que Sakayanagi no participe.
―... ¿Eh?
―¿Oh?
Horikita se mostró sorprendida y Ryuuen se impresionó.
Katsuragi siguió escuchando sin decir nada.
―Sin embargo, a cambio de
hacer que Sakayanagi no participe, no quiero que esperes ni un solo punto de mí
en el Festival Deportivo. Eso va no sólo para Horikita, sino también para ti,
Ryuuen.
―Desde el principio no has
estado en mis planes. Si dices que puedes contener a Sakayanagi, entonces eso
nos ahorra un poco de esfuerzo ―respondió Ryuuen.
―Ni siquiera puedo imaginar
qué clase de plan tienes, pero si Horikita y Ryuuen creen en ti, entonces
prácticamente no pienso decir nada más que esto sobre el asunto. Si Sakayanagi
no participa, entonces desplazar a la Clase A al último lugar no debería ser
tan difícil.
―¿Pero realmente puedes
hacerlo?
―Sí. Hay una alta probabilidad
de que se quede fuera aunque no haga nada, pero de todas formas puedes
dejármelo a mí. Además, pensé en esto mientras escuchaba su conversación, pero
no hay muchas oportunidades para que ustedes dos se junten y cooperen de esta
manera, ¿verdad? Hay un asunto diferente del que quiero hablar, ¿está bien?
En medio de su discusión, se me ocurrió algo un poco
diferente a lo que decían los tres.
―¿Qué es? ―preguntó Horikita.
Cuando comencé a verbalizar mi propuesta, Horikita y
Katsuragi cruzaron miradas, y Ryuuen escuchó en silencio.
En el momento en que terminé mi explicación, los cubitos de
hielo que se habían derretido en el vaso de Katsuragi tintinearon.
―Es una idea interesante,
pero...
Sin saber si la aceptaría o no, Horikita miró a Ryuuen,
desconcertada.
―Sin duda no es imposible
siguiendo las reglas, pero...
―¿No te interesa ninguna
propuesta que venga de mí?
Aunque íbamos a cooperar para el Festival Deportivo, si era
yo quien lo proponía, existía la posibilidad de que se negara. Después de todo,
así es como había estado hablando.
―Sí, no. Rechazado.
Ryuuen lo rechazó, pero Katsuragi intervino.
―Puedes ocuparte de tus
sentimientos personales más tarde. Pero, francamente, no es una mala propuesta.
Puede que tengamos que discutir los detalles, y comprobar las reglas de nuevo,
pero... no, es de Ayanokouji de quien estamos hablando. Probablemente ha
propuesto esto después de confirmar las reglas debidamente.
―No hay problema en cuanto a
las reglas. En lugar de que nuestra clase vaya sola, podríamos cooperar con los
estudiantes de la clase de Ryuuen para lograr un resultado más poderoso. ¿No es
así? ―le pregunté a Horikita.
―Sí, así es. Eso sí que
sería...
La propia Horikita era consciente de los problemas a los
que nos enfrentábamos en este momento. Si pudiera traer a alguien para que nos
sustituyera desde otro lugar, entonces sería posible aliviar sus
preocupaciones.
―Acéptalo, Ryuuen. Deberíamos
avanzar en nuestros preparativos ahora mismo para un enfrentamiento directo con
Sakayanagi.
―¿Me oyes, Ayanokouji? Después
de que aplaste a Sakayanagi, tú eres el siguiente.
―Si estás abriendo tu camino,
entonces eso será inevitable.
Como si esas palabras fueran suficientes para zanjar el
asunto, Ryuuen también aceptó mi propuesta.
―Katsuragi, arregla las cosas
a tu modo.
―Lo haré.
―De verdad, un asedio a la
clase A... ¿eh?
―Sin embargo, antes de eso,
hacer que Sakayanagi no participe en el Festival Deportivo es la máxima
prioridad. Tanto para nuestra cooperación en el Festival Deportivo como para la
propuesta de Ayanokouji, si no logramos ese primer paso, entonces la pelota no
podrá rodar.
―Entiendo. En cuanto a eso,
déjamelo a mí.
Tenía una estrategia para sellar a Sakayanagi que ni
Ryuuen, ni Katsuragi, ni Horikita podían ejecutar.
