SÁNDWICH DE BAGEL, PRIMAVERA, EMPRESA DE INGENIERÍA
Después de buscar en la oficina del distrito, la biblioteca y la oficina de administración de obras del centro cultural, sólo conseguimos encontrar tres operarios con direcciones similares a las de una empresa. Pero no nos sorprendió, ya que, al parecer, la mayoría de los trabajadores del sector del reciclaje trabajaban solos.
—¿Cómo debemos preguntarles después de que se conecte nuestra llamada? Es ilegal que recojan la basura, ¿no?
Mafuyu se sentó en una silla de la oficina de administración de obras y me preguntó débilmente.
—Hmm...... tienes algo de razón......
Si realmente se llevaron la basura de gran tamaño, probablemente no me contarán la verdad; y aunque se la hubieran llevado, no es como si yo pudiera irrumpir y pedirla. Al final, lo único que podía hacer era salir por el pasillo con un folleto y los datos fotocopiados conmigo. Encendí el celular. ¡Vaya! La mayoría de las llamadas perdidas eran de Chiaki; hasta me envió un mensaje. Tetsurou también había llamado. Por ahora sólo podía fingir que no había visto esas cosas.
Entonces, ¿cómo debía confirmarlo?
De repente, me vino una idea a la cabeza: lo único que tenía que hacer era preguntar si habían recogido un bajo; entonces, ¿no reduciría eso los lugares en los que tendría que buscar? Me decidí y marqué el primer número.
—...... Mmm, hola...... Hay algo que me gustaría preguntarle...... Claro, mmm...... Bajo eléctrico.
Era realmente molesto hacer el mismo conjunto de preguntas seis veces. Además, aparte de esa agencia de lo que sea, el resto de los números eran todos números de celular. Seguía oyendo el ruidoso sonido de los tubos de escape, el ruido de la carga o de algo que retumbaba, música tan alta que los sonidos se distorsionaban, y la emisión “Este vehículo de reciclaje recogerá gratis toda la basura electrónica”. Los que contestaron al teléfono eran probablemente los propios conductores del camión.
Después de colgar, volví a la sala de referencia cansado.
—¿ Encontraste algo?
—Mmm...... Los seis dijeron que no recogieron un bajo.
—Así que...... eso significa que puede haber otros operadores que ese señor no conoce?
Si es así, entonces realmente no quedaba ni una sola pista. Podría haber sido alguien haciéndose pasar por el operador oficial, llevándose todo primero antes de decidir qué hacer con la basura. En cualquier caso, estábamos en un callejón sin salida.
La señora de la oficina del centro cultural empezaba a sospechar de nosotros, así que decidimos abandonar el lugar rápidamente. El cielo estaba sombrío y lleno de gruesas capas de nubes oscuras.
Me senté en la valla peatonal y compartí un sándwich de bagel -que habíamos comprado en una tienda- con Mafuyu para comer.
—Ojalá tuviéramos algún tipo de pista......
murmuré, sorbiendo después un trago de café en lata para eliminar las partículas de comida que tenía en la boca.
—Oye, ¿por qué te esfuerzas tanto en encontrarlo? —preguntó Mafuyu, mientras levantaba la cabeza para mirarme—. ¿Tanto te preocupa lo que dije? Olvídalo. ¡Estamos huyendo de casa! ¡Tíralo todo y huye! De todas formas, no es como si pudiéramos encontrarlo.
Me quedé mirando fijamente el estuche de la guitarra de Mafuyu. Aunque no podía explicárselo del todo a ella......
—Definitivamente lo encontraré.
—¡Estás siendo obstinado!
¡Y tú también!
—¡Entonces qué tal si hacemos una apuesta!
Los ojos de Mafuyu se abrieron de par en par cuando dije eso.
—...... ¿Qué apostamos?
¿Qué apostamos, eh? Hmm...... Me quedé en silencio por un breve momento. En realidad, lo dije en el calor del momento......
