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Accidental Love - Capítulo 27

 ¡IGNÓRALO!


El embotellamiento de la víspera de Año Nuevo era más grave que el de otros días. Los coches que circulaban por las calles lo hacían a la velocidad de una tortuga.

Cuando Zheng Shuyi se marchó, Shi Yan se recostó en su asiento, se quitó las gafas y cerró los ojos.

Viajar en avión durante más de diez horas no era muy cómodo, ni siquiera en primera clase. Shi Yan también era muy exigente con su entorno, así que no durmió mucho en el avión.

Hoy, la mente del conductor probablemente también estaba de vacaciones. Después de conducir durante un rato, finalmente se dio cuenta y de repente preguntó a Shi Yan dónde quería ir.

En la víspera de Año Nuevo, probablemente todo el mundo estaba fuera divirtiéndose, haciendo la ciudad extremadamente animada.

Pero esta noche no había nadie en la vieja casa de la Familia Shi.

Así que Shi Yan optó por volver a su casa de la Bahía de las Nubes.

Tras encender las luces, la habitación estaba iluminada, pero todo parecía carecer de vida.

Se duchó, se puso ropa cómoda y se sentó un rato en su estudio. Al principio quería encender su computadora para trabajar un poco, pero su correo electrónico estaba inundado de bendiciones de Año Nuevo de socios comerciales.

De repente, Shi Yan perdió el interés. Se sirvió un vaso de vino y salió al balcón. Los edificios del CBD del lado opuesto se habían iluminado, y las pantallas LED estaban llenas de eslóganes sobre la bienvenida al Año Nuevo.

Las luces de neón brillaban, el tráfico era intenso y la ciudad estaba muy animada.

Pero él estaba un poco aburrido.

De hecho, su regreso a China fue una decisión que tomó hacía apenas 24 horas.

En aquel momento, todos los asuntos oficiales estaban resueltos y la empresa asociada celebró un banquete. Incluso contrataron a un grupo de actores para entretener y mostrar su sinceridad.

Sin embargo, Shi Yan no estaba de humor para asistir. Tras descansar un rato en el hotel, llamó a Chen Sheng y le dijo que asistiera al banquete en nombre de Mingyu.

Y él mismo emprendió el vuelo de regreso a casa ese mismo día.

Aunque la distancia entre el hotel y el aeropuerto internacional JFK era bastante larga, no fue más que una siesta en el coche.

Pero después de subir al avión, Shi Yan se quedó de repente estupefacto al ver las expresiones de vuelta a casa de muchos otros pasajeros.

¿Qué era exactamente lo que le había hecho querer volver de repente a China? La respuesta surgió muy claramente en ese momento, fue la mujer que cubrió su teléfono de estrellas.

Shi Yan pensó que en lugar de beber y ver a los actores de allí, podría volver y ver la actuación de Zheng Shuyi.

La actuación de Zheng Shuyi siempre ha sido muy evidente, pero quizá ella misma no podía sentirlo.

Por eso, desde que la conoció, Shi Yan nunca pensó en ella como una simple mujer.

Desde su iniciativa de acercarse a él al principio, hasta más tarde fingir hacer todo tipo de cosas, ella mostraba constantemente su deseo.

Aunque no estaba seguro de lo que era, Shi Yan estaba seguro de que ella debía querer algo de él.

Shi Yan nunca lo dudó.

Shi Yan ha visto demasiadas personas que se acercaban a él con un propósito en mente. El propósito podía ser él, su padre, su cuñado, o incluso amigos.

Pero todos ellos tenían algo en común, y era que todos tenían especialidades y lo hacían todo a la perfección.

Sin embargo, a una persona como Zheng Shuyi sólo se la consideraría, como mucho, una estudiante fracasada.

Ella no parecía darse cuenta de eso en lo más mínimo y seguía pensando que lo estaba haciendo realmente bien.

Pero lo extraño era que, después de envolver su naturaleza en dulzura, su propósito se convertía en una bala de cañón recubierta de azúcar, haciendo que la persona golpeada quisiera probarla una y otra vez.

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A diferencia del frío y la tranquilidad de la Bahía de las Nubes, el restaurante de hot pot de las afueras de la Universidad de Finanzas y Economía estaba muy concurrido. Ya eran más de las ocho y todavía había una larga cola en la puerta.