PARTE 1
Justo antes de las 7 de la tarde, tres estudiantes de
segundo año de la clase A -Sakayanagi, Kamuro y Hashimoto- se reunieron en la
cafetería del centro comercial Keyaki.
―Ya ni siquiera me sorprende
cuando me convocas de repente, se ha vuelto tan común. ¿De qué se trata hoy,
princesa?
―Se trata de lo que ocurrirá
en el próximo Festival Deportivo. Sobre lo que debemos hacer.
―¿No has decidido ya un plan?
―La situación cambia de un
momento a otro. Y hoy hubo otra novedad ―declaró Sakayanagi―, Las clases de
Ryuuen-kun y Horikita-san hicieron contacto.
Los ojos de Hashimoto cambiaron al escuchar eso.
―¿Quién se acercó a quién?
¿Fue Ryuuen?
―Eso no está claro. Pero en
cualquier caso, no hay duda de que los dos se han aliado.
―Espera un segundo. Me cuesta
creer que haya sido tan fácil. Es difícil imaginar que Horikita simplemente
confíe en Ryuuen. No es el tipo de persona con la que se puede confabular.
―Dicen que el enemigo de mi
enemigo es mi amigo, ¿verdad? Llevamos una firme ventaja sobre el resto. Aunque
no tengan una sensación de confianza mutua, mientras tengan el mismo objetivo
en mente, pueden trabajar bien juntos.
Ambos podían suponer fácilmente lo problemática que sería
la unión de las dos clases. Ante la noticia poco alentadora, sus expresiones se
endurecieron.
―Vamos a tener problemas si
esto continúa, ¿verdad? ―dijo Sakayanagi.
―¿Dices que solos perderemos?
―preguntó Hashimoto.
―Perderemos. Si las otras tres
clases estuvieran desorganizadas y lucharan entre sí, todavía habría sido
posible que tomáramos cualquiera de las posiciones, pero ahora tenemos una
asociación inesperada con la que lidiar.
Dijo claramente Sakayanagi, antes de mirar a Hashimoto.
―Sin embargo, yo no me uniría
a Ryuuen si fuera yo. Nunca se sabe cuándo te va a atrapar desprevenido y te va
a traicionar ―dijo Kamuro.
―De hecho, preferiría que los
traicionara. La clase de Ryuuen-kun queda en primer lugar, y la de Horikita-san,
en segundo. Me alegraría si los resultados fueran así de directos, pero será
algo problemático si es al revés.
Sakayanagi se mostró más recelosa de la clase de Horikita
que de la de Ryuuen. La leve sonrisa de Hashimoto desapareció en respuesta a ese
comentario y a esa implicación.
―No hay duda de que ahora
mismo tienen una buena racha. Pensaba que sería imposible que otra clase que no
fuera la de Ryuuen tirara por la borda a alguien insignificante y se hiciera
con esos 100 puntos. ¿Ha crecido Horikita?... ¿O Ayanokouji ha estado haciendo
algunos movimientos en secreto?
Haciendo hincapié en el nombre de Ayanokouji, se volteó
hacia Sakayanagi como si tratara de comprobar algo. No había forma de que ese
intento de tantear la situación funcionara con Sakayanagi, así que ella
continuó con indiferencia.
―Tu impresión sobre él ha
aumentado considerablemente en los últimos tiempos. ¿Pasó algo?
―...No, nada en especial. Sin
embargo, creo que esconde habilidades más allá de las que aparecen en su OAA.
Bueno, no es que Ayanokouji sea el único estudiante así.
Las probabilidades estarían en su contra si empezaban a
intentar sondear al otro, así que Hashimoto se echó atrás inmediatamente.
Decidió que no era una buena idea provocarla descuidadamente y llamar su atención.
―¿Pero qué vas a hacer? Dices
que perderemos sin ti, pero estarás ausente, ¿no? Entonces, ¿dices que vas a
desechar la competición? ―preguntó Kamuro.
Hashimoto, que había estado sonriendo, también parecía
preocupado por eso, ya que su expresión se endureció una vez más. Sólo 150
puntos. Aunque la Clase A se hundiera hasta el último lugar, no supondría un
gran daño. Sin embargo, después de haber luchado continuamente hasta ahora para
construir su posición, una derrota no era bienvenida.