—Bueno entonces..... —Desvié la mirada hacia el asfalto y reflexioné un rato—. Si lo encuentro, tendrás que unirte al Club de Investigación de Música Folk. El ganador no se decidió entonces, así que puedes considerar esto el desempate.
Con el sándwich y el té oolong en la mano, Mafuyu bajó la cabeza y no dijo nada durante un rato.
Tuve la sensación de que la persona que estaba a mi lado había asentido levemente con la cabeza.
—A cambio.... —Mafuyu levantó la cabeza de repente—. Si no puedes encontrarlo, entonces tendrás que escuchar todo lo que digo.
—¿Todo..... dices?
—Tendrás que ayudarme con mi equipaje de por vida, y...... te encargarás de recoger el dinero con un sombrero.
¿No son ya así las cosas? No, espera......
—¿Por qué tengo que recoger dinero con un sombrero?
—¡Porque tendremos que idear formas de ganar dinero! Así que......
Realmente no estaba seguro de lo seria que era con todas estas cosas.
—Así que tendremos que tocar la guitarra al borde de la carretera para ganar algo de dinero; luego, iremos de una ciudad desconocida a otra a través del tren......
La voz de Mafuyu se hizo cada vez más suave, como si estuviera soñando. Aunque me resultaba bastante patético, solté una carcajada. Empecé a sentir que ese tipo de vida no estaría tan mal.
—¿Pero no necesitaré también un instrumento? —interrumpí, medio en broma.
—Pero eres muy malo tocando. Sería mejor que no tocaras si queremos ganar algo de dinero.
Tiré la lata de café a la basura con todas mis fuerzas. Soy malísimo tocando, ¡lo siento!
—¿Pero puedes plantearte cantar? Nunca te he oído cantar.
—Humildemente declino.
Cantar ¿eh? ......
—...... ¡Ah!
Mafuyu giró la cabeza sorprendida al oír el extraño sonido que salía de mi boca. Casi se le cae al suelo el sándwich al que acababa de dar un mordisco, ya que lo sujetaba con la mano derecha.
—¿Qué? ¿Hay algo?
—¡Una canción! Encontré una pista.
—¿Eh?
Mafuyu ladeó la cabeza sin entender lo que decía. Saqué mi celular, pero dudé un momento cuando vi la imagen en su pantalla LCD. ¿De verdad voy a hacer esto? Ahora mismo estoy huyendo de casa, ¿no?
El problema era que, si renunciaba a esa pequeña pista que tenía, no se me ocurriría nada más. Además, no me quedaba mucho tiempo libre. Mi bajo probablemente estaba a punto de ser aplastado.
Marqué el número de mi casa.
—...... ¿Tetsurou? Mmm, soy yo.
—¡Oh, eres tú! ¡El desayuno estaba realmente delicioso! ¡Así que los sándwiches de bagel siguen sabiendo bien incluso después de enfriarse!
—Sí, mmm....
Por un momento se me ocurrió algo: ¿no se habrá dado cuenta este tipo de que no he estado en casa la mayor parte del día y que hoy no he ido a la escuela?
—Oh, ¿qué haces ahora? ¿ Te pasó algo? Tanto la escuela como Chiaki me llamaron antes intentando buscarte, ¿no? Tampoco te vi ayer cuando volví a casa. Pensé que te habías ido corriendo a casa de Misako, porque extrañabas el abrazo de tu madre, así que la llamé. Sin embargo, me dijo que era imposible que la estuvieras buscando, e incluso me pidió que no la llamara más... aunque en realidad todavía se resiste a dejarme ir......
Tetsurou era el mismo de siempre. No, había empeorado aún más.
—Bueno..... —Tragué saliva antes de continuar—: Me escapé de casa.
De algún modo pude sentir cómo los ojos de Mafuyu se abrían de par en par al decir eso.