Afortunadamente, Zheng Shuyi había reservado sitio con anticipación, lo que les permitió sentarse nada más llegar.

Ambas se sentaron en una pequeña mesa y la comida se amontonó a su alrededor.

La olla empezó a hervir, y esto era lo que Bi Ruoshan había estado esperando durante mucho tiempo. Mientras la sopa hervía, empezó a meterse comida en la boca.

Una vez satisfechas las papilas gustativas, las dos empezaron a comer más despacio y se pusieron a charlar.

Después de ver al tío legendario del que Zheng Shuyi había estado hablando, Bi Ruoshan estaba muy emocionada. Así que el tema era naturalmente todo sobre él.

De repente pensó en algo y sacó su teléfono para abrir los Momentos de Yue Xingzhou.

« ¿Sabes?, la única razón por la que aún no lo he bloqueado es para poder comprobar qué hacía con la rompehogares. Además, desde que empezó a mostrarla en sus Momentos, a casi todos nuestros amigos de la universidad 
dejaron de gustarles sus publicaciones. Antes, cada vez que enviaba una foto suya, pensaba en todos los likes que se acumulaban».

Mientras hablaba, refrescó los momentos y descubrió que Yue Xingzhou acababa de subir otra foto.

Como antes, era sólo una foto de él y Qin Lezhi sin pie de foto.

Mirando la foto, Bi Ruoshan apoyó la barbilla en la mano y sacudió la cabeza. ―¿Por qué es tan injusto el mundo? Son de la misma familia con genes

similares, ¿por qué ella tiene tan mal aspecto? ―dijo con un “tsk”―. Si sólo fuera un veinte por ciento tan guapa como su tío, entonces nuestros compañeros de la universidad ya no se sorprenderían tanto. Al menos a los compañeros les seguirían gustando las fotos.

Después de soltar un montón de quejas, se dio cuenta de que Zheng Shuyi no la estaba escuchando nada.

Levantó la vista y vio a Zheng Shuyi mordiendo sus palillos, sin saber lo que estaba pensando.

―¿Hola? ―Bi Ruoshan alargó la mano y la agitó delante de sus ojos―, ¿Estás escuchando?

Zheng Shuyi volvió repentinamente en sí y levantó la vista, alarmada. De repente, se echó a reír.

Bi Ruoshan estaba completamente estupefacta: 
―¿Qué te pasa?

«Toma, antes de salir del coche, Shi Yan me dijo algo». Dejó los palillos y sonrió

mientras se ponía las manos a los lados de la cara. «Me preguntó por qué no le había dicho que venía una amiga a pasar las vacaciones de Año Nuevo». Bi Ruoshan tenía mucha más experiencia que Zheng Shuyi en estos asuntos.

Pareció entenderlo casi al instante. Aplaudió mientras concluía:

―¡Esto es bueno, muy bueno! Esto significa que quería pasar las fiestas de Año Nuevo contigo, y aparecí yo, lo que arruinó su plan. Zheng Shuyi asintió:

―A eso se refería, ¿verdad? 

―¡Sí, por supuesto!

Bi Ruoshan se alegró tanto por su amiga que tardó un rato en pensar en sí misma.

―Espera, ¿no me abandonarás para pasar las vacaciones con él, verdad? Zheng Shuyi masticó las bolas de pescado que tenía en la boca y no contestó.

―Déjame decirte, Zheng Shuyi, que no puedes tratarme así. Somos amigas desde hace muchos años. Si te atreves a abandonarme, recorreré sola el camino hacia el futuro.

Bi Ruoshan sintió de repente que estaba de más. Insistió e incluso golpeó la mesa:

―Especialmente en este momento, tienes que asegurarte de mantener la calma y no ir demasiado lejos, ¿lo entiendes?

Después de hablar, Bi Ruoshan sintió que sus palabras eran inútiles ahora.

Zheng Shuyi sólo agitó su mano despreocupadamente, ―No te preocupes, no te abandonaré.