―Sólo hay una respuesta ―Sakayanagi
sonrió y continuó―. Yo también participaré en el Festival Deportivo. Aunque
realmente se hayan unido, han calculado que con mi no participación y su
cooperación, pueden ganar finalmente. Vamos a demostrarles que eso es una
ilusión.
―¿De verdad? ¿Estarás bien?
―Es bueno que estés tan
dispuesta, pero... ¿estás segura?
Sakayanagi declarando que participaría los estremeció a
ambos.
―¿Se trata de convertirme en
un espectáculo? En cuanto a eso, hay numerosas formas de evitar ese problema.
―Bueno, teniendo en cuenta que
eres tú, estoy seguro de que lo harás bien. Si dices que te mostrarás, entonces
es todo lo que necesitamos.
―Sin embargo, esto no mejora
nuestra capacidad atlética en general. Lo máximo que puedo hacer es tomar las
competencias que podríamos terminar perdiendo. En otras palabras, será una dura
batalla para usurpar el primer lugar aunque yo participe.
―Creo que es suficiente con no
quedar últimos ―dijo Hashimoto.
―No será tan difícil romper la
frágil relación entre Horikita-san y Ryuuen-kun. Vamos a interponernos en su
camino cuando estén intentando desesperadamente cooperar en ese día.
Hashimoto y Kamuro depositaron su confianza en Sakayanagi,
que desprendía una confianza absoluta en sí misma. Ella había seguido
ofreciendo los mejores resultados en innumerables ocasiones hasta el momento.
―Supongo que puedo sentirme
aliviado, ¿eh? Pero seguro que has captado esa información rápidamente,
princesa. No es que hayas salido a buscarla tú misma cuando tienes las piernas
así, ¿verdad?
Ella solía utilizar a Hashimoto y Kamuro para recopilar
información a diario. Pero como los dos estaban escuchando esto por primera vez
en este momento, Hashimoto preguntó con curiosidad.
―Después de todo, todavía
tengo la responsabilidad de representar a la clase A. El número de estudiantes
de primer año que conozco también ha aumentado.
Sin ponerse nerviosa, Sakayanagi sonrió amablemente, como
si disfrutara de estar en un aprieto.
PARTE 2
Por fin llegó octubre, y el evento principal del Festival
Deportivo se acercaba.
Kei y yo fuimos al centro comercial Keyaki después de
clases a una cita.
Las intensas miradas de los estudiantes de tercer año eran
las mismas de siempre. A pesar de haber quedado atrapada en el fuego cruzado,
Kei no transmitía preocupación. Parece
que no era sólo palabrería cuando dijo que ya estaba acostumbrada.
Por lo visto, Kei tenía unas cuantas tiendas que quería
visitar hoy. Para empezar, nos dirigimos a la tienda de electrónica doméstica.
―¿Qué pretendes comprar?
―¿Eh? Aunque en realidad no
quiero nada... Ah, bueno, no es que no quiera nada, pero hoy no vinimos aquí
para mi beneficio.
No para su beneficio, fue su respuesta. Así que debe ser
por otra persona.
―¿No va a ser tu cumpleaños
pronto? Estaba pensando en sorprenderte, pero luego pensé que regalarte algo
que realmente quieres sería bueno.
Ahora que lo menciona, mi cumpleaños se acerca.
―Estaba pensando que podríamos
pasear y buscar algo que quieras.
―Ya veo.
Últimamente, recuerdo que Kei me pregunta repetidamente si
hay algo que quiera comprar, pero yo suelo responder con lo que se me ocurre,
ya que no he pensado demasiado en ello. Por eso, me parece que Kei pensó en
encontrar un regalo que yo quisiera para mí.
―Tendrás que gastar puntos
privados, ¿sabes?
No es que Kei haya ahorrado mucho dinero.
―Sé lo que quieres decir, pero
creo que está bien para tu cumpleaños. Compra lo que te guste.
Se empeñaba en comprar lo que quisiera, pero eso no
funcionaría.
Lo digo, pero en esta situación, sé que decirle que no
quiero nada será la respuesta equivocada. También me di cuenta de que no
estaría satisfecha si le pedía algo extremadamente barato.
Elegiré algo que no haga sufrir a la cartera de Kei.
Ese es el tipo de respuesta que requería esta escena.
―Sé exactamente lo que estás
pensando, ¿sabes?
Me miró fijamente con una mirada implacable y unió nuestros
brazos a la fuerza.