—...... Así que incluso Nao está huyendo de mí...... No, más o menos me di cuenta ayer, pero no quería creerlo...... —La voz de Tetsurou sonaba un poco entrecortada—. Mira, lo siento. No volveré a vomitar en la puerta en mi estupor de borracho, y limpiaré bien mi habitación. Nunca cantaré <Aria> desnudo después de bañarme. Empecemos de nuevo, ¿de acuerdo?
—¡Deja de decir cosas tan asquerosas! ¡Si quieres decir esas cosas, díselas a Misako! No es eso. No tiene nada que ver con Tetsurou. En cualquier caso, ¡no me queda mucho tiempo para estar charlando contigo!
—¿Eh? ¡Espera, no me digas tus últimas palabras, Nao! No quiero escuchar, ¡no quiero!
—¡Cállate! Te pediré perdón todas las veces que quieras después de esto, así que contesta a mi pregunta por ahora. Tetsurou, deberías haber estado en casa anteayer, ¿verdad? ¿Pasaron ese día por casa unos camiones que recogían gratis basura de gran tamaño?
Lo que siguió fue un largo silencio. Me giré para mirar a Mafuyu, que miraba con inquietud mi celular, e hice un gesto para indicarle que estaba bien.
—...... ¿Basura de gran tamaño?
—Esos camiones que dan vueltas y vueltas mientras ponen esa música irritante.
—Ah, sí, sí, sí.
Tetsurou sonaba como un paciente que se hubiera despertado lentamente de sus sueños.
—Hmm, ¿probablemente vino durante el día? Recuerdo que subí un poco el volumen del equipo de sonido, porque el camión era muy ruidoso.
Mi mano que agarraba el celular temblaba sin parar.
—¿Así que vino? Entonces......
Tenía la palma de la mano mojada por el sudor, así que cambié el teléfono a la otra mano.
—Entonces, ¿el camión emitía algún tipo de música?
Esta vez, no hubo vacilación en su respuesta; sonaba bastante seguro.
—Ah, sí. Vivaldi.
Salté de la valla peatonal.
—Gracias, Tetsurou. Puede que ésta sea la última despedida, así que recuerda no beber demasiado y comer más verduras. Cuídate.
Inmediatamente después de decir eso colgué y apagué el teléfono.
A continuación, agarrá el equipaje del suelo y me colgué el estuche de la guitarra a la espalda una vez más.
—¿Qué está pasando?
—¡Ya tengo una pista!
Tomé uno de los muchos folletos que me había dado el señor de la planta de tratamiento. Durante una de las llamadas, había oído algo entre los ruidos de fondo: <Las cuatro estaciones> de Vivaldi, el primer movimiento de <Primavera>. ¡La empresa de ingeniería de Mutou! Tuve mucha suerte, ya que fue el único operador -de los seis- del que conseguí la dirección.
Había conseguido conectar con el hilo de la más mínima posibilidad. Empecé a dirigirme hacia la estación de tren, y lo único que oía era a Mafuyu corriendo detrás de mí en su prisa por alcanzarme.
La empresa de ingeniería de Mutou se encontraba a unas dos ciudades de distancia. Después de tomar el tren más allá de cuatro estaciones, aún teníamos que transbordar a otro tren y recorrer otras tres estaciones antes de llegar. Ya eran las cuatro y algo de la tarde cuando llegamos al lugar. ¿Por qué viajaron tan lejos hasta mi casa para recoger chatarra? Si no llega a ser por el tipo de la planta, me habría sido imposible localizar este lugar.
La ciudad donde está mi casa no está muy poblada, ni es un hervidero de vida; pero si exagerara un poco, este lugar estaba totalmente desolado. Aunque estaba separado por un río, la parcela de espacio vacío frente a la estación -llena de maleza- destacaba de forma excepcional. El ruido de los salones de Pachinko acentuaba aún más la triste soledad del lugar.
Mafuyu no había hablado desde hacía un rato.
—¿Están bien tus piernas?
Seguro que asentía con la cabeza si se lo preguntaba; sin embargo, cualquiera podía ver que sus pasos no eran nada estables. Me preocupé un poco, así que intenté ralentizar mi marcha todo lo posible para igualar a la suya.