Al oír la promesa de Zheng Shuyi, Bi Ruoshan se sintió un poco aliviada. Después de la comida, las dos tenían planeado ir a la calle peatonal más concurrida de Ciudad Jiang para recibir el Año Nuevo. Pero cuando llegaron las nueve, la policía ya había restringido la entrada para evitar aglomeraciones. Sin otra opción, no se sintieron demasiado mal. Simplemente compraron unos aperitivos y vino y se fueron a casa.

Sentarse cómodamente en casa y charlar era también una forma de relajarse. Mientras hablaban y reían, Zheng Shuyi tocó inconscientemente su teléfono. Al ver que había un nuevo mensaje, abrió inmediatamente WeChat.

Era una felicitación de Año Nuevo de una compañera de preparatoria. Zheng Shuyi echó un vistazo, respondió «gracias» y dejó caer el teléfono.

Con Bi Ruoshan, el tiempo siempre pasaba muy deprisa, aunque no hicieran más que charlar.

Hasta que los brillantes fuegos artificiales iluminaron el cielo nocturno, miraron por fin hacia la ventana.

La ciudad hervía de excitación. La noche entera se convirtió en día.

En ese momento, cuando un año pasaba y otro estaba por llegar, los teléfonos de ambas empezaron a zumbar como locos. Todo eran felicitaciones de Año Nuevo de nuevos y viejos amigos.

Pero la mayoría de ellos se limitaban a enviarlas a todos sus contactos. Mientras se desplazaba a través de los cientos de mensajes en su lista de amigos, de repente vio el perfil de Shi Yan.

Casi lo pasó de largo.

El contenido que envió también era muy simple:

Feliz Año Nuevo.

Zheng Shuyi se lo pensó un rato y respondió con seriedad: ¿Enviaste esto a todos?

Las palabras parecían algo vacías.

Antes de esperar una respuesta, volvió a escribir rápidamente: Bueno, no importa.

Zheng Shuyi cruzó las piernas y se sentó al borde de la cama. Tenía una extraña sonrisa en la boca mientras tecleaba.

Zheng Shuyi: Poder recibir tu mensaje ya es mi bendición. Creo que debo de ser especial entre los demás.

Zheng Shuyi: Aunque sólo sean tres simples palabras, para mí es más valioso que las felicitaciones de Año Nuevo de cualquiera.

Zheng Shuyi: Estoy tan nerviosa en este momento, que no sé qué debería responder para ser igual de valiosa que tus tres palabras.

Shi Yan: ¿Tienes demasiado tiempo libre?

Zheng Shuyi: ...

Al verla mirar el teléfono así de seria, Bi Ruoshan se echó a reír y luego se inclinó para echar un vistazo. Al ver los mensajes, puso los ojos en blanco sin decir nada.

―¡Sólo ignóralo!

En cuanto terminó de hablar, le llegó un nuevo mensaje.

Shi Yan: ¿No te estás divirtiendo con tu amiga? ¿todavía tienes tiempo para pensar en todo esto?

Bi Ruoshan seguía murmurando en su oído:

―Ignóralo, ignóralo. No vayas demasiado lejos en este momento, ¿entiendes? Y es tan raro que pasemos tiempo juntas hoy en día, ¿no podemos simplemente tener una buena charla?

Zheng Shu sabía que tenía razón. Bi Ruoshan continuó:

―Sólo dile que te vas a dormir.

―¿A las doce? ¿Quién lo creería? ―replicó Zheng Shuyi. ―¡A quién le importa si lo cree o no!

Zheng Shuyi asintió como si entendiera, y tecleó unas palabras. Zheng Shuyi: Si dijera que quiero dormir*, ¿lo creerías?

(NT: *Según la traductora chino-inglés, así como está escrito en chino, se puede malinterpretar de "Si dijera que quiero dormir" a "Si dijera que quiero dormir contigo")

Después de enviar este mensaje, Shi Yan no respondió durante mucho tiempo. Zheng Shuyi siguió charlando y bebiendo con Bi Ruoshan.

Pero, de repente, algo pasó por su mente. Inmediatamente volvió a agarrar el teléfono y leyó con atención el mensaje que acababa de enviar.

Su expresión se congeló al instante.

Movió la comisura de los labios y tecleó rápidamente.

Zheng Shuyi: ¡Eso no es lo que quería decir, no te lo tomes a mal.





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