―¡Compraré lo que quieras!
¿Entendido?
―… Sí.
Por lo menos, debería mantener la carga en ella reducida y
no comprar algo que realmente no necesito.
Justo cuando empezamos a caminar con los brazos enlazados,
Kei acurrucó su mejilla en mi brazo.
―Jejeje. Estoy tan feliz.
Dijo mientras se estrechaba más a mi brazo.
―Ya no hay nada que te esté
ocultando. Te he dejado saber todo y cualquier cosa sobre mí. Nunca pensé que
habría alguien más importante para mí que mi madre y mi padre.
Su cara se puso roja y sus ojos se entrecerraron de
verdadera felicidad.
―Kiyotaka, que me ocultes algo
también es un no-no, ¿lo entiendes?
―Uh… huh.
Cosas ocultas. Me pregunto a qué se refería.
A mi familia. La Habitación Blanca. Las cosas que intento
hacer en la escuela.
Mi relación con mis amigos o mis sentimientos románticos.
Si se refería a alguno de ellos, entonces no había nada que
yo pudiera decir que no estuviera oculto. Para decirlo de otra manera, no le he
dicho absolutamente nada verdadero a Kei sobre mí.
―Ah-
Mientras paseábamos por la tienda, hablando de los
productos y haciendo tonterías, nos topamos con Satou, que venía solo a la
tienda. Cuando nos topamos, sus ojos se clavaron en nuestros brazos enlazados.
―Qué amorosos son, ¿verdad?
Siento molestarlos...
―Ah, espe-¿Espera un momento?
Kei intentó detenerla, pero Satou salió corriendo a toda
velocidad.
―.... Ah, maldita sea...
Kei hizo una mueca ante su metedura de pata.
―¿Sigues siendo considerada
con Satou?
―En realidad no es eso... pero
realmente no es una sensación agradable, ya sabes...
―Si ese es el caso, la próxima
vez que salgamos deberíamos abstenernos de entrelazar los brazos.
―No.
Aunque le daba pena su amiga, parecía que no iba a
renunciar a eso.
―¿Oh? ¡Ayanokouji!
Mientras caminábamos por el sector de las ollas de arroz y
las teteras, nos topamos con Ishizaki y Albert.
En ese momento, pude sentir como el agarre de Kei en mi
brazo se tensaba ligeramente.
―¿En una cita con Karuizawa?
Incluso están enlazando los brazos... qué normis...
Ishizaki nos miraba con envidia, pero mi atención estaba
puesta en Albert, que estaba a su lado sosteniendo una gran olla de marca. Era
curioso porque la gran olla no parecía tan grande en las enormes manos de
Albert.
―Ah, ¿esto? El 20 de este mes
es el cumpleaños de Ryuuen-san. Estamos eligiendo algo para él.
―¿Eh? El 20... ¿ustedes
cumplen años el mismo día?
Kei se sorprendió y se mostró un poco recelosa mientras me
miraba.
―Es la primera vez que lo
escucho.
―¿Quién tiene el mismo
cumpleaños?
Justo cuando Ishizaki desplazó indirectamente su mirada
hacia Karuizawa, Kei lo fulminó con la mirada y dio un pequeño paso atrás para
esconderse.
―Qué pasa, te pido que me lo
digas───
En ese momento, Albert puso su mano ligeramente sobre el
hombro de Ishizaki. Finalmente, parecía que Ishizaki había descubierto la razón
por la que Karuizawa estaba en guardia.
―... Ah, eso es, cierto...
Pude oírle murmurar:
―Maldita sea.
Aunque fuera por orden de Ryuuen, Ishizaki participó en
llamar a Kei a la azotea e intimidarla. Naturalmente, Kei no se sentía cómoda cerca
de Ishizaki.
Molesto por su propia insensibilidad, Ishizaki chasqueó la
lengua y se golpeó ligeramente la cabeza con el puño cerrado.
―Yo... lo siento. Creo que debería haberlo dicho antes...
Yo, en la azotea─
―No hables de eso aquí.
Ishizaki estaba a punto de disculparse, pero aún le faltaba
delicadeza para hacerlo apropiadamente. Esto es el centro comercial Keyaki. En
cualquier momento, no sería extraño encontrarse con alguien conocido. En esta
situación, Kei no querría que abordara el tema de la azotea.