El único problema era que la situación no nos permitía caminar a paso tranquilo.
Nos detuvimos en una librería y papelería frente a la estación, y consultamos los mapas para confirmar la ubicación de la empresa de ingeniería Mutou. Estaba bastante lejos de la estación.
En parte se debía a que Mafuyu no podía andar demasiado deprisa, pero finalmente llegamos al lugar al cabo de treinta minutos. Era una carretera estrecha por la que apenas podían pasar dos camiones uno junto al otro, y a ambos lados de la carretera había casas viejas alineadas en fila. La empresa de ingeniería de Mutou se encontraba en uno de esos edificios. Era un edificio de dos plantas que parecía sacado directamente de una foto en blanco y negro. Ni siquiera tuve que ver el oxidado letrero para saber que era una empresa de ingeniería. Parecía que toda la primera planta se utilizaba como zona de estacionamiento y de trabajo: había un camión de color morado estacionado en un lateral y el aire desprendía un olor a metal quemado. Más adentro, había un montón de cosas que parecían herramientas o chatarra, pero no podía verlo con claridad, pues ya estaba oscureciendo.
—¿Es este lugar?
—Mmm.
Las luces estaban encendidas en la caseta de hojalata del segundo piso, que parecía ser la oficina; sin embargo, no había nadie en la zona de trabajo. Dudé en la puerta durante un rato. ¿Qué debía hacer? ¿Debo dirigirme directamente al segundo piso y explicar todo con sinceridad? Es posible que la otra persona se haga la tonta. ¿Está todo lo que se recogió realmente almacenado dentro?
—Espera aquí un rato, Mafuyu. Iré a echar un vistazo.
Coloqué el equipaje junto a sus pies y entré en el estacionamiento. El olor a metal se hizo más intenso. A un lado del camión había un taladro y un torno, además de electrodomésticos como un viejo televisor, un frigorífico y un microondas.
En la oscuridad, empecé a buscar rastros de mi bajo en el montón de basura, pero no lo encontré.
— -¡Oye!
De repente se oyó una voz detrás de mí, que me hizo girar la cabeza sorprendido. Vi a un hombre corpulento con las mangas de la camiseta remangadas hasta los hombros. Su expresión no parecía muy amistosa.
—¿Qué quieres? Esto es peligroso, así que no entres a tu antojo.
—Urm, bueno.... —La funda de la guitarra estaba a punto de resbalarme de los hombros, así que la volví a colocar en su sitio—. ¿Puedo preguntarle...... si colecta algún tipo de electrónica...... y esas cosas?
—Sí...... pero ¿qué quieres que colecte? No todo es gratis.
—Ah, no, no te estoy pidiendo que me ayude a colectar algo...... Sólo quiero preguntarle si anteayer había recogido una basura de gran tamaño de mi casa. La dirección es No. 6, Segundo Distrito, Pueblo K. Estaba colocada junto con un televisor...... era un bajo......
Al final, le pregunté directamente al tipo. Aunque no podía ver claramente la cara del tipo, como estaba de pie frente a la luz tenue de la farola, cuyos rayos brillaban en mis ojos, pude detectar un cambio en su expresión.
—¿Aah?
Inconscientemente retrocedí un paso.
—Urm...... verá...... Accidentalmente lo tiré como basura de gran tamaño por error......
—¡Cómo demonios voy a saberlo! No recogemos cosas que no nos piden, y además, ¿qué razón tendríamos para ir corriendo a un sitio que está a dos ciudades de distancia? Piénsalo.
Aquella rápida negación no hizo sino confirmar aún más mis dudas. No mencioné en qué ciudad vivía cuando le di mi dirección. Este tipo probablemente conocía los alrededores de mi casa como la palma de su mano, así que supo inmediatamente de qué ciudad hablaba tras oír Pueblo K. Pero había una posibilidad aún mayor.......