Si nos hubiéramos alejado de ellos este problema estaría
resuelto, pero mientras nuestra relación continuara, el número de veces que se
mezclaría con Ishizaki no sería pequeño.
―Vamos a otro sitio.
Incluso dentro del concurrido centro comercial de Keyaki,
había más de un rincón escondido.
Aunque Kei parecía insatisfecha, con los brazos todavía
entrelazados siguió adelante sin decir una palabra.
Albert devolvió el producto a su estante y acompañó a
Ishizaki.
Precisamente porque ambos lo sentían, querían disculparse.
Por una salida de emergencia, estaríamos a una buena
distancia de las tiendas, y otros estudiantes no aparecerían ni escucharían
nuestra voz.
Aunque apareciera algún conocido, nuestra ubicación
significaba que si parábamos la conversación, no habría ningún problema.
―¡Lo siento mucho! ¡Y por no
disculparme en todo este tiempo!
―... No tienes que hacerlo.
Será problemático aunque lo hagas. De hecho, sólo me irrita más.
―¿Eh...?
―Ustedes fueron golpeados
hasta el cansancio por Kiyotaka, y como perdieron no tienen más remedio que
disculparse.
―Bueno, eso... no...
―Si Kiyotaka no hubiera venido
a la azotea... o si hubiera perdido contra ustedes, no se disculparían así. ¿Me
equivoco? Me están irritando.
Era lógico que Kei lo llamara raro y molesto.
Aunque en ocasiones haya interactuado con Ishizaki y Albert
desde entonces, eso se debe principalmente a lo que ocurrió en la azotea. La
hipótesis que mencionó Kei no resultaba descabellada.
―Sé que no puedo hacer nada si
me culpas, pero...
―En realidad no te estoy
culpando. Lo de los fuertes que están en la parte superior es natural. Yo
también odiaba estar en el fondo, así que para estar en la cima adopté esta
actitud altiva y poderosa. ¿No es así?
Kei e Ishizaki tenían naturalezas similares, pero en diferentes
grados. Si no puedes vencerlos, únete a ellos. Ese es el tipo de sentido de los
valores que tenían.
―Entiendo lo que quieres
decir. Pero -desde que empezamos a interactuar- hay algo que sí entiendo,
aunque sea un poco: Ishizaki ha madurado indudablemente en el buen sentido.
―¿Cuál es ese buen sentido? Me
parece que no ha cambiado en nada.
―Bueno, al fin y al cabo es
sólo lo que siento, pero creo que si Ryuuen ahora mismo le pidiera a Ishizaki
que le hiciera a otra persona lo mismo que a ti, Ishizaki no obedecería
fácilmente.
―¿De verdad? Sin embargo, no
creo que vaya a ir en contra de Ryuuen.
Probablemente, eso sea cierto, ya que Ishizaki se quedó sin
palabras.
Incapaz de decir nada, su frustración se desbordó, así que
Ishizaki se golpeó las rodillas con las palmas de las manos. Al ver a Ishizaki
así, Kei suspiró.
―Ya está bien. Ahora mismo,
eres amigo de Kiyotaka, ¿verdad? No te perdonaré pero dejaré de culparte.
―¿Está bien?
―Ya lo dije, ¿no? Se acabó,
¿entendido?
―¡Sí, sí!
Ishizaki levantó la cabeza con alegría.
―Umm... Así que sobre eso.
Antes, ¿de quién es el cumpleaños?
le preguntó Ishizaki de nuevo. Kei aún no confiaba
plenamente en él, pero me señaló con su dedo índice.
―¿Eh? ¿En serio? ¿El
cumpleaños de Ayanokouji también es el 20 de octubre?
Ishizaki estaba sorprendido más allá de las palabras.
―¡Esto es el destino, ¿no?
―Qué destino, hay más de 400
personas en esta escuela, no es extraño que haya algunas con el mismo
cumpleaños.
―Pero, ¿no es increíble que
sean Ayanokouji y Ryuuen?
Ishizaki se alegró mucho por una simple coincidencia. Como
dijo Kei, no era extraño, pero por alguna razón incluso Albert parecía un poco
feliz.
―¿Podemos volver a la tienda
ahora?
―¡Ah! ¡Claro! ¡Espera un
segundo!
Su voz era tan fuerte que Kei, molesta, se puso los dedos
en los oídos.