Probablemente era esta persona la que se había llevado la basura sin permiso previo.
—...... Pero, ¿mis familiares dicen que vieron este camión antes?
Inventé una mentira. La expresión del hombre cambió, y parecía como si el chicle que mascaba se hubiera convertido en una oruga. Me miró ferozmente durante un buen rato y luego escupió un chorro de saliva junto a mis pies.
—¿Entonces? ¿Qué quieres?
—...... Sólo quiero que me lo devuelva.
—¡No sé de qué me estás hablando! —El hombre empezó a hacerse el tonto; parecía decidido a fingir ignorancia hasta el final—. ¿Bajo? Sí que recolectamos las típicas guitarras, y a veces también recogemos accidentalmente uno o dos bajos, pero los tiramos inmediatamente.
—...... ¿Dónde los tiran?
—No lo sé, no soy la persona encargada aquí. Ahora lárgate.
—Por favor, ¿puedo saber dónde los tiran? Dímelo, por favor.
—¿No te dije que no lo sé? ¡Deja de crearme problemas!
El hombre escupió de nuevo, pero esta vez, el escupitajo casi aterrizó en mis zapatos. Dio un pisotón en el suelo arenoso y subió las escaleras hasta el despacho. Entonces, el fuerte ruido de las puertas, como si intentara romperlas, llegó hasta mí. Me quedé inmóvil durante un rato.
Me quedé solo en el espacio oscuro, que seguía impregnado de olor a metal. De repente, una pesada sensación de cansancio se apoderó de mis hombros y sentí como si mis músculos se hubieran doblado.
Ya había llegado hasta aquí -de hecho, había buscado hasta aquí-.
Pero mis pistas estaban muertas una vez más.
Ya no tenía fuerzas ni para caminar.
*De repente oí un paso. Levanté la cabeza y vi a Mafuyu arrastrando el equipaje. Me forcé a sonreírle. Había dicho muchas veces: “Seguro que lo encuentro”, pero el resultado fue algo así: me sentí muy avergonzado.
No podía hacer nada. No conseguí llegar a mi destino. De alguna manera sentía como si hubiera estado haciendo esto repetidamente todo este tiempo.
De repente, Mafuyu estiró su no muy ágil dedo índice y apuntó hacia la zona de estacionamiento.
—...... ¿Hmm?
Levanté la cabeza y miré en la dirección que señalaba.
La mitad del camión morado estaba oculta entre las sombras.
—De algún modo, me da la sensación de haber visto este vehículo antes en alguna parte.
murmuró Mafuyu.
Me quedé mirándola un rato antes de volver a centrar mi atención en el camión.
Justo entonces, un destello de luz brilló en mi mente.
Yo también tuve una impresión.
Yo también había visto ese camión antes.
Conozco este vehículo, así que debo haberlo visto antes en alguna parte. Debe haber pasado cerca de mí en alguna parte. ¿Dónde estaba? Justo cuando intentaba recordar, el perfil lateral de la cara de Mafuyu apareció en mi mente. ¿Por qué? ¿Por qué ese camión de color extraño me recordaba a Mafuyu? ¿Cuándo lo vi exactamente? Cuando, donde...
—¡Ah......!
Lo recordé.
Conozco este camión porque lo vi antes con Mafuyu.
Aquel día que vi a Mafuyu por primera vez, habíamos rozado este camión.
En un pueblo lejano junto a los mares, en el bosque silencioso dentro de las montañas.
—...... ¿De verdad crees que este es el camión que vimos entonces?
Mafuyu no me contestó, pero yo tampoco esperé su respuesta. No teníamos otra opción, ya que ésta era la única pista que nos quedaba.
Mafuyu y yo nos miramos y asentimos al mismo tiempo.
Si es así, pongámonos en marcha.
Salimos de la empresa de ingeniería y seguimos nuestros pasos hasta la estación de tren.
Hacia “Los Grandes Almacenes de los Deseos del Corazón”.
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