―Tengo una sugerencia: si te
parece bien, ¿por qué no celebramos los cumpleaños de ambos juntos? La fiesta
de cumpleaños doble de Ryuuen-san y Ayanokouji, ¿no sería increíble?
No, desde el momento en que escuché esa sugerencia, ni por
un segundo pensé que fuera a ser increíble...
Traté de imaginarlo, pero no pude imaginarlo bien.
―¿Si se disculpa, estoy de
acuerdo?
―¿Eh?
―Dije que si ese tipo, Ryuuen
baja la cabeza entonces acepto.
Su respuesta fue un pretexto para negarse.
Ishisaki se quedó boquiabierto. Entonces se dio cuenta de
lo difícil que sería, y su boca cambió para parecer へ.
―Ryuuen no se disculpará
conmigo, ¿verdad?
―¿Eh? Bueno sí, eso
definitivamente no va a suceder......
Podría haber sido imposible para Ishizaki incluso sugerirlo
a Ryuuen. Ishizaki estaba aturdido, pero haciendo acopio de su determinación,
frunció los labios con gran fuerza.
―¡Si los dos están de acuerdo,
entonces se lo sugeriré!
―Probablemente no deberías.
Probablemente le esperaba una paliza si hacía eso. Ryuuen
era una figura muy conocida en nuestro año escolar, así que esa fue la imagen
que nos vino a la mente.
―¡Haré algo al respecto! Si
consigo la promesa de una disculpa, ¡será una fiesta de cumpleaños!
―Bueno... si realmente puedes
hacer que suceda lo pensaré...
Ishizaki desbordaba su pasión y ni siquiera esta promesa barata
le bajaría el ánimo.
Quizá también debería rechazar claramente esta idea.
Es cierto que Ishizaki ha sido capaz de expresar sus
intenciones con más fuerza últimamente. Además, a juzgar por el hecho de que no
expulsó a nadie durante la Prueba Especial de Consentimiento Unánime, también
era cierto que la forma de pensar de Ryuuen estaba empezando a cambiar.
Sin embargo, no debería interpretarlo como una prueba de si
eso era su instinto o sus verdaderas intenciones. Aunque quiera cambiar, los
humanos no lo hacen tan fácilmente.
Y Ryuuen no estaba tratando de cambiar, estaba tratando de
evolucionar.
Siendo un hombre que sólo ha luchado usando el mal,
simplemente ha empezado a usar el bien también. Empieza a controlar libremente
lo que sucede tanto por encima como por debajo de la mesa.
Si la lectura de Ishizaki sobre él fuese errónea, entonces──.
―Creo que deberías parar.
Kei trató de detenerlo, pero la determinación de Ishizaki
no se doblegó.
―Si Ryuuen dice que se va a
disculpar, está bien ¿no?
―Pero───
―¡Lo entiendo! Además de eso,
déjame disculparme de nuevo. ¡Te compraré algo en lo que pondré aún más empeño
que en el regalo de Ryuuen-san!
Habiendo perdido ante la energía de Ishizaki, Kei aceptó
vacilante, diciendo:
―De acuerdo, lo entiendo.
―¡Hecho! Primero, ¡vamos a
buscar el regalo de cumpleaños de Ryuuen-san!
Albert asintió, y él e Ishizaki volvieron a dirigirse hacia
el mega mercado antes que nosotros. Estaba claro que entendían que nosotros dos
no podíamos ir con ellos.
―¿Por qué aceptaste la idea de
Ishizaki? Pensé que lo rechazarías.
Aceptar la disculpa sincera era una cosa, pero nunca había
pensado que elegiría reunirme con Ishizaki y los demás en mi cumpleaños.
―Quiero decir, para mí, estar
juntos en tu cumpleaños, sólo nosotros dos sería genial... pero......
―¿Estás apostando por la
posibilidad de que Ryuuen se disculpe?
―Eso es imposible. No es
eso.......
Kei se dio la vuelta y miró a Albert e Ishizaki mientras se
alejaban de nosotros. Ishizaki estaba hablando alegremente con Albert.
―Puedo sentir que a
Ishizaki-kun le gusta ser tu amigo. Incluso Kiyotaka necesita amigos, ¿sabes?
Rápidamente me di cuenta de que se refería al hecho de que
el grupo Ayanokouji estaba destrozado.
Kei se dio cuenta de que sabía lo que estaba pensando y se
dio la vuelta, con la cara muy roja.
―Además... Ishizaki-kun dijo
que se disculparía una vez más, y pensé que no estaría mal aceptarlo.
Ese lado de ella que no era honesto era de alguna manera
muy Kei.
Pero, era más probable que no se hiciera realidad. Era
mejor tomar la propuesta de Ishizaki con pinzas.
Así pasaron los días hasta el día del Festival Deportivo.
PARTE 3
Después de escapar de la tienda de electrónica justo antes,
Satou se detuvo frente al baño de chicas para recuperar el aliento.
―¡Uf, por qué me escapé!
Su querida amiga estaba saliendo con el chico que le
gustaba. No había nada malo en ello. Ella lo sabía, pero cuando los vio tomados
del brazo, un impulso indescriptible la golpeó. No sabía qué actitud acabaría
adoptando si se hubiera quedado allí más tiempo. Ese pensamiento la había hecho
salir corriendo tan repentinamente, pero ahora se sentía terriblemente culpable
por ello.
Se sentó, abrazando sus rodillas.
―Tendré que intentar no entrar
en pánico la próxima vez...
Ya que estaba así, no había duda de que Kei-chan también
estaba bajando el tono con Ayanokouji-kun en el aula. De lo contrario, ella
habría querido aferrarse a él, mucho, mucho más. Eso pensó, y cuando se levantó
una sombra cayó sobre ella.
―Perdona que me entrometa,
pero ¿eres Satou Maya-senpai?
Ante la presencia de una alumna desconocida que la llamaba,
Satou se puso nerviosa.
―Sí, lo soy, pero... Erm,
¿quién eres tú? Debes ser de primer año, ¿no?
―No creo que quién soy importe
mucho en este momento. El caso es que hay un mensaje urgente que tengo que
transmitirte, Satou-senpai. ¿Puedes dedicarme un poco de tu tiempo?
―¿E-eh? ¿Qué quieres decir?
Ella estaba confundida por esta desconocida menor que dijo
que tenía algo que decirle. La visión de Ayanokouji y Karuizawa abrazados aún
no estaba totalmente fuera de su mente, por lo que no era capaz de calmarse.
―Tiene que ver con
Ayanokouji-senpai.
Pero cuando escuchó esas palabras, dejó de temblar.
―... ¿Ayanokouji-kun?
―Sí. Con él, y su novia,
Karuizawa Kei-senpai.
Cuando nombraron a las dos personas que ocupaban el 99% de
la capacidad de procesamiento de su cerebro, Satou se giró inconscientemente
para mirarlos. Mientras se acercaban lentamente a ella, se puso ligeramente
nerviosa.
―¿Puedes venir conmigo, por
favor, para que podamos ir a otro lugar y discutir esto cómodamente, las dos
solas?
―Eso es...
La estudiante de primer año se acercó ágilmente a ella,
hasta que estuvieron tan cerca que sus labios estaban casi en su oreja.
―Si Karuizawa-senpai fuera
expulsada─¿no crees que tendrías una
oportunidad, Satou-senpai?
La amiga más cercana que tenía ahora mismo, Karuizawa, y la persona que le gustaba, Ayanokouji. Hablaban de cambiar la relación entre esos dos, y la propia posición de Satou.
Un abanico de emociones se desbordó en ella.
―¿Qué estás diciendo?
―Que quieras escucharme o no
depende de ti, Satou-senpai. Sin embargo, si decides no hacerlo, estoy segura
de que te arrepentirás el resto de tu vida. Si no quieres que te vean los
demás, tampoco me importa reunirnos en mi dormitorio.
Aparentemente satisfecha tras decirle el número de su
dormitorio, la estudiante de primer año se apartó de Satou y se marchó.
Al quedarse sola, Satou se quedó confundida, incapaz de
procesar la situación. Sin embargo, sólo una cosa quedó grabada en su memoria.
"Tendrías una oportunidad".
Esas palabras, que implicaban que tenía una oportunidad de
salir con Ayanokouji. Su pecho se apretó, y simultáneamente una emoción que no
quería conocer se arrastró fuera de ella.
―Yo─
PARTE 4
Aunque algunos problemas seguían sin resolverse, la clase
siguió adelante con sus cuidadosos preparativos para el Festival Deportivo.
Hubo alumnos que se opusieron a competir junto a Ryuuen, pero una vez que
comenzaron los preparativos, no hubo mayores discusiones y la práctica de las
pruebas por equipos también iba viento en popa. Hasta los miembros de la clase
que se habían opuesto en un principio decidieron no negar su colaboración para
que pudieran ganar y se lanzaron a practicar y entrenar día y noche.
Y así llegó por fin el día anterior al Festival Deportivo.
Alrededor de las 21:30, llamé por teléfono a Horikita.
―Sorprendentemente tarde para
que llames, ¿no? Estaba a punto de irme a la cama.
A través del auricular, pude escuchar un secador de pelo en
funcionamiento.
―Tengo algo importante que
decir con respecto al Festival Deportivo.
―¿Tienes algo importante que
decir? Entonces será mejor que me tome esto con cierta seriedad ―Dijo, y debió
apagar rápidamente el secador de pelo porque el auricular se quedó en silencio―.
Ah, antes de eso, hay algo que quiero decir. Sakayanagi-san se ha propuesto
participar en el Festival Deportivo de mañana, ¿sabes? ¿No dijiste que podías
detenerla?
―Lo que tengo que decir
también tiene que ver con eso. Estoy pensando en no participar en el Festival
Deportivo de mañana.
―... ¿No participar? Espera un
momento, ¿qué quieres decir?
Estaba bastante claro que al otro lado del teléfono, ella
estaba desconcertada por mi repentino anuncio. Algo resonó y pude escuchar un
pequeño grito.
―¿Estás bien?
―Lo siento, se me cayó el
secador de pelo...
Pude escuchar cómo dejaba el teléfono en algún lugar.
Supongo que se apresuró a recoger el secador de pelo.
―Entonces, ¿a qué te refieres
con lo de no participar? No estás mal ni nada, ¿verdad?
No era descabellado que estuviera confundida, dado que yo
sonaba saludable.
―Ah, no, no hay problemas con
mi salud. Más bien, es como si me sintiera mejor de lo habitual.
―¿Entonces por qué? Si te
quedas fuera, perderemos diez puntos, ¿sabes? Aunque en mis cálculos no contaba
con los puntos que ganes, perder esos diez puntos será doloroso.
En la clase sólo había 38 personas -menos que en las
demás-, así que entendí por qué tenía ganas de quejarse.
―No voy a decir que esos diez
puntos no valgan mucho. Pero esta es mi estrategia, es esencial.
―... ¿Tu estrategia?
Por supuesto, no tenía nada que ver con cosas como que el
agente de mi padre viniera y se mezclara con los invitados.
Saqué a relucir algo que había callado hasta ahora.
―Está relacionado con el
primer paso de mi ataque a Sakayanagi, que no podemos evitar si queremos llevar
a la Clase A a la última posición.
―¿Ataque a Sakayanagi...?
―Te lo dije. Que tengo una
forma de evitar que Sakayanagi participe en el Festival Deportivo.
―Pero no entiendo cómo el
hecho de que no participes tiene algo que ver con el ataque a Sakayanagi...
Quiso preguntarme mi razonamiento, pero rápidamente se
detuvo en seco.
―Ya veo. No podré entender lo
que estás planeando, no como estoy ahora. ¿Y supongo que no cambiarás de
opinión sobre faltar al Festival Deportivo aunque intente persuadirte de lo
contrario?
―Sí. Mañana a primera hora,
diré en la escuela que estoy enfermo.
―Si ese es el caso, supongo
que no tengo más remedio que confiar en ti en este momento.
Estaba exasperada, pero lo permitió y dio su consentimiento
a pesar de todo.
―Para que lo sepas, mi
objetivo personal era conseguir el primer puesto al menos tres veces, pero
debido a esto tendré que conseguir más de diez puntos yo misma.
―Gracias por tu apoyo.
Corté la llamada y puse mi teléfono a cargar. Aunque estaba
a punto de irse a la cama, imagino que Horikita no podrá dormir durante un rato
mientras ajusta los cálculos de las puntuaciones en su cabeza. Lo que hice fue
un poco duro para ella, pero debería tratarlo como un gasto necesario.
Ahora, hay una persona más a la que tengo que llamar.
Después de que les diga la información necesaria, todo el montaje estará
terminado.
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